Mi amigo Sergio
Contaré lo acontecido a mi amigo Sergio. Salio del país a conquistar mundo a los 25 años, trabajo de todo hasta llegar a una plataforma petrolera en el Golfo de México. En ella se especializó y llego a ser jefe de extracción y segundo en el mando de la plataforma, lleva alrededor de 12 años en ellas.
Vino de visita al país después de seis años, como buenos amigos de infancia nos juntamos a servirnos una parrillada y cerveza, y me contó como la pasaba y entre estas historias lo acontecido con Ramón, un mexicano que era el último eslabón en la plataforma, es decir era el aseador, limpiador, camarero, etc. En esa plataforma eran ocho personas todos hombres y este el octavo.
Visito un día México por problemas de material para la plataforma y Ramón le pidió que pasara a ver a su familia, no la había visitado en todo ese año para poder adquirir antigüedad en la plataforma y ser parte de esta, le escribió a su mujer una carta y entre las cosas que le contaba, le decía que este era su jefe, que lo quería mucho y que ella tenia que portarse bien con él porque él estaba en la plataforma gracias a mi amigo.
Vivía esta familia en una humilde casita, con decirte que el techo era de paja y totora, me dijo, tenia esta humilde casa tres dependencias una la usaban de cocina comedor y las otras dos, dormitorios, tenían cuatro hijos, en un dormitorio dormían los niños de 8, 6 y cuatro años, en dos camarotes. En el otro dormitorio la mujer y en su cama dormía también la bebé de dos años con ella. La mujer no sabía como encantar a Sergio y lo servia con respeto y fervor. Quería poco menos que sacarse la comida de su boca para dársela a este, e insistió que durmiera en su casa, era de noche tarde y Sergio no conocía bien el país en que estaba, pero le dijo y donde voy a dormir si no hay mas camas, En mi dormitorio dormiremos nosotros y la bebé, dijo.
Será dijo este y compartió la cama, transcurre una media hora y el contacto ocasional con Milagro lo desespera, el roce casual con las piernas de esta lo perturban, hace como cinco meses que no está con una mujer. Y más aun cuando esta recula en su contra, haciéndolo sufrir y ver burros verdes
Milagros trataba de alejar su cuerpo del mío, pero imposible casualmente me roza cada ciertos momentos, me tiene desesperado; me escurrí bajo las frazadas y abrace sus piernas para que no pataleara y se alejara; acerque mi boca a su entrepiernas, comencé a meterle mi lengua separando sus labios sexuales, y no se hizo esperar, pues las ansias de los dos eran muchas, así que me fui a su botoncito, el clítoris, que es de un buen tamaño. Lo aprisione entre mis labios y lo mame con delicadeza, ahora era imposible contener los espasmos de Milagros, mmm…, no…, por favor…, clama…, no aguanto mas… , yo lamía, chupaba, succionaba y bebía el hermoso coño, hasta que sentí su corrida de donde brotaba un río de líquido espeso y salado, con su olor excitante que me activaba mas y mas. Ella solo gemía y sollozaba clamando por favor…, oohh, aahh…, Entonces me reubique en la cama y la acomodé para darle placer, la traté de voltear, pero ella siguió abrazada de su hija menor con su mano derecha y supo que hacer con la mano izquierda: se apoyo con esta en el respaldo del camastro y me puso sus nalgas abiertas e incitantes a ser penetrada como una perra brava en celo, separo esas lindas piernas que tiene. Yo baje mi pantalón pijama y ya con la verga bien suelta, la acomodé entre sus muslos y nalgas, ella se reubicó bajo las frazadas, tomó mi verga con su mano y la puso en sus labios, era riquísimo sentir la lengua de esta comadre pasarse de arriba hacia abajo por todo mi pene hasta que se la metió todo por completo en su boca. Era divino sentir como entraba y salía mi miembro de su boca, ya casi estaba por venirme, cuando paró y debajo de las frazadas nos besamos con pasión desenfrenada, luego la acomodé en la cama bajo las frazadas