espero que les guste es mi primer post en p
Yo vivía en San José California, tenía como 2 meses de haber llegado de México y me la pasaba encerrado en casa de mis tíos, sin poder conseguir trabajo ni salir pues ellos me espantaban diciendo que la policía de migración podría agarrarme y cuando se iban a trabajar me dejaban encerrado todo el día y solo en la casa.
La soledad, el aburrimiento y el calor primaveral hacían que anduviera excitado todo el día; al principio me salía al jardín trasero a asolearme desnudo y me masturbaba hasta 4 o 5 veces al día, en ocasiones frotándome aceite bronceador, otras simplemente brincando hasta que el golpeteó de mi pene contra mi abdomen me hacía vaciarme, imaginando cada vez que acariciaba mi durísima verga, que alguna vecina me vería y se saltaría para follar conmigo, cosa que nunca sucedió, hasta que eyaculaba a chorros; así que un buen día decidí ingeniármela para utilizar la computadora que tenían mis tíos en la sala y buscando una y otra vez la contraseña, luego de mil intentos logré conectarme y entre a un Chat latino, yo nunca lo había hecho, pero desde la primera vez en una sala de dicho Chat conocí a una muchacha de 18 años que también estaba sola en casa de sus tíos y también se masturbaba, pero ella lo hacía en la tina del baño, abriendo el grifo y con el chorro de agua en su clítoris, en ocasiones con un vibrador o simplemente con la mano.
Durante horas y horas yo desnudo, sentado en la computadora de mi tío y ella desnuda en la computadora de su tía a varias millas de distancia, pues ella vivía en Redwood City, los dos fantaseábamos, nos decíamos cosas maravillosas y nos masturbábamos una y otra vez, todos los días de 10 de la mañana a 5 de la tarde, hasta que decidimos citarnos para conocernos en vivo y realizar todas nuestras fantasías. Nos quedamos de ver en la Terminal del Greyhound de un punto intermedio, la ciudad de Reno Nevada. Ella llevaría una rosa y yo una botella de vino blanco.
Al bajar del camión a la hora convenida yo sentía miedo de no gustarle o decepcionarla; cuando la vi, ella inmediatamente me reconoció, pues ya nos habíamos enviado fotos, se levantó de la sala de espera y fue a mi encuentro, nos dimos un suave beso en la mejilla y caminamos hacia un parque donde platicamos y acordamos comprar otras botellas más de vino blanco para romper el hielo de la pena y conocernos más, así que nos dirigimos a un hotel, rentamos una habitación, nos bebimos dos botellas de vino cada quien y al destapar la tercera ya estábamos desnudos besándonos frenéticamente, lamiéndonos el cuerpo bañado en el frío y delicioso elixir de uva, como si fuéramos viejos amantes ya de tiempo atrás.
Cuando platicábamos en el Chat ella me confesó que jamás le había hecho el sexo oral, lentamente levantó su piernas y las puso en mi nuca, atrapando mi cabeza y atrayéndola hacia su hermosísima caverna cerradita, rosada, carnosa y jugosa, yo comencé a lamer su clítoris vaciando chorritos de vino hasta llenar su vagina para luego sorberlo, ella se retorcía como serpiente en las blancas sábanas todas mojadas y olorosas a licor, ella se levantaba con el cuello abriendo las piernas y poniéndome su pequeño culito para que yo siguiera mamando como un perro y vaciando más vino mientras introducía un dedo en su vagina hasta tocarle el punto "G", luego cambiaba, lamiéndole el clítoris y metiéndole un dedo al culo hasta que la hice venir en mi boca, ella daba gritos de placer y me decía: "¡Hay mi amor me vas a volver loca!". A estas alturas ya estábamos borrachos y mi verga que llevaba meses calmada a fuerza de puras pajas, estaba muriendo por meterse a una vagina de verdad, así que !
cuando la penetré despacio, casi eyaculo, pero se la saqué, respiré profundo y le di un largísimo trago a la botella de vino mientras ella comenzó a chuparme mi miembro hinchado y con la cabeza casi morada y babeando de la excitación, comenzó a lamerme la cabeza con su lengua alrededor de mi glande y apretándola con las dos manos, luego a bajar la lengua hasta los huevos como si fuera un caramelo, luego se la empezó a tragar y a chuparla agarrada de mis nalgas, yo le cogí su larga mata de cabello para verle su hermoso rostro aún de niña comiéndose todo mi tronco de carne dura y palpitante, luego la sacaba de su boca y se comía mis bolas y lengüeteaba mi ano haciéndome retorcer de escalofríos y gritar; sin embargo ella estaba demasiado caliente y me pidió que se la metiera ya.
