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relato erotico

De repente .....una extraña.


Su foto reposa en un marco de plata que está encima de mi escritorio. No puedo distinguir bien su rostro desde aquí, mi vista ha perdido algo de su antigua agudeza. Pero puedo cerrar los ojos y su cara y su cuerpo, se dibujan con perfección en la negrura del pensamiento. Estoy tan arrepentido......no puedo superarlo. Todo empezó hace cuatro años. Yo acaba de cumplir los cuarenta y cinco.

Vivía solo en un piso, en Barcelona. Trabajaba para una empresa de construcciones especializada en grandes proyectos. Mi cargo era el de jefe de obras. Tenía la carrera de Ingeniero de puentes y caminos. No penséis que era un alto ejecutivo. Como yo, otros 12 se encargaban de romperse la cabeza cada día para que los plazos de entrega se cumplieran a tiempo. Eso significaba bregar y hacer pulsos de personalidad durante casi toda la jornada con los encargados que supuestamente estaban a mis órdenes. La empresa era como un gran imperio donde cohabitaban muchos pequeños reinos y sus correspondientes reyezuelos. La guerra era continua y sin vencedores claros. A veces por esa incomprensión entre departamentos, moría gente en la obra. A cuanta gente ha matado la incompetencia y la soberbia...

Mi vida, aparte del estrés de mi trabajo, era bastante cojonuda. Siempre he sido un lobo solitario, las relaciones con las mujeres eran algo temporal donde me implicaba mucho en disfrutar y poco en profundizar sobre sentimientos. Han pasado por mi vida unas cuantas chicas, pero nunca me las tomé demasiado en serio. Supongo que ellas tampoco a mi. Es que soy un poco bicho raro, lo reconozco, además tengo fama de ser un tío huraño y con mucho genio. Me encanta mi independencia. Pero...todo cambió de repente.

¿Carlos? Hola, soy Cristina.... tu hermana,

Cristina.....hola hermanita, que detalle has tenido al llamarme,¿ cuanto hace que no hablamos? Hacía tres años que no veía a mi hermana ni a su hija. Estaba separada y vivía en Madrid.

Bastante tiempo...casi nunca te localizo....siempre estás fuera.

Ya....seguro que es eso... y Clara.....¿como está?

Bien, algo alocada, la edad ya sabes, pero bien, oye, te tengo que pedir un gran favor. Se que no hemos hablado mucho últimamente, pero te necesito. Mira, la niña empieza este año en la universidad. Mi ex se ha comprometido a pagarle la carrera si la cursa en tu ciudad, sabes que es catalán y quiere que Clara aprenda esa lengua. A mi me parece bien, yo no podría pagársela. He pensado que....bueno si a ti no te importa, me gustaría que la pudieras alojar en tu casa, al menos hasta que encuentre algún piso compartido que le guste. Tenía uno apalabrado, pero al final la chica que se marchaba se lo pensó mejor. Vamos....un lío. Ha mirado varios, pero no le convence ninguno. Si quieres te compensaré los gastos que te origine.

Su ex marido, un catalán relacionado con el mundo de las finanzas estaba bastante forrado. Era buen tío, siempre habíamos tenido una relación personal buena. Ahora vivía casi todo el año en París por su trabajo. Nunca supe el motivo por el que se separó de mi hermana. Fue más o menos cuando mi sobrina cumplió los dos años. Ni el ni ella me aclararon nunca que había fallado en su convivencia para destruir la relación.

Cristina, mira yo estoy todo el día fuera, a veces varios días. No se si es conveniente que Clara pase tanto tiempo sola. Me entiendes...pero ojo que por mi no hay ningún problema. (Crucé los dedos) ¿oye y una residencia?.No me gustaba compartir mi espacio con nadie y menos con una mocosa, por muy sobrina carnal mía que fuera. Pero era consciente que no se lo podía negar a mi hermana. Eso estaba claro. Nuestra relación era demasiado estrecha para negarme. Siempre ha sido mi mejor consejera y amiga durante muchos años. Luego por circunstancias....nos alejamos el uno del otro.