y la penetre de un solo golpe, sin esfuerzos pues con la humedad, que estaba escurriendo de su vagina, mi miembro entró sin problemas hasta el fondo de su matriz, ella se acomodó mejor, giró, sacándose un momento mi miembro de su vientre, apartando a su pequeña hija, se apoyándose sobre sus codos en cuatro patas en posición de perrito, eso hizo que se le abrieran aun mas las nalgas, me apoyé en sus nalgas, mi miembro quedó justo a la entrada de ese riquísimo agujero, la clavada de mi miembro fue salvaje, sentí que llegaba hasta su corazón, mi pareja jadeaba y se retorcía…, oohh…, aahh…, mas, pedía, mas, se quejaba como si se fuera a morir, se notaba su cara caliente y saciada por estar siendo poseída su sexo con pericia y su blanco culo chocaba con mis testículos, sus jugos sexuales sonaban, como descorchando una botella, cuando chupaban mi empalado y duro miembro, no pude mas y me aferre a su cintura bombeando sus profundidades carnales con gran fuerza alumbrada por la luna, veía como su cabeza y cabello se movían al ritmo de la cogida que le proporcionaba; sin poder contenerme mas, le descargué toda mi leche que salió a chorros, la empuje tan fuerte que saqué gritos de dolor y pasión de su boca, luego de seis meses de estar sin macho, mas calmada volvió abrazar a su hija y relajada murmuro…, hijita fui del jefe de su papito, que me rompió mi vagina a garrotazos con su pene, para caer en un reparador sueño.
Casi al amanecer me levanto para ir al baño, queda al fondo y hace un frío de mil demonios, al volver debo pasar sobre Milagros la que reclama,… ¡vienes helado!..., me abrigo a su lado, esta trata de apartarme, pero insisto, luego mis manos comienzan a jugar con sus muslos, …déjame…, reclama, no le hago caso y continuo con el juego de rozarla, hacerle cariño y recorrerla con un dedo, me acerco a su sexo y juego con el vello enredado de su pubis, mi dedo juega en sus labios sexuales, ella solo los retira del lugar, al volver con mi dedo a la entrada de su gruta sagrada sigo recorriéndola sin entrar en ella, Milagros se queja…, mmm…, los niños…, déeejameee…, aahh, luego se da vuelta mirándome y con sus ojos me desafía…, quieres otra vez. Cambio mi dedo por mi miembro que comienza a jugar en su entrada sagrada…, ella giro y me puso sus nalgas contra mi campeón y se refregaba en él, caliente la tomo por sus caderas y comienzo con mi pene a recorrerle su trasero, siento como vibra Milagros, subo mis manos a sus pechos enganchándome a estos oprimiéndolos, obteniendo gemidos de pasión… nuevamente la tengo en posición de perrito por parte de ella…, no puedo calmarme.
Lentamente la acaricio y meto mis dedos en su culo, me aplico a su sexo metiendo mis dedos en su vagina y lubricados los vuelvo a insertar en su orto, ese hermoso culito, cojo mi pene y lo apoyó frente al orificio anal, entró la cabeza de mi miembro y así lo tuve por unos instantes, mientras Milagros clamaba y bramaba de dolor y deseos,… me duele…aahh, oohh… después se lo fui clavando más y más hasta que lo tenía completamente adentro, la hacía gozar metiendo y sacando con tal fuerza que me decía…, así mi vida, así, ¿porque tardaste tanto en venir a verme?, así cógeme soy toda tuya, métemela toda, soy tu puta hazme tuya papacito…, y empujó lentamente, suavemente hacia delante y hacia atrás. La hembra loca totalmente por sexo, levantó las caderas y se arqueó hasta despegarse de la cama, reclamaba ante el intruso que se deslizaba en sus intestinos, gemía, rezongaba y bufaba para luego dejarse caer violentamente quedando casi desfallecida, quieta, tiesa, dura, mientras mi duro miembro consumaba el acto, trastornando su organismo saciando sus ansias de sexo, en un orgasmo. Dijo que le dolía un poco… pero que a la vez era rico sentir una vara por el culo… Esas palabras me calentaron más y de un solo golpe le metí toda mi miembro hasta el fondo en sus intestinos vaciándome en sus entrañas.
