Buenas!!! Es mi primer post en P! y les cuento q me gusta escribir relatos eróticos asi q pense en dejarles este a ver si les gusta. Si es así tengo algunos mas escondidos por mi pc.
Besitos a todos
Luli
Descubrimiento
Hay veces que la vida te demuestra que uno nunca se conoce lo suficiente, que siempre podemos sorprendernos de algunas facetas de nuestra personalidad que estaban ocultas. Lo mas extraño es que muchas veces son terceras personas las que ven claro aquello que ni nosotros mismos vemos, o nos atrevemos a admitir. Justamente eso me pasó a mi.
Soy una mujer independiente, tengo mi propio negocio, lo hice desde abajo, luchando y trabajando. Es por eso que muchos me consideran implacable y resienten el hecho que este acostumbrada a dar órdenes y que no me tiemble el pulso al tomar decisiones difíciles. Pero bueno así me hizo la vida, nadie me regaló nada y también pagué el precio por ello. A mis 30 años sigo sola, bueno sola me refiero a una pareja romántica, estable. Compañeros sexuales jamás faltaron, de por si y sin falsa modestia, me mantengo muy bien, no tengo nada que envidiar a cualquier jovencita de 22 años, y bastante trabajo que lleva. Pero aun así, tampoco nunca encontré en la cama a alguien o algo que realmente me moviera, que pudiera hacer que mi mundo se volteara patas arriba, hasta esa noche…
Llegaba a mi departamento luego de un día muy pesado, había terminado despidiendo a mi asistente, era un buen hombre, tenía 38 años y era muy eficiente, pero lamentablemente había cometido un par de errores, realmente justificables pero jamás dejo pasar nada. No por nada estoy donde estoy. al que no le guste, lo siento. Pero volviendo a lo que estaba, llego a mi departamento de la ciudad agotada, solo quería darme un baño relajante e irme a dormir, abro la puerta, dejo mi portafolios y mi laptop en el sillón que se encuentra junto a la entrada cuando siento una mano que me tapa la boca y una voz baja, ronca me dice al oído.
-Quietita y no te va a pasar nada…
Me quedé helada, no sabía como reaccionar, siento como la puerta del departamento se cerraba tras de mi, estaba perdida.
-Ahora linda, vas a hacer todo lo que yo te diga y no te va a pasar nada… pero si te portas mal, tendré que castigarte.
Aca es donde, como les contaba, me sorprendí de mi misma, en lugar de asustarme ante sus palabras una deliciosa ráfaga de adrenalina recorrió mi espina dorsal y pude sentir como la humedad comenzó a notarse entre mis piernas… Nunca lo hubiera imaginado pero estaba realmente excitada, toda la situación me había excitado y no podía creerlo.
Sin quererlo, cuando él hombre me apretó más la boca y me obligó a avanzar mas dentro del departamento un gemido entrecortado se escapó como pudo de mi boca tapada.
Pude sentir en mi oído como una risita ahogada salía de los labios de él.
-Sé que estas caliente putita, conozco a las de tu tipo y te aseguro que sé perfectamente como les gusta que las traten.
Me arrastró a mi habitación y con alguna chalina que encontró me tapó los ojos.
-Ahora voy a soltarte la boca y te vas a quedar bien calladita putita linda si querés seguir sana y salva.
Yo solo atiné a asentir con la cabeza.
Despacio me soltó la boca, sus manos bajaron por mis hombros, sacándome en el camino el saco.
-Ahora vas a hacer exactamente lo que yo diga puta, esta claro? Puedes contestar.
-Si…
Para esta altura mi tanga estaba empapada de mis jugos, sentía fuego entre mis piernas y mis pezones duros como rocas golpeaban contra la delicada tela de mi sostén.
Bruscamente me bajó el cierre de la pollera y me la bajó. Su mano se metió entre mis piernas y comenzó a reírse cuando sintió la humedad que ahí había, más el gemido incontrolable de placer que escapó de mi boca sin que pudiera contenerlo.
-Si que eres puta, lo supe desde el instante en que te vi. Y si te portas bien voy a darte lo que te gusta. Lo que les gusta a las putas calientes como vos.
Me arrojó sobre mi cama.
-Te quedas ahí quietita- ordenó… y yo obedecí, no podía negarme, es mas y eso es lo q mas me asustaba… no quería negarme.
