(Sigue de "Sexo con Marianita 6")
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Mariana me llamó al día siguiente para que nos viéramos y se vino a casa. Yo estaba fulminado. Opté por tener un Viagra a mano por si no respondía. Aunque con Marianita nunca me había hecho falta, la nena levantaba hasta un muerto.
Tenia unas calzas negras que se le metían en el orto.
-Como come trapo esa cola,- le dije cuando la vi.
-Come de todo,- contestó la guacha.
-Pero ahora me la voy a comer yo.
La traje hacia a mí agarrada del culo y le metí la mano por debajo.
-No tenés bombacha puta!
-Sí tengo, es chiquita.
Busqué al medio y encontré el hilito clavado en su culo.
-Date vuelta, dejáme ver.
Se bajó un cachito las calzas y me mostró la tanga
encajada en la cola.
Me arrodillé, se le bajé más y le besé el culo. Después abrí las cachas con las manos y le miré el ojete.
-Qué lindo ojete.
Y le pasé la lengua.
-Portáte bien,- me dijo.
-A vos te gusta que me porte mal.
Se rió.
Me paré, le subí la calza y le di un beso.
-Te tengo una sorpresa.
-Qué?!
-Sentáte que te cuento.
-Encontré tu rubia tetona.
-Eh?, ahhh. Quién es?
-Una amiga.
-Tenés fotos
-La viste el otro día en el boliche.
Se quedó callada.
-La llamaste?
-Si claro, si no cómo la convencía.
-Te la comiste?
-Me sacrifiqué por vos (no sabía qué decir y salió eso)
-Sos una mierda.
-Estás celosa.
-Si.
-Si querés lo dejamos acá.
-Qué me querés decir?, no querés que salgamos más?
-No tonta, digo que si no querés que hagamos nada con otra mina listo, no lo hacemos.
-Sí quiero, pero un cacho de celos me da. Si lo hacemos quiero que me des bola a mi.
-Les voy a dar a las dos. Pero lo bueno de ésta pendeja es que la podemos manejar como querramos.
-Cómo sabés?
-Hace lo que le pida.
-Es bi
-Hasta donde sé, tuvo algo con una amiga de ella, se dieron unos besos y se tocaron, pero no cojieron.
-Preferiría que fuese lesbiana, si no las dos vamos a competir por vos.
-No compitas. Disfrutalo y listo.
Se hizo un silencio. Y después me preguntó: “en qué quedaste?”.
-En nada todavía. La pendeja va al boliche que fuimos el otro día todos los sábados. Nos vemos ahí, y vemos que sale. Te va?
-Bueno, arreglá para este sábado.
-Te dieron ganas?
-Sí.
Después de eso me le fui al humo, y por agradecimiento me la garché como quiso. Me costó acabar, pero al final pude. Se quedó un rato y después se fue en taxi. Me fui a dormir pensando en la fiestita.
Al día siguiente fui al super y compré un par de cosas. Champán, vino y otras cosas para tomar y tenerlas “divertidas”. También pasé por el sexshop y compré un chiche para estrenarlo en sus colitas: ya me había hecho la fantasía de que una le diera a la otra por el orto como ablande antes de mi pija.
A la tarde la llamé a Sofi y quedé que nos veíamos el sábado. No le dije nada de Marianita. Prefería agarrarla en el boliche medio entonada y tirárselo en el momento.
El viernes salí a comer con Pia, le dije que tenía un partido de fútbol el sábado a la mañana y me fui a casa temprano. En realidad estaba medio fulminado y quería guardar fuerzas para lo que se venía.
El sábado no se pasaban las horas, ordené un poco la casa, fui al gimnasio y me tiré a dormir una siesta. La cabeza me caminaba a mil y la pija no se me bajaba. Me pajié sin acabar.
A la noche me junté con el Colo y Gaby a morfar, y fuimos para el boliche temprano. Sofía cayó a la media hora, tipo 1 y media. Le invité un trago y le dije que después se venía a dormir a casa. Le copó la idea.
-Por ahí viene una amiguita también,- le dije al oído, y la chuponié un rato.
La pendeja ya estaba caliente. Fuimos hasta un sillón, se me sentó encima y transamos como dos adolescentes. Tenía la pija durísima y ella me movía la cola. Qué puta.
El celu vibró y cortamos un cacho. Tenía un mensaje de Marian, que estaba viniendo. Apareció a los 15 minutos. La vi entrar pero ella no a mi. Se ubicó con sus amigas y después vino para mi lado. La vi cuando venía y me paré para ir a su buscarla. No me vio hasta que me tuvo adelante. El boliche estaba medio lleno.