No puede ser Carlos, ya sabes que tuvo problemas con la del instituto y no quiere ni oír hablar de ellas. Venga hermanito, hazme este favor. Te lo compensaré. De verdad.

Me di por vencido, dije que ningún problema y que se olvidara de pagar nada. Le pregunté si necesitaba dinero. No es que fuera rico, pero mi economía era bastante desahogada. Me lo agradeció pero lo rechazó. Era orgullosa. Me informó del día que llegaba, pero quedamos más adelante en acabar de pulir los detalles. Colgué y revisé como estaba el resto del piso. Hacía unos años que había encontrado este chollo donde vivía ahora. Era un piso antiguo, grande, quizás unos 150 o 160 metros a los que hay que sumar una buhardilla de unos 35 metros cuadrados a la que se accedía por una escalera de caracol bastante amplia. No digo lo de chollo por el precio, lo digo por los metros. Es un pequeño palacio. El edificio era de estilo modernista y protegido por ser patrimonio histórico. Al casero, le hice una serie de proyectos relacionados con una enorme finca que tiene en el campo. Parte del pago, (el proyecto era importante y complicado, con canalizaciones de agua, etc.) fue un privilegiado alquiler a largo plazo, con posibilidad de realquilar, si mi trabajo me mantenía una temporada larga fuera de Barcelona. Hemos terminado por ser amigos. No es mal tipo. Algo pesetero....como todo buen casero que se precie, le cuesta sacar la cartera como buen catalán, aunque cuando ya la tiene en la mano, apechuga con lo que sea sin problemas.

Lo que realmente me constaba un salario era la limpieza de mi palacete. Semejante superficie aunque no se utilice toda, da trabajo para mantenerla en condiciones. En la buhardilla había instalado una zona multiuso. Era y es mi lugar favorito. Una parte la formaba un gimnasio bastante completo para el limitado espacio que ocupaba y dos sofás bajos situados frente a un equipo de música bastante potente y de buena calidad. La omnipresente tv de pantalla plana y un frigorífico pequeño lleno de bebidas y refrescos. Baño completo no muy grande pero muy bien aprovechado. Tenía una gran alfombra peluda y suave, lugar ideal donde había retozado con algunas mozas de buen ver y mejor catar.

El resto se distribuía en mi habitación, con una zona de ropero y zapatero, separada de la principal por una puerta de celosía. El salón principal, la cocina y un pequeño pasillo donde había 2 habitaciones dobles sin baño, bastante grandes. Elegí para ella la que me parecía más actual por el mobiliario. Además era la más lejana a mi dormitorio. Yo también he sido adolescente y por cierto bastante ruidoso. No me gustaría agriar de entrada la convivencia si tenía que darle un toque por la música o algo parecido.

Pasó por delante de mí y ni me fijé en ella, es que, no me esperaba que fuera así. Vi cerca de mí a una chica de similar edad, una bonita morena. Nada...falsa alarma, lástima...era bastante hermosa. El novio se la estaba comiendo a besos en cuanto la trincó de la cintura. Empecé a dar vueltas por la zona de llegada del AVE. ¿Me habría equivocado de horario? Noté que alguien me tocaba en la espalda. Me giré y casi me desmayo de la impresión.

Hola, soy la Clara, tu debes ser mi tío, te pareces a mi vieja y también a mi.

Hola....Clara....(no sabía si darle un beso o salir corriendo) ...bienvenida, dame la maleta. Le cogí la maleta, estaba nueva, seguro que se la había quitado a su madre. La mochila de ante que llevaba se la dejé bajo su jurisdicción, tenía tanta mugre encima que igual podía pillar una infección si me rozaba la piel.

Esa chica que me estaba hablando, supongo yo, mi sobrina, tenía una cresta hecha de pelo en forma de media estrella, orejas taladradas por varios pendientes, un aro que se introducía en el lateral de la nariz , los ojos y los labios pintados de oscuro y un piercing metálico en medio de su lengua. Me hablaba con cara contrariada y seria. El resto de su vestimenta no mejoraba mucho. Llevaba una camiseta negra con escote redondo y sin mangas (vi que tenía un buen par de tetas) un chaleco de piel negro que había tenido tiempos mejores y una botas que ...coño pero si eran militares, yo las había usado cuando estuve en el ejército. Vaya adefesio...Dios mío ¿esto era mi sobrina?. ¿Se habrá vuelto loca mi hermana?...se ve que la niña le ha salido punk . Lo que faltaba....