Escuchaba como abría mi placard y revolvía entre mis cajones. Luego se acercó a mí y tomando mis brazos uno por uno los ató al respaldar de la cama con lo que seguro eran mis pañuelos de seda. Luego repitió el procedimiento con mis pies. Estaba indefensa, atada, sin manera de escapar e increíblemente caliente. Tomo mi blusa y la abrió de un solo movimiento haciendo saltar todos los botones. Luego sentí el frío de una hoja de metal pasando suavemente por mi ombligo, ahí es donde mi temperamento surgió y traté de luchar, de soltarme. Entonces en un solo movimiento él puso su mano en forma de copa sobre mi conchita empapada, pasando la palma una y otra vez sobre ella hasta dejarme sin aliento, sin posibilidades de defensa, solo pude gemir mas fuerte aún y tratar de seguir luchando. Pero en el momento en que deslizó su dedo adentro mío estuve perdida. Cesé de luchar, mi espalda se arqueó de placer mientras mis líquidos bañaban su mano.
-A las putitas calentonas como vos se las maneja así. Portate bien y tendrás lo que te gusta, portate mal y te castigaré.
Mientras decía esto otro dedo mas se abrió camino entre mis piernas, para esta altura mi piel ardía en llamas, nunca en mi vida había estado tan pero tan caliente.
Nuevamente sentí la hoja de metal subiendo por mi abdomen, el frío contra mi piel afiebrada creaba la más deliciosa sensación, mi espalda se arqueaba de placer y eso hacía que él hundiera aun mas sus dedos en mi. Mi mente luchaba contra mi cuerpo, debería pelear, tratar de escapar sin embargo no podía mover un músculo más que para levantar mi cadera deseosa de recibir más y más, parecía un animal en celo. La cuchilla fue subiendo entre mis pechos hasta cortar mi sostén, mis pechos generosos libres de su prisión de tela mostraron mis pezones erguidos por la excitación, las aureolas oscuras de deseo. Comenzó a meter y sacar sus dedos cada vez mas rápido, haciéndome gemir incontroladamente, por dios nunca había sentido algo así y cuando ya era mucho cuando estaba a punto de explotar, los sacó. Dejándome al punto del delirio pero sin darme ese empujón final para el alivio.
-No pedazo de puta, se bien lo caliente que estas, pero aun no te daré el gusto, no tenés una idea de todo lo que falta.
Suavemente cortó mi tanga, el aire de la habitación se sintió helado al entrar en contacto con mi conchita caliente y mojada, haciéndome gemir más aun de necesidad.
-Ahora vamos a empezar a jugar linda…
Se acercó a mi cabeza y tomándome fuertemente del pelo metió su pija dura en mi boca, ahogándome prácticamente, comenzó a entrar y salir golpeando el fondo de mi garganta.
-Cométela toda puta bien que te gusta.
Y eso era lo peor, me encantaba. Sentir esa verga dura y grande en mi boca, su mano empujando mi cabeza sin misericordia, tirándome del pelo… Estaba tan caliente que solo pude hacer una cosa, obedecerlo. Chupé esa verga como si mi vida dependiera de ello, aunque de alguna manera era así.
\
-Vamos perra enferma, sácame la leche como buena puta que sos- me decía con la voz ronca y jadeando ya.
De pronto apretó mi cabeza bien fuerte sobre su pija y pude sentir el golpe de su leche contra el fondo de mi garganta, deliciosa leche que me trague hasta la última gota, cuando la sacó mi lengua aun seguía buscando entre mis labios hasta el último resto.
-Como le gusta tragarla a la putita… no te preocupes que esta noche vas a tener mas que suficiente perra.
Tomo mis pechos entre sus manos y pellizcó mis pezones con fuerza, el dolor fue insoportablemente … delicioso.
-Te gusta? Tengo algo q te va a gustar mas…
Sentí como se alejaba de mí y un ruido a cadenitas. Su boca se poso en uno de mis pezones y lo mordió, haciéndome saltar de dolor y placer, rápidamente reemplazó su boca por alguna especie de pinza, repitiendo el proceso en el otro pezón. El dolor era permanente y tremendamente exquisito, mi vulva estaba roja, empapada, caliente y deseosa… No podía mas…Un sonido lastimero salió de mi boca
-Por favor….
-Muy bien jejejeje, estas aprendiendo. Las cosas se piden por favor, y si tengo ganas te las daré- Mientras decía esto estiró la cadena que unía las dos pinzas, estirando mis pezones y haciéndome gritar de dolor y placer.
-Asiii, ves? las putas calientes gritan, gritan porque les encanta y quieren mas.
Sin dejar de tirar de la cadena, metió bruscamente, tres dedos esta vez, en mi conchita, estirándola y haciéndome gritar aun mas fuerte. Era delicioso sentir esos dedos perforándome mientras la piel de mis pezones parecía a punto de rasgarse. Fue tanto el dolor y el pacer que exploté bañando su mano con mis jugos, empapando la cama debajo mío, en un grito me sacudió el orgasmo más fuerte que había tenido hasta ese momento. Sin darme tiempo a parar de temblar, sacó sus dedos y metió hasta el fondo su verga nuevamente dura y deliciosa hasta el fondo de mí. No había podido aun recuperarme, cuando comenzó a taladrar mi cuerpo sin piedad, hasta el fondo, es verga hermosa no tenía misericordia, las paredes de mi vagina tremendamente sensibles por el increíble orgasmo de hacia un momento latían alrededor de su pija. Sin poder contenerme dije en un suspiro.
