Sexo con Marianita 2

(sigue del relato “Sexo con Marianita 1”)

Después de un baño en el que la Marianita me lavó la pija y yo el culito a ella, volvimos a la cama a chuponearnos. Después me tiró otra vez la goma y cuando estuvo dura se le sentó encima. Tuve un lapsus de cordura y pensé en ponerme un forro.

Pero esa concha maravillosa era para disfrutarla. Y a ella parecía no importarle y se la metía toda. Se frotaba el clítoris contra los pendejos de mi pija y yo le chupaba las tetas.
-Mordémelos!

Me di cuenta que a la nena le gustaba el sexo medio duro. Le agarre el culo, aceleré el ritmo del bombeo y le chupé y mordí los pezones. Acabó otra vez, y yo supe que se venía el mío. Además mi pija ya estaba cansada y si no acababa ahí sabía que después me quedaba con las ganas.

-Te quiero acabar en esa boquita
-Daleee

Me paré sobre la cama. Ella estaba en cuclillas. Abrió la boca y le mandé la pija que brillaba con la acabada de ella. Se le comió toda. Después le hice chuparme los huevos y me pajié hasta acabar.
-Abrí la boca y sacá la lenguita.

Obedeció. Le mandé dos chorros de leche y algunas gotitas. En vez de correr a escupir al baño como otras, se las tragó y siguió chupándome la pija.
-Ayy que lindoooo
-¿Te gustó?, preguntó ella con la boca empastada.
-Me encantó pendeja, sos divina
-Entonces en la semana venís a casa y lo repetimos.

Esto fue un jueves, en la semana nos cruzamos en el trabajo, hubo roces querendones. Estábamos los dos calientes, así que el miércoles me invitó a que fuera a la casa. Hasta entonces no sabía que la pendeja vivía con la hermana.

Cuando me abrió la puerta del depto (viven en un tres ambientes en Barrio Norte), vi que había otra mina. Supuse que era una amiga y me dije “hoy no garcho”. La pendeja pareció leer mi expresión y se apuró a decir que era la hermana y que estaba por salir.

-Ya me querés rajar pendeja,- protestó la hermana y se presentó.
-Hola, Caro.
-Maxi-, solté yo.
-Te conciné,- intervino Mariana para recaptar mi atención. En realidad no hacía falta. La hermana está buena, pero no tanto como ella.

Caro tiene 24 años (se llevan 6), la misma estatura, las tetas un poco más chicas, el culo un poco más grande y no tan paradito (igual es un buen culo), y no está tan linda de cara. Pero cualquiera le entraría sin pensarlo.

-Comés con nosotros?, le pregunté a la hermana, haciéndome el caballero.
-No-, contestó,-ya me pasa a buscar mi novio y salimos.
Me senté en el living y charlamos un rato los tres. Como a los 15 minutos sonó el timbre, Caro se despidió y me quedé solo con Mariana.

La cena ya estaba lista pero yo preferí ir de una al postre. Como había pasado antes de los besos de lengua pasamos a la apretada de una.

Ella no llevaba corpiño y se le notaban los timbres parados. Así que le levanté la remera y le empecé a comer las tetas. Se las agarraba con las dos manos, las juntaba y pasaba de un pezón a otro con la lengua. Le encantó.

-Mirá como me pusiste-, me dijo mientras guiaba una mano mía por debajo de su calza negra hasta la conchita.
Estaba empapada.
-Dejame comerme esa argollita, le dije.

Me arrodille en el piso (ella sentada en el sillón), le bajé las calzas y tanguita negra, y le lamí la concha. Estuve dando lengua un rato pero estaba incómodo, porque ella con las calzas todavía puestas no podía abrir mucho las piernas.

Entonces le pedí que se pusiera en cuatro sobre el sillón y seguí con lo mío. De paso le langüetié la cola. Cuando ya la tenía entregada pelé pija, jugué un rato yendo y viniendo por la raja de esa conchita depilada, y finalmente se la hundí en la cachucha.

Su argolla parecía que me escupía la pija de lo mojada que estaba y pronto me había empapado hasta los huevos. Ella había dejado la cabeza apoyada en el respaldo del sofá y metía una mano entre sus piernas para tocarse y tocarme los huevos.

-Qué bien que me garchás!!!
El elogio sirvió para que siguiera dándole con ganas.
-Esa pija me vuelve loca!!!!
-Tu culo me vuelve loco, bebé,- mandé yo. Y le jugué con un dedo en el ojete.
-Dame, dame más por la concha, no me la saques.
-Te la voy a dejar hasta que me acabes toda.
-Un poquito más, dame, dame fuerte.

Le agarré fuerte ese culo divino y le dí. Cinco minutos de pijazos y acabó a los gritos.
Se la saqué y le besé los cachetes. Me encantaban. Después me senté en el sillón y ella me besó.

-Vos no acabaste. Quiero que acabes.
Y se puso a chupármela. Me encantaba. Yo le acariciaba el culo y jugaba con un dedo en ese ojete.
-Vení, sentate encima.

Se paró y amagó a sacarse las botinetas que llevaba todavía puestas y las calzas. Pero la giré y la senté así como venía, de espaldas a mi y con la ropa puesta, sobre mi pija. Se sentía bien apretadito. Su culo rebotaba sobre mi vientre y yo le amasaba las tetas.

