Hace aproximadamente dos meses, había quedado con mi novio de ir a comer, pero cuando ya estaba lista me habló para cancelar y decirme que iba a trabajar hasta tarde. Me enojé bastante porque es el pretexto más trillado que puede inventar un hombre.
Después de platicarlo con una amiga decidí ir a su oficina y comprobarlo. Cuando llegué estaba todo preocupado hablando por teléfono con alguien, discutiendo. Me quedé mirandolo y cuando colgó se talló los ojos y decidi entrar y lo abracé por atrás, se asustó y me preguntó que hacía ahí y le dije que iba a hacerle un poco de compañía que parecía que necesitaba despejarse, me abrazó y me dijo que me agradecía la intención, pero que estaba ocupado, cuando volvió a sonar el teléfono, contestó y empecé a besar y chupar su oreja, le metía la lengua, le mordía el lóbulo, mientras él intentaba hablar por teléfono, y le decía cosas al oído.
Bajando poco a poco al cuello, empecé a desabrochar el botón de su camisa para poder hacerla a un lado y morder su cuello y sus hombros a gusto, mientras pegaba mi pecho a su espalda y notaba que le costaba cada vez más trabajo mantener la conversación por teléfono. Empecé a desabrochar más botones, poco a poco metiendo las manos en su camisa, llegando hasta el cierre de su pantalón, ahí detuvo mi mano y se volteó, mientras seguía hablando por teléfono empezó a acariciarme los muslos metiendo la mano por mi falda, pasándola por mi trasero, lo apretó y sacó la mano, siguió recorriendo el resto de mi cuerpo suavemente, pasó los dedos por mi estómago, hasta mi pecho, pasando los dedos por alrededor, sin tocarlos completamente, subió a mi cuello y me metió un dedo a la boca, lo sacó y empezó a resbalarlo de nuevo por mi cuello, y sosteniendo el teléfono entre su cara y su cuello empezó a subirme la blusa, tocando suavemente con la punta de los dedos, subiendo la blusa poco a poco.
Me agarró de la cintura y me sentó en sus piernas, y mientras escuchaba lo que decía la persona en el otro lado de la línea, me besaba el cuello y contestaba con respuestas simples, como si o no, o ya veremos, hasta que dijo que tenía cosas pendientes y que debía colgar, cerró la línea, pero dejó el teléfono descolgado y me besó, mientras me quitaba la blusa y yo entonces seguí con el cierre y el botón de su camisa, y empecé a meter la mano al pantalón.
El tenía sus manos en mis senos, acariciándolos suavemente, haciendo que mis pezones se pusieran duros, empezó a besarlos despacio y desabrochó el brazier, y con una mano acariciaba un pecho y el otro se lo metía a la boca, lo mordía suave, despacio, pasando la lengua por mi pezón, y luego se lo metió a la boca ensalivándolo todo para después soplar sobre el, dejando el pezón bien parado, y se lo volvió a meter a la boca para morderlo, mientras yo me abrazaba a él mientras sentía como iba aumentando la intensidad de sus dedos, como los metía y como frotaba cada vez más rápido y duro, haciéndome gritar, estar cada vez más cerca del orgasmo, hasta que sentí que no podía más y lo apreté contra mí con todas mis fuerzas y le mordía el hombro mientras ahogaba un grito de placer.
Mientras intentaba recuperar el aliento, empecé a jugar otra vez con su pene, pasando los dedos por la punta, recorriéndolo despacio, hasta que lo tomé completamente en mi mano y empecé a acariciarlo despacio.
Así como estábamos, él tomó su pene y lo empezó a frotar con mi vagina, pasándolo por la entrada, por mi clítoris, haciéndome gemir otra vez, empezó a meter la punta, y lo abracé con las piernas, e intenté empujarlo hacia mí para que terminara de meterlo, pero lo sacó y volvió a frotarlo.
Me besaba el cuello y masajeaba mis pechos, subiendo de mi cuello a la oreja, mordiéndola, y soplándole, yo empezaba a respirar más rápido, y gimiendo más fuerte cada vez que empezaba a meterlo como pidiéndole que siguiera, pero lo sacaba y me mordía, me acariciaba, me estaba haciendo desesperar, y lo sabía, pero él quería que lo pidiera, que le gritara que lo metiera de una buena vez.
Yo intentaba aguantar pedírselo, pero cada vez que sentía su lengua jugando con mi oreja y mi cuello, sus manos en mi pecho y su pene provocándome, se hacía más difícil aguantar, hasta que no pude más y le grité que lo metiera de una vez y que no aguantaba más.
Me vio sonriendo, y empezó a meter la punta de nuevo, y a meterlo poco a poco, haciéndome sentir cada centímetro de su pene dentro de mí, y empezó a agarrar un ritmo riquísimo, yo me movía a su ritmo para hacer que entrara más adentro.
Yo no dejaba de gemir, y besarlo y abrazarlo con desesperación, empecé a pedirle que lo metiera más duro, y aumentó el ritmo, haciéndolo más y más rápido y muy duro, yo seguía empujándolo, yo gemía cada vez más fuerte y sentía su respiración agitada y caliente en mi oreja.
Todo mi cuerpo empezó a tensarse, y sentí como un orgasmo recorría todo mi cuerpo, arquee la espalda e hice la cabeza para atrás y gritaba de placer, sentía las piernas acalambradas conforme iba terminando mi orgasmo. Empecé a respirar menos rápido, pero sin dejar de moverme, y él seguía metiéndolo rápido y duro, y sentí como poco después de que yo terminé que soltó un chorro caliente dentro de mí y empezó también a recuperar el aliento.
