Hola a todos de nuevo, les dejo mi último delirio erótico por un tiempo (me kaben semanas de laburo a full y no voy a tener tiempo de escribir) Espero disfruten leyendolo como yo disfruto escribiéndolos.
La Cena
Le di una última mirada a mi departamento, estaba impecable. La mesa ya puesta con sus velas, desde la pequeña cocina un delicioso olor a comida casera daba un toque hogareño. Me acerqué a la olla de salsa y la probé, deliciosa.
Puse todos los fuegos a mínimo solo para mantener la comida caliente hasta que llegaran y me saqué el delantal que había estado usando para proteger mi ropa. Me dirigí a mi habitación a darme los toques finales. Me había puesto un vestido negro, sencillo. Corto a mitad de muslo, liso adelante, escondiendo mis generosos pechos pero con toda la espalda descubierta, llegaba prácticamente adonde mi cintura ya deja de llamarse cintura, obviamente no llevaba bra ya que con ese vestido era imposible usarlo. Me miré aprobadoramente en el espejo, sexy sin ser vulgar, perfecto. Me calcé mis tacos y acomodé el poco maquillaje que llevaba puesto.
Me había costado mucho organizar esta cena, llevaba mucho tiempo deseándolo pero nada aun había pasado, mi timidez me había jugado en contra como siempre y cuando finalmente me animé a dar un paso y él aceptó mi invitación me puse más que feliz. Sin embargo cuando me llamó para avisarme que justo ese sábado su hermano estaría en la ciudad quería morir, por suerte se me prendió la lamparita y le ofrecí invitar a una amiga también, cena para cuatro y asunto solucionado. Por suerte aceptó en seguida, no me costó encontrar una amiga dispuesta a compartir una cena con un hombre soltero.
Estaba terminando ya con todo cuando sonó el teléfono, contesté rápidamente
-Hola.
-Negriii- era mi amiga- Tengo un problema, mi madre acaba de llegar, no podré ir a cenar con ustedes, lo lamento mucho- me dijo con vos compungida
-Noooo, ahora que hago, ya están por llegar y yo voy a tener un tercero en discordia, como me haces esto!!!!
-Lo lamento, no sabía que vendría, perdóname. Luego me contás como te fue, besos!
Me quedé parada con el teléfono en la mano sin saber qué hacer. Y sonó el timbre.
Me despabilé, habían llegado y debía atenderlos, abrí la puerta con la mejor sonrisa que tenía y me quede mirándolos. Gemelos!!! No sabía que eran hermanos gemelos, dos gotas de agua.
-No le comentaste verdad- dijo uno de ellos, no sabía yo cual era cual.
-No la verdad solo le dije q mi hermano estaría aquí.
-Pppasen…
-Mucho gusto linda, mi hermano como siempre se olvida de aclarar qué tipo de hermanos somos- y largó una carcajada, no pude menos que acompañarlo en la risa.
-Acaba de llamar mi amiga, lamentablemente tiene un tema familiar y no puede venir.
-Y bueno, pero huele tan bien de la cocina que no vamos a andar desperdiciando una rica cena casera- dijo quien ahora sabía era él, mi invitado especial.
-Por supuesto que no, prometemos portarnos bien – Dijo su hermano con un guiño pícaro..
Me ruboricé por un momento, si uno de ellos era sexy por partida doble ufff… Basta mujer, me dije, deja de pensar esas cosas!!! Los invité a pasar al living y cuando me di vuelta para guiarlos, pude sentir como ambos contuvieron la respiración ante lo profundo del vestido.
Serví unas copas de vino para relajarnos y nos sentamos a charlar, mas tarde pasamos a la mesa. La cena me había quedado deliciosa y la charla fue más que interesante, aunque debo confesar que tomé un poco más de vino del que acostumbro. No sé por qué razón mi vaso jamás estuvo vacio. Él o su hermano se encargaron de mantenerlo lleno toda la noche.
-Café?
-Seguro, gracias.