El astro rey entraba a raudales cuando logramos abrir nuestros ojos después del desenfreno de sexo y ella se levantó a preparar el desayuno para sus niños, luego de dárselos los vistió y los envió a jugar al cerro con los otros niños, volvió a darle leche de sus pechos a la beba, recostándose en la cama, fue su perdición, mientras alimentaba a la nena, abrí sus piernas, me hinqué para chupar tan delicioso tesoro, que poseía entre sus piernas, pasé sus piernas en lo alto de mi pecho y mi verga quedó justo a la entrada de ese riquísimo agujero, le pase mi pene primero en su clítoris masajeándolo, …ella me pedía que no la torturara, que la necesitaba y que dejara de jugar yo con ella… que se lo metiera…, y mientras daba la leche a su bebé desde sus pechos esta era penetrada, tenía su sexo lubricado por los jugos que le salían de su interior, empezó el mete y saca por su vagina, mientras con un dedo se lo metía por el culo, tan caliente estaba que pidió, mientras alimentaba a su niña que no la dejara caliente y no jugara mas con ella y que se lo metiera bien…, y empezó a ir hacia delante y hacia atrás con un vaivén frenético, yo sentía que me devoraba mi pene, era como si se la quisiera comer y arrancármela con ese divino sexo…
En un momento sentí como se contorsionaba más y más logrando su orgasmo…, me dijo, me estoy viniendo mi vida, quiero que termines tú también, déjamelos adentro de mí papacito un niñito tuyo…, seguí con el mete y saca, no pudiendo resistir más descargué una tremenda venida dentro de su útero. Milagros mientras daba leche a su beba desde sus pechos, mamaba leche de mi miembro satisfaciendo su sexo.
Nos levantamos desayunamos, tomé mis cosas subí a mi vehículo y partí de esa casa sin volver mi vista. Me trasladaron de plataforma y hasta el día de hoy no sé nada de Milagros, me cuenta Sergio.
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Contaré lo acontecido a mi amigo Sergio. Salio del país a conquistar mundo a los 25 años, trabajo de todo hasta llegar a una plataforma petrolera en el Golfo de México. En ella se especializó y llego a ser jefe de extracción y segundo en el mando de la plataforma, lleva alrededor de 12 años en ellas.
Vino de visita al país después de seis años, como buenos amigos de infancia nos juntamos a servirnos una parrillada y cerveza, y me contó como la pasaba y entre estas historias lo acontecido con Ramón, un mexicano que era el último eslabón en la plataforma, es decir era el aseador, limpiador, camarero, etc. En esa plataforma eran ocho personas todos hombres y este el octavo.
Visito un día México por problemas de material para la plataforma y Ramón le pidió que pasara a ver a su familia, no la había visitado en todo ese año para poder adquirir antigüedad en la plataforma y ser parte de esta, le escribió a su mujer una carta y entre las cosas que le contaba, le decía que este era su jefe, que lo quería mucho y que ella tenia que portarse bien con él porque él estaba en la plataforma gracias a mi amigo.
Vivía esta familia en una humilde casita, con decirte que el techo era de paja y totora, me dijo, tenia esta humilde casa tres dependencias una la usaban de cocina comedor y las otras dos, dormitorios, tenían cuatro hijos, en un dormitorio dormían los niños de 8, 6 y cuatro años, en dos camarotes. En el otro dormitorio la mujer y en su cama dormía también la bebé de dos años con ella. La mujer no sabía como encantar a Sergio y lo servia con respeto y fervor. Quería poco menos que sacarse la comida de su boca para dársela a este, e insistió que durmiera en su casa, era de noche tarde y Sergio no conocía bien el país en que estaba, pero le dijo y donde voy a dormir si no hay mas camas, En mi dormitorio dormiremos nosotros y la bebé, dijo.