-Si por favor… mas…
Entonces paró, sin salir de adentro mío, bajo su cabeza y me dijo en el oído, te voy a dar mas cuando me digas lo puta que sos y como te gusta que te coja así perra. Quiero escuchártelo decir…
-Por favor…
-Por favor nada – Empujo hasta el fondo fuertemente, una vez- Decilo
-Soy…soy… soy…puta.. y quiero que me cojas mas por favor…
-Aaaah perfecto… -y arremetió contra mi cuerpo sin misericordia, sin dejar de cojerme nunca abrió los cachetes de mi cola con sus manos levantándome apenas de la cama para así poder clavarme mas fuerte, mas rico. Ya para esta altura yo gritaba sin vergüenza alguna, la batalla estaba perdida hacia rato, quería mas, no quería que parara nunca, sensaciones y deseos que jamás había imaginado recorrían mi cuerpo. Me sentía sucia, degradada, humillada… y me encantaba… en ese momento hubiera hecho cualquier cosa que ese hombre me hubiera pedido, lo que fuera.
Su pija deliciosa me perforaba, sus manos apretaban mis glúteos hasta el límite, las pinzas lastimaban mis delicados pezones y volví a acabar aun mas fuerte que antes, mi cuerpo convulsionó de placer y dolor como jamás había sentido.
-Mírenla a la putita como se viene, me encanta ver mi pija bien empapada de tus jugos de perra en celo… Ahora vas a tener lo que querés- acabó él también adentro mío, llenando mis entrañas de su leche.
Estaba humillándome, haciendo lo que quería conmigo y yo seguía queriendo mas... Realmente era una puta, asquerosamente puta…
-Ahora vamos a empezar a jugar en serio.
Diciendo esto desató mis piernas y brazos, volvió a atar mis manos por encima de mi cabeza y me obligo a ponerme en cuatro patas sobre mi cama atándome nuevamente, esta vez solo de mis muñecas a la cabeza de la cama, de esta manera quedaba totalmente expuesta mi culito al aire como esperando, mi conchita chorreando de mis fluidos y de su semen…
Se alejó de mí por unos segundos y sentí el sonido y el olor de un fósforo que prendía.
-Así es como tienen q estar las perritas como vos, en cuatro ofreciendo su culito lindo al amo, para q haga lo q quiera.
Sentí como algo extremadamente caliente cayó en la piel de mi cola, y bajo resbalando, quemando… Ufff que dolor mas exquisito…
Me arquee aun mas si es que eso era posible.
-Como le gusto la cera de la vela a la puta…-Me tomo fuertemente de los pelos- Te doy mas?
-Si… por favor…
Siguió quemando con la cera mi espalda, mi cola, mis piernas… cada gota que caía era una tortura deliciosa q me empapaba aun mas, mis gemidos de placer eran cada vez mas intensos…
-Que terrible pedazo de puta – dijo, dejó la vela y brutalmente me enterró su verga en el culo. El dolor fue insoportable me rasgó al medio sin piedad alguna… total y completamente exquisito.
Me agarró de los pelos y me clavó una y otra vez, hasta el fondo, sus huevos pesados golpeaban contra mi conchita caliente cada vez que entraba hasta el fondo de mi ser, me desgarraba, me abría sin piedad y yo movía mi cuerpo para encontrarlo, buscando cada vez mas. Ya no quedaban restos de mi orgullo, mi dignidad se había ido volando por la ventana con los gritos de mis orgasmos. Solo quería que siguiera que me perforara, sentir mi pelo al punto de ser arrancado obligándome a arquear la espalda de manera imposible, sentir como mi culito se abría ante cada arremetida, como mi conchita latía al sentir el golpe delicioso de su cadera. Mis gritos de placer totalmente desvergonzados llenaban la habitación, pero no me importaba nada, ni los vecinos, ni mi seguridad, nada solamente quería explotar, sentía el remolino irrefrenable de fuego acumulándose en mi vientre, pugnando por ser liberado, haciéndose cada vez mas fuerte e irrefrenable.
-Te voy a llenar de leche ese culito- me dijo jadeando y eso me envió al otro lado. Un orgasmo de proporciones descomunales sacudió mi cuerpo, mientras él se venía conmigo, la fuerza con la que eyaculó hizo saltar su deliciosa esperma dentro de mi culito, sobre mi piel y mis piernas, mezclándose con mis propios flujos que se chorreaban sin control.
Colapsé sobre mi cama, empapada de sudor y fluidos, casi desmayada, cada fibra de mi ser, cada músculo de mi cuerpo pedía socorro. Lo que pasó después lo recuerdo muy vagamente como un sueño.