-Hace mucho que estás?
-Si llegué temprano.
-No te veía. Tus amigos están allá con mis amigas.
-Si, yo estaba sentado acá con Sofía.
Miró a la otra que estaba sentada a dos metros.
-Vení que te presento.
Se saludaron, medio de compromiso. Mariana seguía parada al lado mío.
-Vení, sentémosnos,- dije algo nervioso.
-Pará, voy al baño y ahora vuelvo.
Me senté al lado de Sofía.
-Es linda,- me dijo.
Eso me tranquilizó. Pero Mariana tardó en volver.
La fui a buscar. Sofía me miró como diciéndome qué hago.
Mariana estaba con sus amigas. Le pregunté si estaba todo bien y me dijo que sí. Pero era más bien todo lo contrario.
-No te enojes, pero no va a haber onda, me explicó amte mi insistencia
-Cómo sabés?. Ella me dijo que le gustaste.
-A mi la idea de hacer algo con una mina me copa si hay piel con la otra mina.
Era lógico. Pero yo estaba recaliente. Fui a buscar a Sofía y le expliqué que no se iba a dar.
-No importa, mejor, te tengo sólo para mi.
Pero no hubo caso. Por más que la pendeja la remó y me dio unos besos, yo seguía encabronado. Encima la veía a la otra a lo lejos, y ella ni miraba para donde estaba yo.
Generalmente me chupa todo un huevo, pero a esto le había puesto expectativas. Me levanté para irme a la mierda. Fui a buscarlos a mis amigos que charlaban con las amigas de Mariana. Gaby captó mi estado de humor al toque pero el Colo estaba dale parlarse a Chechu.
Y me calenté con el Colo también. Un pelotudo de mi parte.
-Yo me voy, ustedes quédense.
-No te vayas, amigáte-, me dijo Chechu.
No sabía cuánto sabía así que no dije nada.
-Me siento mal de la panza.
Y me fui sin saludar al resto.
Llegué a casa, vi una peli y me fui a dormir.
A la mañana siguiente me levanté temprano. Fui a correr y después la llamé a Pia. Me dijo que estaba en la casa de sus viejos, que tenían un asado en familia. Le dije si me invitaba y se quedó callada. “No pensé que querías venir, dale, te esperamos”. Comí con la vieja, el viejo y los hermanos (tiene 2 más grandes que ella) como si fuese el novio. Cuando terminamos fuimos a pasear al shopping (otra típica de pareja). Le regalé una cartera. Después fuimos a casa y cojimos.
El primer polvo fue medio violento porque a mi todavía me quedaba la bronca del día anterior y la descargué con ella. Pero no se quejó. Es más, le gustó.
Después le di estilo misionero. Al final le agarré la cola por debajo mientras le levantaba las piernas y le empecé a jugar con un dedo en el culo.
Cuando lo tuvo lubricadito se la cambié de agujero y le clavé la cabeza de la chota en el culo. La esperé a que se acostumbrara y le di.
Acabó otra vez más con la pija taladrándole el orto.
-Ayyy que bien que me haces, dame así, así, a ese ritmo me encanta.
Le daba no muy fuerte ni muy despacio. Era un ir y venir sistemático. El culo de ella me exprimía la pija.
-Te voy a llenar la cola.
-Sí, siii
Acabé bastante. Después corrió al baño. Escuche un ruido a pedo líquido cuando le salía la leche del culo. La puerta del baño estaba abierta.
-Qué fue eso?
-No escuches!!!
Y cerró la puerta.
Igual escuché el bidet. Después salió del baño y vino a la cama.
-Vamos a bañarnos.
La seguí. Me enjabonó el pecho y después me lavó la pija. Y me enjuagó. Era una geisha. Nos dimos unos besos.
-Bueno, ahora dejáme que me termino de bañar,- me dijo.
No se si por bronca a Marianita o porque realmente me gustaba Pia más que las otras, cuando volvió a la cama le pedí que nos fuéramos de viaje juntos una semana.
Ella ganaba casi mejor que yo así que no la tenía que invitar tampoco. Pero le dije que yo pagaba.
-El tema es que se me vence el alquiler y me mudo.
-A dónde te mudás.
-No se todavía. Mi viejo dice que me presta la guita para que me compre algo.
-Pero tenés que salir a buscar ya.
-Pensaba ir este fin de semana que viene. Me acompañas?
-Sí obvio.
-Qué bueno! Ayy, me puse re contenta!
-Te quiero (se lo dije en serio)
-Yo también.