Mientras conducía de vuelta a mi domicilio, intenté hablar con ella de temas de familia. Sus respuestas preferidas eran "si", "no", "me la suda", "puede" y "coño". Era tan simpática como un cólico nefrítico. Además, con tan limitado vocabulario, la conversación no tenía mucho futuro y se fue languideciendo hasta terminar los dos en un incómodo silencio. Sus respuestas, forzadas y desganadas, e incluso algo faltonas algunas, minaron poco a poco mi paciencia. Mis cojones en esos momentos comenzaron a hincharse hasta que mi mala leche salió de repente.

Clara, tu eres consciente de lo que has venido a hacer a Barcelona?

¿Por? (vaya.... su vocabulario se había incrementado con un nuevo monosílabo, íbamos mejorando).

¿Siempre eres así de borde con todo el mundo o es que yo te caigo especialmente mal y no has perdido tiempo en dejármelo claro y demostrármelo?

Pasa de mi tío....ni me caes bien ni mal, no te conozco además me da igual.. Se encogió de hombros y miro por la ventanilla del coche.

No se si me había llamado tío porque eso es lo que soy para ella o si me llamaba así porque a todos los tíos los llamaba tío. La hinchazón de mis pelotas en ese momento era tan grande que casi me tapaba ya el campo de visión frontal. Paré el coche en una cafetería, no muy alejada de una boca de Metro, no fuera a ser que la punk la necesitara pronto para largarse cagando leches de mi vista.

Clara, baja del coche. Vamos a tomar un café, quiero hablar contigo. Se lo dije con mirada imperativa y cara seria.

Vi que por primera vez su rostro expresó algo de temor. ¿Un café? A mi no me apetece eso. Invítame a un cubata. Vio que su comentario no me había hecho gracia y que mi petición no era precisamente una sugerencia, resignada, cogió su cochambrosa mochila y me siguió con pasos largos y gesto molesto.

Quiero que las cosas funcionen lo mejor posible entre nosotros, desde el principio. Vas a vivir un tiempo en mi casa y como deberías suponer, aunque veo que pasas bastante de todo y de todos, yo ....tengo una vida solitaria y no me gusta que invadan mi intimidad con facilidad. He aceptado que te alojes como sobrina mía que eres, pero te voy a ser sincero, cuando he visto la pinta que tienes y como vas vestida me he arrepentido de hacerlo. Quiero que entiendas que en mi casa hay reglas, si no las respetas.... te planto en la calle. Ahh....e intenta hacer alguna frase durante el día que contenga al menos cuatro o cinco palabras, te aviso que para a mi el mal humor es una enfermedad de la que me contagio con mucha facilidad. Si no eres capaz de cambiar esa expresión que tienes de llevar clavado un palo en el culo, procura que no nos crucemos mucho por el piso. La niña de los cojones me estaba cayendo cada vez peor. No dijo ni pío, solo se limitaba a mirarme con los ojos entrecerrados y cara agriada. De repente....Vale....tío. Su expresión...era diferente. Me estaba mirando con cara de.....no se decirlo, quizás de ¿interesada?, su lenguaje corporal había cambiado. Su anterior tensión y crispación había dado paso a una expresión anhelante y tímida.

A partir de ahora, me vas a llamar Tito o Carlos, lo que prefieras ¿queda claro? Guarda tus" tíos" para tu amigotes. Lo de tito no es que apeteciera mucho, pero no encontré un sinónimo mejor. Decidí marcar las reglas y volver a comprobar sus reacciones, me había parecido que ...... Joderrrr...mientras se lo decía, su actitud de sumisión aumentaba por momentos. Vaya, vaya, le estaba gustado....no me lo podía creer, la dura punk necesitaba que le dieran caña para sentirse realizada.

