Irrumpiendo en Casa de las Vecinitas Parte 1
Saludos Poringueros, en esta ocasión vengo a contarles algo que me sucedió hace aproximadamente un mes, espero que lo disfruten.
Bueno, vivo en Mexico, y resulta que mis tíos (una hermana de mi papa y su familia) vivian en una casa junto a mis otros tíos (primos de mi papa y sus familias). A mi tía la que es hermana de mi papa, le llamaré María, mientras que mi tío que es primo de mi padre, le llamare David. Pues todo empieza hace unos 3 meses, al esposo de mi tía Maria lo mandan al sur de Mexico a trabajar, yo vivo en la capital, por lo que tuvieron que mudarse junto con mis tres primos. De mis 3 primos, el segundo se llama Miguel, este primo, por cuestiones de su novia, quiso regresarse a la capital por su cuenta aunque tiene 17 años. Yo tengo 20 y me llevo bien con Miguel, por lo que cuando nos avisaron que se aproximaba una comida familiar en casa de mi tio David le llame de inmediato para que reservara el dia y no fuera a trabajar.
Estuve esperando la fecha, y por fin llegó. Ya habíamos pasado antes por la casa de mi tía María antes, y déjenme contarles que las personas que rentaban esa casa eran una jovencitas de Hungría que se dedicaban a hacer Table Dance. Uno que otro día las había visto salir y estaban buenísimas, un cuerpo escultural, con tetas y culo perfectos, rubias, de ojos grises, y una morochita de ojos verdes, todas hermosas, eran como diosas para nosotros.
El dia de la comida, estuvimos platicando entre otras cosas de las vecinas, de que estaban muy buenas, y que cualquiera de nosotros moriría por darles palo, la conversación siguió hasta que los hijos de mi tio David nos decían que sospechaban que tenían un tubo en su sala para practicar Table Dance entre otros rumores, cuando de pronto escucho salir de la boca de mi prima: “…pero ahorita no están, salieron de vacaciones, creo que se fueron a Acapulco y regresan hasta la otra semana.” Miguel y yo nos volteamos a ver instintivamente, sabiendo que este momento no podíamos dejarlo pasar.
Salimos a dar una vuelta y le comente: “Como ves que las vecinas no están? Suena como a que deberíamos aprovechar no?”. El asintió y comenzamos a hacer planes de que podíamos hacer, hasta que el me confesó que uno podía entrar al cuarto del último piso de las vecinas desde la casa de mi tío David. En eso, se me ocurrió que en la noche podríamos ir a ver que encontrábamos, me vino a la mente esa escena tan graciosa en American Pie 2, donde encuentran juguetes sexuales de unas vecinas. Fue tal el morbo que esperaba encontrar algo de ellas, algo sexual, y en mi imaginación soñaba que ellas llegaban y nos hacían el amor a mi primo y a mi, lo cual descubrí después, no estaba tan erróneo.
Esperamos a que se hiciera de noche, mientras pasaba la tarde estuvimos planeando todo.
Miguel-“No vamos a poder entrar por arriba, todo debe estar cerrado.”
Yo-“Echale un vistazo alla arriba, hay una ventana abierta, yo puedo saltarme y abrirte desde dentro.”
Miguel-“Dale, nada mas que oscurezca y nos lanzamos.”
Era de noche, la adrenalina estaba a full, mi primo Miguel tenía miedo, yo igual, pero ya quería entrar a esa casa, no me imaginaba que tantas cosas nos estarían esperando.
Subimos a escondidas hasta el ultimo piso, de ahí salimos al techo, rápidamente saltamos al techo de la otra casa y bajamos al balcón.
En ese balcón hay una puerta corrediza, intentamos abrirla, pero no pudimos, asi que, como lo teníamos planeado, me fui con cuidado por una especie de terraza hasta llegar a la última ventana, por ahí entré, cerré la ventana con la apertura con la que la había encontrado y fui silenciosamente a abrirle a mi primo. Yo no veo muy bien de lejos, y de noche mi vista es aún más borrosa, no llevaba mis lentes, por lo que estaba un poco desorientado, le dije a mi primo:
Yo-“Por donde bajamos, no veo ni madres!”