Con mucha suavidad él se retiró de mí y juro que pude sentir su mano acariciando cariñosamente mi mejilla.
-Eres exquisita- me susurró, y desató mis manos. Me abrazó anidando mi cabeza protectoramente en su brazo y desató la venda que cubría mis ojos.
Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz, me encontré los ojos de mi asistente, aquel que había despedido esa mañana. Una semisonrisa se asomaba en sus labios.
-Desde el primer día que te ví, en la entrevista de trabajo, tan hermosa, tan segura de ti misma, que quería tenerte así. Las mujeres como tu son una en un millón y ahora eres mía. Eres mía para hacer lo que me plazca y te va a gustar… Escuchaste.
-mmmmhhsii- alcancé a murmurar.
-Mañana voy a ir a trabajar como todos los días, dirás que lo reconsideraste y decidiste contratarme de nuevo. Durante el día seré tu empleado fiel, pero recuerda siempre quien manda, durante la noche serás mía cuando quiera y como yo quiera. Haré contigo lo que se me antoje y harás para mi lo que te diga, sin chistar. Estamos claros mi putita?
-sii…
-Perfecto- me beso dulcemente en los labios y me recostó en la cama.
Se fue al baño y yo debo haberme dormido porque lo próximo que recuerdo es que él estaba ya vestido mirándome fijamente.
-Eres un cuadro digno de verse, exquisito en cada pincelada, tu cuerpo sudado de placer, la leche que te chorrea de ese culito hermoso y esa conchita deliciosa… Voy a guardar esta imagen en mi recuerdo por siempre. Nos vemos mañana.
Simplemente no tuve fuerzas para responderle solo alcancé a esbozar una pequeña sonrisa. Ya en la puerta de mi cuarto se dio vuelta para mirarme de nuevo.
-Aaaah me olvidaba, no quiero q uses mas bombacha, quiero poder meter la mano cuando se me antoje bajo la pollera de mi puta y sentir cuanto me desea. Estamos claros?
-Si-pude responder en un suspiro. Entre sueños pude escuchar que la puerta principal se cerraba y finalmente dejé que el agotamiento me venciera.
Al día siguiente, mis músculos aun dolían deliciosamente, todo mi cuerpo sentía lo que había pasado a la noche. Tomé un largo baño, no podía sacarme de la cara una sonrisa tonta que parecía quería acompañarme todo el día. Una vez limpia y relajada me vestí para ir a trabajar, fui a la cocina a buscar una bolsa de basura, esas sabanas no tenían arreglo, debía tirarlas antes que llegara la mucama a hacer la limpieza. Estaba ya por salir con la bolsa para arrojarla afuera cuando recordé algo. Me dirigí a mi cómoda y abriendo el cajón de la ropa interior metí todas mis bombachas en la bolsa de basura, me saqué la que me había puesto por costumbre al vestirme y también la arrojé en la bolsa. Tomé mi laptop y mi portafolio y bajé al estacionamiento. La bolsa la arroje en unos contenedores cerca de la autopista.
Entré a mi negocio, dando los buenos días a todos al igual que siempre y al acercarme a mi oficina, ahí estaba él como todos los días, impecable, esperándome con mi taza de café recién preparada.
-Buenos dias
-Realmente buenos- le respondí- ven a mi oficina que tenemos que ver los informes de ayer.
-Por supuesto – me abrió la puerta de la oficina y entro atrás mío, cuando su cuerpo tapó la vista y sin que nadie lo notara, metió su mano por la cintura de mi pollera y una sonrisa de triunfo se dibujó en su cara.
Cerró la puerta de la oficina y en voz baja dijo.
-Así me gusta mi putita, obediente.
Besitos a todos
Luli
Descubrimiento
Hay veces que la vida te demuestra que uno nunca se conoce lo suficiente, que siempre podemos sorprendernos de algunas facetas de nuestra personalidad que estaban ocultas. Lo mas extraño es que muchas veces son terceras personas las que ven claro aquello que ni nosotros mismos vemos, o nos atrevemos a admitir. Justamente eso me pasó a mi.