Vale....Carlos. Su cara seguía seria pero sin ser desafiante. Tomé buena nota.

Subimos al coche y llegamos a casa. La niña repelente se quedó flipada cuando vio donde iba a vivir. Se lo enseñe todo, con paciencia. Me escuchó con cara desganada y aburrida.

¿Quieres hacer el favor de escucharme con un poco de atención, hostia? Yo estoy poco en casa y si no sabes donde coño están las cosas, ¿como vas a poder vivir aquí sin liar algún estropicio?

Nuevamente vi sus ojos estrecharse y nacer en su cara esa expresión de modosita, enmarcada entre tanto pendiente y colgante, era para mearse de risa.

Su olor no era muy agradable, no digo que no se duchara, pero ni hoy ni ayer lo había hecho. Ya lo había notado antes en el coche. Le dije que en mi casa, la gente se duchaba como mínimo una vez al día y con jabón. Que podía empezar por pasar al baño y cambiarse de ropa.

Me obedeció al momento. Estaba algo mosqueado. Por un lado este estúpido juego que había comenzado con mi sobrina, no pasaba de ser una especie de malsano experimento, peligroso, eso si. Si realmente era sumisa, la situación me estaba superando y estaba jugando con fuego. También podía ser que se estuviera burlando de mi, haciéndome el papelito de dominada para luego párame los pies y reírse de mi cara.

Llamé a su madre y le dije unas cuantas cosas poco agradables. Tuve al final que claudicar.

Cristina....joder, me podías haber avisado ¿no? Me pides que le de techo y ¿no eres capaza de comentarme que es un poco especial? Me he llevado una sorpresa de la hostia.

Venga...Carlos hazme este favor, Clara no es mala chica, solo un poco rebelde, pero no se ha metido nunca en líos. He debido venir yo con ella y tienes razón cuando me censuras que te lo haya escondido. Mira, cojo mañana el tren y nos vemos, tenemos que arreglar esto, aun me quedan unos días de fiesta, vamos, si no tienes otros planes....¿te parece? Noté un temblor en su voz. Había motivo para temblar....yo era consciente.

De acuerdo....venga, llámame y te recojo en la estación. El corazón me latía con fuerza y los recuerdos acudieron en tropel a mi mente. Mi hermana y yo habíamos sido amantes durante años. Todo empezó como un juego de adolescentes, después se mezclaron los sentimientos y la cosa acabó fatal. Dejamos de serlo durante su segundo año de casada. Fue muy doloroso para mí y creo también para ella, pero la situación se complicaba cada vez más y ella quería a su marido. Comprendí que su relación de pareja estaba abocada al fracaso si yo estaba por medio y opté por cambiar de ciudad e instalarme en Barcelona. Fui seguramente un cobarde. Ella no me lo perdonó. Luego me hizo saber que se había separado. Clara, mi punky sobrina era el resultado de ese fracasado proyecto. Niñez rebelde, adolescencia loca y promiscua y luego un escalón más, tendencias y posturas más radicales.

Estaba estirado en uno de los sofás de la buhardilla, vestido con un pantalón corto y una camiseta. Pasaban por la tele una película bastante mala. Habíamos cenado hacía un rato. Me había tomado ya tres güisquis y estaba algo depre con el tema de la niña. Estaba excitado, me habría hecho una buena paja con algún DVD porno, pero, estaba la novia de Frankenstein alojada en mi casa y se podía presentar en cualquier momento. Me encontraba meditando que iba a hacer mañana domingo con ella, ¿llevarla al cine? Vamos...era realmente deprimente lo que estaba pasando. Se presentó con una camiseta negra y larga. En su centro se veía un dibujo de una tela de araña con, creo... una viuda negra caminando por ella. Vaya con la niña....todo su ser destilaba alegría y buen rollo.