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Mariana me llamó al día siguiente para que nos viéramos y se vino a casa. Yo estaba fulminado. Opté por tener un Viagra a mano por si no respondía. Aunque con Marianita nunca me había hecho falta, la nena levantaba hasta un muerto.
Tenia unas calzas negras que se le metían en el orto.
-Como come trapo esa cola,- le dije cuando la vi.
-Come de todo,- contestó la guacha.
-Pero ahora me la voy a comer yo.
La traje hacia a mí agarrada del culo y le metí la mano por debajo.
-No tenés bombacha puta!
-Sí tengo, es chiquita.
Busqué al medio y encontré el hilito clavado en su culo.
-Date vuelta, dejáme ver.
Se bajó un cachito las calzas y me mostró la tanga
encajada en la cola.
Me arrodillé, se le bajé más y le besé el culo. Después abrí las cachas con las manos y le miré el ojete.
-Qué lindo ojete.
Y le pasé la lengua.
-Portáte bien,- me dijo.
-A vos te gusta que me porte mal.
Se rió.
Me paré, le subí la calza y le di un beso.
-Te tengo una sorpresa.
-Qué?!
-Sentáte que te cuento.
-Encontré tu rubia tetona.
-Eh?, ahhh. Quién es?
-Una amiga.
-Tenés fotos
-La viste el otro día en el boliche.
Se quedó callada.
-La llamaste?
-Si claro, si no cómo la convencía.
-Te la comiste?
-Me sacrifiqué por vos (no sabía qué decir y salió eso)
-Sos una mierda.
-Estás celosa.
-Si.
-Si querés lo dejamos acá.
-Qué me querés decir?, no querés que salgamos más?
-No tonta, digo que si no querés que hagamos nada con otra mina listo, no lo hacemos.
-Sí quiero, pero un cacho de celos me da. Si lo hacemos quiero que me des bola a mi.
-Les voy a dar a las dos. Pero lo bueno de ésta pendeja es que la podemos manejar como querramos.
-Cómo sabés?
-Hace lo que le pida.
-Es bi
-Hasta donde sé, tuvo algo con una amiga de ella, se dieron unos besos y se tocaron, pero no cojieron.
-Preferiría que fuese lesbiana, si no las dos vamos a competir por vos.
-No compitas. Disfrutalo y listo.
Se hizo un silencio. Y después me preguntó: “en qué quedaste?”.
-En nada todavía. La pendeja va al boliche que fuimos el otro día todos los sábados. Nos vemos ahí, y vemos que sale. Te va?
-Bueno, arreglá para este sábado.
-Te dieron ganas?
-Sí.
Después de eso me le fui al humo, y por agradecimiento me la garché como quiso. Me costó acabar, pero al final pude. Se quedó un rato y después se fue en taxi. Me fui a dormir pensando en la fiestita.
Al día siguiente fui al super y compré un par de cosas. Champán, vino y otras cosas para tomar y tenerlas “divertidas”. También pasé por el sexshop y compré un chiche para estrenarlo en sus colitas: ya me había hecho la fantasía de que una le diera a la otra por el orto como ablande antes de mi pija.
A la tarde la llamé a Sofi y quedé que nos veíamos el sábado. No le dije nada de Marianita. Prefería agarrarla en el boliche medio entonada y tirárselo en el momento.
El viernes salí a comer con Pia, le dije que tenía un partido de fútbol el sábado a la mañana y me fui a casa temprano. En realidad estaba medio fulminado y quería guardar fuerzas para lo que se venía.
El sábado no se pasaban las horas, ordené un poco la casa, fui al gimnasio y me tiré a dormir una siesta. La cabeza me caminaba a mil y la pija no se me bajaba. Me pajié sin acabar.
A la noche me junté con el Colo y Gaby a morfar, y fuimos para el boliche temprano. Sofía cayó a la media hora, tipo 1 y media. Le invité un trago y le dije que después se venía a dormir a casa. Le copó la idea.
-Por ahí viene una amiguita también,- le dije al oído, y la chuponié un rato.
La pendeja ya estaba caliente. Fuimos hasta un sillón, se me sentó encima y transamos como dos adolescentes. Tenía la pija durísima y ella me movía la cola. Qué puta.
El celu vibró y cortamos un cacho. Tenía un mensaje de Marian, que estaba viniendo. Apareció a los 15 minutos. La vi entrar pero ella no a mi. Se ubicó con sus amigas y después vino para mi lado. La vi cuando venía y me paré para ir a su buscarla. No me vio hasta que me tuvo adelante. El boliche estaba medio lleno.
-Hace mucho que estás?
-Si llegué temprano.