Soy una mujer independiente, tengo mi propio negocio, lo hice desde abajo, luchando y trabajando. Es por eso que muchos me consideran implacable y resienten el hecho que este acostumbrada a dar órdenes y que no me tiemble el pulso al tomar decisiones difíciles. Pero bueno así me hizo la vida, nadie me regaló nada y también pagué el precio por ello. A mis 30 años sigo sola, bueno sola me refiero a una pareja romántica, estable. Compañeros sexuales jamás faltaron, de por si y sin falsa modestia, me mantengo muy bien, no tengo nada que envidiar a cualquier jovencita de 22 años, y bastante trabajo que lleva. Pero aun así, tampoco nunca encontré en la cama a alguien o algo que realmente me moviera, que pudiera hacer que mi mundo se volteara patas arriba, hasta esa noche…
Llegaba a mi departamento luego de un día muy pesado, había terminado despidiendo a mi asistente, era un buen hombre, tenía 38 años y era muy eficiente, pero lamentablemente había cometido un par de errores, realmente justificables pero jamás dejo pasar nada. No por nada estoy donde estoy. al que no le guste, lo siento. Pero volviendo a lo que estaba, llego a mi departamento de la ciudad agotada, solo quería darme un baño relajante e irme a dormir, abro la puerta, dejo mi portafolios y mi laptop en el sillón que se encuentra junto a la entrada cuando siento una mano que me tapa la boca y una voz baja, ronca me dice al oído.
-Quietita y no te va a pasar nada…
Me quedé helada, no sabía como reaccionar, siento como la puerta del departamento se cerraba tras de mi, estaba perdida.
-Ahora linda, vas a hacer todo lo que yo te diga y no te va a pasar nada… pero si te portas mal, tendré que castigarte.
Aca es donde, como les contaba, me sorprendí de mi misma, en lugar de asustarme ante sus palabras una deliciosa ráfaga de adrenalina recorrió mi espina dorsal y pude sentir como la humedad comenzó a notarse entre mis piernas… Nunca lo hubiera imaginado pero estaba realmente excitada, toda la situación me había excitado y no podía creerlo.
Sin quererlo, cuando él hombre me apretó más la boca y me obligó a avanzar mas dentro del departamento un gemido entrecortado se escapó como pudo de mi boca tapada.
Pude sentir en mi oído como una risita ahogada salía de los labios de él.
-Sé que estas caliente putita, conozco a las de tu tipo y te aseguro que sé perfectamente como les gusta que las traten.
Me arrastró a mi habitación y con alguna chalina que encontró me tapó los ojos.
-Ahora voy a soltarte la boca y te vas a quedar bien calladita putita linda si querés seguir sana y salva.
Yo solo atiné a asentir con la cabeza.
Despacio me soltó la boca, sus manos bajaron por mis hombros, sacándome en el camino el saco.
-Ahora vas a hacer exactamente lo que yo diga puta, esta claro? Puedes contestar.
-Si…
Para esta altura mi tanga estaba empapada de mis jugos, sentía fuego entre mis piernas y mis pezones duros como rocas golpeaban contra la delicada tela de mi sostén.
Bruscamente me bajó el cierre de la pollera y me la bajó. Su mano se metió entre mis piernas y comenzó a reírse cuando sintió la humedad que ahí había, más el gemido incontrolable de placer que escapó de mi boca sin que pudiera contenerlo.
-Si que eres puta, lo supe desde el instante en que te vi. Y si te portas bien voy a darte lo que te gusta. Lo que les gusta a las putas calientes como vos.
Me arrojó sobre mi cama.
-Te quedas ahí quietita- ordenó… y yo obedecí, no podía negarme, es mas y eso es lo q mas me asustaba… no quería negarme.
Escuchaba como abría mi placard y revolvía entre mis cajones. Luego se acercó a mí y tomando mis brazos uno por uno los ató al respaldar de la cama con lo que seguro eran mis pañuelos de seda. Luego repitió el procedimiento con mis pies. Estaba indefensa, atada, sin manera de escapar e increíblemente caliente. Tomo mi blusa y la abrió de un solo movimiento haciendo saltar todos los botones. Luego sentí el frío de una hoja de metal pasando suavemente por mi ombligo, ahí es donde mi temperamento surgió y traté de luchar, de soltarme. Entonces en un solo movimiento él puso su mano en forma de copa sobre mi conchita empapada, pasando la palma una y otra vez sobre ella hasta dejarme sin aliento, sin posibilidades de defensa, solo pude gemir mas fuerte aún y tratar de seguir luchando. Pero en el momento en que deslizó su dedo adentro mío estuve perdida. Cesé de luchar, mi espalda se arqueó de placer mientras mis líquidos bañaban su mano.
-A las putitas calentonas como vos se las maneja así. Portate bien y tendrás lo que te gusta, portate mal y te castigaré.
Mientras decía esto otro dedo mas se abrió camino entre mis piernas, para esta altura mi piel ardía en llamas, nunca en mi vida había estado tan pero tan caliente.
Nuevamente sentí la hoja de metal subiendo por mi abdomen, el frío contra mi piel afiebrada creaba la más deliciosa sensación, mi espalda se arqueaba de placer y eso hacía que él hundiera aun mas sus dedos en mi. Mi mente luchaba contra mi cuerpo, debería pelear, tratar de escapar sin embargo no podía mover un músculo más que para levantar mi cadera deseosa de recibir más y más, parecía un animal en celo. La cuchilla fue subiendo entre mis pechos hasta cortar mi sostén, mis pechos generosos libres de su prisión de tela mostraron mis pezones erguidos por la excitación, las aureolas oscuras de deseo. Comenzó a meter y sacar sus dedos cada vez mas rápido, haciéndome gemir incontroladamente, por dios nunca había sentido algo así y cuando ya era mucho cuando estaba a punto de explotar, los sacó. Dejándome al punto del delirio pero sin darme ese empujón final para el alivio.