Se sentó en el otro sofá. Se estiró y apoyó la cabeza en el cojín. Su camiseta se subió y pude ver su nalga casi hasta su cintura. Me empecé a excitar. No parecía que ella le diera ninguna importancia mostrarme una buena poción de su anatomía y por lo que veían mis ojos, esa parte, no era nada desagradable. Me empecé a fijar con detalle. A pesar de toda esa parafernalia, la chica era bastante bonita, morena con ojos color marrón claro, pestañas largas, labios grandes y carnosos y cuando suavizaba esa expresión de desdén, su cara adoptaba una expresión algo pícara y viciosa. Se parecía mucho a su madre, si la mirabas con atención, era casi su copia, más joven. También había algunos rasgos míos, estaba claro que en el físico salió a la familia materna. Lástima el pelo, como lo tenía con esas rapadas laterales y esa cresta de gallo, le confería un aire de agresividad que en mi opinión no le hacía falta. Pero mira...le quedaba hasta bien. Se la veía salvaje y sucia. Buenas tetas como ya he dicho, y también buenas nalgas. Estaba muy blanca, parecía que aborrecía bastante tomar el sol. Vi que en su tobillo y en su brazo lucía tatuajes. Se espatarró algo más y se volvió hacia mí, acomodándose. Estaba claro que me estaba provocando o le importaba una mierda que yo le viera la raja. Yo no me lo podía acabar de creer. Le vi el coño perfectamente. Lo tenía peludo y descuidado. Afortunadamente parecía limpio...creo... por la reciente ducha.

Clara, me estás enseñando el coño ¿tu crees que es bonito mostrarte así ante mi?

Perdona Carlos.....cerró algo sus piernas, pero aun podía ver parte de su sexo. Mi frase ya le empezaba a hacer efecto, su ruborizada cara la delataba.

Además, lo tienes con mucho pelo y desarreglado, ¿no te da vergüenza, una chica guapa como tú, ser tan descuidada contigo misma? Aféitatelo ahora mismo. Seguía hablándole con voz dura y autoritaria. Me empezaba a molar esto de la dominación, aunque iba un poco perdido, era novato, vamos...

Vale. Me contestó y se quedó tan tranquila. Me molaba un montón, la gran cantidad de palabras que componían su vocabulario.

Se levantó y bajó por la escalera. Creo que me había dicho Vale, pero no se yo....¿a donde coño iba ahora?. Al rato me pareció oír el ruido de una ducha. Estaba buscando un mechero cuando apareció de nuevo y se paró frente a mí. Mirándome con esa cara de puta que sabía poner cuando no estaba cabreada, se subió con naturalidad la camiseta y apareció su coño ante mis ojos, estaba totalmente depilado. Era bonito. Se había hecho un pequeño corte con la maquinilla, pero lo había dejado bien pelón. Tenía los labios de mediano tamaño y gorditos. El clítoris era respingón y accesible.

Ella seguía parada con su coño al aire. Parecía que esperaba algo.

Probé ¿te gusta masturbarte? Asintió con la cabeza. Pues empieza pero quiero que te emplees a fondo, quiero oír gemidos y ver como te corres como una perra, pero avísame antes, no lo hagas sin mi persmiso. Bueno, no estaba mal....para ser mi primera vez.

Se estiró en la alfombra frente a mí y se abrió de piernas mientras se apoyaba en un codo. Se acercó a la cara los dedos de su otra mano y comenzó a culparlos con la boca, cuando los tuvo bien mojados, se empezó a acariciar el coño. Se metía hasta cuatro de golpe, su coño parecía un desatascador, se escuchaba un chapoteo rítmico mientras se clavaba la mano a fondo en su raja. Empezó a gemir con fuerza, un hilillo de baba le bajaba por la comisura de sus gordezuelos labios.

Para....quítate la mano del coño, venga...!hazlo! Le grité con cara de mala leche.

Pero...me voy a correr...no voy a poder parar, ahhhhhhhhh... La muy zorra se corrió sin mi permiso. Eso exigía un castigo.

¿Como te atreves a correrte sin que te de yo permiso? , ven aquí perrita, te voy a dar tu castigo por desobediente.