Nos besamos y nos abrazamos mientras los dos normalizábamos nuestra respiración. Me bajé del escritorio y empezamos a vestirnos, nos despedimos con un beso y quedamos en vernos al día siguiente.
Después de platicarlo con una amiga decidí ir a su oficina y comprobarlo. Cuando llegué estaba todo preocupado hablando por teléfono con alguien, discutiendo. Me quedé mirandolo y cuando colgó se talló los ojos y decidi entrar y lo abracé por atrás, se asustó y me preguntó que hacía ahí y le dije que iba a hacerle un poco de compañía que parecía que necesitaba despejarse, me abrazó y me dijo que me agradecía la intención, pero que estaba ocupado, cuando volvió a sonar el teléfono, contestó y empecé a besar y chupar su oreja, le metía la lengua, le mordía el lóbulo, mientras él intentaba hablar por teléfono, y le decía cosas al oído.
Bajando poco a poco al cuello, empecé a desabrochar el botón de su camisa para poder hacerla a un lado y morder su cuello y sus hombros a gusto, mientras pegaba mi pecho a su espalda y notaba que le costaba cada vez más trabajo mantener la conversación por teléfono. Empecé a desabrochar más botones, poco a poco metiendo las manos en su camisa, llegando hasta el cierre de su pantalón, ahí detuvo mi mano y se volteó, mientras seguía hablando por teléfono empezó a acariciarme los muslos metiendo la mano por mi falda, pasándola por mi trasero, lo apretó y sacó la mano, siguió recorriendo el resto de mi cuerpo suavemente, pasó los dedos por mi estómago, hasta mi pecho, pasando los dedos por alrededor, sin tocarlos completamente, subió a mi cuello y me metió un dedo a la boca, lo sacó y empezó a resbalarlo de nuevo por mi cuello, y sosteniendo el teléfono entre su cara y su cuello empezó a subirme la blusa, tocando suavemente con la punta de los dedos, subiendo la blusa poco a poco.
Me agarró de la cintura y me sentó en sus piernas, y mientras escuchaba lo que decía la persona en el otro lado de la línea, me besaba el cuello y contestaba con respuestas simples, como si o no, o ya veremos, hasta que dijo que tenía cosas pendientes y que debía colgar, cerró la línea, pero dejó el teléfono descolgado y me besó, mientras me quitaba la blusa y yo entonces seguí con el cierre y el botón de su camisa, y empecé a meter la mano al pantalón.
El tenía sus manos en mis senos, acariciándolos suavemente, haciendo que mis pezones se pusieran duros, empezó a besarlos despacio y desabrochó el brazier, y con una mano acariciaba un pecho y el otro se lo metía a la boca, lo mordía suave, despacio, pasando la lengua por mi pezón, y luego se lo metió a la boca ensalivándolo todo para después soplar sobre el, dejando el pezón bien parado, y se lo volvió a meter a la boca para morderlo, mientras yo me abrazaba a él mientras sentía como iba aumentando la intensidad de sus dedos, como los metía y como frotaba cada vez más rápido y duro, haciéndome gritar, estar cada vez más cerca del orgasmo, hasta que sentí que no podía más y lo apreté contra mí con todas mis fuerzas y le mordía el hombro mientras ahogaba un grito de placer.
Mientras intentaba recuperar el aliento, empecé a jugar otra vez con su pene, pasando los dedos por la punta, recorriéndolo despacio, hasta que lo tomé completamente en mi mano y empecé a acariciarlo despacio.
Así como estábamos, él tomó su pene y lo empezó a frotar con mi vagina, pasándolo por la entrada, por mi clítoris, haciéndome gemir otra vez, empezó a meter la punta, y lo abracé con las piernas, e intenté empujarlo hacia mí para que terminara de meterlo, pero lo sacó y volvió a frotarlo.
Me besaba el cuello y masajeaba mis pechos, subiendo de mi cuello a la oreja, mordiéndola, y soplándole, yo empezaba a respirar más rápido, y gimiendo más fuerte cada vez que empezaba a meterlo como pidiéndole que siguiera, pero lo sacaba y me mordía, me acariciaba, me estaba haciendo desesperar, y lo sabía, pero él quería que lo pidiera, que le gritara que lo metiera de una buena vez.
Yo intentaba aguantar pedírselo, pero cada vez que sentía su lengua jugando con mi oreja y mi cuello, sus manos en mi pecho y su pene provocándome, se hacía más difícil aguantar, hasta que no pude más y le grité que lo metiera de una vez y que no aguantaba más.
Me vio sonriendo, y empezó a meter la punta de nuevo, y a meterlo poco a poco, haciéndome sentir cada centímetro de su pene dentro de mí, y empezó a agarrar un ritmo riquísimo, yo me movía a su ritmo para hacer que entrara más adentro.
Yo no dejaba de gemir, y besarlo y abrazarlo con desesperación, empecé a pedirle que lo metiera más duro, y aumentó el ritmo, haciéndolo más y más rápido y muy duro, yo seguía empujándolo, yo gemía cada vez más fuerte y sentía su respiración agitada y caliente en mi oreja.
Todo mi cuerpo empezó a tensarse, y sentí como un orgasmo recorría todo mi cuerpo, arquee la espalda e hice la cabeza para atrás y gritaba de placer, sentía las piernas acalambradas conforme iba terminando mi orgasmo. Empecé a respirar menos rápido, pero sin dejar de moverme, y él seguía metiéndolo rápido y duro, y sentí como poco después de que yo terminé que soltó un chorro caliente dentro de mí y empezó también a recuperar el aliento.
Nos besamos y nos abrazamos mientras los dos normalizábamos nuestra respiración. Me bajé del escritorio y empezamos a vestirnos, nos despedimos con un beso y quedamos en vernos al día siguiente.
1 comentarios - en la oficina de mi novio