Seguimos bebiendo y esta vez ella me aventó para atrás, se montó sobre mí, cogió mi verga y se la introdujo en su raja bramando de placer, comenzó a cabalgarme gritando y arañando mi pecho con sus enorme uñas, sus monumentales pechos que subían y bajaban, rebotaban y su alborotada cabellara le cubría el rostro bañado en sudor, yo estaba en el nirvana del placer, cambiamos de posición, ella se puso a cuatro patas y yo la penetré por atrás apalancándome de su breve cintura de bailarina, luego me senté en una silla y ella trepándose y poniendo sus piernas en mis hombros se volvió a ensartar, luego la cargué y abrazada de mi cuello, clavándome sus uñas en los hombros con sus piernas alrededor de mi cintura follamos parados, recargándola en el borde de la cama, etc., yo aguantaba increíblemente sin eyacular, luego de mucho tiempo de fornicar, de muchísimos orgasmos de ella y de cambiar de posiciones más de 10 veces la aventé boca abajo, me embarré aceite en la verga y se la apunt!
é al ojo del culo, me dijo: "No por ahí nunca me la han metido", pero yo ya estaba muy caliente y borracho para detenerme y se la dejé ir despacio pero sin pausa, increíblemente no le causé ningún dolor y sí placeres nuevos y gritos de desesperación pero no desagradable. Su ano estaba tan apretado que apenas podía moverme en él, no tardé mucho en eyacular mi leche hirviendo dentro de ella, los dos berreamos de goce.
Terminamos bañados en sudor, pero aún sin satisfacer tantos meses de represión y abstinencia sexual, así que nos seguimos besando y ella me dijo: "Amor, te tengo una sorpresita, yo también te voy a cumplir tu fantasía". En el Chat yo le comenté que tenía muchas ganas de follar después de fumarme un churro de marihuana. Ella lo sacó de su bolsa, lo prendimos y comenzamos a fumárnoslo los dos; cuando el efecto de la cannabis hizo su función, comenzamos a embarrarnos el cuerpo con el aceite para masajes que yo llevaba, estábamos tan concentrados en la acción que no sé cuanto tiempo estuvimos frotándonos los dos entre un charco de aceite pues nos vaciamos toda la botella, yo sentía sus manos como olas del mar sobre mi ardiente piel y ella gemía cuando las mías recorrían toda su geografía corporal; de pronto me dijo: "Amor quiero ver como te masturbas, hazlo para mí, yo me puse de pié frente a ella y comencé a bajar y subir mi mano por mi polla firme de nuevo, despacito con la su!
avidad del aceite y ella comenzó a acariciar sus pechos y a meter sus dedos en su vagina sentada en la cama, luego se me aventó encima, me tumbó a la alfombra, me puso su concha en la cara para que se la lamiera, pero luego me la quitó y bajó su cara hasta mi miembro y antes de empezara lamerlo me dijo que me pusiera como perrito y ella tumbada en el suelo se la metió a la boca, al estarla chupando, tomó el último chorro de aceite de la botella y me lo embarró en mis nalgas y en mi culo, con su mano acariciaba mi ano y mientras se comía mi polla que creí que me iba a estallar pues la sentía enorme dentro de su garganta, ella introdujo todo su dedo lleno de aceite en mi ano y comenzó a meterlo y sacarlo hasta encontrar mi punto "G" masculino, yo gritaba de placer, pues jamás había sentido sensaciones tan intensas como esa, siguió mamando mi falo hasta que eyaculé como manguera dentro de su boca sin sacarme su dedo, ella sorbió cada chorro de mi semen tragándoselo todo y sacán!
dome hasta la última gota, yo sentía que se me iban a salir los ojos y que mi médula espinal también se vaciaría pues gracias al efecto de la hierba, sentía descargas eléctricas que me recorrían toda la espina dorsal, no sabía si me estaba muriendo o me estaban llevando a otra dimensión; sentí que ese momento fue muy muy largo y que eyaculé litros de semen, cuando terminamos se dejó caer encima de mí y así amanecimos, los dos abrazados, con una resaca deliciosa y un dolor de culo que no le deseo a nadie, sin embargo fue una de las experiencias más extremas de mi vida.
Nos hicimos amantes por más de un años hasta que regresé a México.
Yo vivía en San José California, tenía como 2 meses de haber llegado de México y me la pasaba encerrado en casa de mis tíos, sin poder conseguir trabajo ni salir pues ellos me espantaban diciendo que la policía de migración podría agarrarme y cuando se iban a trabajar me dejaban encerrado todo el día y solo en la casa.