Me miró con una cara de arrepentida que casi me hace descojonarme de risa, le cogí media cresta con la mano y le puse la polla en la boca. Me quedé quieto, quería ver que sabía hacer. Sabía....sabía mucho y además le gustaba. Me sorbía el pene con una pasión y unas ganas que contrastaban con su pasiva y habitual expresión de "paso de todo". Estaba claro que era feliz con una buena polla en la boca. Se la metía bastante dentro, lo que ahora hacía, era divertido para ella, los ruidosos chupetones que daba en mis huevos le debían sonar a música de Motorhead, los repetía casi a cada momento, con evidente placer.

Yo tenía otras ideas. Ella no estaba comiéndome el rabo para disfrutar, yo quería que sufriera. La cogí del pelo, la llevé casi a rastras hasta el baño y la dejé caer de rodillas en el plato de la ducha. Mi nueva y desconocida personalidad estaba tomando el control por momentos. No se como explicarlo, me sentía un espectador privilegiado de mi propia obra de teatro. Era yo y no lo era. Cuando la tuve frente a mi rabo, se lo metí con fuerza hasta la campanílla y la hice aguantar unos segundos. Se sacó la polla de la boca, girando con desesperación la cabeza, al instante, le entraron arcadas y vomitó un poco. Se quedó con los ojos llorosos y moqueando por la nariz. Un río de baba le bajaba por la barbilla. Estaba sollozando. Se la metí de nuevo en la boca, esta vez conseguí introducir parte de mi capullo en su garganta. Se encogió y le entraron unas arcadas terribles y desesperada, intentó recular, pero mi mano, la tenía cogida con fuerza por su nuca. Le saqué la polla y le pegué un bofetón. Trágatela y no protestes zorra, como no te comas entero, te voy zumbar de lo lindo. Su rol de perrita sumisa se apoderaba totalmente de ella. Me la empezó a chupar, pero ahora, cuando intentaba hundírsela en la boca, reculaba la cabeza mientras me miraba con ojos expectantes y desafiantes. Joder...quería que la pegara, me estaba provocando. Le pegué otra bofetada que me hizo daño hasta a mi, pues parte de ella se la llevó mi rabo. La cogí de nuevo por la cresta y sin piedad le clavé la polla hasta el esófago. Parecía que su cuerpo estaba siendo electrocutado, se encontraba en medio de una agonía. Mi excitación ya no daba para más, demasiadas emociones juntas. Aguantando con fuerza su cara contra mi pubis, entre espasmos y gemidos empecé a correrme. Sentía mi rabo escupir auténticos ríos de leche que le producían convulsiones, por su nariz.... empezaban a salir colgajos de mi corrida y mucosidades suyas. Aguanté unos segundos más y la dejé sacársela. Se quedó tendida, con la cara sobre los mosaicos, estaba casi sin respiración, empezó a toser y vomitó mi leche junto con todo lo que había cenado. Estaba toda pegajosa y llena de restos de semen y comida.

Cogí la manguera de la ducha y le limpié todo el cuerpo. También lo hice con mis partes y mis muslos, estaban llenos de babas y semen. La puse a cuatro patas. No protestó, solo me miraba de reojo con cara excitada y respiración entrecortada, interrumpida a veces por episodios de tos y alguna que otra pequeña arcada. Le metí la polla en el coño y comprobé que sus trabajos digitales lo habían ensanchado. Estaba chorreando, está claro que a mi sobrinita le molaba que la dieran caña. Me la estuve follando un buen rato.

Ábrete el culo con las manos guarra, que te lo voy a llenar de polla. Yo estaba en ese momento tan descontrolado que casi me lío a hostias con ella mientras se la metía con violencia.

Apoyo su cabeza en una toalla doblada y con sus manos, se abrió las nalgas. Vaya....no me gustó, tenía pelos en la zona del culo.

¿Se puede saber que es esto? Serás cerda, tienes el culo lleno de pelos. ¿No te dije que te depilaras bien?.

Perdona....tito, no me llego bien, no .....le pegué una palmada tan fuerte que la hizo gritar de dolor. Mi mano había dejado su negativo marcado al fuego en su nalga.

