bueno amigos es mi tercer post espero que les guste
A mis 37 años no me considero tan mayor, pero es evidente que mantengo distintos puntos de vista con gente más joven, como por ejemplo con Miguel, un amigo de 22 años.
El es tranquilo, amable y pues la verdad, cuenta con algo de sobrepeso.
A pesar de la diferencia de edad, hemos llegado a tenernos confianza, al grado de entre otras cosas, platicar ocasionalmente acerca de como nos suele ir en nuestras proezas sexuales, aunque algunas de las locuras que me han sucedido, a el le parecen imposibles de efectuar.
En una ocasión me comentó el problema que había tenido con su recién flamante esposa:
-Oscar, ya ves que cuando le insinúo mis fantasías sexuales, Estrella solo evita el tema, pues ayer que me animo a proponerle directamente una que realmente me prende, pero se molestó exageradamente, es mas, creo que ya hasta terminamos.
Yo dudé que ella lo dejara tan repentinamente, si bien mi amigo no es un galán, sí es un genio en comunicaciones y su sueldo es bien remunerado, además cuenta con algunas propiedades, y ni a el ni a su linda mujercita les molesta gastarlo en antros, cenas, ropa, viajes.
-Con que tacto se la habrás comentado- le cuestioné.
-Yo creo que bien, hasta lo planee con cuidado, ya desde hace tiempo le había pedido que viéramos una peli porno, nomás para salir de la rutina sexual. Después de insistirle por fin hasta ayer accedió, así es que mientras veíamos una escena en la que la actriz le mama la verga a un guey mientras otro se la coge yo le comenté: a poco no te gustaría estar en el lugar de esa chava.
Me respondió gritándome que era un degenerado y que ella era una mujer decente. Hasta me corrió de la casa, ¿como ves? Estrella esta bien buena, pero además de chocante es una mojigata.
Yo le comenté: - La verdad no creo que te deje, despreocupate hombre, así es como ella piensa que tenia que reaccionar, eso si, creo que no debes presionarla en un buen tiempo, además, no creo que esté tan mal que sea así, cuantos cornudos hay que desearían que sus mujeres se parecieran a tu Estrellita, tan encantadora y aunque suele ser asediada, siempre sabe comportarse, ¿sabes? a mi ni me sostiene la mirada.
-Pues si, quizás por lo mismo que es tan seria que se me antoja verla desatada, disfrutando mientras se la cogen, pero ella exagera su frigidez, nada que ver por ejemplo con Vanesa, ya te he comentado que cuando andaba con ella hasta tenia un consolador para imaginarnos a un tercero en la cama.
-Ahora que mencionas esto, se me ocurre una manera en la que podrías ver a tu mujer follando conmigo.
- No lo creo, Imaginármela así si que me prende, pero este es otro de tus cuentos, ella es incapaz.
-"Todo arde si le aplicas la chispa adecuada".- le dije en son de broma- Y tu sabes que coincido contigo, para mi sería un verdadero placer colaborar en tu fantasía manteniendo una sesión con tu anticuada señora.
A grandes rasgos le comenté mi plan. A Miguel le pareció factible así es que acordamos en tratar de llevarlo a cabo.
Como parte de nuestra estrategia inicial Miguel se empezó a portar aun mas atento y espléndido que de costumbre, pero especialmente ya no hostigó a Estrella. Hasta después de varias semanas le hizo una propuesta especial, más que nada, argumentó, para efectuar una variante sexual.
Casi inmediatamente después de que Estrella aceptó su propuesta, Miguel me habló por teléfono:
-Ya la hicimos Oscar, se resistió en un principio, pero no le pareció tan difícil complacer mi petición, incluso le pareció algo sencillo, así es que terminó aceptando, dijo que el próximo viernes accedería a mi propuesta.
-Muy bien, -le dije entusiasmado- entonces piensa que solo le solicitaste una fantasía sin demasiado chiste.
-Si, se la platiqué tan emocionado que realmente creyó que aunque fuera le parecía algo sencillo, esto es algo que realmente deseo. Entonces el viernes saliendo del trabajo por fin consumamos el plan, ¿como ves?
-¿Saliendo del trabajo? Creo que es algo precipitado, antes invítala a cenar, o incluso a algún antro, tómense unas copas y agrádesele su disposición, su confianza, halágala, a las mujeres les encanta ser piropeadas y claro que se lo merecen, ¿no crees?
-Pues si, es difícil aguantar porque ya quiero ver que es lo que pasa, pero tienes razón, es mejor tranquilizarme para saborear el preámbulo antes de ver a mi cielo entrar en acción.
-Muy bien, entonces sigues manteniendo tu palabra.
-Por supuesto, vamos a cumplir el trato, en eso quedamos. Me confirmó convencido.
Durante el transcurso de la semana no hablamos del tema, supongo que mas que nada para disimular nuestro entusiasmo mezclado con ansiedad.
Hasta que por fin llegó el anhelado viernes, me parecían eternas las horas para terminar la rutina del trabajo, así es que salí a la hora exacta para ir a cenar algo ligero. Después me dirigí a la casa de Miguel. El ya me había proporcionado una llave para entrar.
Al llegar, decidí darme una ducha. Después perdí el tiempo viendo la tele, aunque estaba más concentrado en la gran posibilidad de follar a la simpática Estrellita.
La verdad es que hacía un buen tiempo que no me encontraba con una mujer joven, ella andaría rondando los 21 añitos.
Estaba intuyendo que lo mas probable era que aun le faltaría experiencia, cuando el mensaje de Miguel informando que llegarían en unos 15 minutos. Apenas iban a ser las 11 de la noche, algo temprano, pensé, pero por lo menos no fue tan directo. Es mejor hacer esperar a las mujeres, esto es algo que he podido comprobar.
Apagué el televisor y en silencio esperé la llegada de la parejita encerrado en el estudio.
En cuanto los escuché supe que habían tomado, pero no demasiado.
Fueron al baño, primero Miguel y después su esposa, me alegré de haber sido meticuloso al haber dejado todo como lo encontré.
Después entraron a su cuarto. Para no hacer ruido lentamente entreabrí ligeramente la puerta donde estaba para alcanzar a escuchar atentamente la conversación que entablaban.
En ese momento, Miguel le decía a su primor:
-Antes de que te acuestes te voy a cubrir firmemente tus ojos.
-Pero no calará mucho, ¿eh? - Le sentenció Estrella un poco animada pero mas sacada de onda.
-Este cubre ojos es importado, ya lo probé y para nada molesta, además se sujeta muy bien.
-Ok, aunque me da curiosidad el sentirme sometida así, no me parece tan morboso como para considerarse una fantasía.
-Para mi si, al tenerte completamente inmovilizada y sin que puedas ver ni oir, me sentiré como si te controlara completamente.
