Trío con dos machos (gay)

Hubo un momento en que entraba mucho al chat, me había quedado sin pareja, vivía solo y andaba como loco buscando aventuras...
En esa nocha la cosa estaba aburrida y luego de un par de horas de chat, aparece uno que me ofrece ir a su casa, para estar con él y un amigo. Como hay mucha joda, dudé un poco, pero me pasa ensequida el teléfono.
Llamo, se trataba de dos veteranos que querían algo de joda y conversando, conversando me animé a ir. A mí me encantan los hombres mayores, en ese entonces yo andaba por los 30.
Era cerca del Palacio Legislativo, bien cerca. Una cason grande, vieja y media descuidada.
Estaban en la puerta, uno de 1.70 de alto, lampiño, era nicaraguense (?). El otro más alto, 1.85, con panza, barba, bastante peludo. Yo soy de 1.75, 70k, normal pero buena cola.

Pasamos a un living, piso de madera, sofás viejísimos, estaban mirando tele.
Les pregunto si tiene un poco de agua y el más grande sale corriendo solícito para el kiosco a comprar coca.
Estaba sentado junto al más chico, quien ya me había dicho que era muy lindo. Suavemente se acercó y me empezó a besar. Le desabrocho el cinturón y le bajo el pantalón, apareciendo una linda poronga de unos 18 cms, ni gruesa ni fina, bien.
Acá fue lo curioso, porque él estaba medio al palo y al empezarle a mamar se le ponde durita.
Estábamos en eso y vuelve el otro, y al vernos ya pela los suyo, una terrible pija de no menos de 23 diría yo y muy gruesa. Se queda de pie al lado mío y me gira la cabeza para que se la chupe, cosa que hice muy sumisamente.
Pero al otro se le bajó y en todo el rato no se le volvió a subir. Creo que había algo raro entre ellos dos.
Mientras la tenía en la boca pensaba que con ese pedazo me iba a romper el culo, pero me tranquilice porque digamos que se le paraba bien pero no dura como piedra sino más bien fofita...
Este grandote llevaba la voz cantante se notaba, y nos dice de pasar al cuarto, otro lugar de muebles viejos y en penumbras por poca iluminación.
Alli terminamos de sacarnos las ropas y quedé en el medio de la cama, el más chico recostado sobre la cabecera y el otro a los pies.
Otro poco de mamada al grande y luego me dediqué a mamar al más chico, que se le había bajado y que era el más tierno. Igual aunque no estuviera al palo me gustaba jugar con su pija. El más grande, era medio bruto y ya me estaba metiendo lengua en agujerito del culo y en las bolas, con su barba que no pinchaba me hacía muy gratificante el momento.
Como el grande era un ansioso, ya estaba manoteando lubricante y pasándomelo en la cola.
Aparte era un loro: decía que putita linda, te gusta esto putita, vas a ser la putita de papá... un guarro de primera línea. Debo decir que no me gusta mucho eso, pero en ese momento acentuaba el calor.
Yo había logrado, a pura lengua que el más chico la tuviera un poco parada, o capaz que viendo al otro ya queriéndomela poner le gustó la cosa.
Había pensado que con esa pija grande pero fofa no iba a tener inconvenientes, resultó que no estaba tan fofa, así que me la hizo sentir y cómo...
Yo estaba en cuatro patas, con la cabeza metida entre las piernas del chico y con el grandote atrás empujando como una bestia. Le pedí que pusiera más lubricante y eso ayudó, pero no podía evitar gemir cuando la metía toda y me sacudía el cuerpo. Esto molestó al más chico quien le dijo que no fuera tan bruto y como para consolarme me daba besitos.
El grandote se salió y se sentó en la cama al costado y me dijo que me sentara arriba.
De espaldas a él me siento en su aparato y así pude controlar un poco más la penetración. El más chico se para enfrente y yo le sigo besando la pija.
Pero otra vez se entusiasma el más grande y empieza a subirme y bajarme como loco. En un momento me gira y me deja boca abajo en la cama, todo con su pija adentro.
Ahí ya me rendí y lo dejé hacer. Me puso las almohadas para levantarme la cola y estuvo bombeando unos cinco minutos más como una locomotora. Con sus codos a ambos lados de mi cabeza y su barba en mi nuca. Yo tenía el agujero bien caliente de tanta fricción pero ya tan dilatado que no me dolía... es más, esto último lo gocé como loco...
Si le gustaba decir cosas en todo momento imagínense cuando acabó, un animal!
Me duché y no estuve mucho rato más. Quedamos en repetir, lo cual viene en otro relato...