Será dijo este y compartió la cama, transcurre una media hora y el contacto ocasional con Milagro lo desespera, el roce casual con las piernas de esta lo perturban, hace como cinco meses que no está con una mujer. Y más aun cuando esta recula en su contra, haciéndolo sufrir y ver burros verdes
Milagros trataba de alejar su cuerpo del mío, pero imposible casualmente me roza cada ciertos momentos, me tiene desesperado; me escurrí bajo las frazadas y abrace sus piernas para que no pataleara y se alejara; acerque mi boca a su entrepiernas, comencé a meterle mi lengua separando sus labios sexuales, y no se hizo esperar, pues las ansias de los dos eran muchas, así que me fui a su botoncito, el clítoris, que es de un buen tamaño. Lo aprisione entre mis labios y lo mame con delicadeza, ahora era imposible contener los espasmos de Milagros, mmm…, no…, por favor…, clama…, no aguanto mas… , yo lamía, chupaba, succionaba y bebía el hermoso coño, hasta que sentí su corrida de donde brotaba un río de líquido espeso y salado, con su olor excitante que me activaba mas y mas. Ella solo gemía y sollozaba clamando por favor…, oohh, aahh…, Entonces me reubique en la cama y la acomodé para darle placer, la traté de voltear, pero ella siguió abrazada de su hija menor con su mano derecha y supo que hacer con la mano izquierda: se apoyo con esta en el respaldo del camastro y me puso sus nalgas abiertas e incitantes a ser penetrada como una perra brava en celo, separo esas lindas piernas que tiene. Yo baje mi pantalón pijama y ya con la verga bien suelta, la acomodé entre sus muslos y nalgas, ella se reubicó bajo las frazadas, tomó mi verga con su mano y la puso en sus labios, era riquísimo sentir la lengua de esta comadre pasarse de arriba hacia abajo por todo mi pene hasta que se la metió todo por completo en su boca. Era divino sentir como entraba y salía mi miembro de su boca, ya casi estaba por venirme, cuando paró y debajo de las frazadas nos besamos con pasión desenfrenada, luego la acomodé en la cama bajo las frazadas y la penetre de un solo golpe, sin esfuerzos pues con la humedad, que estaba escurriendo de su vagina, mi miembro entró sin problemas hasta el fondo de su matriz, ella se acomodó mejor, giró, sacándose un momento mi miembro de su vientre, apartando a su pequeña hija, se apoyándose sobre sus codos en cuatro patas en posición de perrito, eso hizo que se le abrieran aun mas las nalgas, me apoyé en sus nalgas, mi miembro quedó justo a la entrada de ese riquísimo agujero, la clavada de mi miembro fue salvaje, sentí que llegaba hasta su corazón, mi pareja jadeaba y se retorcía…, oohh…, aahh…, mas, pedía, mas, se quejaba como si se fuera a morir, se notaba su cara caliente y saciada por estar siendo poseída su sexo con pericia y su blanco culo chocaba con mis testículos, sus jugos sexuales sonaban, como descorchando una botella, cuando chupaban mi empalado y duro miembro, no pude mas y me aferre a su cintura bombeando sus profundidades carnales con gran fuerza alumbrada por la luna, veía como su cabeza y cabello se movían al ritmo de la cogida que le proporcionaba; sin poder contenerme mas, le descargué toda mi leche que salió a chorros, la empuje tan fuerte que saqué gritos de dolor y pasión de su boca, luego de seis meses de estar sin macho, mas calmada volvió abrazar a su hija y relajada murmuro…, hijita fui del jefe de su papito, que me rompió mi vagina a garrotazos con su pene, para caer en un reparador sueño.
Casi al amanecer me levanto para ir al baño, queda al fondo y hace un frío de mil demonios, al volver debo pasar sobre Milagros la que reclama,… ¡vienes helado!..., me abrigo a su lado, esta trata de apartarme, pero insisto, luego mis manos comienzan a jugar con sus muslos, …déjame…, reclama, no le hago caso y continuo con el juego de rozarla, hacerle cariño y recorrerla con un dedo, me acerco a su sexo y juego con el vello enredado de su pubis, mi dedo juega en sus labios sexuales, ella solo los retira del lugar, al volver con mi dedo a la entrada de su gruta sagrada sigo recorriéndola sin entrar en ella, Milagros se queja…, mmm…, los niños…, déeejameee…, aahh, luego se da vuelta mirándome y con sus ojos me desafía…, quieres otra vez. Cambio mi dedo por mi miembro que comienza a jugar en su entrada sagrada…, ella giro y me puso sus nalgas contra mi campeón y se refregaba en él, caliente la tomo por sus caderas y comienzo con mi pene a recorrerle su trasero, siento como vibra Milagros, subo mis manos a sus pechos enganchándome a estos oprimiéndolos, obteniendo gemidos de pasión… nuevamente la tengo en posición de perrito por parte de ella…, no puedo calmarme.