-No pedazo de puta, se bien lo caliente que estas, pero aun no te daré el gusto, no tenés una idea de todo lo que falta.
Suavemente cortó mi tanga, el aire de la habitación se sintió helado al entrar en contacto con mi conchita caliente y mojada, haciéndome gemir más aun de necesidad.
-Ahora vamos a empezar a jugar linda…
Se acercó a mi cabeza y tomándome fuertemente del pelo metió su pija dura en mi boca, ahogándome prácticamente, comenzó a entrar y salir golpeando el fondo de mi garganta.
-Cométela toda puta bien que te gusta.
Y eso era lo peor, me encantaba. Sentir esa verga dura y grande en mi boca, su mano empujando mi cabeza sin misericordia, tirándome del pelo… Estaba tan caliente que solo pude hacer una cosa, obedecerlo. Chupé esa verga como si mi vida dependiera de ello, aunque de alguna manera era así.
\
-Vamos perra enferma, sácame la leche como buena puta que sos- me decía con la voz ronca y jadeando ya.
De pronto apretó mi cabeza bien fuerte sobre su pija y pude sentir el golpe de su leche contra el fondo de mi garganta, deliciosa leche que me trague hasta la última gota, cuando la sacó mi lengua aun seguía buscando entre mis labios hasta el último resto.
-Como le gusta tragarla a la putita… no te preocupes que esta noche vas a tener mas que suficiente perra.
Tomo mis pechos entre sus manos y pellizcó mis pezones con fuerza, el dolor fue insoportablemente … delicioso.
-Te gusta? Tengo algo q te va a gustar mas…
Sentí como se alejaba de mí y un ruido a cadenitas. Su boca se poso en uno de mis pezones y lo mordió, haciéndome saltar de dolor y placer, rápidamente reemplazó su boca por alguna especie de pinza, repitiendo el proceso en el otro pezón. El dolor era permanente y tremendamente exquisito, mi vulva estaba roja, empapada, caliente y deseosa… No podía mas…Un sonido lastimero salió de mi boca
-Por favor….
-Muy bien jejejeje, estas aprendiendo. Las cosas se piden por favor, y si tengo ganas te las daré- Mientras decía esto estiró la cadena que unía las dos pinzas, estirando mis pezones y haciéndome gritar de dolor y placer.
-Asiii, ves? las putas calientes gritan, gritan porque les encanta y quieren mas.
Sin dejar de tirar de la cadena, metió bruscamente, tres dedos esta vez, en mi conchita, estirándola y haciéndome gritar aun mas fuerte. Era delicioso sentir esos dedos perforándome mientras la piel de mis pezones parecía a punto de rasgarse. Fue tanto el dolor y el pacer que exploté bañando su mano con mis jugos, empapando la cama debajo mío, en un grito me sacudió el orgasmo más fuerte que había tenido hasta ese momento. Sin darme tiempo a parar de temblar, sacó sus dedos y metió hasta el fondo su verga nuevamente dura y deliciosa hasta el fondo de mí. No había podido aun recuperarme, cuando comenzó a taladrar mi cuerpo sin piedad, hasta el fondo, es verga hermosa no tenía misericordia, las paredes de mi vagina tremendamente sensibles por el increíble orgasmo de hacia un momento latían alrededor de su pija. Sin poder contenerme dije en un suspiro.
-Si por favor… mas…
Entonces paró, sin salir de adentro mío, bajo su cabeza y me dijo en el oído, te voy a dar mas cuando me digas lo puta que sos y como te gusta que te coja así perra. Quiero escuchártelo decir…
-Por favor…
-Por favor nada – Empujo hasta el fondo fuertemente, una vez- Decilo
-Soy…soy… soy…puta.. y quiero que me cojas mas por favor…
-Aaaah perfecto… -y arremetió contra mi cuerpo sin misericordia, sin dejar de cojerme nunca abrió los cachetes de mi cola con sus manos levantándome apenas de la cama para así poder clavarme mas fuerte, mas rico. Ya para esta altura yo gritaba sin vergüenza alguna, la batalla estaba perdida hacia rato, quería mas, no quería que parara nunca, sensaciones y deseos que jamás había imaginado recorrían mi cuerpo. Me sentía sucia, degradada, humillada… y me encantaba… en ese momento hubiera hecho cualquier cosa que ese hombre me hubiera pedido, lo que fuera.