Cállate.......no te muevas. Cogí la espuma y unos minutos después, su bonito agujero trasero lucía con la sedosidad de la piel de un bebé. Empecé a meterle un dedo en el ano. Vi que le gustaba. Le metí dos...aun le gustaba más. Al tercer dedo que le entró en el culo, su gozo empezó a acabar en un pozo, ya no le gustaba tanto. Sus gemidos se convirtieron en sollozos. Aproveché mis tres dedos ya introducidos y haciendo un hueco en ellos empecé a meterle la punta de la polla. Se retorcía y lloraba, pero no la dejé ni un segundo de respiro. La machaqué el culo con mi rabo y los dedos que conseguía meterle a la vez. Empezó a salir mierda de su agujero manchándome los dedos, se que es asqueroso pero en ese momento, para mi fue tan excitante que los saqué para pasárselos por su piel y marcarle tres sucias líneas en sus nalgas. Me vacié en su culo y me quedé recostado en su espalda. Ella respiraba agitadamente y sollozaba, su cuerpo sufría espasmos descontrolados. La ayudé a levantarse, estaba algo mareada.

Ven, déjame ducharte Clara. La enjaboné acariciándola con ternura. Quizás era mi forma de compensarla por el rato que le había hecho pasar. Tenía en ese momento remordimientos, pero me tranquilizó ver su cara satisfecha y despreocupada. Cuando estaba terminando de secarla, me quitó la esponja, se pegó a mí y empezó a lavarme con delicadeza. Se arrodilló y se metió mi desfallecido rabo en la boca. Consiguió con su arte ponerlo en un estado bastante aceptable. Se dedicó a pasárselo por las tetas y por la cara. No pude volverme a correr. Estaba seco.

Me recosté en el sofá junto a ella. Estaba tumbada mirándome con expresión seria, desnuda y con pose encogida. Subí la calefacción. Me acerqué a ella y la besé en la boca. Era hermosa, lástima la ferretería que llevaba encima. Y su pelo....joder seguro que lo tiene divino y mira el destrozo que se había hecho.

Mañana por la mañana viene tu madre, procura estar presentable cuando la traiga del aeropuerto. Me tengo que ir a las ocho, ponte el despertador a las siete y media.

¿Carlos...para que coño me tengo que levantar tan temprano si no voy a ir a buscarla contigo?

Le solté una bofetada y la cogí del brazo. No vuelvas a emplear ese tono conmigo o te aseguro que te arrepentirás, ¡queda claro!. Mañana te tienes que poner el reloj a esa hora, porque ante de irme me vas a chupar la polla y te vas a tomar la leche que mis pelotas fabriquen esta noche. Recuerda que a partir de hoy, tu desayuno principal será ese. Luego...come lo que quieras. ¿Me he expresado con claridad?

Si...Carlos . Su carita era un poema de felicidad y vicio.

Gracias hermanita, que regalo tan inesperado me habías hecho. Primero fuiste tu, con tu cuerpo sensual y lozano. Tu curiosidad de adolescente te hizo explorar mi cuerpo y juntos, empezamos a andar en el sendero del placer y la pasión. Yo era casi un niño, tu mucho más madura, siempre llevaste la batuta y a mi me gustaba que fuera así. He tenido una adolescencia afortunada siendo amado y cuidado por mi hermana, que además, era mi hembra. Pero como todo lo bueno se acaba, me empezaste a rechazar porque tu corazón estaba partido en dos amores. Hiciste tu elección y yo te castigué marchándome lejos. Ahora, volvías en cierta manera a mí de nuevo, tu hija era una buena réplica de aquella hermosa amante que durante años me colmó de atenciones.

Abrí los ojos, estaba medio dormido aun y entonces noté como Clara me lamía las pelotas. Que despertar más rico....continuó chupando hasta que me hizo llenarle la boca y la garganta de semen. Me miró con un atisbo de sonrisa y con su limitada labia me preguntó ¿Lo he hecho bien... tito? Uahhhh. Eso de tito dicho con la boca pastosa aun de leche me llegó al alma. Que morbazo me dio. Ella seguía mirándome de hito en hito con cara de puta, tumbada encima de mi, se entretenía pasándome la lengua por el capullo y recogiendo las gotitas que salían aun por mi agotado conducto.