Estaba en la cocina preparando el café cuando sentí que alguien entraba. Unas manos fuertes se posaron en mi cintura, era él…
-Vas a matarme con ese vestido, sabes?
El alcohol debía haberme afectado porque me sentía muy sexy y sin importarme que su hermano estuviera en la otra habitación y con una caradurez contraria a todo lo que soy le contesté.
-Para eso me lo puse…
-Pues funcionó perfectamente, quisiera tomarte aquí, ahora mismo.
Definitivamente yo no estaba en mis cabales o tímida y recatada como soy tendría que haberlo parado…Nunca habíamos siquiera salido solos, ni siquiera nos habíamos besado, todavía no habíamos pasado del coqueteo inicial y él ya estaba diciéndome que quería tenerme… Sin embargo, solo podía disfrutar del calor que subía por mis mejillas al sentirlo tan cerca. Su boca comenzó a morder el lóbulo de mi oreja y me derretí.
Al demonio con todo, siempre había sido correcta, siempre haciendo y actuando según se esperaba de mi, perfecta en todo sentido e irreprochable. Por una vez en mi vida iba a hacer lo que sentía y en ese momento me sentía muy, pero muy caliente…me di vuelta lentamente cuidando de rozarlo sugestivamente y donde me tuvo de frente capturo mi boca con la suya. No fue un beso dulce debo decirlo. Era un beso demandante, de esos que te dejan sin defensas, yo solo atiné a gemir suavemente mientras mi cuerpo se entregaba.
Un poco de cordura, maldita sea, se coló en mi cerebro y cuando logré separarme un segundo le dije
-Tu hermano…
Su erección más que notoria presionaba en lo bajo de mi abdomen y yo solo podía pensar en lo molesta que se estaba volviendo la ropa.
El comenzó a besarme el cuello y sus manos acariciaron mis piernas y levantaron mi vestido, yo ya no daba más, mi tanguita estaba empapada, mis pezones eran piedras, quería tenerlo ya, necesitaba tenerlo ya…
Entre besos susurró en mi oído
-Mi hermano y yo somos muy unidos… compartimos todo, tal vez podríamos compartir este momento…
Mi cuerpo se tensó, y mi mente corrió a miles de kilómetros por hora… Había entendido bien? Estaba proponiéndome lo que yo entendí que me proponía?
Él sintió mi reticencia, suavemente deslizó una mano entre mis piernas y con su dedo comenzó a dibujar suaves círculos en mi clítoris, lubricándolo con mis jugos y matándome de placer….
-Aaaahhh-gemí casi gritando sin poder evitarlo… era delicioso….
-Si así te sientes solo conmigo… imagínate con el doble linda….
Supongo q a esta altura ya no podía echarle la culpa al alcohol, estaba caliente, caliente como nunca en mi vida había estado y definitivamente quería hacerlo. Así que no me resistí en lo más mínimo cuando tomo mis piernas y me alzó, haciendo que rodeara su cintura. Sin dejar de besarme me llevó hacia el living donde su hermano estaba.
