Te propongo algo: hacé un ranking de los cinco mayores placeres de la vida.
¿Ya está? A ver.
Ay, pero qué sorpresa el primero, eh… claro, todo lo ponemos en el primer lugar. Y por lo que veo también pusiste comer. Sí, con “M”, no seas monótono! Bueno, el punto es que tengo la teoría (bastante comprobada) de que, en este caso, la suma de las partes es mucho mayor que el total. ¿O no?
Va a ser casi un año ya de mi cumpleaños. Mi marido había prometido organizarme la fiesta él solito, ocuparse de absolutamente todo. Y tengo que decir que lo hizo muy bien, convocó a todas mis amigas (se olvidó de las que yo no quería que viniesen…) y hasta hizo asado y torta de cumple. Un genio (por algo lo recompenso tanto). A la noche estábamos agotados y aunque tenía un poco de sueño no podía terminar mi cumple así. Entró a la habitación y me dijo sacate la ropita que ya vengo. Me gusta que me de órdenes, pero para mi cumple quería algo especial y de esa manera parecía que todo iba acorde a la rutina… pero no discutí. Me saqué todo y lo esperé en la cama.
Cuando entró, me dijo (me ordenó): ponete boca abajo. Lo que parecía rutina se estaba convirtiendo en rigor. Vas mejor, pensé. No mirés, dijo. Y yo no miré, aunque me moría de ganas de saber qué era lo que iba a sentir, y más importante aún: dónde. Entonces escuché un ruido y lo que sentí fue un frío que me recorrió toda la rayita de la cola, desde la cintura hasta donde se abren las piernas. No me pude contener y lo que vi fue a mi marido con una lata de crema chantilly, una fuente y mi cola toda decorada para la mejor fiesta.
Te dije que no mires, me reprochó. Puse mi tradicional carita de inocente/putita/putona. No funcionó: él tenía previsto cada paso. Yo podría haber hecho malabares con consoladores o hacer una imitación de Sandro que él no iba a cambiar por nada el rumbo de su rito dionisíaco. Como miraste y yo te había dicho que no lo hagas vas a tener que comer lo que yo diga. Golosa como soy, abrí la boquita. Pero él no vino hacia mi cara y eso me desconcertó. Miré en el espejo del placard y lo vi tomar una cereza de una fuente. Sabe que me encantan las cerezas y pensé que si el precio de mi desobediencia era que me den de comer en la boquita nunca más le haría caso. Pero no.
El me separó las piernas, y corrió apenas la línea de chantilly que me recorría. Entonces sentí como mi ano se empezaba a abrir y su lengüita fría me lo acariciaba. Pero también me equivoqué, no era su lengua. Era un cubito de hielo en que estaban sumergidas las cerezas. Mi culito se contrajo tanto por el frío que le aclaré que así no iba a poder meter nada. No necesito mucho espacio, dijo, que te duela un poco nomás. Y así, la cereza se bañó de crema y luego de pasear por toda la raya desembocó en mi ano. El empujó un poquito y yo veía como entraba, fría y chiquita, adentro de mi cola. Me mostró cómo sobresalía el cabito y me dijo que si me portaba mal tenía guardado también una ciruela y una manzana. Le dije que su chiste era muy malo y que por eso yo tendría mi turno de castigarlo. Me preguntó qué le haría y le dije que sería una sorpresa que dejaba para el final.