Ponte presentable, como sea.... en tu estilo, pero limpia y ....arregla tu habitación. Ya vi ropa tirada y no quiero guarradas aquí. Venga que me marcho.

¿Carlos...te puedo pedir un favor?

Dime....depende...La miraba con cara de curiosidad. La notaba más suave conmigo, más intima...venga, rápido que voy tarde.

La próxima vez.....bueno, lo que hemos hecho antes .....¿me atarás? Es que ....me calienta mucho.

Joderrrrrrrrr....No tenía vicio mi querida sobrina.... Pues claro que te ataré pero antes, me tendrás que demostrar que te lo mereces. Te lo tienes que ganar. Sabes como....pues metiéndote tú sola mi polla en tu garganta y no sacándola de allí hasta que me corra como un campeón, en ese momento, te habrás ganado ser atada.

Me marché satisfecho y muy bien ordeñado. La vida era maravillosa y hacía un día esplendido. Recogí a mi hermana y nos fuimos a tomar algo a una acogedora cafetería que conocía.

Estaba tan guapa como siempre. Más madura, pero se conservaba admirablemente. Era de mediana estatura, cuerpo bonito con pechos generosos y un culo respingón y bien conservado. Sus piernas siempre han sido bonitas y trabajadas, le gusta hacer travesías en el campo y se que las hacía desde siempre, un par de veces por semana.

¿Como estás Carlos? Tienes cara de cansado. A pesar de todo... te conservas muy bien, estás muy guapo.

Cristina, no sabes las veces que he deseado que ocurriera este momento. Siento haberme marchado como lo hice. Estaba y estoy enamorado de ti...tu siempre lo has sabido, pero fui un cobarde. Espero que me perdones. Se que lo nuestro no puede ser, pero eso no me hace menos infeliz.

Carlos....mira yo te quiero desde que eras un niño. Las cosas a veces no salen como una las planea. Vamos a casa y hablamos....no tengo prisa por volver, de hecho hasta dentro de diez días no tengo que trabajar. Supongo que tendremos tiempo. Me dio un ligero beso en la boca y se empezó a levantar.

Cogidos de la mano llegamos hasta mi coche. Iniciamos el camino de regreso.

¿Por que te separaste Cristina? Siempre me ha parecido que Jaume era un buen tipo y me sorprendió mucho cuando me lo dijiste, parecíais muy unidos. Tú le querías, me consta, ..renunciaste a lo nuestro por el.

Carlos, Jaume sufrió una extraña inflamación en sus testículos y se le practicaron varias pruebas de diagnostico. Descubrió entre otras cosas, que era estéril. Carla nunca podía haber sido hija suya. Con el resultado en la mano, me pidió el divorcio. Tenemos buena relación, quiere a Clara aunque no sea de su sangre. Ahora vive con una francesilla que por la pinta que tiene, debe que ser un buen zorrón. Siempre le han gustado, por eso se casó conmigo. Se puso a reír con ironía mientras me lo contaba.

Paré el coche frente a mi edificio. Mis manos empezaron a templar. Un escalofrío me estaba recorriendo todo el cuerpo. Me giré y mirando casi aterrorizado a mi hermana le hice la pregunta que desde hacía unos segundos me estaba destruyendo la cordura.

Cristina, ¿ella sabe que no es su hija? Mi hermana asintió con la cabeza. Tragué con dificultad saliva, me costaba hasta hablar ....¿Quien es el padre de Clara?

Es evidente ......tu. Pero como saliste de mi vida con tanta precipitación, pensé que era mejor no decírtelo, al menos por el momento. Carlos....¿Carlos? que te pasa....¿Carlos?..

Me desperté en el hospital. Había sufrido un infarto de miocardio. Frente a mí, sentadas junto a la ventana, las dos me miraban con cara sonriente pero preocupada.

Miré a Clara....no ....por Dios...que había hecho, no puede aguantar su mirada ni un segundo y empecé a llorar, ellas me observaban sorprendidas y confundidas. En ese momento.....me quise morir.

Crome

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