Su pija deliciosa me perforaba, sus manos apretaban mis glúteos hasta el límite, las pinzas lastimaban mis delicados pezones y volví a acabar aun mas fuerte que antes, mi cuerpo convulsionó de placer y dolor como jamás había sentido.
-Mírenla a la putita como se viene, me encanta ver mi pija bien empapada de tus jugos de perra en celo… Ahora vas a tener lo que querés- acabó él también adentro mío, llenando mis entrañas de su leche.
Estaba humillándome, haciendo lo que quería conmigo y yo seguía queriendo mas... Realmente era una puta, asquerosamente puta…
-Ahora vamos a empezar a jugar en serio.
Diciendo esto desató mis piernas y brazos, volvió a atar mis manos por encima de mi cabeza y me obligo a ponerme en cuatro patas sobre mi cama atándome nuevamente, esta vez solo de mis muñecas a la cabeza de la cama, de esta manera quedaba totalmente expuesta mi culito al aire como esperando, mi conchita chorreando de mis fluidos y de su semen…
Se alejó de mí por unos segundos y sentí el sonido y el olor de un fósforo que prendía.
-Así es como tienen q estar las perritas como vos, en cuatro ofreciendo su culito lindo al amo, para q haga lo q quiera.
Sentí como algo extremadamente caliente cayó en la piel de mi cola, y bajo resbalando, quemando… Ufff que dolor mas exquisito…
Me arquee aun mas si es que eso era posible.
-Como le gusto la cera de la vela a la puta…-Me tomo fuertemente de los pelos- Te doy mas?
-Si… por favor…
Siguió quemando con la cera mi espalda, mi cola, mis piernas… cada gota que caía era una tortura deliciosa q me empapaba aun mas, mis gemidos de placer eran cada vez mas intensos…
-Que terrible pedazo de puta – dijo, dejó la vela y brutalmente me enterró su verga en el culo. El dolor fue insoportable me rasgó al medio sin piedad alguna… total y completamente exquisito.
Me agarró de los pelos y me clavó una y otra vez, hasta el fondo, sus huevos pesados golpeaban contra mi conchita caliente cada vez que entraba hasta el fondo de mi ser, me desgarraba, me abría sin piedad y yo movía mi cuerpo para encontrarlo, buscando cada vez mas. Ya no quedaban restos de mi orgullo, mi dignidad se había ido volando por la ventana con los gritos de mis orgasmos. Solo quería que siguiera que me perforara, sentir mi pelo al punto de ser arrancado obligándome a arquear la espalda de manera imposible, sentir como mi culito se abría ante cada arremetida, como mi conchita latía al sentir el golpe delicioso de su cadera. Mis gritos de placer totalmente desvergonzados llenaban la habitación, pero no me importaba nada, ni los vecinos, ni mi seguridad, nada solamente quería explotar, sentía el remolino irrefrenable de fuego acumulándose en mi vientre, pugnando por ser liberado, haciéndose cada vez mas fuerte e irrefrenable.
-Te voy a llenar de leche ese culito- me dijo jadeando y eso me envió al otro lado. Un orgasmo de proporciones descomunales sacudió mi cuerpo, mientras él se venía conmigo, la fuerza con la que eyaculó hizo saltar su deliciosa esperma dentro de mi culito, sobre mi piel y mis piernas, mezclándose con mis propios flujos que se chorreaban sin control.
Colapsé sobre mi cama, empapada de sudor y fluidos, casi desmayada, cada fibra de mi ser, cada músculo de mi cuerpo pedía socorro. Lo que pasó después lo recuerdo muy vagamente como un sueño.
Con mucha suavidad él se retiró de mí y juro que pude sentir su mano acariciando cariñosamente mi mejilla.
-Eres exquisita- me susurró, y desató mis manos. Me abrazó anidando mi cabeza protectoramente en su brazo y desató la venda que cubría mis ojos.
Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz, me encontré los ojos de mi asistente, aquel que había despedido esa mañana. Una semisonrisa se asomaba en sus labios.
-Desde el primer día que te ví, en la entrevista de trabajo, tan hermosa, tan segura de ti misma, que quería tenerte así. Las mujeres como tu son una en un millón y ahora eres mía. Eres mía para hacer lo que me plazca y te va a gustar… Escuchaste.
-mmmmhhsii- alcancé a murmurar.
-Mañana voy a ir a trabajar como todos los días, dirás que lo reconsideraste y decidiste contratarme de nuevo. Durante el día seré tu empleado fiel, pero recuerda siempre quien manda, durante la noche serás mía cuando quiera y como yo quiera. Haré contigo lo que se me antoje y harás para mi lo que te diga, sin chistar. Estamos claros mi putita?
-sii…
-Perfecto- me beso dulcemente en los labios y me recostó en la cama.
Se fue al baño y yo debo haberme dormido porque lo próximo que recuerdo es que él estaba ya vestido mirándome fijamente.