Me depositó sobre las rodillas de su hermano pero mirando hacia él, automáticamente las manos de su gemelo fueron hacia mis pechos, rozando suavemente los pezones duros aun cubiertos por el vestido… Gemí y abrí mis piernas, no podía más de la necesidad, estaba más que mojada… él se arrodilló delante mío y sumergió su nariz en mi conchita, suavemente comenzó a pasar la lengua por mi clítoris aun cubierto por la fina tela de la tanga, uffffff que delicioso era, sentía en mi cola la firme erección sobre la que estaba sentada, mientras las manos que acariciaban mis pechos iban bajando el escote de mi vestido y la lengua que acariciaba mi conchita se volvía cada vez mas demandante yo abría mis piernas hasta lo imposible, conteniendo la necesidad de gritar mi placer, pero no pude mas cuando sentí un dedo correr la tela de mi tanguita e introducirse en mi hasta el fondo… exploté en un grito bañando la mano con mis jugos…. Ambos esperaron acariciándome suavemente a que cabalgara mi orgasmo y cuando fue cediendo, mi cuerpo se fue relajando como en un sueño sentí que me despojaban de toda mi ropa y me encontré arrodillada sobre el sillón, prácticamente en cuatro patas y una deliciosa verga erecta frente a mi cara, no lo dude un segundo, miré hacia arriba para encontrar un par de ojos profundos que me miraban fijamente, pasé mi lengua humedeciendo mis labios y poco a poco provocándolo mientras lo miraba comencé a comerme esa delicia…
-Así preciosa, perfecto, la quiero toda dentro de esa boquita hermosa…
Otras manos tomaron mi cintura y sentí como suavemente se introducían dentro de mí, estaba tan empapada, mi conchita inflamada latía de deseo, casi muero cuando entró completamente, llenándome y solo pude responder gimiendo mientras chupaba con alma y vida la pija que tenía en la boca. Nunca hubiera imaginado que estaría en esta situación… en cuatro patas en el sillón del living de mi casa, comiéndome un hombre mientras otro me penetraba, no estaba bien, solo las zorras hacían esas cosas, las mujeres perdidas hacían esas cosas y yo no era ninguna de las dos. Sin embargo toda la situación me tenía más que caliente, hacía rato había pasado el punto de no retorno, y justamente el hecho de que lo que estaba haciendo no era lo “correcto” era una de las cosas que más me encendía. Quería que hicieran de mi lo que quisieran, que abusaran de mi cuerpo como si de una prostituta barata se tratara…Mi cuerpo reaccionaba por sí solo, deseoso, entregado, sin darme cuenta comencé yo misma a moverme sobre esa delicia erecta que tenía en mi conchita. Mi cintura se quebraba mientras me clavaba en él, mi boca nunca dejó de saborear a su gemela.
-Jajaja la nena quiere más hermano… Mira como pide…démosle más.
Y comenzó a perforarme con fuerza, a clavarse hasta lo más profundo de mi ser mientras por delante me agarraron de los pelos para obligarme a abrir la garganta, ahogándome hasta el fondo de mi boca, impidiendo que dejara salir los gritos de placer que se agolpaban en mis pulmones. Jamás había sentido algo como el orgasmo que me sacudió, olas de placer vibrando desde mi espalda, recorriendo mi piel hasta explotar todas juntas en un mar de líquido en mi vulva.
En un solo movimiento me encontré arrodillada en el piso, delante mías dos vergas erectas y empapadas, una con mi saliva, la otra con mis jugos, reclamaban mi atención. No lo pensé, hacía rato había dejado de pensar, tome ambas con mis manos. Fui alternando de una a otra saboreándolas, disfrutándolas, hasta que finalmente introduje ambas cabezas en mi boca jugueteando locamente con mi lengua sobre ellas.
Ya no sabía quién era quién, y no me interesaba, solo deseaba seguir, seguir hasta que mi cuerpo no diera más, quería ser abusada hasta el desmayo, quería ser tomada una y otra vez por ambos, deseaba locamente ser saboreada, penetrada, tocada y acariciada. Entre mis piernas se había desatado una tormenta que necesitaba ser liberada una y otra vez. Y ellos lo sabían, lo sabían bien y se reían, se reían de mi deseo, disfrutaban mi necesidad y se aprovechaban de ella. Uno de ellos se sentó sobre el sillón y me paró frente a él dándole la espalda mientras el otro frente a mi atacaba sin misericordia mis pechos con su boca, mordiendo mis pezones, lamiendo la aureola, volviéndome loca. Un dedo fue introduciéndose lentamente en mi colita, preparándola, abriéndola, cuando sintió que estaba lista, me tomó de la cintura y fue sentándome en él. Nunca fui una fanática del sexo anal, normalmente me resultaba doloroso, no sé si fue por lo caliente que estaba o porque realmente sabían lo que hacían, solo sé que se sentía delicioso, mi colita se abría mas y mas recibiendo esa verga grande y dura mientras las mordidas en mis pechos se hacían cada vez más fuertes. Mi espalda se arqueaba para que entrara más profundo a la vez que entregaba mis pechos al abuso de los dientes de su hermano. Quién estaba en mi colita, realmente ya no sabía cual de los dos era, tomo mis nalgas fuertemente para comenzar a perforarme sin piedad. No pude resistir
-Siiiii… por favor…. Siiiii asi mas… massss
-Te gusta verdad? Pues no sabés todo lo que falta….
