Hola, desde hoy tratare de compartir con toda la comunidad poringuera mis aventuras sexuales con mujeres que por cuestiones eticas me estan vedadas.....he leido varios relatos de NFU de aqui y la verdad es que me han convencido de formar parte de esta comunidad.
al empezar la decada del 2000 y terminar mi con mis estudios jamas pense que ademas de trabajar en lo que me gusta podria hacer (lease coger) en mi lugar de trabajo, algo que con el tiempo se fue dando con mas frecuencia.
En aquellos años, mientras me formaba como especialista en ginecologia en un hospital del conurbano bonaerense, fui descubriendo el inmenso placer que me dan las mujeres, mas alla del problema de salud que puedan tener, cosa que me es dificil de esquivar, puedo apreciar de ellas el mas exquisito elixir que pueda un hombre aspirar: la posibilidad de cogerlas.... y asi, mientras aprendia la especialidad fue que llego a mi hospital Ella, una morocha barbalara, del mediana estatura, tez blanca, un buen par de tetas y mucha simpatia. de ahi en mas fue compañera en el servicio donde trabajabamos y los comentarios y roces del laburo hicieron que entraramos en confianza con el correr de las semanas.
Y asi me entere que estaba de "duelo" por una relacion de ruptura reciente y bla bla bla... solo pensaba en sus tetas, redondas y capaces de ahogar a cualquier jeton...
Aquella noche, en una biblioteca del hospital, hicimos una cama para dormir un rato durante la noche, durante una de las tantas guardias que hicimos juntos. . Y fue alli donde luego de escuchar su lamento por su ex, empece con mis suaves caricias en su pelo, largo, lacio y negro como solo ella puede tener (aun hoy lo conservaaa!!!) De a poco, mi calentura fue creciendo y si bien ella respondio ahi como hubiese querido yo, dejó que las cosas pasaran. mis manos contorneando sus caderas, pequeñas, (calculo.... talle de jean ¿30?) su cola tiesa, ofreciendose, sus pechos enormes, adornados con escotes increibles... besandola hasta convencerla de a poco que yo seria quien apague ese fuego, que tenia pero escondia por temor a quedar escrachada... fue asi, que casi sin proponernoslo, la penetre con mi verga en su estado maxima ereccion, y la embestia con toda pasion queriendo que sea interminable y la vez, nervioso por el lugar donde estabamos, donde como uds saben, es un chismerrriiooooo...jaja
mordisqueaba sus pezones, lamia toda su piel, siempre limpia y perfumada, que mujer.... le acabe mucho, mucho en su pancita, y desparrame mi leche caliente en todo sus labios, mayores, menores, clitoris, que delicia.
Espero les guste. de apoco aprendere a relatar mejor unas cuantas experiencias reales todas... con mis pacientes!!
al empezar la decada del 2000 y terminar mi con mis estudios jamas pense que ademas de trabajar en lo que me gusta podria hacer (lease coger) en mi lugar de trabajo, algo que con el tiempo se fue dando con mas frecuencia.
En aquellos años, mientras me formaba como especialista en ginecologia en un hospital del conurbano bonaerense, fui descubriendo el inmenso placer que me dan las mujeres, mas alla del problema de salud que puedan tener, cosa que me es dificil de esquivar, puedo apreciar de ellas el mas exquisito elixir que pueda un hombre aspirar: la posibilidad de cogerlas.... y asi, mientras aprendia la especialidad fue que llego a mi hospital Ella, una morocha barbalara, del mediana estatura, tez blanca, un buen par de tetas y mucha simpatia. de ahi en mas fue compañera en el servicio donde trabajabamos y los comentarios y roces del laburo hicieron que entraramos en confianza con el correr de las semanas.
Y asi me entere que estaba de "duelo" por una relacion de ruptura reciente y bla bla bla... solo pensaba en sus tetas, redondas y capaces de ahogar a cualquier jeton...
Aquella noche, en una biblioteca del hospital, hicimos una cama para dormir un rato durante la noche, durante una de las tantas guardias que hicimos juntos. . Y fue alli donde luego de escuchar su lamento por su ex, empece con mis suaves caricias en su pelo, largo, lacio y negro como solo ella puede tener (aun hoy lo conservaaa!!!) De a poco, mi calentura fue creciendo y si bien ella respondio ahi como hubiese querido yo, dejó que las cosas pasaran. mis manos contorneando sus caderas, pequeñas, (calculo.... talle de jean ¿30?) su cola tiesa, ofreciendose, sus pechos enormes, adornados con escotes increibles... besandola hasta convencerla de a poco que yo seria quien apague ese fuego, que tenia pero escondia por temor a quedar escrachada... fue asi, que casi sin proponernoslo, la penetre con mi verga en su estado maxima ereccion, y la embestia con toda pasion queriendo que sea interminable y la vez, nervioso por el lugar donde estabamos, donde como uds saben, es un chismerrriiooooo...jaja
mordisqueaba sus pezones, lamia toda su piel, siempre limpia y perfumada, que mujer.... le acabe mucho, mucho en su pancita, y desparrame mi leche caliente en todo sus labios, mayores, menores, clitoris, que delicia.
Espero les guste. de apoco aprendere a relatar mejor unas cuantas experiencias reales todas... con mis pacientes!!
1 comentarios - En el Hospital: Con I, esa primera noche