El vendedor de libros
El vendedor de libros no es más que un simple dueño de su propio stand en la plaza del centro, no voy a hacerlo participe de la historia, pero si no fuera por el, no tendría la fantasía, la fantasía del helado, del caramelo de goma, de la uva y de su empleada, que con un gran escote y una sonrisa de oreja a oreja me hace excitar cada vez que se mueve de aquí para allá, con enormes tetas y pezones que sobresalen, a cualquier hora, como que ella también vive excitada o con frío, calor y humedad. Los mismos clientes se acercan a preguntar cualquier pavada, pero yo me acerco y directamente le digo que me calienta, que me la quiero coger en el baño de la plaza, cuando se venía la cachetada, lo cambio por palabras: Por que me miras los pezones? No puedo laburar caliente, todos me dan ganas de coger, hasta vos.
Me compre un libro de Bucay y me fui.
Tremenda paja me clave, y acabe sobre el libro de Bucay, pensando en la empleada del vendedor de libros, en mi vecina que come helado y en la concha de mi prima llena de uvas.
Al otro día volví y directamente le toque el pezón, como tocando timbre, atrevido, irrespetuoso y caliente, ella tomo mi dedo y antes de quebrarlo, lo hurgo en su conchita, hasta que no le temblaron las piernas no dejo de manosearse, luego se chupo el dedo y se comió un caramelo media hora, diciéndome al oído: La próxima vez, me meto el media hora en la concha y me chupo tu pito, vos mordeme el pezón y acábame en las axilas.
Que bizarro acabar ahí, esta vez no le compre ningún libro, no había tiempo de disimular, ese día la plaza estaba vacía, jugaba argentina versus España la final de la copa del mundo en Sudáfrica.
La empleada quedo embarazada me contaron, capaz del vendedor de libro, por que a mi solo me entrego la cola, me comí medio kilos de uva sobre la concha de mi prima y mi vecina se tomo mi leche como si fuera helado de melón.
El Aujerito Sin FIn.
El vendedor de libros no es más que un simple dueño de su propio stand en la plaza del centro, no voy a hacerlo participe de la historia, pero si no fuera por el, no tendría la fantasía, la fantasía del helado, del caramelo de goma, de la uva y de su empleada, que con un gran escote y una sonrisa de oreja a oreja me hace excitar cada vez que se mueve de aquí para allá, con enormes tetas y pezones que sobresalen, a cualquier hora, como que ella también vive excitada o con frío, calor y humedad. Los mismos clientes se acercan a preguntar cualquier pavada, pero yo me acerco y directamente le digo que me calienta, que me la quiero coger en el baño de la plaza, cuando se venía la cachetada, lo cambio por palabras: Por que me miras los pezones? No puedo laburar caliente, todos me dan ganas de coger, hasta vos.
Me compre un libro de Bucay y me fui.
Tremenda paja me clave, y acabe sobre el libro de Bucay, pensando en la empleada del vendedor de libros, en mi vecina que come helado y en la concha de mi prima llena de uvas.
Al otro día volví y directamente le toque el pezón, como tocando timbre, atrevido, irrespetuoso y caliente, ella tomo mi dedo y antes de quebrarlo, lo hurgo en su conchita, hasta que no le temblaron las piernas no dejo de manosearse, luego se chupo el dedo y se comió un caramelo media hora, diciéndome al oído: La próxima vez, me meto el media hora en la concha y me chupo tu pito, vos mordeme el pezón y acábame en las axilas.
Que bizarro acabar ahí, esta vez no le compre ningún libro, no había tiempo de disimular, ese día la plaza estaba vacía, jugaba argentina versus España la final de la copa del mundo en Sudáfrica.
La empleada quedo embarazada me contaron, capaz del vendedor de libro, por que a mi solo me entrego la cola, me comí medio kilos de uva sobre la concha de mi prima y mi vecina se tomo mi leche como si fuera helado de melón.
El Aujerito Sin FIn.
3 comentarios - El Vendedor De Libros
Muy buenos tus Aportes...Segui escribiendo....