Miguel-“Es por aquí (abre una puerta y veo las escaleras) vamos.”
Bajamos silenciosamente, sabíamos que no había nadie, pero la adrenalina seguía a full. Llegamos al primer piso, donde se encontraban las habitaciones. Mi primo Ernesto (hijo de mi tio David) nos había dicho que las mujeres más sexies vivían en la primera y tercera habitación, y solo había tres, la tercera estaba al lado del baño.
Yo-“Vamos primero a ver que hay en esta (señalando la tercera habitación) y luego vemos las demás…..no mames que chido que si nos aventamos, espero encontrar algo que valga la pena.”
Miguel asintió con su cabeza y se dirigió hacia la puerta, vi como intentaba girar la perilla de la puerta, pero no podía, movió la cabeza de un lado a otro y me dijo: “No mames, está cerrado con llave! Ahora que hacemos?”
Me dirigí hacia la primera habitación, seguro de que ahí encontraríamos algo, tome la manija con mi mano, y al intentar darle vuelta sentí algo que no me dejaba, también habían cerrado con llave. Varias maldiciones salieron de nuestras bocas, un poco deprimidos por que no habíamos podido entrar a los “mejores” cuartos. En ese momento le dije a Miguel “Pues ya a la verga, vamos a ver que hay en el cuarto de en medio, es el único que queda, a ver si está abierto.”
Miguel fue hacia allá, y observé como pudo abrir la puerta, lentamente se abría la puerta….creí que mis ojos me jugaban una mala trastada…pero no. Suspiré y me tallé los ojos, pero al enfocar bien aquella visión me percaté de que esa habitación estaba totalmente vacía, escuche a mi primo decir: “Vale madres! Todo esto para nada!”
Yo-“Pues a la verga, yo vine aquí para algo, y la verdad no voy a salirme de aquí a menos que no me lleve una tanguita de recuerdo!”
Miguel asintió y nos dirigimos hacia el baño, pues justo enfrente se encuentran las escaleras para bajar a la planta baja. Entramos al baño, estaba casi vacío, saqué mi celular y lo desbloquee, con la tenue luz que emitía pude ver algo: “Por fin! Algo que vale la pena!” y tomé con mis manos un short de Hello Kitty, se veía muy sexy, por mi mente cruzó la idea de robármelo, hasta que Miguel me dijo: “No seas pendejo, es el único que hay aquí, se van a dar cuenta!” Inmediatamente lo dejé en donde lo había encontrado y procedimos a salir.
Miguel-“Y ahora que hacemos?”
Yo-“Pues vamos abajo, a ver si no encontramos las llaves de los cuartos.”
Bajamos las escaleras lentamente, y cuando íbamos a la mitad de pronto se escucharon unos ruidos.
Miguel, susurrando-“Creo que si hay alguien, no te muevas.”
Yo, por la adrenalina y por no pensar-“Hay alguien ahí?”
No hubo respuesta, asi que bajamos sigilosamente, nos acercamos a la fuente del ruido y vimos unas 10 jaulas con conejos y hurones, no pude ver bien que animales eran, pero lo curioso fue que solo tenían eso, y unos dos o tres sillones, la sala se veía vacía sin duda. Fuimos hacia la entrada, pues ahí hay una pequeña mesa que separa la cocina de la sala, y ahí hay unos ganchos donde se cuelgan las llaves (eso solía hacer mi tía). Buscamos entre todo lo que había ahí, había celulares, maquillaje, todo menos las llaves. Ya me había rendido, me sentía decepcionado, pero entonces mi primo me dijo: “Pues ya solo queda revisar el cuarto de lavado, a ver si ahí están las llaves.”
Entramos al cuarto de lavado y no preste atención a nada, solo buscaba las llaves, hasta que Miguel me dijo: “Wey mira!”, levanté la vista y de nuevo pensé que mis ojos me jugaban una broma! Vi unas 20 tangas colgadas de la secadora de ropa, inmediatamente me emocioné y vi una que tenía colores como si fuera de leopardo, inmediatamente la guardé en mi bolsillo.