-Aja, ¡Hay! Me dijiste que las esposas con las que me sujetarías no lastimaban.-
"Si es delicadita esta niña", pensé.
-Solo si te mueves, recuerda que se trata de inmovilizarte.- Trató de tranquilizarla Miguel.
-No estoy acostumbrada, bueno, solo espero que pase esto pronto.- Reclamó la nena.
-Relájate amor, ya te iras acostumbrando, a partir de ahora ya no me escucharas, pero yo a ti si, así es que puedes comentarme como te sientes, o lo que quieras decirme- Le decía Miguel mientras le colocaba unos audífonos.
En el ipod Miguel había grabado un remix con horas de música sin interrupciones.
-Esta muy fuerte la música- ella gritaba.
Miguel levantó una bocina y le dijo: le voy a bajar, pero muy poco, recuerda que no quiero que escuches lo que pasa a tu alrededor, esto es parte de mi fantasía.
-Aja, me gustaría que le bajaras un poco mas, pero te has portado muy bien, es justo que en esta ocasión te de gusto.
-Muy bien ¿me oyes? le gritó Miguel pero ella ya no contestó. Fue en este momento que decidí abrir la puerta para unirme a la fantasía.
Entré a la recámara, Estrella estaba acostada boca abajo, Miguel se había encargado de hacer 2 orificios en la cabecera para ahí sujetar las esposas, de manera que las manos de su mujer estaban completamente inmovilizadas.
Las luces estaban encendidas, así es que decidí apagarlas dejando solo la del baño encendida, no quería arriesgarme a que Estrella pudiera sospechar al vislumbrar alguna extraña sombra.
Después de esto, con algo más de confianza analicé la situación más detalladamente.
Tenía ante mí a una atractiva mujer dispuesta a dejarse hacer, así es que paradójicamente iba a ser mía voluntariamente y a la vez contra su voluntad.
Aunque mimada, esta niña estaba en cierta forma indefensa, lo único que le interesaba era que el juego terminara pronto, pues no le agradaba la idea de permanecer demasiado tiempo sintiéndose un poco incomoda.
No me podía ver ni escuchar, incluso hasta mis oídos llegaba el sonido de la música que ella escuchaba, fácilmente reconocí como iba terminando Justify my love de Madonna simultáneamente con el comienzo de Sex is on fire de Kings of lion.
El trato con Miguel era que yo podía hacer cuanto quisiera, siempre y cuando usara condón, además de que esta era una regla inquebrantable de su nena para las ocasiones en las que le permitía satisfacer sus impulsos sexuales.
-¿Incluso puedo explorar su culito? -le había preguntado hace unos días al aspirante a cornudo.
-Si es que te lo permite, lo cual dudo mucho.
-Aja, y ¿besarla en la boca?'
-Si le puedes besar su concha, ¿por qué la boca no? pero como que no le gusta mucho.
Tenía permiso de todo, excepto de quitarme el condón, una regla con lo que estaba de acuerdo por obvias razones.
Así es que por fin era hora de comenzar la faena.
Mi delgada mujer, o por lo menos mi mujer por esta noche, aun estaba vestida, la blusa ya no podría quitársela pues las esposas lo impedirían.
Ella solita ya se había quitado sus zapatillas, por lo que inicié quitándole su falda que por cierto era holgada, algo que no me parece no tan sexi, aunque en esta situación esto era irrelevante, porque era fácil el irla despojando, Estrella cooperaba dócilmente con mi labor.
A continuación le desprendí sus braguitas, que por cierto no estaban tan mojadas, ¿esta mujer es de piedra? pensé por un momento, pero por lo menos continuaba permitiendo ser desnudada, simplemente porque no tenía idea que no era su señor oficial el que la desvestía.
Miguel estaba ya muy excitado, se empezó a bajar su pantalón, después de todo, él solo deseaba darle una variante a su mujer, dándole chance de degustar sexualmente a otro sin involucrar los sentimientos.
Yo seguí su ejemplo, sin por esto perder oportunidad de manosear los ahora descubiertos muslos de Estrellita. Estando ahora más cómodo, me dediqué a recorrer con la mirada sus apetecibles piernas y su agradable y hasta tierno monte de venus.
Es un gran error dejarse llevar por las apariencias. Después de deleitarme observando sus largas y bien torneadas piernas comprobé que la linda princesita no estaba tan flaca como lo imaginaba, Nada mal, pensé, me había dejado engañar por la ilusión óptica que su holgada ropa provocaba.
Este fenomenal estímulo colaboró en aumentar mi ya de por si notoria excitación. En estos momentos lo que mas deseaba era comenzar lamer su concha cuando recordé que Estrella era algo especial.
Si saboreaba ahora su clítoris quizás después no me dejaría besarla en la boca.
Así es que cambié de táctica. Con las manos la guié para que quedara recostada un poco de lado, hasta donde las esposas lo permitieran. Subí un poco su blusa, afortunadamente ya no llevaba sostén, así es que empecé a acariciar sus senos, su cuello, su cara.
Aun así la notaba algo tensa (ahora si no hubiera tomado un poco, volví a cavilar). Sus tetas no eran enormes, mas bien guardaban una perfecta proporción en armonía con su bien delineado cuerpo.
Acerqué mi boca para pacientemente empezar a succionar alternadamente sus pezones hasta que por fin, tan solo un poco, pero empezó ligeramente a jadear con mayor continuidad.
En este punto opté por besar su cuello, hasta llegar a sus labios los cuales me fascinaban. Durante meses había deseado tanto este momento. Estrella estaba radiante, hermosa, y mi pasión aumentó cuando comenzó a corresponder a mi beso,
¡Eureka¡ Esta preciosidad por fin empezaba a cooperar y a relajarse...
Mantuvimos un beso tranquilo, y paulatinamente empezó a ser más intenso. Miguel no parecía creer lo que se mostraba ante sus ojos. !Estrella empezaba a agitarse¡
Quizás a ella le empezó a dar morbo el empezar a entender que estaba expuesta, o quizás percibió mi deseo, pues yo me encontraba extremadamente excitado al saborear el morboso placer que ingenuamente me proporcionaba esta fruta prohibida.
Este apasionado beso ahora empezó a transformarse en uno eufórico, y así nos mantuvimos un buen rato, succionando nuestras lenguas !Si esta niña supiera que era la saliva de casi un total extraño¡ es aquí cuando consideré que no solo degustaría de mi saliva.
Me incorporé para acercar mi verga a su boca. Supongo que no estaba tan acostumbrada a recibirla en su paladar, pero esta era una fantasía "decente" de su esposo, así es que empezó a recibirla, aunque no tan diestramente. Decidí ayudarla un poco, me empecé a mover lentamente mientras delicadamente agarré su exuberante cabello desde la raíz y suavemente le fui indicando un lento pero seguro vaivén.