Su hermano se paró sobre mí, tomando mis pechos con sus manos los juntó para poner su verga entre ellos, mientras con los pulgares presionaba mis pezones comenzó a cogerse mis pechos. Ya era una locura, un hombre abajo mío taladrando mi cola sin piedad, otro sobre mi utilizando mis pechos para su placer y yo asquerosamente caliente, gozando como nunca había gozado en mi vida. Podía sentir como nuevamente el calor se agolpaba en mi bajo vientre, mi sangre era fuego líquido recorriendo mis venas, iba a explotar de nuevo y esta vez no contuve mis gritos.
-Masssssssssssssssssss-gritaba- No paren, cójanme asiiiiii, masssssssssss
Mis palabras los volvían locos y ya directamente dejaron de tener cuidado de mi cuerpo si es que habían tenido alguno. Me perforaron con alma y vida, y en el exacto momento que un tremendo orgasmo de proporciones inimaginables sacudió todo mi cuerpo, él que estaba arriba mío dejó mis pechos y en un solo movimiento, aprovechando la marea de liquidos que mi increíble venida hacía salir de mi conchita, se clavó en ella hasta el fondo. Sin piedad alguna.
Las sensaciones que me recorrían eran increíbles, jamás había experimentado algo así, dos vergas deliciosas se clavaban hasta los más íntimo de mi ser. Abriéndome hasta lo imposible, estirándome de una manera que sentía que iban a partirme y quería mas. Gritaba de placer, aullaba de deseo y ellos respondían a mi necesidad perforándome con toda su fuerza. El ritmo iba in crescendo, cada vez más fuerte, cada vez mas bruto, mi cuerpo totalmente entregado al punto que el dolor era un placer indescriptible. Comencé a tener un orgasmo diferente a cualquiera que hubiera sentido jamás, no fue una explosión de placer si no que el punto de climax se mantuvo, cada nervio de mi cuerpo vibraba, cada centímetro de mi piel, todo mi ser entró en un estado en que me sentía separada de mí, mas alla, un extasis total y absoluto, una marea de jugos salía de mí sin control. Mi cuerpo se tensó al extremo mis músculos no reaccionaban, mis gritos podían escucharse de donde fuera y cuando sentí la leche de ambos derramarse dentro de mi en una última penetración mas profunda y completa de lo que jamás había imaginado simplemente me fui. Convulsioné de pacer hasta perder la conciencia, nunca en mi vida, jamás había pensado que podía sentir algo así, perdí la conciencia desmayada de placer absoluto y total…
No sé lo que pasó después, solo sé que me desperté en mi cama, anidada entre los dos que dormían plácidamente, la mano de uno en mis pechos, la del otro entre mis piernas. Suavemente me levanté, cada musculo de mi cuerpo protestando de placentero dolor. No quería despertarlos, dormían tan bonito, dos gotas de agua…
Sin hacer ruido me dirigí a la cocina, al pasar por el living una sonrisa se dibujó en mi boca y mis mejillas se tiñeron de rosado, el sillón habría que retapizarlo. Completamente manchado y empapado por la noche. Pero bueno ya me encargaría luego de eso. Ahora debía preparar el desayuno… para tres.
Espero les haya gustado, besoso húmedos para todos y nos veremos prontito, muaaackssssssssss
Luli
La Cena
Le di una última mirada a mi departamento, estaba impecable. La mesa ya puesta con sus velas, desde la pequeña cocina un delicioso olor a comida casera daba un toque hogareño. Me acerqué a la olla de salsa y la probé, deliciosa.
