You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Una Tarde de Verano - Primera historia

Buenas gente.
Esta es la primer parte de la primera historia de mi novia como escritora erotica.
La empezo a escribir a pedido mio... y dentro de poco estara continuada.

Que les parece?



Era una tarde de verano y estaba aburrida en mi casa… calor, mucho sol, no circulaba nadie por las calles de la ciudad… Quizás ya estarían todos en el río, en la pile de algún club o durmiendo con aire acondicionado, sino sería imposible conciliar el sueño…
De repente, me invadió una gran necesidad de hacer algo, de ir a algún lugar, de encontrarme con alguien, aunque sea para tomar unos mates o una cervecita bien fresca… Puse algunas cosas en el bolso y fui hasta la esquina a tomarme un cole, con la esperanza de no esperar tanto bajo el sol… Pasaron minutos, media hora, y nada! Hasta que a los 45 minutos desistí y volví a casa… Nuevamente, agobiada por el calor en esas 4 paredes, con nada bueno para ver en la tele… y me volví a preguntar: ‘qué hago?’… De repente, se me ocurrió una idea, agarré rápido el bronceador, la lonita y el mp3. En apenas 2 minutos estaba en la terraza, tomando sol mientras escuchaba buena música…
No había nadie que molestara, estaba bueno, tranqui… Era tanto el calor que necesitaba refrescarme a cada rato, pero a falta de pileta, encontré un recipiente, lo llené y me fui tirando agua… Empecé por la cabeza y, suavemente con mis manos, iba deslizando hacia las distintas partes de mi cuerpo… Cuánto placer en tan sencillo acto…! Sentía mis manos acariciándome por un rato y mi piel se erizaba con mis propios movimientos! Si bien hacía mucho calor, fui repitiendo mi ‘refrescadita’ a cada rato, sintiendo en todo momento el placer de la piel hirviendo, las manos suaves, el agua fresca… Me convertí en adicta de ese momento, y cada 5 minutos estaba haciéndolo… Casi sin notarlo, mi mente fue viajando por distintas ideas, imaginando las más alocadas situaciones y, casi involuntariamente, encontré mis deditos tocándome como nunca antes… Tuve temor de que algún vecino, sin mucho por hacer, me viera, asomado a su ventana, o que la señora del edificio vecino se escandalizara al notar mi presencia y mi alocada situación… Sin embargo, era tanto el placer que sentía que nada me importaba, solo estaba concentrada en mis labios besando mis pezones, en el movimiento de mis manos, en el roce de mis deditos por mi vagina, deslizándose suavemente por mi clítoris, provocándome una respiración cada vez más agitada y placentera… me recorrí dándome placer como nadie lo había hecho antes, despertándome sensaciones increíbles, calentándome cada vez más y pensando en que si llegaba a aparecer alguien, le encantaría verme así, toda mojadita, con la conchita abierta, esperando que la llenaran de más placer, que sintieran el fuego que había dentro, y se comieran todo ese juguito que yo solita había despertado en mí… Con todas esas fantasías saltando en mi cabecita, casi sin darme cuenta, empecé a gemir cada vez más fuerte, mis gritos de placer se sentían desde lejos y, aunque quisiera evitarlo, no podía dejar de sentir todo ese placer que daba vueltas por mi cuerpo…
Casi no me di cuenta del tiempo que había pasado mientras yo me acariciaba con tanta sensibilidad y placer… por un rato largo estuve dándome placer como nunca antes, y después de saborear mi propio juguito, sentí nostalgia porque aquél momento ya había acabado, pero justo en ese momento, sentí que se abría la puerta del palier…

0 comentarios - Una Tarde de Verano - Primera historia