Al parecer no estaba acostumbrada a esto, notoriamente esto la motivó a incrementar su deseo, quizás en parte porque al estar privada de su vista, su sentido del tacto se había agudizado.
Mi Estrella ya empezaba a dejarse llevar, solo era cuestión de tomarse el tiempo necesario.
Correspondí a su felación recorriendo su cuerpo con mi lengua. Es un verdadero placer explorar de esta manera a una mujer, especialmente si es por primera vez.
Mientras le brindaba con mis manos un relajante masaje, mi lengua continuaba su recorrido desde su espalda hasta llegar a su firme y bien redondeado trasero. Estrella se dejaba hacer suspirando, era evidente que tampoco estaba acostumbrada a este preámbulo.
Sabía que sería precipitado dirigirme a su culito, así es que enfoqué mi atención en su atractiva vagina. Comenzaba a ensalivar su clítoris, cuando Miguel me empezó a apresurar:
-Ya es hora, empieza con la acción.
Me desconcentró, pero su propuesta era mas que interesante. Además, la concha de la princesa se había convertido en la de una reina. De ella ya emanaba una respetable y adecuada humedad.
Me puse el condón y me subí a la cama para colocarme de rodillas atrás de ella. Empecé a introducir un poco mi verga en su concha para después comenzar a penetrarla manteniendo un ritmo suave pero solo la ensartaba hasta la mitad de mi miembro.
Yo no tenía prisa, quería que Estrellita estuviera tranquila hasta que fue ella quien empezó a decir:
-Amor, me está gustando tu fantasía, ya estoy lista, pero se que puedes dármelo un poquito mas adentro.
Estas palabras ya no eran dignas de una reina, ahora Estrella se había convertido en mi nueva musa sexual. Sus deseos eran ordenes para mi, bueno, para los 2, así es que empecé a penetrarla un poco mas adentros al mismo tiempo que aumenté el ritmo.
-Amor, vas bien, si me está gustando, pero quiero que aguantes un poquito mas, no quiero que te vengas tan pronto.
Yo no tenía la intención de terminar tan pronto, así es que deduje que mi amigo era rápido no solo para configurar protocolos de comunicación.
Estrella era una jugosa mujer pero que aun no había sido recolectado eficazmente su delicioso néctar.
Mi respuesta fue incrementar el ritmo. Estrella ahora gemía constantemente, hasta que después de unos minutos se empezó a sorprender y empezó a decir.
-Papi, estas llegando mas adentro, ¿como lo haces?, papi, quiero ver ¿Por qué no siento tu pancita?
No sabía como responder y bajé el ritmo, Estrella se empezaba a enojar por esto y yo no deseaba que su enojo se empezará a transformar en susto, así es que lo único que se me ocurrió fue pedirle Miguel que se acercara. Entonces Le susurré:
Me voy a salir un rato, entonces tú le separas un audífono y le dices que para poder llegar mas adentro de ella llevas puesta una faja, dile que hoy te animaste a ponértela porque no puede verte.
Me separé y Miguel siguió mi consejo. Estrellita le hablaba levantando la voz porque se dejaba llevar por la impresión de estar en un lugar con música alta.
-Ok corazón, no te preocupes, ya entendí porque te siento mas adentro, pero ya no pares, sigue con tu fantasía mi amor, me estas cogiendo bien rico.
Por fin desinhibida pensé, así es como deben ser las mujeres.
Nuevamente sus deseos fueron órdenes para los 2, así es que con mas confianza cambié de posición. Su concha ya se encontraba mas que lubricada, así es me bajé de la cama y tomé sus caderas para guiarlas hacia mi. Suavemente con las manos la continué orientando para que bajara sus muslos hasta que ella instintivamente los dejó descansando sobre sus pantorrillas.
De esta forma su monumental trasero volvía a encontrarse tentadoramente disponible, pues aunque me encontrara parado en el borde de la cama, la postura de la esposa de mi amigo me permitía alcanzar a penetrarla fácilmente. La empecé a embestir introduciendo ahora si mi verga hasta el fondo de la concha de Estrellita.
-Hay papi, nunca me habías dado así, hay amor, estoy caliente - Decía mientras jadeaba violentamente este bombón a punto de derretirse.
Gracias a esta postura ya había tenido la oportunidad de entender la aseveración del gran matemático Arquímedes: "Denme un punto de apoyo y moveré el mundo". Y que mejor palanca que una verga erecta a punto de estallar.
Al tener un mejor apoyo, tenía la sublime sensación de estar moviendo el universo de mi Estrella. Ahora se había convertido en mi nueva Diosa sexual, realmente la adoraba, pues ahora se mantenía estoicamente ante lo que ya no consideraba como una "incómoda" postura.
Mi fascinación por ella aumentaba, me cautivaba su nueva actitud, finalmente se había desprendido de su costumbre de quejarse para ahora saber entregarse al placer con frenesí.
Así continuamos durante un tiempo glorioso. Estrella sencillamente se dejaba llevar por la pasión desenfrenadamente, por fin se dejaba mostrar al gemir disfrutando como loca al ser follada con potencia.
Su primer orgasmo fue bestial, se contorsionaba salvajemente, casi al mismo tiempo que Miguelito, quien no había podido contenerse y había estado sentado y masturbándose a un costado de nosotros mientras materializaba su fantasía de ver como su afortunado amigo se follaba a su esposa.
Me separé unos instantes para dejarla descansar hasta que por fin dejó de jalar aire desesperadamente, pero no era mi intención terminar pronto la fiesta.
Dejé que permaneciera acostada boca abajo pero sin yo dejar de jugar y deleitarme con su sacudido cuerpo. Aguardé pacientemente para que Estrella continuara recargando su energía, pero para que no fuera olvidando su deseo de placer, en estos momentos le proporcionaba un masaje a su espalda para entonces subirme nuevamente a la cama para introducirle nuevamente mi verga, la cual solo dejaba que entrara y saliera esporádicamente del interior de Estrellita
Hasta que su respiración se normalizó decidí reanudar nuestro rito de amor. Comencé el suave pero constante vaivén, al mismo tiempo que me inclinaba para volver a masajear sus pezones.
Esta táctica empezó a funcionar. El regreso de su respiración agitada me indicaba que su excitación renacía. Yo no quise perder la oportunidad de abrir sus nalgas para observar y escupir su apetecible culito.
Mientas me decía:- Cielo, metemela asi otra vez.-Ella solita además de ponerse a 4 patas, también se colocaba de costado descansando sus rodillas en sus pantorrillas. Mientras comprobaba su rápido aprendizaje Estrella volvía a brindarme más agradables sorpresas.
