A falta de postre
Yo seguía chupándosela con glotonería y notaba lo dura que la tenía, estaba ya borracha de placer.
Mientras Efrén se la sacó también y agarrándome por el culo la puso en la boca de mi coñete y empezó a rozarme el clítoris con ella, antes que llegara a metérmela me corrí entre espasmos, esto le puso muy cachondo y de un empujón me la metió hasta el fondo comenzando un ritmo frenético.
Me imagino que casi todos los relatos que hay aquí son fantasías sexuales de la gente.
Mi nombre es Mercedes, estoy casada con Miguel, nos llevamos de maravilla en todo sentido, en la cama somos una pareja perfecta, conocemos nuestros gustos y los cumplimos.
Lo que yo voy a contar aquí sucedió en realidad, habrá gente que se lo creerá y otros que no, pero tampoco me importa demasiado; ya que el motivo que me mueve a esto es que necesito contarlo a alguien y lo que me sucedió no se lo puedes contar precisamente a tus amigas.
Sé que es bastante fuerte, pero la gente que se mete en estos sitios supongo que está curada de espanto.
Bueno, pues la cosa comienza en una cena que teníamos preparada el fin de semana pasado mi marido y yo para unos amigos (Efrén y Carlos) y sus respectivas mujeres.
Habíamos quedado a eso de las 9,30 pm en nuestra casa y más o menos a esa hora se presentaron Efrén y Carlos, pero para mi sorpresa vinieron solos, cosa que me contrarió bastante ya que la cena estaba preparada para 6. Me explicaron y se disculparon por ello, que sus mujeres no habían venido porque tenían una despedida de soltera de una compañera de trabajo (trabajan juntas).
La cena estaba divertida, con muchas bromas sobre que harían sus mujeres en una despedida de soltera y todo eso; bebimos bastante vino y nos pusimos bien contentillos, hasta aquí todo normal, luego llegó la hora del postre y mi marido (Miguel) me preguntó que tenía preparado, yo un poco molesta le contesté que habíamos quedado que se encargaba él de eso.
Él dijo que tenía razón y preparó unas copitas para todos, que nos atizamos en seguida, yo le dije que eso estaba muy bien, pero que esperaba que se lo hubiese currado más y haber preparado alguna otra cosa para sus amigos.
Él se levantó se puso detrás de mí, y mientras me cogía por la cintura dijo que el mejor postre era yo.
Yo me quedé un poco como que no sabía bien lo que quería decir, y como iba bastante cocidilla me empecé a reír; pero él no se detuvo ahí, y mientras me sobaba las tetas y besaba el cuello les preguntó a sus amigos que les parecía el postre que tenía para ellos.
Yo llevaba puesta ropa bastante sexy, ya que Miguel me había dicho que me pusiera bien guapa, ya que las mujeres de ellos vendrían bien puestas por eso de la rivalidad y que él quería que estuviese mejor que ellas; tampoco es que fuera como un putón, simplemente una blusa de transparencias con generoso escote y una faldita corta de vuelo.
A la pregunta que les hizo respondió enseguida Efrén acercándose y mirándome descaradamente el escote diciendo que le apetecía mucho probar ese postre, yo en ese momento no sabía cómo reaccionar, pero no sé si por el vino y lo demás estaba entre nerviosa y excitada, también influía que tanto Efrén como Carlos están como dos quesos, con unos cuerpazos bien cuidados. Carlos se acercó también y dijo que a él también le parecía bueno el postre; Miguel seguía detrás de mí y me sujetaba las manos a la espalda, les dijo que habría que empezar a pelarlo.
Efrén comenzó a desabrochar botones de la blusa dejando que se dejara ver poco a poco el sujetador de encaje, cuando esto sucedía Carlos introdujo sus dedos bajo el sujetador y empezó a pellizcarme los pezones preguntándole a Miguel si siempre llevaba esa ropa interior tan sexy, y que era una pena tener que quitármela, pero que esas maravillas de tetas había que liberarlas, así que me desabrochó el sujetador y me dejó las tetas al aire, yo me hice un poco la estrecha (bien poco) por no parecer tan facilona, pero estaba excitadísima, enseguida Efrén se lanzó y me empezó a chupar los pezones.