Me sentía como un niño en una dulcería, a continuación seguí examinándolas y vi una que supuse que era juego de un disfraz de sirvienta sucia, pues tiene una parte blanca con botones, y una negra atrás, como con encaje. Esa tanga me encantó y también la guarde en mi bolsillo, seguía examinándolas hasta que mi primo me dijo: “Ya, o sino se van a dar cuenta.” Le dije que si, pero entonces mis ojos de nuevo se percataron de algo…..el cesto de la ropa sucia!
Le dije a mi primo: “A la verga, esto tiene que haber valido la pena! De aquí soy!” Me agaché y comencé a buscar en ese cesto…..encontré alrededor de 40 tangas, estaba que me moría de la emoción, vi dos azulitas, una de hilo dental y una tanga color azul pastel, también me las guardé, de pronto vi otra que me gustó, una rosa pastel de hilo dental, la estaba guardando en mi bolsillo cuando Miguel me dijo: “Es suficiente”, tomo la tanga rosa y la devolvió al cesto y dijo: “Ya vámonos”, subimos las escaleras, y le dije: “Vamos a revisar el cuarto vacío, tal vez ahí estén las llaves.” Fuimos al cuarto, y en el closet había una maleta negra, la sacamos y comencé a buscar ahí. Encontre unas cajas que decían “Cannabis”, me reí un poco, y las dejé, seguimos buscando, no encontramos las llaves, pero si muchos bikinis, al estar viéndolos le dije a Miguel: “Tu no te vas a robar ninguna tanga?” a lo que me respondió: “Quiero la azul pastel que tienes tu.” Se la dí pero le dije que bajaría por la rosa tan sexy que me había prendido hace rato. Por estar pensando en la tanga rosa, me distraje y cometí uno de los errores de los que me arrepiento….no llevarme un bikini de las vecinas. Pero bueno, bajamos y tomamos la tanga, las distribuí por todas mis bolsas para que nadie se diera cuenta, le íbamos a decir a mis otros primos que ningún cuarto estaba abierto. Salimos, procurando dejar todo como estaba, pero prometiéndonos queun dia regresaríamos cuando las vecinitas no estuvieran de vacaciones pero cuando no estuvieran en su casa para poder entrar a sus cuartos. Pero esa es otra historia, un poco más emocionante para mí, pero esa se las contaré en otra ocasión!
Saludos Poringueros, en esta ocasión vengo a contarles algo que me sucedió hace aproximadamente un mes, espero que lo disfruten.
Bueno, vivo en Mexico, y resulta que mis tíos (una hermana de mi papa y su familia) vivian en una casa junto a mis otros tíos (primos de mi papa y sus familias). A mi tía la que es hermana de mi papa, le llamaré María, mientras que mi tío que es primo de mi padre, le llamare David. Pues todo empieza hace unos 3 meses, al esposo de mi tía Maria lo mandan al sur de Mexico a trabajar, yo vivo en la capital, por lo que tuvieron que mudarse junto con mis tres primos. De mis 3 primos, el segundo se llama Miguel, este primo, por cuestiones de su novia, quiso regresarse a la capital por su cuenta aunque tiene 17 años. Yo tengo 20 y me llevo bien con Miguel, por lo que cuando nos avisaron que se aproximaba una comida familiar en casa de mi tio David le llame de inmediato para que reservara el dia y no fuera a trabajar.
Estuve esperando la fecha, y por fin llegó. Ya habíamos pasado antes por la casa de mi tía María antes, y déjenme contarles que las personas que rentaban esa casa eran una jovencitas de Hungría que se dedicaban a hacer Table Dance. Uno que otro día las había visto salir y estaban buenísimas, un cuerpo escultural, con tetas y culo perfectos, rubias, de ojos grises, y una morochita de ojos verdes, todas hermosas, eran como diosas para nosotros.
El dia de la comida, estuvimos platicando entre otras cosas de las vecinas, de que estaban muy buenas, y que cualquiera de nosotros moriría por darles palo, la conversación siguió hasta que los hijos de mi tio David nos decían que sospechaban que tenían un tubo en su sala para practicar Table Dance entre otros rumores, cuando de pronto escucho salir de la boca de mi prima: “…pero ahorita no están, salieron de vacaciones, creo que se fueron a Acapulco y regresan hasta la otra semana.” Miguel y yo nos volteamos a ver instintivamente, sabiendo que este momento no podíamos dejarlo pasar.