-Papito, me vuelves loca, quitate el condón, quiero sentirte sin ese plástico horrible en mi concha.-Suplicó melosamente la ahora radiante y sumisa princesita.
No estábamos preparados para semejante reacción de la siempre centrada Estrellita, y no sabíamos que hacer, pues ella insistía.
Miré a Miguel y él me indicó con señales que ahora el se la cogería, estaba claro que no deseaba que yo se lo hiciera a Estrellita sin protección.
Y empezó a batallar, porque intentaba aguantar la respiración para que su panza no le estorbara, pero se empezó a cansar y Estrellita se empezó a quejar.
-No mi amor, ya no llevas el ritmo, y métemela hasta el fondo, dale a tu niña lo que tanto necesita por favor!- Ella lo Imploraba mientras yo cavilaba como es que aun estando radiante realmente se encontraba necesitada de alguien que le supiera dar con fuerza.
Le costó a Miguel, pero mas que nada para que Estrella no sospechara por el notorio cambio, terminó aceptando que mi verga entrara sin protección en la concha de su amada. Vaya que si me alegré en estos instantes de contar con una aceptable condición física gracias a mi constancia en natación.
A Miguel en un principio no le hacía tanta gracia, pero fue olvidando sus preocupaciones en cuanto Estrella volvía a gritar, literalmente.
Mi adrenalina se había disparado, mis embestidas fluían continuamente.
Yo me sentía en su parte mas oculta e íntima, mi verga, ahora más sensible imploraba inundar las entrañas de mi nueva reina, así es que no pude contenerme por más tiempo y eyaculé en su interior mientras ella se convulsionaba estrepitosamente, pero no dejé de darle, no quería que Miguel supiera que su amada estaba llena de mi leche. Además yo aun no quería descansar, Estrella estaba sublime y me contagiaba su energía al mostrarse tan hermosa y radiante. Parecía que se mantendría insaciable durante toda la noche, ¡Vaya cambio de actitud¡ Era imposible renunciar tan pronto a este sublime placer.
Uno de los placeres mayores posibles es contribuir a que una reprimida mujer se transforme en otra, en una verdadera perra, que sin prejuicios se deja llevar descontroladamente por sus instintos.
Miguel pensó que había sido un orgasmo solitario de Estrellita mientras continuaba concentrado en la tarea de hacer su solitaria paja.
Así es que Estrella supo continuar siendo follada al reponerse rápidamente. Ahora jadeaba nuevamente, su concha parecía tan húmeda como una cascada sin fin.
La mayoría de las mujeres aparentemente serias y frígidas resultan ser unas verdaderas putas en celo hambrientas de sexo, y algunas que se comportan socialmente audaces con aire de vampiresas resultan ser una decepción, mujeres sin pasión, sin alma.
Afortunadamente Estrellita empezaba a mantener una postura y actitud apasionada, pues su lujuria se incrementaba a la par que con el aumento del ritmo de mis embestidas.
Al cogermela mas rápido, noté que poco a poco mi semen empezaba a salir del suculento hoyo de Estrellita. Yo no tenía la intención de que Miguel se diera cuenta que la concha de su amada ya estaba inundada, por lo que empecé a masajear alrededor de su concha restregando nuestros abundantes fluidos en las partes de su escultural cuerpo que no estaban a la vista de su esposo.
Ambos nos volvíamos a recuperar y a excitar rápidamente, yo no perdía la oportunidad de masajear ligeramente el inicio de su firme culo
Miguel se me acercó y me dijo que no terminara adentro de Estrellita, y yo inmediatamente asentí.
Le debió parecer un larguisimo tiempo el que me tarde en terminar porque no sabía que esta sería ya por segunda ocasión.
Estrella ya no solo gemía, ahora sus bramidos me recordaban los estruendos de las olas debidos en gran parte gracias al el efecto de un cuerpo celestial, como el de mi adorada Estrella. Su fuerza y su pasión parecían no tener límite.
En estos momentos ya se había convertido en una adorable Diosa en celo, Estrella disfrutaba con vehemencia y desenfreno sus instintos sexuales impregnándonos con su placer.
Al llegar ella a su tercer y más potente clímax acepté que ya era tiempo de terminar. Su cuerpo se convulsionaba violentamente durante un tiempo increíble. –Yo también en este punto estaba por llega al orgasmo. En cuanto sintió que sacaba mi verga me dijo:
-Termina en mi espaldita.- Gritó tumbando su celestial cuerpo en la cama.
Me gustaba la idea, pero yo prefería lavar su cabello con mi líquido especial, así es que no desaproveche esta ocasión y dirigí mi semen directo a su abundante cabellera.
Además, pensé, solo se mojará un poco más debido a que ya estaba empapada en sudor. Mientras la bañaba, Miguel se incorporó pues también quiso mojar a su consentida esposa, creo que esta era la tercera vez que él eyaculaba. Era doble la ración de semen que recibía Estrella, pero supongo que no tuvo fuerzas ni para reclamar ni para sorprenderse por la abundante cantidad, o también estaba la posibilidad de que le empezara a parecer atractivo esta nueva forma de enjuagarse.
Hasta estos instantes fueron amainando sus sacudidas, pero su clítoris aun palpitaba. Vaya inercia, pensé, al parecer esta mujer por fin ha sabido dejarse coger por primera vez en su vida.
Después de esta faena, me resultaba increíble ir asimilando lo que nos había sucedido. Los 3 estábamos exhaustos pero mas que complacidos a la vez.
Miguel y yo contemplábamos a Estrella hasta que finalmente dejó de palpitar su concha. Ella permanecía acostada recuperando el aliento, se veía divina bañada no solo en sudor sino también en semen, el cual comenzaba a perder su consistencia llegando varias gotas a recorrer su cara angelical.
Quizás pensó que se trataba simplemente de su sudor, pero de lo que si estaba seguro era que difícilmente habría permitido ser eyaculada de esta forma si hubiera contado con sus 5 sentidos. Afortunadamente esta noche dejo de ser engreída y chocante, aunque bueno, no precisamente con Miguel.
Estrella se había transformado, finalmente había sabido comportarse como una buena puta.
Se le veía completamente exhausta, pero feliz, me dije.
Era hora de emprender la graciosa huída.
-Ok, misión completa- le susurré a Miguel mientras me dirigía a besar por última vez los labios de la que a partir de ese instante dejaría de ser mi mujer. Después le di una palmadita en sus nalgas y me vestí diligentemente.
Al retirarme lo último que observé fue como su esposo limpiaba afanosamente la cara y el cabello a su consentida esposita.
espero que les halla gustado chau...
se que esta quemedo perooooo comentar es agradecer
🆒 😉
A mis 37 años no me considero tan mayor, pero es evidente que mantengo distintos puntos de vista con gente más joven, como por ejemplo con Miguel, un amigo de 22 años.