Carlos también se apuntó y mientras Miguel me cogía las tetas como poniéndolas en bandeja para ellos; que me chupen las tetas me pone a cien y me puse super caliente dejándoles hacer, ellos se dieron cuenta como me gustaba y se recreaban cada uno con una, enseguida no sé realmente quién de los dos, me bajó su mano por el vientre hasta meterla bajo mis braguitas, encontrando mi clítoris que estaba ya muy húmedo.
Yo estaba que me derretía de gusto, retiraron la mesa, me tumbaron sobre ella y Efrén me arrancó las bragas de un tirón, abrió mis piernas y hundió su cabeza entre ellas separando los labios de mi coñete empezó a comérselo como un poseso, yo gritaba de gusto (soy un poco escandalosa); Carlos mientras seguía magreándome las tetas se bajó la cremallera, que parecía que iba a reventar, y se sacó un pollón de esos de los que sí que importa el tamaño (no sé quién diría esa tontería), diciéndole a Miguel “la putita de tu mujer tendrá que probar algo de postre también” mientras me la ponía rozando mis labios, Miguel me susurró al oído que no me cortara y que quería verme disfrutar a tope, yo le respondí entre jadeos que eso no sería nada difícil.
Carlos me pasó los dedos por los labios, introduciéndolos en mi boca para que los chupara, luego me pegó un morreo que sabía a gloria y me dijo “venga zorrita dime lo que quieres”, yo estaba que reventaba de excitación y le dije que quería comerme ese pollón, total que lo agarré con fuerza y me lo metí en la boca, él me cogía del cuello y empujaba levemente pero me dejaba hacer, yo seguía tumbada chupándosela con glotonería y notaba lo dura que la tenía, estaba ya borracha de placer.
Mientras Efrén se la sacó también (vaya par tenía para mí) y agarrándome por el culo la puso en la boca de mi coñete y empezó a rozarme el clítoris con ella, antes que llegara a metérmela me corrí entre espasmos, esto le puso muy cachondo y de un empujón me la metió hasta el fondo comenzando un ritmo frenético, mientras me sujetaba las piernas a los lados, yo berreaba de gusto (menudo escándalo debí montar) y me agarraba a la polla de Carlos, en menos de 2 minutos tuve otro orgasmo.Carlos dijo “menudo pedazo de zorrita tienes Miguel” y me dijo, “venga putita sigue chupando”, me la metí en la boca y en ese momento noté una descarga de semen caliente en mi boca que me desbordaba y caía por las mejillas, mi marido dijo “venga, no le decepciones y trágatelo como una guarra de verdad”, le hice caso y eso hice sacando la lengua para que vieran lo cochina que podía llegar a ser.
Efrén mientras me estaba metiendo el dedo por mi culo y luego quería metérmela por ahí, pero a eso me negué (no me gusta) pidiéndole que no lo hiciera, él dijo “pues seguiré follando ese coñito que tanto placer te da”, su polla se ajustaba perfectamente y me daba mucho gusto, me volví a correr y él casi al mismo tiempo vació toda su carga dentro de mí. Perdí la noción del tiempo.
Al día siguiente me desperté y me encontré a Carlos y Efrén a ambos lados de la cama durmiendo, levanté la cabeza y a través de la puerta pude ver a mi marido dormido en el sofá del comedor.
Ya se me había pasado la borrachera, tenía algo de resaca, no mucha la verdad; me quedé un poco paralizada al descubrir lo que había pasado; aunque me acordaba perfectamente de lo ocurrido al estar serena estaba un poco inquieta, me levanté y me fui al comedor donde estaba Miguel, me tumbé junto a él abrazándole y en ese momento se despertó viéndome desnuda a su lado, “muy buenos días preciosa” me dijo y añadió que disfrutó mucho anoche, ante mi cara de preocupación me dijo que no tenía que arrepentirme de nada y que era sólo sexo, y que además había visto que me lo pasé muy bien, empezó acariciarme e hicimos el amor dulcemente como él bien sabe hacer.
1 comentarios - Ahora les dejo una historia caliente... Espero que les guste