Me agarró de la cintura y me giró en la cama. Entonces me puso crema en los bordes de la vagina y me empezó a chupar. Me dijo que le encantaba la sensación de los dos sabores mezclados, flujo y chantilly. El se distrajo con mi vagina y soltó la lata de crema. Cuando se dio cuenta, me miró desde allá abajo y yo cerré los ojos para que él se calentara viendo como decoraba mis pezones. Como soy bastante chatita, parecía que lo único que tenía era crema, sin tetas. Me las quiso chupar, pero le dije que por nada del mundo se moviera, estaba al borde del éxtasis. Mientras, yo miraba su pija, delgada, chiquita y hermosa. A pesar de que yo tengo 29 y el casi 30, a veces pienso que somos dos nenes, yo sin tetas y él muy flaquito y con su pito delicado y tan suave. Dos adolescentes no, dos nenes. Cuando acabé, lo agarre de los pelos y froté su cara contra mi conchita, como si me masturbara con una almohada, como hace una amiga. Mmmmmm
La pija de él parecía que iba a explotar, toda la sangre concentrada ahí y los huevitos comprimidos, justo para el tamaño de mi boca. Cuando me acerqué con los labios preparados, él me dijo: para. Y entonces sacó de debajo de la cama un pote de dulce de leche. Todo planeado tenía, todo. Empecé a untarle las bolitas con el dulce y él me dijo: ¿te diste cuenta que me había depilado ahí? No!! No me había dado cuenta, pero me gustó mucho (es lo único que me gusta depilado. Eso y el ano). Saboree esos huevos procurando que no quede un gramo de dulce de leche. Y cuando alguien está untado en dulce de leche repostero créanme que no es fácil. Era un trabajo sucio pero alguien tenía que hacerlo, ¿no? Le llené la pija de dulce y la chupé como si fuera el último postre de mi vida. Cuando acabó, llegó hasta mi garganta una mezcla de semen y dulce. Cómo no tragarlo!
El se tiró en la cama, por completo relajado. Yo le dije: todavía no. Ahora me toca a mí. Entonces me di vuelta y mi colita se lo quedó mirando. ¿No te olvidaste nada ahí adentro?, le pregunté. El se empezó a reír, pero yo le dije que es mala educación dejar comida en la mesa por lo que hice algo de fuerza como para sacarla (quién sabe dónde habrá quedado el cabito) y le dije que tendría que buscarla. Hurgó con sus dedos, yo lo ayudé como pude (jejeje, qué chancha) y entonces apareció la cerecita, algo machucada y sucia, pero sana y salva. Mientras pensaba en todas las posibilidades que existen en nuestra heladera y en cuánto nos falta todavía por explorar, mi marido comía la cereza que, por la expresión de su rostro, debía ser el fruto más rico de la historia.
PD: por mp algunos me preguntaron si son ciertas las cosas que cuento. POr ahora sí. Lo que me calienta es contar cosas que hice. Cuando invente (porque en algún momento quizpas tendre que hacerlo) prometo avisar
¿Ya está? A ver.
Ay, pero qué sorpresa el primero, eh… claro, todo lo ponemos en el primer lugar. Y por lo que veo también pusiste comer. Sí, con “M”, no seas monótono! Bueno, el punto es que tengo la teoría (bastante comprobada) de que, en este caso, la suma de las partes es mucho mayor que el total. ¿O no?
Va a ser casi un año ya de mi cumpleaños. Mi marido había prometido organizarme la fiesta él solito, ocuparse de absolutamente todo. Y tengo que decir que lo hizo muy bien, convocó a todas mis amigas (se olvidó de las que yo no quería que viniesen…) y hasta hizo asado y torta de cumple. Un genio (por algo lo recompenso tanto). A la noche estábamos agotados y aunque tenía un poco de sueño no podía terminar mi cumple así. Entró a la habitación y me dijo sacate la ropita que ya vengo. Me gusta que me de órdenes, pero para mi cumple quería algo especial y de esa manera parecía que todo iba acorde a la rutina… pero no discutí. Me saqué todo y lo esperé en la cama.
Cuando entró, me dijo (me ordenó): ponete boca abajo. Lo que parecía rutina se estaba convirtiendo en rigor. Vas mejor, pensé. No mirés, dijo. Y yo no miré, aunque me moría de ganas de saber qué era lo que iba a sentir, y más importante aún: dónde. Entonces escuché un ruido y lo que sentí fue un frío que me recorrió toda la rayita de la cola, desde la cintura hasta donde se abren las piernas. No me pude contener y lo que vi fue a mi marido con una lata de crema chantilly, una fuente y mi cola toda decorada para la mejor fiesta.