El es tranquilo, amable y pues la verdad, cuenta con algo de sobrepeso.
A pesar de la diferencia de edad, hemos llegado a tenernos confianza, al grado de entre otras cosas, platicar ocasionalmente acerca de como nos suele ir en nuestras proezas sexuales, aunque algunas de las locuras que me han sucedido, a el le parecen imposibles de efectuar.
En una ocasión me comentó el problema que había tenido con su recién flamante esposa:
-Oscar, ya ves que cuando le insinúo mis fantasías sexuales, Estrella solo evita el tema, pues ayer que me animo a proponerle directamente una que realmente me prende, pero se molestó exageradamente, es mas, creo que ya hasta terminamos.
Yo dudé que ella lo dejara tan repentinamente, si bien mi amigo no es un galán, sí es un genio en comunicaciones y su sueldo es bien remunerado, además cuenta con algunas propiedades, y ni a el ni a su linda mujercita les molesta gastarlo en antros, cenas, ropa, viajes.
-Con que tacto se la habrás comentado- le cuestioné.
-Yo creo que bien, hasta lo planee con cuidado, ya desde hace tiempo le había pedido que viéramos una peli porno, nomás para salir de la rutina sexual. Después de insistirle por fin hasta ayer accedió, así es que mientras veíamos una escena en la que la actriz le mama la verga a un guey mientras otro se la coge yo le comenté: a poco no te gustaría estar en el lugar de esa chava.
Me respondió gritándome que era un degenerado y que ella era una mujer decente. Hasta me corrió de la casa, ¿como ves? Estrella esta bien buena, pero además de chocante es una mojigata.
Yo le comenté: - La verdad no creo que te deje, despreocupate hombre, así es como ella piensa que tenia que reaccionar, eso si, creo que no debes presionarla en un buen tiempo, además, no creo que esté tan mal que sea así, cuantos cornudos hay que desearían que sus mujeres se parecieran a tu Estrellita, tan encantadora y aunque suele ser asediada, siempre sabe comportarse, ¿sabes? a mi ni me sostiene la mirada.
-Pues si, quizás por lo mismo que es tan seria que se me antoja verla desatada, disfrutando mientras se la cogen, pero ella exagera su frigidez, nada que ver por ejemplo con Vanesa, ya te he comentado que cuando andaba con ella hasta tenia un consolador para imaginarnos a un tercero en la cama.
-Ahora que mencionas esto, se me ocurre una manera en la que podrías ver a tu mujer follando conmigo.
- No lo creo, Imaginármela así si que me prende, pero este es otro de tus cuentos, ella es incapaz.
-"Todo arde si le aplicas la chispa adecuada".- le dije en son de broma- Y tu sabes que coincido contigo, para mi sería un verdadero placer colaborar en tu fantasía manteniendo una sesión con tu anticuada señora.
A grandes rasgos le comenté mi plan. A Miguel le pareció factible así es que acordamos en tratar de llevarlo a cabo.
Como parte de nuestra estrategia inicial Miguel se empezó a portar aun mas atento y espléndido que de costumbre, pero especialmente ya no hostigó a Estrella. Hasta después de varias semanas le hizo una propuesta especial, más que nada, argumentó, para efectuar una variante sexual.
Casi inmediatamente después de que Estrella aceptó su propuesta, Miguel me habló por teléfono:
-Ya la hicimos Oscar, se resistió en un principio, pero no le pareció tan difícil complacer mi petición, incluso le pareció algo sencillo, así es que terminó aceptando, dijo que el próximo viernes accedería a mi propuesta.
-Muy bien, -le dije entusiasmado- entonces piensa que solo le solicitaste una fantasía sin demasiado chiste.
-Si, se la platiqué tan emocionado que realmente creyó que aunque fuera le parecía algo sencillo, esto es algo que realmente deseo. Entonces el viernes saliendo del trabajo por fin consumamos el plan, ¿como ves?
-¿Saliendo del trabajo? Creo que es algo precipitado, antes invítala a cenar, o incluso a algún antro, tómense unas copas y agrádesele su disposición, su confianza, halágala, a las mujeres les encanta ser piropeadas y claro que se lo merecen, ¿no crees?
-Pues si, es difícil aguantar porque ya quiero ver que es lo que pasa, pero tienes razón, es mejor tranquilizarme para saborear el preámbulo antes de ver a mi cielo entrar en acción.
-Muy bien, entonces sigues manteniendo tu palabra.
-Por supuesto, vamos a cumplir el trato, en eso quedamos. Me confirmó convencido.
Durante el transcurso de la semana no hablamos del tema, supongo que mas que nada para disimular nuestro entusiasmo mezclado con ansiedad.
Hasta que por fin llegó el anhelado viernes, me parecían eternas las horas para terminar la rutina del trabajo, así es que salí a la hora exacta para ir a cenar algo ligero. Después me dirigí a la casa de Miguel. El ya me había proporcionado una llave para entrar.
Al llegar, decidí darme una ducha. Después perdí el tiempo viendo la tele, aunque estaba más concentrado en la gran posibilidad de follar a la simpática Estrellita.
La verdad es que hacía un buen tiempo que no me encontraba con una mujer joven, ella andaría rondando los 21 añitos.
Estaba intuyendo que lo mas probable era que aun le faltaría experiencia, cuando el mensaje de Miguel informando que llegarían en unos 15 minutos. Apenas iban a ser las 11 de la noche, algo temprano, pensé, pero por lo menos no fue tan directo. Es mejor hacer esperar a las mujeres, esto es algo que he podido comprobar.
Apagué el televisor y en silencio esperé la llegada de la parejita encerrado en el estudio.
En cuanto los escuché supe que habían tomado, pero no demasiado.
Fueron al baño, primero Miguel y después su esposa, me alegré de haber sido meticuloso al haber dejado todo como lo encontré.
Después entraron a su cuarto. Para no hacer ruido lentamente entreabrí ligeramente la puerta donde estaba para alcanzar a escuchar atentamente la conversación que entablaban.
En ese momento, Miguel le decía a su primor:
-Antes de que te acuestes te voy a cubrir firmemente tus ojos.
-Pero no calará mucho, ¿eh? - Le sentenció Estrella un poco animada pero mas sacada de onda.
-Este cubre ojos es importado, ya lo probé y para nada molesta, además se sujeta muy bien.
-Ok, aunque me da curiosidad el sentirme sometida así, no me parece tan morboso como para considerarse una fantasía.
-Para mi si, al tenerte completamente inmovilizada y sin que puedas ver ni oir, me sentiré como si te controlara completamente.