Puse todos los fuegos a mínimo solo para mantener la comida caliente hasta que llegaran y me saqué el delantal que había estado usando para proteger mi ropa. Me dirigí a mi habitación a darme los toques finales. Me había puesto un vestido negro, sencillo. Corto a mitad de muslo, liso adelante, escondiendo mis generosos pechos pero con toda la espalda descubierta, llegaba prácticamente adonde mi cintura ya deja de llamarse cintura, obviamente no llevaba bra ya que con ese vestido era imposible usarlo. Me miré aprobadoramente en el espejo, sexy sin ser vulgar, perfecto. Me calcé mis tacos y acomodé el poco maquillaje que llevaba puesto.
Me había costado mucho organizar esta cena, llevaba mucho tiempo deseándolo pero nada aun había pasado, mi timidez me había jugado en contra como siempre y cuando finalmente me animé a dar un paso y él aceptó mi invitación me puse más que feliz. Sin embargo cuando me llamó para avisarme que justo ese sábado su hermano estaría en la ciudad quería morir, por suerte se me prendió la lamparita y le ofrecí invitar a una amiga también, cena para cuatro y asunto solucionado. Por suerte aceptó en seguida, no me costó encontrar una amiga dispuesta a compartir una cena con un hombre soltero.
Estaba terminando ya con todo cuando sonó el teléfono, contesté rápidamente
-Hola.
-Negriii- era mi amiga- Tengo un problema, mi madre acaba de llegar, no podré ir a cenar con ustedes, lo lamento mucho- me dijo con vos compungida
-Noooo, ahora que hago, ya están por llegar y yo voy a tener un tercero en discordia, como me haces esto!!!!
-Lo lamento, no sabía que vendría, perdóname. Luego me contás como te fue, besos!
Me quedé parada con el teléfono en la mano sin saber qué hacer. Y sonó el timbre.
Me despabilé, habían llegado y debía atenderlos, abrí la puerta con la mejor sonrisa que tenía y me quede mirándolos. Gemelos!!! No sabía que eran hermanos gemelos, dos gotas de agua.
-No le comentaste verdad- dijo uno de ellos, no sabía yo cual era cual.
-No la verdad solo le dije q mi hermano estaría aquí.
-Pppasen…
-Mucho gusto linda, mi hermano como siempre se olvida de aclarar qué tipo de hermanos somos- y largó una carcajada, no pude menos que acompañarlo en la risa.
-Acaba de llamar mi amiga, lamentablemente tiene un tema familiar y no puede venir.
-Y bueno, pero huele tan bien de la cocina que no vamos a andar desperdiciando una rica cena casera- dijo quien ahora sabía era él, mi invitado especial.
-Por supuesto que no, prometemos portarnos bien – Dijo su hermano con un guiño pícaro..
Me ruboricé por un momento, si uno de ellos era sexy por partida doble ufff… Basta mujer, me dije, deja de pensar esas cosas!!! Los invité a pasar al living y cuando me di vuelta para guiarlos, pude sentir como ambos contuvieron la respiración ante lo profundo del vestido.
Serví unas copas de vino para relajarnos y nos sentamos a charlar, mas tarde pasamos a la mesa. La cena me había quedado deliciosa y la charla fue más que interesante, aunque debo confesar que tomé un poco más de vino del que acostumbro. No sé por qué razón mi vaso jamás estuvo vacio. Él o su hermano se encargaron de mantenerlo lleno toda la noche.
-Café?
-Seguro, gracias.
Estaba en la cocina preparando el café cuando sentí que alguien entraba. Unas manos fuertes se posaron en mi cintura, era él…
-Vas a matarme con ese vestido, sabes?
El alcohol debía haberme afectado porque me sentía muy sexy y sin importarme que su hermano estuviera en la otra habitación y con una caradurez contraria a todo lo que soy le contesté.