Te dije que no mires, me reprochó. Puse mi tradicional carita de inocente/putita/putona. No funcionó: él tenía previsto cada paso. Yo podría haber hecho malabares con consoladores o hacer una imitación de Sandro que él no iba a cambiar por nada el rumbo de su rito dionisíaco. Como miraste y yo te había dicho que no lo hagas vas a tener que comer lo que yo diga. Golosa como soy, abrí la boquita. Pero él no vino hacia mi cara y eso me desconcertó. Miré en el espejo del placard y lo vi tomar una cereza de una fuente. Sabe que me encantan las cerezas y pensé que si el precio de mi desobediencia era que me den de comer en la boquita nunca más le haría caso. Pero no.
El me separó las piernas, y corrió apenas la línea de chantilly que me recorría. Entonces sentí como mi ano se empezaba a abrir y su lengüita fría me lo acariciaba. Pero también me equivoqué, no era su lengua. Era un cubito de hielo en que estaban sumergidas las cerezas. Mi culito se contrajo tanto por el frío que le aclaré que así no iba a poder meter nada. No necesito mucho espacio, dijo, que te duela un poco nomás. Y así, la cereza se bañó de crema y luego de pasear por toda la raya desembocó en mi ano. El empujó un poquito y yo veía como entraba, fría y chiquita, adentro de mi cola. Me mostró cómo sobresalía el cabito y me dijo que si me portaba mal tenía guardado también una ciruela y una manzana. Le dije que su chiste era muy malo y que por eso yo tendría mi turno de castigarlo. Me preguntó qué le haría y le dije que sería una sorpresa que dejaba para el final.
Me agarró de la cintura y me giró en la cama. Entonces me puso crema en los bordes de la vagina y me empezó a chupar. Me dijo que le encantaba la sensación de los dos sabores mezclados, flujo y chantilly. El se distrajo con mi vagina y soltó la lata de crema. Cuando se dio cuenta, me miró desde allá abajo y yo cerré los ojos para que él se calentara viendo como decoraba mis pezones. Como soy bastante chatita, parecía que lo único que tenía era crema, sin tetas. Me las quiso chupar, pero le dije que por nada del mundo se moviera, estaba al borde del éxtasis. Mientras, yo miraba su pija, delgada, chiquita y hermosa. A pesar de que yo tengo 29 y el casi 30, a veces pienso que somos dos nenes, yo sin tetas y él muy flaquito y con su pito delicado y tan suave. Dos adolescentes no, dos nenes. Cuando acabé, lo agarre de los pelos y froté su cara contra mi conchita, como si me masturbara con una almohada, como hace una amiga. Mmmmmm
La pija de él parecía que iba a explotar, toda la sangre concentrada ahí y los huevitos comprimidos, justo para el tamaño de mi boca. Cuando me acerqué con los labios preparados, él me dijo: para. Y entonces sacó de debajo de la cama un pote de dulce de leche. Todo planeado tenía, todo. Empecé a untarle las bolitas con el dulce y él me dijo: ¿te diste cuenta que me había depilado ahí? No!! No me había dado cuenta, pero me gustó mucho (es lo único que me gusta depilado. Eso y el ano). Saboree esos huevos procurando que no quede un gramo de dulce de leche. Y cuando alguien está untado en dulce de leche repostero créanme que no es fácil. Era un trabajo sucio pero alguien tenía que hacerlo, ¿no? Le llené la pija de dulce y la chupé como si fuera el último postre de mi vida. Cuando acabó, llegó hasta mi garganta una mezcla de semen y dulce. Cómo no tragarlo!