-Aja, ¡Hay! Me dijiste que las esposas con las que me sujetarías no lastimaban.-
"Si es delicadita esta niña", pensé.
-Solo si te mueves, recuerda que se trata de inmovilizarte.- Trató de tranquilizarla Miguel.
-No estoy acostumbrada, bueno, solo espero que pase esto pronto.- Reclamó la nena.
-Relájate amor, ya te iras acostumbrando, a partir de ahora ya no me escucharas, pero yo a ti si, así es que puedes comentarme como te sientes, o lo que quieras decirme- Le decía Miguel mientras le colocaba unos audífonos.
En el ipod Miguel había grabado un remix con horas de música sin interrupciones.
-Esta muy fuerte la música- ella gritaba.
Miguel levantó una bocina y le dijo: le voy a bajar, pero muy poco, recuerda que no quiero que escuches lo que pasa a tu alrededor, esto es parte de mi fantasía.
-Aja, me gustaría que le bajaras un poco mas, pero te has portado muy bien, es justo que en esta ocasión te de gusto.
-Muy bien ¿me oyes? le gritó Miguel pero ella ya no contestó. Fue en este momento que decidí abrir la puerta para unirme a la fantasía.
Entré a la recámara, Estrella estaba acostada boca abajo, Miguel se había encargado de hacer 2 orificios en la cabecera para ahí sujetar las esposas, de manera que las manos de su mujer estaban completamente inmovilizadas.
Las luces estaban encendidas, así es que decidí apagarlas dejando solo la del baño encendida, no quería arriesgarme a que Estrella pudiera sospechar al vislumbrar alguna extraña sombra.
Después de esto, con algo más de confianza analicé la situación más detalladamente.
Tenía ante mí a una atractiva mujer dispuesta a dejarse hacer, así es que paradójicamente iba a ser mía voluntariamente y a la vez contra su voluntad.
Aunque mimada, esta niña estaba en cierta forma indefensa, lo único que le interesaba era que el juego terminara pronto, pues no le agradaba la idea de permanecer demasiado tiempo sintiéndose un poco incomoda.
No me podía ver ni escuchar, incluso hasta mis oídos llegaba el sonido de la música que ella escuchaba, fácilmente reconocí como iba terminando Justify my love de Madonna simultáneamente con el comienzo de Sex is on fire de Kings of lion.
El trato con Miguel era que yo podía hacer cuanto quisiera, siempre y cuando usara condón, además de que esta era una regla inquebrantable de su nena para las ocasiones en las que le permitía satisfacer sus impulsos sexuales.
-¿Incluso puedo explorar su culito? -le había preguntado hace unos días al aspirante a cornudo.
-Si es que te lo permite, lo cual dudo mucho.
-Aja, y ¿besarla en la boca?'
-Si le puedes besar su concha, ¿por qué la boca no? pero como que no le gusta mucho.
Tenía permiso de todo, excepto de quitarme el condón, una regla con lo que estaba de acuerdo por obvias razones.
Así es que por fin era hora de comenzar la faena.
Mi delgada mujer, o por lo menos mi mujer por esta noche, aun estaba vestida, la blusa ya no podría quitársela pues las esposas lo impedirían.
Ella solita ya se había quitado sus zapatillas, por lo que inicié quitándole su falda que por cierto era holgada, algo que no me parece no tan sexi, aunque en esta situación esto era irrelevante, porque era fácil el irla despojando, Estrella cooperaba dócilmente con mi labor.
A continuación le desprendí sus braguitas, que por cierto no estaban tan mojadas, ¿esta mujer es de piedra? pensé por un momento, pero por lo menos continuaba permitiendo ser desnudada, simplemente porque no tenía idea que no era su señor oficial el que la desvestía.
Miguel estaba ya muy excitado, se empezó a bajar su pantalón, después de todo, él solo deseaba darle una variante a su mujer, dándole chance de degustar sexualmente a otro sin involucrar los sentimientos.
Yo seguí su ejemplo, sin por esto perder oportunidad de manosear los ahora descubiertos muslos de Estrellita. Estando ahora más cómodo, me dediqué a recorrer con la mirada sus apetecibles piernas y su agradable y hasta tierno monte de venus.
Es un gran error dejarse llevar por las apariencias. Después de deleitarme observando sus largas y bien torneadas piernas comprobé que la linda princesita no estaba tan flaca como lo imaginaba, Nada mal, pensé, me había dejado engañar por la ilusión óptica que su holgada ropa provocaba.
Este fenomenal estímulo colaboró en aumentar mi ya de por si notoria excitación. En estos momentos lo que mas deseaba era comenzar lamer su concha cuando recordé que Estrella era algo especial.
Si saboreaba ahora su clítoris quizás después no me dejaría besarla en la boca.
Así es que cambié de táctica. Con las manos la guié para que quedara recostada un poco de lado, hasta donde las esposas lo permitieran. Subí un poco su blusa, afortunadamente ya no llevaba sostén, así es que empecé a acariciar sus senos, su cuello, su cara.
Aun así la notaba algo tensa (ahora si no hubiera tomado un poco, volví a cavilar). Sus tetas no eran enormes, mas bien guardaban una perfecta proporción en armonía con su bien delineado cuerpo.
Acerqué mi boca para pacientemente empezar a succionar alternadamente sus pezones hasta que por fin, tan solo un poco, pero empezó ligeramente a jadear con mayor continuidad.
En este punto opté por besar su cuello, hasta llegar a sus labios los cuales me fascinaban. Durante meses había deseado tanto este momento. Estrella estaba radiante, hermosa, y mi pasión aumentó cuando comenzó a corresponder a mi beso,
¡Eureka¡ Esta preciosidad por fin empezaba a cooperar y a relajarse...
Mantuvimos un beso tranquilo, y paulatinamente empezó a ser más intenso. Miguel no parecía creer lo que se mostraba ante sus ojos. !Estrella empezaba a agitarse¡
Quizás a ella le empezó a dar morbo el empezar a entender que estaba expuesta, o quizás percibió mi deseo, pues yo me encontraba extremadamente excitado al saborear el morboso placer que ingenuamente me proporcionaba esta fruta prohibida.
Este apasionado beso ahora empezó a transformarse en uno eufórico, y así nos mantuvimos un buen rato, succionando nuestras lenguas !Si esta niña supiera que era la saliva de casi un total extraño¡ es aquí cuando consideré que no solo degustaría de mi saliva.
Me incorporé para acercar mi verga a su boca. Supongo que no estaba tan acostumbrada a recibirla en su paladar, pero esta era una fantasía "decente" de su esposo, así es que empezó a recibirla, aunque no tan diestramente. Decidí ayudarla un poco, me empecé a mover lentamente mientras delicadamente agarré su exuberante cabello desde la raíz y suavemente le fui indicando un lento pero seguro vaivén.