-Te dije que me encanta tu pija?
-Sí, pero no me canso de escucharlo.
-Me encanta tu pija-, repitó y se reía.
-A mi me vuelve loco ese culo. Es lo más. Paráte que te lo quiero comer otra vez.
-En serio?, no, seguíme cojiendo.
-Dale, paráte que te lo quiero comer.

Se paró. Le separé las nalgas y que metí una chupada de orto.
-Ayyy, eso me encanta.
-Viste puta
-Si, soy tu puta.
-¿Sos mi puta?
-Sí
-Entonces abríte en culo y sentáte sobre esta chota

La puta ni discutió. Lo hizo despacio. Yo le miraba el culo embobado. Fue una experiencia visual para el oro. Con las dos manos se abría el culo y se iba sentando hasta ensartarse la pija en el ojete mojado por mi saliva mientras yo sostenía la chota con la mano y la guiaba a su culo. Se clavó la cabeza.

-Qué lindo que es sentir la cabecita cuando entra,- le dije.
Entonces se levantó y despacio volvió a bajar hasta clavársela. Y después otra vez lo mismo. Así, con la pija apenas entrando, empezó a girar el culo. Qué placer!!!!

-Me encanta!!!,- largué yo.
-A mi también

Lentamente la chota iba entrando y los movimientos circulares del culo ayudaban a que el orto se abriera. Además lo tenía super transpirado y lubricadito por la chorreada de concha.

Cuando ya tenía media pija adentro y se había cansado de danzar sobre mi pija se sentó toda. Arqueó la espalda. Tiró en culo para atrás y se clavó la poronga hasta el fondo. Tiró la cabeza para atrás, apretó las piernas y largó un suspiro.

-Acabaste bebé.
-Seeeeeee
-Entonces cabalgame y sacáme la leche que tengo los huevos que explotan.

Sin moverse demasiado pero con mucha cancha empezó a rebotar despacito sobre mi. Las nalgas me rodeaban la pija y el culo me exprimía. Duré dos minutos y le acabé con fuerza.

-Que lindoooo
-Seee, me encanta que me llenes la colita de leche.
-En serio?
-See

Mi pija largó otro chorro.
-Ayyy, siiiiii, así
Se quedó un rato, pero mi pija seguía dura aprisionada por su culo. Finalmente bajó un poco.
-Mejor voy al baño porque me está chorreando.
-A ver.

Se paró y me mostró el culo abriendo con una sola mano. Se veía algo de semen. Salté como un resorte, la enlacé con un brazo y dos de mis dedos de la otra mano fueron al ojete. Entraron sin problemas. Mientras le comía el cuelo, todo en un mismo segundo.

-Qué hijo de puta, como me calentás,- dijo ella.
Mis dedos resbalaban con mi propio semen. Pero lejos del asco lo disfrutaba. Me chupaba todo un huevo y a ella también.

Cuando sentí que no se resistía bajé mi otra mano por delante hasta la concha y le acaricié los labios. Le fui distribuyendo la chorreada que emanaba de ese agujerito abierto y le empecé a hacer una paja mientras le cojia el culo con los dedos.

-Ya quiero que me la pongas de nuevo
-Vamos al cuarto.
-Vos andá y traé algo para tomar de la heladera.

Fui. Ella marchó al cuarto. Cuando la alcancé, estaba sobre la cama, ya en pelotas y con las patas abiertas, tocándose la concha. Me desnudé, subí a la cama, y arrodillado le puse la pija a la altura de la boca. Entendió el mensaje sin problemas y me empezó a chupar la pija con la boca bien abierta y mucha lengua por todos lados.
Al rato se la sacó.

-Me encantó lo que me hiciste recién.
-Querés más?-, pregunté. No se para qué. La respuesta era obvia.
-Un poquito más.

Entonces se incorporó, y me desorientó que se estiró hasta la mesita de luz. Del cajón sacó un chiche y aceite de bebé. Entendí todo en un segundo.
Ya habíamos hablado de sexo y yo le había contado que me encantaban los chiches y ella me había confesado que tenía un vibro chiquito.

Sin decir nada se giró sobre la cama y se puso en cuatro con la cabeza en la almohada y el culo abierto mirándome.
-Metéme los deditos.
-Pedímelo de nuevo. Decíme: papi metéme los deditos
-Metéme los deditos papi (y se rió)

Agarré el acite de bebé y le tiré un chorrito en el culo que se deslizó hasta el culo. Lo guié hacia adentro con el anular. Y al ver que el culo abierto pedía más, le mandé también el índice. Ella se mordío el labio y largó un “mmmmmm”.

Le trabajé el culo despacio, garchándola con los dedos, cuando los nudillos hubieron pasado sin trabajo, y empecé a mover los dedos dentro del culo como escarbando, ella agarró el consolador (era una pijita cilíndrica celeste de unos 12 centímetros que vibraba) y se lo apoyó en el clítoris. Flor de paja se dedicó la pendeja. Pero se la había ganado. Y a mi me encantó verla acabar.

Después aproveché ese culo abierto y me la volví a empomar, cuando yo ya estaba por acabar ella se dio otra vez con el vibro y tuvo otro orgasmo.

-Me llenaste otra vez la cola.
-Si, mañana vas a cagar leche.
-Son un asqueroso
-Y te encanta
-Si me encanta

Nos dimos terrible chuponazo. Después comimos y vimos tele, y me fui para mi casa.