El se tiró en la cama, por completo relajado. Yo le dije: todavía no. Ahora me toca a mí. Entonces me di vuelta y mi colita se lo quedó mirando. ¿No te olvidaste nada ahí adentro?, le pregunté. El se empezó a reír, pero yo le dije que es mala educación dejar comida en la mesa por lo que hice algo de fuerza como para sacarla (quién sabe dónde habrá quedado el cabito) y le dije que tendría que buscarla. Hurgó con sus dedos, yo lo ayudé como pude (jejeje, qué chancha) y entonces apareció la cerecita, algo machucada y sucia, pero sana y salva. Mientras pensaba en todas las posibilidades que existen en nuestra heladera y en cuánto nos falta todavía por explorar, mi marido comía la cereza que, por la expresión de su rostro, debía ser el fruto más rico de la historia.
PD: por mp algunos me preguntaron si son ciertas las cosas que cuento. POr ahora sí. Lo que me calienta es contar cosas que hice. Cuando invente (porque en algún momento quizpas tendre que hacerlo) prometo avisar
30 comentarios - Mis fantasías V: Cerezas, flujo y chantilly
Buen post!!! Qué manera de relatar ese encuentro sexual gourmet!!!
Como siempre, excelente redacción, manejo de los tiempos y una carga de excitación que va en aumento
Pero..
pero esta honestidad brutal quizás vaya a desilusionar a mas de uno...
Te imaginaba voluptuosa, al menos 100 cm de busto. Aunque te entro igual!!!
Pero, el otro tema es muy delicado. Yo te digo, desde mi humilde lugar de hombre:
Por mas amor que haya: Qué duro debe ser que tu mujer escriba en internet, para ser leída por miles de personas, que su hombre, su macho, su "terminator"...tiene un "PITITO"...
je
😉
Vamos, no envidies que es feo!
Y no, lo mío no son las tetas, es la cola (según dicen...). Me quedé en la adolescencia
Se abre la encuesta!!!
Tuve una noche de ese tipo... terminó desmayada de placer...!je...putona igual que vos... 🙎♂️ 🙎♂️
Besitos linda!
Comparto las 2 opiniones (las femeninas y las masculinas) pero como hombre se que nunca, pero nunca , puede gustarte que te digan que la tenes chica (por más que les guste, les sirva, les satisfaga, etc.) eso no se dice... la de uno es la más grande y la más linda (salvo los de las pelis pornos que tienen una foca muerta entre las patas, pero esos son putos! ja)
segui asi y avisame!
beso
En honor a los pitos cortos... hablo yo...jaja! como fuiel miembro, (valga la redundancia), del club de los pitos cortos... somos muchos pero no decimos quienes somos... por eso del ego y otras cuestiones... Defiendo a mis compañeros diciendo:
Todo aquel que posee la dicha de tenes un pito corto tiene la gran fortuna de ser un luchador en los placeres de la cama. Sabernos como somos y aceptarnos nos hace ser libres de todo prejuicio ya que nuestra pequeña posibilidad nos hace ser capaces de grandes hazañas con todo el resto del cuerpo. Nosotros, los pitos cortos, nos valemos de cada parte de nuestro ser para dar placer, no nos quedamos con tan solo una parte de nosotros... nuestro placer es dar placer..
En cuanto al cuerpo de las mujer....uuuuuuh que temon... Que parametros usar... Sabrina Sabrock.... naaaaaaaa ni a palos no calienta. Julieta... lo que mas caliente es cuando hacia a la nena... pero con mi experiencia lo que calienta es lo que esta dentro de cada persona <<no quiero sonar sentimentalista pero es asi>>> si tu pareja te gusta... aceptas como es y para uno es la mas perra o el mas lindo del mundo... Eso no quita que si ves un lindo culo en la calle, sea de hombre o mujer, digamos la parto o lo parto en cuatro... Una cosa es el sexo con amor y otra es coger...no me quiero ir por las ramas...