Salimos a dar una vuelta y le comente: “Como ves que las vecinas no están? Suena como a que deberíamos aprovechar no?”. El asintió y comenzamos a hacer planes de que podíamos hacer, hasta que el me confesó que uno podía entrar al cuarto del último piso de las vecinas desde la casa de mi tío David. En eso, se me ocurrió que en la noche podríamos ir a ver que encontrábamos, me vino a la mente esa escena tan graciosa en American Pie 2, donde encuentran juguetes sexuales de unas vecinas. Fue tal el morbo que esperaba encontrar algo de ellas, algo sexual, y en mi imaginación soñaba que ellas llegaban y nos hacían el amor a mi primo y a mi, lo cual descubrí después, no estaba tan erróneo.
Esperamos a que se hiciera de noche, mientras pasaba la tarde estuvimos planeando todo.
Miguel-“No vamos a poder entrar por arriba, todo debe estar cerrado.”
Yo-“Echale un vistazo alla arriba, hay una ventana abierta, yo puedo saltarme y abrirte desde dentro.”
Miguel-“Dale, nada mas que oscurezca y nos lanzamos.”
Era de noche, la adrenalina estaba a full, mi primo Miguel tenía miedo, yo igual, pero ya quería entrar a esa casa, no me imaginaba que tantas cosas nos estarían esperando.
Subimos a escondidas hasta el ultimo piso, de ahí salimos al techo, rápidamente saltamos al techo de la otra casa y bajamos al balcón.
En ese balcón hay una puerta corrediza, intentamos abrirla, pero no pudimos, asi que, como lo teníamos planeado, me fui con cuidado por una especie de terraza hasta llegar a la última ventana, por ahí entré, cerré la ventana con la apertura con la que la había encontrado y fui silenciosamente a abrirle a mi primo. Yo no veo muy bien de lejos, y de noche mi vista es aún más borrosa, no llevaba mis lentes, por lo que estaba un poco desorientado, le dije a mi primo:
Yo-“Por donde bajamos, no veo ni madres!”
Miguel-“Es por aquí (abre una puerta y veo las escaleras) vamos.”
Bajamos silenciosamente, sabíamos que no había nadie, pero la adrenalina seguía a full. Llegamos al primer piso, donde se encontraban las habitaciones. Mi primo Ernesto (hijo de mi tio David) nos había dicho que las mujeres más sexies vivían en la primera y tercera habitación, y solo había tres, la tercera estaba al lado del baño.
Yo-“Vamos primero a ver que hay en esta (señalando la tercera habitación) y luego vemos las demás…..no mames que chido que si nos aventamos, espero encontrar algo que valga la pena.”
Miguel asintió con su cabeza y se dirigió hacia la puerta, vi como intentaba girar la perilla de la puerta, pero no podía, movió la cabeza de un lado a otro y me dijo: “No mames, está cerrado con llave! Ahora que hacemos?”
Me dirigí hacia la primera habitación, seguro de que ahí encontraríamos algo, tome la manija con mi mano, y al intentar darle vuelta sentí algo que no me dejaba, también habían cerrado con llave. Varias maldiciones salieron de nuestras bocas, un poco deprimidos por que no habíamos podido entrar a los “mejores” cuartos. En ese momento le dije a Miguel “Pues ya a la verga, vamos a ver que hay en el cuarto de en medio, es el único que queda, a ver si está abierto.”
Miguel fue hacia allá, y observé como pudo abrir la puerta, lentamente se abría la puerta….creí que mis ojos me jugaban una mala trastada…pero no. Suspiré y me tallé los ojos, pero al enfocar bien aquella visión me percaté de que esa habitación estaba totalmente vacía, escuche a mi primo decir: “Vale madres! Todo esto para nada!”
Yo-“Pues a la verga, yo vine aquí para algo, y la verdad no voy a salirme de aquí a menos que no me lleve una tanguita de recuerdo!”
Miguel asintió y nos dirigimos hacia el baño, pues justo enfrente se encuentran las escaleras para bajar a la planta baja. Entramos al baño, estaba casi vacío, saqué mi celular y lo desbloquee, con la tenue luz que emitía pude ver algo: “Por fin! Algo que vale la pena!” y tomé con mis manos un short de Hello Kitty, se veía muy sexy, por mi mente cruzó la idea de robármelo, hasta que Miguel me dijo: “No seas pendejo, es el único que hay aquí, se van a dar cuenta!” Inmediatamente lo dejé en donde lo había encontrado y procedimos a salir.