-No te veía. Tus amigos están allá con mis amigas.
-Si, yo estaba sentado acá con Sofía.
Miró a la otra que estaba sentada a dos metros.
-Vení que te presento.
Se saludaron, medio de compromiso. Mariana seguía parada al lado mío.
-Vení, sentémosnos,- dije algo nervioso.
-Pará, voy al baño y ahora vuelvo.
Me senté al lado de Sofía.
-Es linda,- me dijo.
Eso me tranquilizó. Pero Mariana tardó en volver.
La fui a buscar. Sofía me miró como diciéndome qué hago.
Mariana estaba con sus amigas. Le pregunté si estaba todo bien y me dijo que sí. Pero era más bien todo lo contrario.
-No te enojes, pero no va a haber onda, me explicó amte mi insistencia
-Cómo sabés?. Ella me dijo que le gustaste.
-A mi la idea de hacer algo con una mina me copa si hay piel con la otra mina.
Era lógico. Pero yo estaba recaliente. Fui a buscar a Sofía y le expliqué que no se iba a dar.
-No importa, mejor, te tengo sólo para mi.
Pero no hubo caso. Por más que la pendeja la remó y me dio unos besos, yo seguía encabronado. Encima la veía a la otra a lo lejos, y ella ni miraba para donde estaba yo.
Generalmente me chupa todo un huevo, pero a esto le había puesto expectativas. Me levanté para irme a la mierda. Fui a buscarlos a mis amigos que charlaban con las amigas de Mariana. Gaby captó mi estado de humor al toque pero el Colo estaba dale parlarse a Chechu.
Y me calenté con el Colo también. Un pelotudo de mi parte.
-Yo me voy, ustedes quédense.
-No te vayas, amigáte-, me dijo Chechu.
No sabía cuánto sabía así que no dije nada.
-Me siento mal de la panza.
Y me fui sin saludar al resto.
Llegué a casa, vi una peli y me fui a dormir.
A la mañana siguiente me levanté temprano. Fui a correr y después la llamé a Pia. Me dijo que estaba en la casa de sus viejos, que tenían un asado en familia. Le dije si me invitaba y se quedó callada. “No pensé que querías venir, dale, te esperamos”. Comí con la vieja, el viejo y los hermanos (tiene 2 más grandes que ella) como si fuese el novio. Cuando terminamos fuimos a pasear al shopping (otra típica de pareja). Le regalé una cartera. Después fuimos a casa y cojimos.
El primer polvo fue medio violento porque a mi todavía me quedaba la bronca del día anterior y la descargué con ella. Pero no se quejó. Es más, le gustó.
Después le di estilo misionero. Al final le agarré la cola por debajo mientras le levantaba las piernas y le empecé a jugar con un dedo en el culo.
Cuando lo tuvo lubricadito se la cambié de agujero y le clavé la cabeza de la chota en el culo. La esperé a que se acostumbrara y le di.
Acabó otra vez más con la pija taladrándole el orto.
-Ayyy que bien que me haces, dame así, así, a ese ritmo me encanta.
Le daba no muy fuerte ni muy despacio. Era un ir y venir sistemático. El culo de ella me exprimía la pija.
-Te voy a llenar la cola.
-Sí, siii
Acabé bastante. Después corrió al baño. Escuche un ruido a pedo líquido cuando le salía la leche del culo. La puerta del baño estaba abierta.
-Qué fue eso?
-No escuches!!!
Y cerró la puerta.
Igual escuché el bidet. Después salió del baño y vino a la cama.
-Vamos a bañarnos.
La seguí. Me enjabonó el pecho y después me lavó la pija. Y me enjuagó. Era una geisha. Nos dimos unos besos.
-Bueno, ahora dejáme que me termino de bañar,- me dijo.
No se si por bronca a Marianita o porque realmente me gustaba Pia más que las otras, cuando volvió a la cama le pedí que nos fuéramos de viaje juntos una semana.
Ella ganaba casi mejor que yo así que no la tenía que invitar tampoco. Pero le dije que yo pagaba.
-El tema es que se me vence el alquiler y me mudo.
-A dónde te mudás.
-No se todavía. Mi viejo dice que me presta la guita para que me compre algo.
-Pero tenés que salir a buscar ya.
-Pensaba ir este fin de semana que viene. Me acompañas?
-Sí obvio.
-Qué bueno! Ayy, me puse re contenta!
-Te quiero (se lo dije en serio)
-Yo también.
8 comentarios - Sexo con Marianita 7
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Igual, si sigue, están excelentes los relatos, pura vida!!!
Excelente 👍