-Para eso me lo puse…
-Pues funcionó perfectamente, quisiera tomarte aquí, ahora mismo.
Definitivamente yo no estaba en mis cabales o tímida y recatada como soy tendría que haberlo parado…Nunca habíamos siquiera salido solos, ni siquiera nos habíamos besado, todavía no habíamos pasado del coqueteo inicial y él ya estaba diciéndome que quería tenerme… Sin embargo, solo podía disfrutar del calor que subía por mis mejillas al sentirlo tan cerca. Su boca comenzó a morder el lóbulo de mi oreja y me derretí.
Al demonio con todo, siempre había sido correcta, siempre haciendo y actuando según se esperaba de mi, perfecta en todo sentido e irreprochable. Por una vez en mi vida iba a hacer lo que sentía y en ese momento me sentía muy, pero muy caliente…me di vuelta lentamente cuidando de rozarlo sugestivamente y donde me tuvo de frente capturo mi boca con la suya. No fue un beso dulce debo decirlo. Era un beso demandante, de esos que te dejan sin defensas, yo solo atiné a gemir suavemente mientras mi cuerpo se entregaba.
Un poco de cordura, maldita sea, se coló en mi cerebro y cuando logré separarme un segundo le dije
-Tu hermano…
Su erección más que notoria presionaba en lo bajo de mi abdomen y yo solo podía pensar en lo molesta que se estaba volviendo la ropa.
El comenzó a besarme el cuello y sus manos acariciaron mis piernas y levantaron mi vestido, yo ya no daba más, mi tanguita estaba empapada, mis pezones eran piedras, quería tenerlo ya, necesitaba tenerlo ya…
Entre besos susurró en mi oído
-Mi hermano y yo somos muy unidos… compartimos todo, tal vez podríamos compartir este momento…
Mi cuerpo se tensó, y mi mente corrió a miles de kilómetros por hora… Había entendido bien? Estaba proponiéndome lo que yo entendí que me proponía?
Él sintió mi reticencia, suavemente deslizó una mano entre mis piernas y con su dedo comenzó a dibujar suaves círculos en mi clítoris, lubricándolo con mis jugos y matándome de placer….
-Aaaahhh-gemí casi gritando sin poder evitarlo… era delicioso….
-Si así te sientes solo conmigo… imagínate con el doble linda….
Supongo q a esta altura ya no podía echarle la culpa al alcohol, estaba caliente, caliente como nunca en mi vida había estado y definitivamente quería hacerlo. Así que no me resistí en lo más mínimo cuando tomo mis piernas y me alzó, haciendo que rodeara su cintura. Sin dejar de besarme me llevó hacia el living donde su hermano estaba.
Me depositó sobre las rodillas de su hermano pero mirando hacia él, automáticamente las manos de su gemelo fueron hacia mis pechos, rozando suavemente los pezones duros aun cubiertos por el vestido… Gemí y abrí mis piernas, no podía más de la necesidad, estaba más que mojada… él se arrodilló delante mío y sumergió su nariz en mi conchita, suavemente comenzó a pasar la lengua por mi clítoris aun cubierto por la fina tela de la tanga, uffffff que delicioso era, sentía en mi cola la firme erección sobre la que estaba sentada, mientras las manos que acariciaban mis pechos iban bajando el escote de mi vestido y la lengua que acariciaba mi conchita se volvía cada vez mas demandante yo abría mis piernas hasta lo imposible, conteniendo la necesidad de gritar mi placer, pero no pude mas cuando sentí un dedo correr la tela de mi tanguita e introducirse en mi hasta el fondo… exploté en un grito bañando la mano con mis jugos…. Ambos esperaron acariciándome suavemente a que cabalgara mi orgasmo y cuando fue cediendo, mi cuerpo se fue relajando como en un sueño sentí que me despojaban de toda mi ropa y me encontré arrodillada sobre el sillón, prácticamente en cuatro patas y una deliciosa verga erecta frente a mi cara, no lo dude un segundo, miré hacia arriba para encontrar un par de ojos profundos que me miraban fijamente, pasé mi lengua humedeciendo mis labios y poco a poco provocándolo mientras lo miraba comencé a comerme esa delicia…