Miguel-“Y ahora que hacemos?”
Yo-“Pues vamos abajo, a ver si no encontramos las llaves de los cuartos.”
Bajamos las escaleras lentamente, y cuando íbamos a la mitad de pronto se escucharon unos ruidos.
Miguel, susurrando-“Creo que si hay alguien, no te muevas.”
Yo, por la adrenalina y por no pensar-“Hay alguien ahí?”
No hubo respuesta, asi que bajamos sigilosamente, nos acercamos a la fuente del ruido y vimos unas 10 jaulas con conejos y hurones, no pude ver bien que animales eran, pero lo curioso fue que solo tenían eso, y unos dos o tres sillones, la sala se veía vacía sin duda. Fuimos hacia la entrada, pues ahí hay una pequeña mesa que separa la cocina de la sala, y ahí hay unos ganchos donde se cuelgan las llaves (eso solía hacer mi tía). Buscamos entre todo lo que había ahí, había celulares, maquillaje, todo menos las llaves. Ya me había rendido, me sentía decepcionado, pero entonces mi primo me dijo: “Pues ya solo queda revisar el cuarto de lavado, a ver si ahí están las llaves.”
Entramos al cuarto de lavado y no preste atención a nada, solo buscaba las llaves, hasta que Miguel me dijo: “Wey mira!”, levanté la vista y de nuevo pensé que mis ojos me jugaban una broma! Vi unas 20 tangas colgadas de la secadora de ropa, inmediatamente me emocioné y vi una que tenía colores como si fuera de leopardo, inmediatamente la guardé en mi bolsillo.
Me sentía como un niño en una dulcería, a continuación seguí examinándolas y vi una que supuse que era juego de un disfraz de sirvienta sucia, pues tiene una parte blanca con botones, y una negra atrás, como con encaje. Esa tanga me encantó y también la guarde en mi bolsillo, seguía examinándolas hasta que mi primo me dijo: “Ya, o sino se van a dar cuenta.” Le dije que si, pero entonces mis ojos de nuevo se percataron de algo…..el cesto de la ropa sucia!
Le dije a mi primo: “A la verga, esto tiene que haber valido la pena! De aquí soy!” Me agaché y comencé a buscar en ese cesto…..encontré alrededor de 40 tangas, estaba que me moría de la emoción, vi dos azulitas, una de hilo dental y una tanga color azul pastel, también me las guardé, de pronto vi otra que me gustó, una rosa pastel de hilo dental, la estaba guardando en mi bolsillo cuando Miguel me dijo: “Es suficiente”, tomo la tanga rosa y la devolvió al cesto y dijo: “Ya vámonos”, subimos las escaleras, y le dije: “Vamos a revisar el cuarto vacío, tal vez ahí estén las llaves.” Fuimos al cuarto, y en el closet había una maleta negra, la sacamos y comencé a buscar ahí. Encontre unas cajas que decían “Cannabis”, me reí un poco, y las dejé, seguimos buscando, no encontramos las llaves, pero si muchos bikinis, al estar viéndolos le dije a Miguel: “Tu no te vas a robar ninguna tanga?” a lo que me respondió: “Quiero la azul pastel que tienes tu.” Se la dí pero le dije que bajaría por la rosa tan sexy que me había prendido hace rato. Por estar pensando en la tanga rosa, me distraje y cometí uno de los errores de los que me arrepiento….no llevarme un bikini de las vecinas. Pero bueno, bajamos y tomamos la tanga, las distribuí por todas mis bolsas para que nadie se diera cuenta, le íbamos a decir a mis otros primos que ningún cuarto estaba abierto. Salimos, procurando dejar todo como estaba, pero prometiéndonos queun dia regresaríamos cuando las vecinitas no estuvieran de vacaciones pero cuando no estuvieran en su casa para poder entrar a sus cuartos. Pero esa es otra historia, un poco más emocionante para mí, pero esa se las contaré en otra ocasión!
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