Al parecer no estaba acostumbrada a esto, notoriamente esto la motivó a incrementar su deseo, quizás en parte porque al estar privada de su vista, su sentido del tacto se había agudizado.
Mi Estrella ya empezaba a dejarse llevar, solo era cuestión de tomarse el tiempo necesario.
Correspondí a su felación recorriendo su cuerpo con mi lengua. Es un verdadero placer explorar de esta manera a una mujer, especialmente si es por primera vez.
Mientras le brindaba con mis manos un relajante masaje, mi lengua continuaba su recorrido desde su espalda hasta llegar a su firme y bien redondeado trasero. Estrella se dejaba hacer suspirando, era evidente que tampoco estaba acostumbrada a este preámbulo.
Sabía que sería precipitado dirigirme a su culito, así es que enfoqué mi atención en su atractiva vagina. Comenzaba a ensalivar su clítoris, cuando Miguel me empezó a apresurar:
-Ya es hora, empieza con la acción.
Me desconcentró, pero su propuesta era mas que interesante. Además, la concha de la princesa se había convertido en la de una reina. De ella ya emanaba una respetable y adecuada humedad.
Me puse el condón y me subí a la cama para colocarme de rodillas atrás de ella. Empecé a introducir un poco mi verga en su concha para después comenzar a penetrarla manteniendo un ritmo suave pero solo la ensartaba hasta la mitad de mi miembro.
Yo no tenía prisa, quería que Estrellita estuviera tranquila hasta que fue ella quien empezó a decir:
-Amor, me está gustando tu fantasía, ya estoy lista, pero se que puedes dármelo un poquito mas adentro.
Estas palabras ya no eran dignas de una reina, ahora Estrella se había convertido en mi nueva musa sexual. Sus deseos eran ordenes para mi, bueno, para los 2, así es que empecé a penetrarla un poco mas adentros al mismo tiempo que aumenté el ritmo.
-Amor, vas bien, si me está gustando, pero quiero que aguantes un poquito mas, no quiero que te vengas tan pronto.
Yo no tenía la intención de terminar tan pronto, así es que deduje que mi amigo era rápido no solo para configurar protocolos de comunicación.
Estrella era una jugosa mujer pero que aun no había sido recolectado eficazmente su delicioso néctar.
Mi respuesta fue incrementar el ritmo. Estrella ahora gemía constantemente, hasta que después de unos minutos se empezó a sorprender y empezó a decir.
-Papi, estas llegando mas adentro, ¿como lo haces?, papi, quiero ver ¿Por qué no siento tu pancita?
No sabía como responder y bajé el ritmo, Estrella se empezaba a enojar por esto y yo no deseaba que su enojo se empezará a transformar en susto, así es que lo único que se me ocurrió fue pedirle Miguel que se acercara. Entonces Le susurré:
Me voy a salir un rato, entonces tú le separas un audífono y le dices que para poder llegar mas adentro de ella llevas puesta una faja, dile que hoy te animaste a ponértela porque no puede verte.
Me separé y Miguel siguió mi consejo. Estrellita le hablaba levantando la voz porque se dejaba llevar por la impresión de estar en un lugar con música alta.
-Ok corazón, no te preocupes, ya entendí porque te siento mas adentro, pero ya no pares, sigue con tu fantasía mi amor, me estas cogiendo bien rico.
Por fin desinhibida pensé, así es como deben ser las mujeres.
Nuevamente sus deseos fueron órdenes para los 2, así es que con mas confianza cambié de posición. Su concha ya se encontraba mas que lubricada, así es me bajé de la cama y tomé sus caderas para guiarlas hacia mi. Suavemente con las manos la continué orientando para que bajara sus muslos hasta que ella instintivamente los dejó descansando sobre sus pantorrillas.
De esta forma su monumental trasero volvía a encontrarse tentadoramente disponible, pues aunque me encontrara parado en el borde de la cama, la postura de la esposa de mi amigo me permitía alcanzar a penetrarla fácilmente. La empecé a embestir introduciendo ahora si mi verga hasta el fondo de la concha de Estrellita.
-Hay papi, nunca me habías dado así, hay amor, estoy caliente - Decía mientras jadeaba violentamente este bombón a punto de derretirse.
Gracias a esta postura ya había tenido la oportunidad de entender la aseveración del gran matemático Arquímedes: "Denme un punto de apoyo y moveré el mundo". Y que mejor palanca que una verga erecta a punto de estallar.
Al tener un mejor apoyo, tenía la sublime sensación de estar moviendo el universo de mi Estrella. Ahora se había convertido en mi nueva Diosa sexual, realmente la adoraba, pues ahora se mantenía estoicamente ante lo que ya no consideraba como una "incómoda" postura.
Mi fascinación por ella aumentaba, me cautivaba su nueva actitud, finalmente se había desprendido de su costumbre de quejarse para ahora saber entregarse al placer con frenesí.
Así continuamos durante un tiempo glorioso. Estrella sencillamente se dejaba llevar por la pasión desenfrenadamente, por fin se dejaba mostrar al gemir disfrutando como loca al ser follada con potencia.
Su primer orgasmo fue bestial, se contorsionaba salvajemente, casi al mismo tiempo que Miguelito, quien no había podido contenerse y había estado sentado y masturbándose a un costado de nosotros mientras materializaba su fantasía de ver como su afortunado amigo se follaba a su esposa.
Me separé unos instantes para dejarla descansar hasta que por fin dejó de jalar aire desesperadamente, pero no era mi intención terminar pronto la fiesta.
Dejé que permaneciera acostada boca abajo pero sin yo dejar de jugar y deleitarme con su sacudido cuerpo. Aguardé pacientemente para que Estrella continuara recargando su energía, pero para que no fuera olvidando su deseo de placer, en estos momentos le proporcionaba un masaje a su espalda para entonces subirme nuevamente a la cama para introducirle nuevamente mi verga, la cual solo dejaba que entrara y saliera esporádicamente del interior de Estrellita
Hasta que su respiración se normalizó decidí reanudar nuestro rito de amor. Comencé el suave pero constante vaivén, al mismo tiempo que me inclinaba para volver a masajear sus pezones.
Esta táctica empezó a funcionar. El regreso de su respiración agitada me indicaba que su excitación renacía. Yo no quise perder la oportunidad de abrir sus nalgas para observar y escupir su apetecible culito.
Mientas me decía:- Cielo, metemela asi otra vez.-Ella solita además de ponerse a 4 patas, también se colocaba de costado descansando sus rodillas en sus pantorrillas. Mientras comprobaba su rápido aprendizaje Estrella volvía a brindarme más agradables sorpresas.