-Así preciosa, perfecto, la quiero toda dentro de esa boquita hermosa…
Otras manos tomaron mi cintura y sentí como suavemente se introducían dentro de mí, estaba tan empapada, mi conchita inflamada latía de deseo, casi muero cuando entró completamente, llenándome y solo pude responder gimiendo mientras chupaba con alma y vida la pija que tenía en la boca. Nunca hubiera imaginado que estaría en esta situación… en cuatro patas en el sillón del living de mi casa, comiéndome un hombre mientras otro me penetraba, no estaba bien, solo las zorras hacían esas cosas, las mujeres perdidas hacían esas cosas y yo no era ninguna de las dos. Sin embargo toda la situación me tenía más que caliente, hacía rato había pasado el punto de no retorno, y justamente el hecho de que lo que estaba haciendo no era lo “correcto” era una de las cosas que más me encendía. Quería que hicieran de mi lo que quisieran, que abusaran de mi cuerpo como si de una prostituta barata se tratara…Mi cuerpo reaccionaba por sí solo, deseoso, entregado, sin darme cuenta comencé yo misma a moverme sobre esa delicia erecta que tenía en mi conchita. Mi cintura se quebraba mientras me clavaba en él, mi boca nunca dejó de saborear a su gemela.
-Jajaja la nena quiere más hermano… Mira como pide…démosle más.
Y comenzó a perforarme con fuerza, a clavarse hasta lo más profundo de mi ser mientras por delante me agarraron de los pelos para obligarme a abrir la garganta, ahogándome hasta el fondo de mi boca, impidiendo que dejara salir los gritos de placer que se agolpaban en mis pulmones. Jamás había sentido algo como el orgasmo que me sacudió, olas de placer vibrando desde mi espalda, recorriendo mi piel hasta explotar todas juntas en un mar de líquido en mi vulva.
En un solo movimiento me encontré arrodillada en el piso, delante mías dos vergas erectas y empapadas, una con mi saliva, la otra con mis jugos, reclamaban mi atención. No lo pensé, hacía rato había dejado de pensar, tome ambas con mis manos. Fui alternando de una a otra saboreándolas, disfrutándolas, hasta que finalmente introduje ambas cabezas en mi boca jugueteando locamente con mi lengua sobre ellas.
Ya no sabía quién era quién, y no me interesaba, solo deseaba seguir, seguir hasta que mi cuerpo no diera más, quería ser abusada hasta el desmayo, quería ser tomada una y otra vez por ambos, deseaba locamente ser saboreada, penetrada, tocada y acariciada. Entre mis piernas se había desatado una tormenta que necesitaba ser liberada una y otra vez. Y ellos lo sabían, lo sabían bien y se reían, se reían de mi deseo, disfrutaban mi necesidad y se aprovechaban de ella. Uno de ellos se sentó sobre el sillón y me paró frente a él dándole la espalda mientras el otro frente a mi atacaba sin misericordia mis pechos con su boca, mordiendo mis pezones, lamiendo la aureola, volviéndome loca. Un dedo fue introduciéndose lentamente en mi colita, preparándola, abriéndola, cuando sintió que estaba lista, me tomó de la cintura y fue sentándome en él. Nunca fui una fanática del sexo anal, normalmente me resultaba doloroso, no sé si fue por lo caliente que estaba o porque realmente sabían lo que hacían, solo sé que se sentía delicioso, mi colita se abría mas y mas recibiendo esa verga grande y dura mientras las mordidas en mis pechos se hacían cada vez más fuertes. Mi espalda se arqueaba para que entrara más profundo a la vez que entregaba mis pechos al abuso de los dientes de su hermano. Quién estaba en mi colita, realmente ya no sabía cual de los dos era, tomo mis nalgas fuertemente para comenzar a perforarme sin piedad. No pude resistir
-Siiiii… por favor…. Siiiii asi mas… massss
-Te gusta verdad? Pues no sabés todo lo que falta….