-Eres un cuadro digno de verse, exquisito en cada pincelada, tu cuerpo sudado de placer, la leche que te chorrea de ese culito hermoso y esa conchita deliciosa… Voy a guardar esta imagen en mi recuerdo por siempre. Nos vemos mañana.
Simplemente no tuve fuerzas para responderle solo alcancé a esbozar una pequeña sonrisa. Ya en la puerta de mi cuarto se dio vuelta para mirarme de nuevo.
-Aaaah me olvidaba, no quiero q uses mas bombacha, quiero poder meter la mano cuando se me antoje bajo la pollera de mi puta y sentir cuanto me desea. Estamos claros?
-Si-pude responder en un suspiro. Entre sueños pude escuchar que la puerta principal se cerraba y finalmente dejé que el agotamiento me venciera.
Al día siguiente, mis músculos aun dolían deliciosamente, todo mi cuerpo sentía lo que había pasado a la noche. Tomé un largo baño, no podía sacarme de la cara una sonrisa tonta que parecía quería acompañarme todo el día. Una vez limpia y relajada me vestí para ir a trabajar, fui a la cocina a buscar una bolsa de basura, esas sabanas no tenían arreglo, debía tirarlas antes que llegara la mucama a hacer la limpieza. Estaba ya por salir con la bolsa para arrojarla afuera cuando recordé algo. Me dirigí a mi cómoda y abriendo el cajón de la ropa interior metí todas mis bombachas en la bolsa de basura, me saqué la que me había puesto por costumbre al vestirme y también la arrojé en la bolsa. Tomé mi laptop y mi portafolio y bajé al estacionamiento. La bolsa la arroje en unos contenedores cerca de la autopista.
Entré a mi negocio, dando los buenos días a todos al igual que siempre y al acercarme a mi oficina, ahí estaba él como todos los días, impecable, esperándome con mi taza de café recién preparada.
-Buenos dias
-Realmente buenos- le respondí- ven a mi oficina que tenemos que ver los informes de ayer.
-Por supuesto – me abrió la puerta de la oficina y entro atrás mío, cuando su cuerpo tapó la vista y sin que nadie lo notara, metió su mano por la cintura de mi pollera y una sonrisa de triunfo se dibujó en su cara.
Cerró la puerta de la oficina y en voz baja dijo.
-Así me gusta mi putita, obediente.
12 comentarios - Descubrimiento, mi primer relato erótico
excelente relato xxLulixx debo "incentines" despues vuelvo 😉 🤤 🤤 🤤
Este relato es tuyo ??
Si lo es:
Debes ser una mujer supercaliente,, con muchas ganas de hacer el Amor,.
Gracias,..
Hay veces que la vida te demuestra que uno nunca se conoce lo suficiente, que siempre podemos sorprendernos de algunas facetas de nuestra personalidad que estaban ocultas. Lo mas extraño es que muchas veces son terceras personas las que ven claro aquello que ni nosotros mismos vemos, o nos atrevemos a admitir. > Veraces palabras. 😉
Aca es donde, como les contaba, me sorprendí de mi misma, en lugar de asustarme ante sus palabras una deliciosa ráfaga de adrenalina recorrió mi espina dorsal y pude sentir como la humedad comenzó a notarse entre mis piernas… > Ante un hecho que se da súbitamente, algo que se nos escapa de las manos, que ignoramos, que no podemos controlar, surgen a veces respuestas irracionales... que a veces no resultan ser "tan" irracionales. La situación que relatás de una persona que tiene cierto poder, es decir, una cuota de autoridad, que manda gente, muestra su contracara en la intimidad, necesita armonizarse colocándose en la situación inversa, es decir, adoptar un rol pasivo. Una esclava.
Ya no quedaban restos de mi orgullo, mi dignidad se había ido volando por la ventana con los gritos de mis orgasmos. Solo quería que siguiera que me perforara, sentir mi pelo al punto de ser arrancado obligándome a arquear la espalda de manera imposible, sentir como mi culito se abría ante cada arremetida, como mi conchita latía al sentir el golpe delicioso de su cadera. Mis gritos de placer totalmente desvergonzados llenaban la habitación, pero no me importaba nada, ni los vecinos, ni mi seguridad, nada solamente quería explotar, sentía el remolino irrefrenable de fuego acumulándose en mi vientre, pugnando por ser liberado, haciéndose cada vez mas fuerte e irrefrenable. > Excelente!!
Mañana te dejo puntos porque hoy no me quedan los suficientes para darte la calificación que merecés... 😀
Espero nos deleites con más....
¡FELICITACIONES! Mereces +10 😃
De nada, Luli. 😃
Seguro que estaré deleitándome con tus exquisitas líneas... 😉
Por lo pronto acá te dejo mis 10 de hoy!! 🆒