Nota al margen: Jugar con cosas tan chiquitas en el ano no es lo más indicado, si al final no se quiere tener un pequeño momento desagradable
Excelente !!!
Felicitaciones, a favoritos y volveremos
Gracias por compartir.
Besos y Lamiditas !!!
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
jjajajaja lau que impresionante relato!!!!!!!
el guiño que me hiciste en tu relato me encanto 😀 😀 😀 😀
sos una loca de aquellas brava como pocas...en cuanto al tema de tetonisimas o chiquitas por experiencia propia
hubiera deceado un pequeño par de tetas ... esta bien que cargue mucho y mientras no fui madre eran un sueño la dicha total 🤤 🤤 🤤 🤤
un hijo despues y casi dos años de amamantar 😳 😳 😳 y quedaron flojitas y una mirando al sur 🤔 🤔 jajajaja que bajon!!!! ahora a juntar guita para la operacion 😀 😀 😀 😀
y los penes....mejor corto y gordito que largo y flaco 😀 😀 😀 😀 como dice fer arriba los cortitos se esmeran en complacerte el largo nunca cumple las expectativas y siempre busca su placer...
chicos lo importante es la calidad no la cantidad 😉
mañana vengo con los merecidos puntines 😃 😃 😃
que ganas de comer crema de tu cuerpito lau 🙎♂️ 🙎♂️ 🙎♂️ uffff me fui al carajo 😀 😀 😀
un beso preciosa 😉
Angie y Rubén: gracias por reconocer mi "perversión" jaja. Qué lindo eso del suave rigor, eh. Respecto a lo que dicen de poner cosas chiquitas en el ano, es cierto. Tiempo después de haberlo hecho, lo lei en algún lado. Quizás debiera decir abajo "chicos, no hagan esto en sus casas".
ElChicocool: comparto tu punto de vista y agrego una pregunta ¿alguna vez viste en una porno una pija que de tan parada esté por explotar? Nunca!! Eso les pasa por cargar con eso! Siempre a media asta jajaja!
Shad_t: La prandi debería gustarte... cuando no habla! Es tan boluda como hermosa. POrque me parece una preciosura, qué le voy a hacer.
Moni: Como no te voy a hacer el guiño!! Pero eso de ahora las mellizas apuntan al sur... quiero ir al sur!! Llevenme, voy de mochilera! o mejor a dedo ¿puedo viajar a dedo?... Ah, y quedate tranquila, vos tenés permitido cualquier comentario, no te fuiste al carajo ni mucho menos. Traigan crema que lenguas sobran!!!
Besitos a todos y millón de gracias, Lau
+10 😉
beso!
Felicitaciones Laurita !!
Gracias por compartir.
Besos y Lamiditas !!!
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
Pacificlupus: veo que leiste de corrido todos mis relatos! cinco al hilo, muy bien!! gracias
Angieyruben: Gracias genios!!! me re apoyan en todos mis post, besitos
Saludos preciosa, sos una Diosa y si te gustan asi todo bien!!!
La calidad antes que la cantidad,
algunos suertudos cumplimos ambos requisitos!!! 😉
Te fui lo más crudamente honesto posible, y vos sabes q te sigo desde que empezaste, pero hasta que no me vengas con una "aventura" en serio, creo q va a seguir todo por los carriles normales. obviamente tu relato es lo suficientemente interesante como para calentarme (aunq eso no es tan dificil), creo q estas historias de hielos, crema, dulce de leche, que se yo son cosas normales, todos la hemos hecho alguna vez; pero bueno esta el valor de una diferencia, la que decía una amiga que tiene un blog de relatos, basta que ustedes digan la palabra pija en el momento exácto para que se nos pare. saludos laurita.
Seba: Muy bueno que lo hayas disfrutado! Creo que no hace falta ser rebuscado para parecer que escribis bien. Cuanto más sincero, mejor. Besos.
Pobres almohadas, jajaja.