Su hermano se paró sobre mí, tomando mis pechos con sus manos los juntó para poner su verga entre ellos, mientras con los pulgares presionaba mis pezones comenzó a cogerse mis pechos. Ya era una locura, un hombre abajo mío taladrando mi cola sin piedad, otro sobre mi utilizando mis pechos para su placer y yo asquerosamente caliente, gozando como nunca había gozado en mi vida. Podía sentir como nuevamente el calor se agolpaba en mi bajo vientre, mi sangre era fuego líquido recorriendo mis venas, iba a explotar de nuevo y esta vez no contuve mis gritos.
-Masssssssssssssssssss-gritaba- No paren, cójanme asiiiiii, masssssssssss
Mis palabras los volvían locos y ya directamente dejaron de tener cuidado de mi cuerpo si es que habían tenido alguno. Me perforaron con alma y vida, y en el exacto momento que un tremendo orgasmo de proporciones inimaginables sacudió todo mi cuerpo, él que estaba arriba mío dejó mis pechos y en un solo movimiento, aprovechando la marea de liquidos que mi increíble venida hacía salir de mi conchita, se clavó en ella hasta el fondo. Sin piedad alguna.
Las sensaciones que me recorrían eran increíbles, jamás había experimentado algo así, dos vergas deliciosas se clavaban hasta los más íntimo de mi ser. Abriéndome hasta lo imposible, estirándome de una manera que sentía que iban a partirme y quería mas. Gritaba de placer, aullaba de deseo y ellos respondían a mi necesidad perforándome con toda su fuerza. El ritmo iba in crescendo, cada vez más fuerte, cada vez mas bruto, mi cuerpo totalmente entregado al punto que el dolor era un placer indescriptible. Comencé a tener un orgasmo diferente a cualquiera que hubiera sentido jamás, no fue una explosión de placer si no que el punto de climax se mantuvo, cada nervio de mi cuerpo vibraba, cada centímetro de mi piel, todo mi ser entró en un estado en que me sentía separada de mí, mas alla, un extasis total y absoluto, una marea de jugos salía de mí sin control. Mi cuerpo se tensó al extremo mis músculos no reaccionaban, mis gritos podían escucharse de donde fuera y cuando sentí la leche de ambos derramarse dentro de mi en una última penetración mas profunda y completa de lo que jamás había imaginado simplemente me fui. Convulsioné de pacer hasta perder la conciencia, nunca en mi vida, jamás había pensado que podía sentir algo así, perdí la conciencia desmayada de placer absoluto y total…
No sé lo que pasó después, solo sé que me desperté en mi cama, anidada entre los dos que dormían plácidamente, la mano de uno en mis pechos, la del otro entre mis piernas. Suavemente me levanté, cada musculo de mi cuerpo protestando de placentero dolor. No quería despertarlos, dormían tan bonito, dos gotas de agua…
Sin hacer ruido me dirigí a la cocina, al pasar por el living una sonrisa se dibujó en mi boca y mis mejillas se tiñeron de rosado, el sillón habría que retapizarlo. Completamente manchado y empapado por la noche. Pero bueno ya me encargaría luego de eso. Ahora debía preparar el desayuno… para tres.
Espero les haya gustado, besoso húmedos para todos y nos veremos prontito, muaaackssssssssss
Luli
17 comentarios - La cena, donde comen dos...
Saludos 😀
Como ya explique andaré algo ocupada, pero trataré de hacerme un ratito para escribir... mucho de lo que escribo lo he vivido, les dejo a su imaginación ver donde hay fantasía y donde realidad jijijij
Muchas gracias a todos, es mas lindo cuando se tiene feedback de lo q una hace... se pone mas calentita la cosa asi MUaaackssssssssss