You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

sorpresa en la playa

espero q les guste y q los disfruten

Era una calurosa tarde de verano, a finales de julio, el calor era sofocante así que después de comer decidí ir a la playita a darme un baño. Me cambie y me dirigí a la playa.

Cuando llegue no había mucha gente así que me puse casi en primera línea de playa, deje las cosas y me dispuse a darme un baño, me metí en el agua, estaba templada, estuve nadando un rato. Salí y me fui directamente hacia la toalla, en el camino pude percibir como las miradas de varios jovencitos se perdieron entre mis piernas y mis senos.

Una vez en la toalla note que el cansancio había hecho mella en mí después de una mañana bastante ajetreada por lo que decidí echarme la siesta en la toalla mientras tomaba el sol. Me encontraba tan a gusto que cuando quise despertar era ya de noche, sentí algo de frio, ya que solo llevaba un diminuto bikini que penas cubría mis erectos pezones y un tanguita que se perdía en lo más profundo de mis piernas. Enfrente la situación y fui directamente a ponerme la camiseta y la falda para marcharme de aquella playa, la noche estaba muy oscura y apenas se veía, me agache para meter las cosas en una pequeña mochila, casi a tientas conseguí meterlo todo, me dispuse a levantarme para dirigirme a las escaleras de entrada a la playa y cuál fue mi sorpresa al percibir la presencia de un hombre bastante corpulento a mi lado.

No había notado su presencia hasta ese momento y mi primera reacción fue el miedo y me dispuse a gritar cuando note como su mano me tapó la boca. Me pidió que me tranquilizara y no me pasaría nada, una vez que me calme un poco el quitó su mano de mi boca, con la poca visibilidad que había note que era un hombre bastante atractivo aunque con una tez muy blanca y me extrañó mucho su forma de ir vestido, con un traje, y el aspecto de sus dientes. Su voz era cautivadora y me dijo con voz melosa:

•Lo siento pero llevo tres días sin comer y lo necesito.
En ese momento me di cuenta de que era un vampiro.

A la vez que dijo eso note como tiraba de mi cabeza hacia un lado y dirigió sus colmillos hacia mi cuello. Yo intentaba zafarme de él pero era muy corpulento y no pude. Cuando estaba a pocos centímetros de mi cuello se me ocurrió decirle que si no le podía dar otra cosa. Fue decirle esto y me soltó. Note como me hizo un análisis corporal exhaustivo. Note como sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo. Después de estar manoseándome un rato me dijo:

•Tienes un cuerpo muy bonito.
Terminó de decir esto y empezó a desprenderse de una especie de esmoquin que llevaba puesto. No sé si por los tocamientos de dicho vampiro o por la situación morbosa del momento pero note como estaba caliente. Yo permanecí inmóvil hasta que el quedo solo con un bóxer, se acerco a mí y me dijo al oído:

•Déjate llevar y disfrutaras la situación.
Terminó de decir esto y me dio un apasionado beso en los labios, al que yo respondí de la misma manera. Estuvimos un rato besándonos hasta que el decidió que yo llevaba demasiada ropa y me quito la camiseta, la dejo en el suelo y seguidamente empezó a masajear mis pechos que denotaban ya los síntomas de mi calentura. Me arranco el mini sujetador y se entretuvo chupando mis afilados pezones. Yo me encontraba en la gloria. Estuvo un ratito chupando mis tetas y masajeando mi culo por encima de la falda. Cuando se canso de esto me desabrocho la falda y la dejo en mis pies, se puso de rodillas y me termino de sacar la falda. Me pidió que me tumbase en la arena de la playa y yo accedí de inmediato, no sé quién era el extraño, pero me estaba haciendo sentir unas sensaciones para nada despreciables. Una vez yo en el suelo me separo las piernas lo que pudo a lo que yo le ayude y vi que dirigía su cabeza directamente a mi entrepierna, pero cuál fue mi sorpresa al ver que no iba directo a mi coño sino que me estaba haciendo caricias y nano pequeños besos-mordiscos desde la rodilla hasta mi coño, el cual estaba ya deseoso de guerra. Siguió con las caricias un ratito hasta que yo, cegada por la lujuria, alargué mi mano tratando de alcanzar su paquete a lo que el reacciono girándose hasta dejar su polla a mi altura, me dispuse a tocarla y cuál fue mi sorpresa al notar que su bóxer era incapaz de contener aquella maravilla de la naturaleza, le quite el bóxer como pude y le insté a hacer un 69 memorable, el lo entendió a la primera y se tumbo dejándome a mi encima, empecé a tocarle su increíble pene y fue entonces cuando el hundió su lengua en mi protegido chochito ya que llevaba el tanga puesto, tras unos cuantos lametazos por encima del tanga note como me retiraba el tanga hundiendo esta vez si su lengua en lo más profundo de mi coño, el cual poseía una humedad mayor que el propio Mediterráneo, el cual teníamos a escaso metros. A la vez empecé a chupar aquel maravilloso falo que debía medir por lo menos 20 cm y era bastante grueso. Al poco tiempo de él estar comiéndome el coño con una maestría nada desdeñable note que me corría, y seguí chupándosela hasta que entre espasmos me corrí en su cara para lo que saque su polla de mi boca para poder gemir. Una vez un poco recuperada continué con la mamada y el siguió con mi coño aunque ahora expandió sus objetivos hasta el virgen agujerito de mi culo.

Cuando se canso de que se la chupara se levanto dejándome tumbada con las piernas abiertas. Se dirigió hacia mí, se tumbó y empezó a besarme mientras apuntaba con su capullo hacia la entrada de mi coño. Me la metió poco a poco y una vez dentro bombeo con tal violencia que me estaba volviendo loca. Después de estar un rato en esta posición puso mis piernas sobre sus hombros y se levanto, yo estaba unida a él mediante su propio rabo y sus brazos, agarrados a los míos. Dicha posición no era nada cómoda para mí, pero sí que era de lo más placentera al entrar su polla todo lo que podía en mí, por lo cual a los pocos segundos consiguió arrancarme un segundo orgasmo. Decidió tumbarme de nuevo en el suelo y empezó a metérmela de nuevo cuando llevaba un rato me dio la vuelta y empezó a clavármela desde atrás.

A la vez que hacia esto jugaba con sus deditos en mi culo, primero uno después dos, lo cual empezó a molestarme un poco por lo que hice un gesto con el culo que el entendió perfectamente. A los pocos segundos sentí un liquido frio en la entrada de mi culo, debido a la situación pensé que podía ser saliva pero él, tirando de habilidad, sacó el bote del bronceador y me hecho en el culo, lo cual le facilito el poder meterme tres dedos. Una vez hecho esto saco su polla de mi coño y puso su capullo haciendo presión contra mi otro agujero. Esto me dio un poco de miedo y le dije que era virgen por ahí, a lo que él respondió que no me preocupase que lo iba a disfrutar. Empezó a metérmela por el culo y al principio costaba pero poco a poco entró toda. Las primeras embestidas me dolieron, pero luego empecé a sentir una mezcle de placer y dolor donde cada vez de imponía mas el placer, a los pocos minutos de estar enculandome me dijo que se corría y le pedí que aguantase un poquito más que ya estaba yo apunto. Siguió un par de minutos más, yo estaba en el séptimo cielo el me indico que se corría y al notar yo sus chorros de leche en mi culo me corrí en un espectacular orgasmo.

Caí rendida al suelo, nos vestimos y nos quedamos abrazados, sin darme cuenta se dio media vuelta y desapareció. No he vuelto a ver a mi vampiro pero dejo su huella en mí para siempre.

0 comentarios - sorpresa en la playa