Lentamente la acaricio y meto mis dedos en su culo, me aplico a su sexo metiendo mis dedos en su vagina y lubricados los vuelvo a insertar en su orto, ese hermoso culito, cojo mi pene y lo apoyó frente al orificio anal, entró la cabeza de mi miembro y así lo tuve por unos instantes, mientras Milagros clamaba y bramaba de dolor y deseos,… me duele…aahh, oohh… después se lo fui clavando más y más hasta que lo tenía completamente adentro, la hacía gozar metiendo y sacando con tal fuerza que me decía…, así mi vida, así, ¿porque tardaste tanto en venir a verme?, así cógeme soy toda tuya, métemela toda, soy tu puta hazme tuya papacito…, y empujó lentamente, suavemente hacia delante y hacia atrás. La hembra loca totalmente por sexo, levantó las caderas y se arqueó hasta despegarse de la cama, reclamaba ante el intruso que se deslizaba en sus intestinos, gemía, rezongaba y bufaba para luego dejarse caer violentamente quedando casi desfallecida, quieta, tiesa, dura, mientras mi duro miembro consumaba el acto, trastornando su organismo saciando sus ansias de sexo, en un orgasmo. Dijo que le dolía un poco… pero que a la vez era rico sentir una vara por el culo… Esas palabras me calentaron más y de un solo golpe le metí toda mi miembro hasta el fondo en sus intestinos vaciándome en sus entrañas.
El astro rey entraba a raudales cuando logramos abrir nuestros ojos después del desenfreno de sexo y ella se levantó a preparar el desayuno para sus niños, luego de dárselos los vistió y los envió a jugar al cerro con los otros niños, volvió a darle leche de sus pechos a la beba, recostándose en la cama, fue su perdición, mientras alimentaba a la nena, abrí sus piernas, me hinqué para chupar tan delicioso tesoro, que poseía entre sus piernas, pasé sus piernas en lo alto de mi pecho y mi verga quedó justo a la entrada de ese riquísimo agujero, le pase mi pene primero en su clítoris masajeándolo, …ella me pedía que no la torturara, que la necesitaba y que dejara de jugar yo con ella… que se lo metiera…, y mientras daba la leche a su bebé desde sus pechos esta era penetrada, tenía su sexo lubricado por los jugos que le salían de su interior, empezó el mete y saca por su vagina, mientras con un dedo se lo metía por el culo, tan caliente estaba que pidió, mientras alimentaba a su niña que no la dejara caliente y no jugara mas con ella y que se lo metiera bien…, y empezó a ir hacia delante y hacia atrás con un vaivén frenético, yo sentía que me devoraba mi pene, era como si se la quisiera comer y arrancármela con ese divino sexo…
En un momento sentí como se contorsionaba más y más logrando su orgasmo…, me dijo, me estoy viniendo mi vida, quiero que termines tú también, déjamelos adentro de mí papacito un niñito tuyo…, seguí con el mete y saca, no pudiendo resistir más descargué una tremenda venida dentro de su útero. Milagros mientras daba leche a su beba desde sus pechos, mamaba leche de mi miembro satisfaciendo su sexo.
Nos levantamos desayunamos, tomé mis cosas subí a mi vehículo y partí de esa casa sin volver mi vista. Me trasladaron de plataforma y hasta el día de hoy no sé nada de Milagros, me cuenta Sergio.
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2 comentarios - Mi Amigo Sergio
yo tmb subi uno
si queres entra a verlo
adios
gracias por compartir 🆒
lo imprimiré e.e