-Papito, me vuelves loca, quitate el condón, quiero sentirte sin ese plástico horrible en mi concha.-Suplicó melosamente la ahora radiante y sumisa princesita.
No estábamos preparados para semejante reacción de la siempre centrada Estrellita, y no sabíamos que hacer, pues ella insistía.
Miré a Miguel y él me indicó con señales que ahora el se la cogería, estaba claro que no deseaba que yo se lo hiciera a Estrellita sin protección.
Y empezó a batallar, porque intentaba aguantar la respiración para que su panza no le estorbara, pero se empezó a cansar y Estrellita se empezó a quejar.
-No mi amor, ya no llevas el ritmo, y métemela hasta el fondo, dale a tu niña lo que tanto necesita por favor!- Ella lo Imploraba mientras yo cavilaba como es que aun estando radiante realmente se encontraba necesitada de alguien que le supiera dar con fuerza.
Le costó a Miguel, pero mas que nada para que Estrella no sospechara por el notorio cambio, terminó aceptando que mi verga entrara sin protección en la concha de su amada. Vaya que si me alegré en estos instantes de contar con una aceptable condición física gracias a mi constancia en natación.
A Miguel en un principio no le hacía tanta gracia, pero fue olvidando sus preocupaciones en cuanto Estrella volvía a gritar, literalmente.
Mi adrenalina se había disparado, mis embestidas fluían continuamente.
Yo me sentía en su parte mas oculta e íntima, mi verga, ahora más sensible imploraba inundar las entrañas de mi nueva reina, así es que no pude contenerme por más tiempo y eyaculé en su interior mientras ella se convulsionaba estrepitosamente, pero no dejé de darle, no quería que Miguel supiera que su amada estaba llena de mi leche. Además yo aun no quería descansar, Estrella estaba sublime y me contagiaba su energía al mostrarse tan hermosa y radiante. Parecía que se mantendría insaciable durante toda la noche, ¡Vaya cambio de actitud¡ Era imposible renunciar tan pronto a este sublime placer.
Uno de los placeres mayores posibles es contribuir a que una reprimida mujer se transforme en otra, en una verdadera perra, que sin prejuicios se deja llevar descontroladamente por sus instintos.
Miguel pensó que había sido un orgasmo solitario de Estrellita mientras continuaba concentrado en la tarea de hacer su solitaria paja.
Así es que Estrella supo continuar siendo follada al reponerse rápidamente. Ahora jadeaba nuevamente, su concha parecía tan húmeda como una cascada sin fin.
La mayoría de las mujeres aparentemente serias y frígidas resultan ser unas verdaderas putas en celo hambrientas de sexo, y algunas que se comportan socialmente audaces con aire de vampiresas resultan ser una decepción, mujeres sin pasión, sin alma.
Afortunadamente Estrellita empezaba a mantener una postura y actitud apasionada, pues su lujuria se incrementaba a la par que con el aumento del ritmo de mis embestidas.
Al cogermela mas rápido, noté que poco a poco mi semen empezaba a salir del suculento hoyo de Estrellita. Yo no tenía la intención de que Miguel se diera cuenta que la concha de su amada ya estaba inundada, por lo que empecé a masajear alrededor de su concha restregando nuestros abundantes fluidos en las partes de su escultural cuerpo que no estaban a la vista de su esposo.
Ambos nos volvíamos a recuperar y a excitar rápidamente, yo no perdía la oportunidad de masajear ligeramente el inicio de su firme culo
Miguel se me acercó y me dijo que no terminara adentro de Estrellita, y yo inmediatamente asentí.
Le debió parecer un larguisimo tiempo el que me tarde en terminar porque no sabía que esta sería ya por segunda ocasión.
Estrella ya no solo gemía, ahora sus bramidos me recordaban los estruendos de las olas debidos en gran parte gracias al el efecto de un cuerpo celestial, como el de mi adorada Estrella. Su fuerza y su pasión parecían no tener límite.
En estos momentos ya se había convertido en una adorable Diosa en celo, Estrella disfrutaba con vehemencia y desenfreno sus instintos sexuales impregnándonos con su placer.
Al llegar ella a su tercer y más potente clímax acepté que ya era tiempo de terminar. Su cuerpo se convulsionaba violentamente durante un tiempo increíble. –Yo también en este punto estaba por llega al orgasmo. En cuanto sintió que sacaba mi verga me dijo:
-Termina en mi espaldita.- Gritó tumbando su celestial cuerpo en la cama.
Me gustaba la idea, pero yo prefería lavar su cabello con mi líquido especial, así es que no desaproveche esta ocasión y dirigí mi semen directo a su abundante cabellera.
Además, pensé, solo se mojará un poco más debido a que ya estaba empapada en sudor. Mientras la bañaba, Miguel se incorporó pues también quiso mojar a su consentida esposa, creo que esta era la tercera vez que él eyaculaba. Era doble la ración de semen que recibía Estrella, pero supongo que no tuvo fuerzas ni para reclamar ni para sorprenderse por la abundante cantidad, o también estaba la posibilidad de que le empezara a parecer atractivo esta nueva forma de enjuagarse.
Hasta estos instantes fueron amainando sus sacudidas, pero su clítoris aun palpitaba. Vaya inercia, pensé, al parecer esta mujer por fin ha sabido dejarse coger por primera vez en su vida.
Después de esta faena, me resultaba increíble ir asimilando lo que nos había sucedido. Los 3 estábamos exhaustos pero mas que complacidos a la vez.
Miguel y yo contemplábamos a Estrella hasta que finalmente dejó de palpitar su concha. Ella permanecía acostada recuperando el aliento, se veía divina bañada no solo en sudor sino también en semen, el cual comenzaba a perder su consistencia llegando varias gotas a recorrer su cara angelical.
Quizás pensó que se trataba simplemente de su sudor, pero de lo que si estaba seguro era que difícilmente habría permitido ser eyaculada de esta forma si hubiera contado con sus 5 sentidos. Afortunadamente esta noche dejo de ser engreída y chocante, aunque bueno, no precisamente con Miguel.
Estrella se había transformado, finalmente había sabido comportarse como una buena puta.
Se le veía completamente exhausta, pero feliz, me dije.
Era hora de emprender la graciosa huída.
-Ok, misión completa- le susurré a Miguel mientras me dirigía a besar por última vez los labios de la que a partir de ese instante dejaría de ser mi mujer. Después le di una palmadita en sus nalgas y me vestí diligentemente.
Al retirarme lo último que observé fue como su esposo limpiaba afanosamente la cara y el cabello a su consentida esposita.
espero que les halla gustado chau...
se que esta quemedo perooooo comentar es agradecer
🆒 😉
3 comentarios - mi amigo compartio su mujer
gracias