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Romina, mi perra 11

Este es medio flojito, no? como que se caldea el ambiente... esta medio tirado de los pelos me parece. Una boludez bah.[/b]




Romina, mi perra sucia 3

Pasaron dos meses en los que nada más paso con el viejo, ninguno de los dos volvió a sacar el tema, realmente si bien me había calentado prefería que quedara así el tema, me parecía que era un límite que no teníamos que pasar y que había en el tema un tanto de humillación, era un juego distinto. Romi seguía trabajando en el jardín a las tardes y seguíamos disfrutando de nuestros juegos casi diarios.
Nuestra casa tiene la cocina que da al jardín, de ella se sale al comedor del otro lado hay dos cuartos, uno el nuestro, y junto a la cocina una pieza chica y el baño al lado.
Había olvidado el tema del viejo por completo. Me levante una mañana y Romi estaba con su calcita y una remerita elastizada hermosa, nos besamos y acariciamos mucho, me sobo la pija sobre el pantalón.
-Te tengo una sorpresita, mi amor. –Sentí que me faltaba el aire, intuía que era lo que me iba a decir y por supuesto no me equivoque. Con la voz casi quebrada le dije.
-Que sorpresita, mi amor.
-Bueno Carmen me contó que hoy viernes, se va a la casa de la hermana en Merlo y que no vuelve hasta el domingo. Yo le pedí a don Manuel que me ayude con el jardín y de paso tomamos unos mates, porque vos te vas a ir a jugar al fútbol con tus amigos y después a cenar y no volvés hasta la madrugada.
-Pero amor..., yo no juego al fútbol.
-Ya se tontito..., -se acercó y me dio un beso mientras me acariciaba la cara suavemente-
vas a venir a casa, ...yo lo cité a Manuel para más tarde, vamos con el a arreglar el jardín y después de 10 o 15 minutitos, vos salís al jardín y me avisas que te vas..., después te quedas sin hacer ruido en el comedor y si nos ves salir para nuestra pieza, te escondes en alguna otra o en el baño. Eso fijate vos. Pero no tenes que hacer ruido.
-Pero... amor, pensé que estaba terminado el asunto.
-Por eso... , es una sorpresita... –dijo y me empezó a acariciar el miembro sobre el pantalón, lo tenía durísimo- me parece que nuestro amigo esta contento...
En el trabajo discutí con un pibe que no se mete con nadie y es rebuenazo, no lo pude evitar estaba alterado, no me podía concentrar. Recordaba los momentos anteriores de mi vida, escondido y espiando. Encima el viejo este me parecía asqueroso, en realidad tenía cincuenta y ocho, no era tan viejo, pero si para nosotros, claro.
Llegué a casa y no podía más de los nervios, Romi tenía la calcita puesta y arriba una remerita anudada, que le dejaba toda la pancita al aire. Me acaricio bien juguetona, tenía el mate preparado. Me beso y me dijo que me amaba que yo era su sol diario y cosas por el estilo. Escuche que golpeaban la puerta, Romi me dijo que fuera yo a abrir. Manuel me dio la mano y me dijo que Romi le había pedido que viniera a ayudarla en el jardín, lo hice pasar. Lo veía caminar delante mío hacia la cocina y tenía ganas de golpearlo.
-Manuel!!, gracias por venir –dijo Romi- Tomaron un par de mates en la cocina y Romi le dijo que mejor empezaban que sino se iban a quedar sin luz del día. Me quedé viendo en la cocina como trabajaban, Romi al igual que la otra vez, se agachaba, lo rozaba, en fin todo su arte a pleno. Espere como me dijo unos diez o quince minutos y salí vestido con un pantalón corto a avisarle que me iba.
-Amor, me voy a jugar al fútbol
-¿A que hora venís?
-No se amor, después vamos a cenar, de madrugada supongo.
-Bueno, hace una cosa llamame antes de venir para casa, a ver si me haces la misma de siempre que te vas a la casa de algún amigo y no volvés a dormir. Yo cierro con llave la puerta, por las dudas, llamame antes de venir.
Que perra pensé, no podes ser tan puta..., no pensaras dormir con el viejo..., por favor!!!, me acerque a besarla, entre en la cocina y me saque las zapatillas, que tire en el cuartito viejo. Quede solo en medias para no hacer ruido, deje el comedor a oscuras para poder ocultarme, igual no iba a ser fácil, poder mirar sin ser visto. Paso como una media hora en que ya oscureció del todo, estábamos en noviembre y era un día muy templado y hermoso. Romi le preguntó a Manuel si no quería una cervecita. Romi le sirvió y se sentaron a beberla y charlar.
-No sabía que tu marido te dejaba sola
-Ustedes los hombres..., siempre con la pelotita.
-Si yo tuviera una mujer como vos en mi casa, no me iría ni a la esquina.
-Bueno, le agradezco el cumplido, Carmen debe haber sido muy hermosa de joven.
-Si es verdad.
-Discúlpeme Manuel, le quisiera hacer una pregunta, pero no me gustaría que piense mal.
-Nada de lo que vos digas me puede molestar, hermosa.
-Bueno le agradezco, no se como decirlo..., bueno..., ud. y Carmen.... tienen todavía relaciones –el tipo la miro serio y le dijo que lamentablemente no, que su esposa había perdido el interés en el tema. Romi se puso de pie. Le preguntó si se quedaba a cenar con ella que preparaba un arroz. El viejo dijo que estaría encantado que él también estaba solo.
-Y... ¿cómo hace ud. para arreglarse?, digo, ud es un hombre apetecible, incluso para una mujer joven –no podes ser tan puta pensé, por favor. Mientras escondido en la oscuridad del comedor sentí crecer mi erección.-A muchas de mis amigas creo que les gustaría.
-Bueno te agradezco el cumplido.
-Manuel..., ¿ud me ve gorda?, dijo parándose y mostrándole el culo. Mi marido dice que tengo unos kilos de más en la cola. –que perra hija de puta, basta, mi pija estaba a reventar-
Manuel se puso de pie y se acercó a Romi, yo te veo hermosa. Romi se apoyo en el pecho de Manuel escondiendo su cabeza en el hombro de este fingiendo llorar, me parece que a mi marido no le gusto. Manuel empezó a acariciarle la cara con la mano izquierda mientras con la derecha la tenía agarrada de la cintura. Romi levantó la cara para mirarlo y se quedaron mirándose hasta que se besaron. Manuel empezó a acariciarla con sus manos grandes y ajadas, le sobaba el culo con gusto, no tiene un gramo de grasa tu culo, que rico culo tenes pendeja. Mi mujer se separó de él y le dijo que no estaba bien lo que estaban haciendo. Manuel se acercó hacia ella que estaba apoyada en la mesada y le tomo la cara con sus dos manos, la beso, romi retiro la cara, Manuel le dijo que no le hacían mal a nadie.
Por favor siéntese Manuel, paremos acá por favor. El viejo se sentó y Romi empezó a cocinar.

3 comentarios - Romina, mi perra 11

flordeverga
todavia no lei el 12 aunque ya lo colgaste.
mi encantaria que el viejo se pare y le coja el orto sobre la mesada de la cocina, rapido bien rapido y que se vaya a la casa. Por histerica, no ? ? ? ? ?

mis 10 son suyos
memoskpo
Excelente!!
Muchas gracias por el aporte, segui asi!!!!





Romina, mi perra 11
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maguito
que barbara esta mina che!!!que calenturas me hace agarrarrrrr!!!