La soledad, el aburrimiento y el calor primaveral hacían que anduviera excitado todo el día; al principio me salía al jardín trasero a asolearme desnudo y me masturbaba hasta 4 o 5 veces al día, en ocasiones frotándome aceite bronceador, otras simplemente brincando hasta que el golpeteó de mi pene contra mi abdomen me hacía vaciarme, imaginando cada vez que acariciaba mi durísima verga, que alguna vecina me vería y se saltaría para follar conmigo, cosa que nunca sucedió, hasta que eyaculaba a chorros; así que un buen día decidí ingeniármela para utilizar la computadora que tenían mis tíos en la sala y buscando una y otra vez la contraseña, luego de mil intentos logré conectarme y entre a un Chat latino, yo nunca lo había hecho, pero desde la primera vez en una sala de dicho Chat conocí a una muchacha de 18 años que también estaba sola en casa de sus tíos y también se masturbaba, pero ella lo hacía en la tina del baño, abriendo el grifo y con el chorro de agua en su clítoris, en ocasiones con un vibrador o simplemente con la mano.
Durante horas y horas yo desnudo, sentado en la computadora de mi tío y ella desnuda en la computadora de su tía a varias millas de distancia, pues ella vivía en Redwood City, los dos fantaseábamos, nos decíamos cosas maravillosas y nos masturbábamos una y otra vez, todos los días de 10 de la mañana a 5 de la tarde, hasta que decidimos citarnos para conocernos en vivo y realizar todas nuestras fantasías. Nos quedamos de ver en la Terminal del Greyhound de un punto intermedio, la ciudad de Reno Nevada. Ella llevaría una rosa y yo una botella de vino blanco.
Al bajar del camión a la hora convenida yo sentía miedo de no gustarle o decepcionarla; cuando la vi, ella inmediatamente me reconoció, pues ya nos habíamos enviado fotos, se levantó de la sala de espera y fue a mi encuentro, nos dimos un suave beso en la mejilla y caminamos hacia un parque donde platicamos y acordamos comprar otras botellas más de vino blanco para romper el hielo de la pena y conocernos más, así que nos dirigimos a un hotel, rentamos una habitación, nos bebimos dos botellas de vino cada quien y al destapar la tercera ya estábamos desnudos besándonos frenéticamente, lamiéndonos el cuerpo bañado en el frío y delicioso elixir de uva, como si fuéramos viejos amantes ya de tiempo atrás.
Cuando platicábamos en el Chat ella me confesó que jamás le había hecho el sexo oral, lentamente levantó su piernas y las puso en mi nuca, atrapando mi cabeza y atrayéndola hacia su hermosísima caverna cerradita, rosada, carnosa y jugosa, yo comencé a lamer su clítoris vaciando chorritos de vino hasta llenar su vagina para luego sorberlo, ella se retorcía como serpiente en las blancas sábanas todas mojadas y olorosas a licor, ella se levantaba con el cuello abriendo las piernas y poniéndome su pequeño culito para que yo siguiera mamando como un perro y vaciando más vino mientras introducía un dedo en su vagina hasta tocarle el punto "G", luego cambiaba, lamiéndole el clítoris y metiéndole un dedo al culo hasta que la hice venir en mi boca, ella daba gritos de placer y me decía: "¡Hay mi amor me vas a volver loca!". A estas alturas ya estábamos borrachos y mi verga que llevaba meses calmada a fuerza de puras pajas, estaba muriendo por meterse a una vagina de verdad, así que !
cuando la penetré despacio, casi eyaculo, pero se la saqué, respiré profundo y le di un largísimo trago a la botella de vino mientras ella comenzó a chuparme mi miembro hinchado y con la cabeza casi morada y babeando de la excitación, comenzó a lamerme la cabeza con su lengua alrededor de mi glande y apretándola con las dos manos, luego a bajar la lengua hasta los huevos como si fuera un caramelo, luego se la empezó a tragar y a chuparla agarrada de mis nalgas, yo le cogí su larga mata de cabello para verle su hermoso rostro aún de niña comiéndose todo mi tronco de carne dura y palpitante, luego la sacaba de su boca y se comía mis bolas y lengüeteaba mi ano haciéndome retorcer de escalofríos y gritar; sin embargo ella estaba demasiado caliente y me pidió que se la metiera ya.
Seguimos bebiendo y esta vez ella me aventó para atrás, se montó sobre mí, cogió mi verga y se la introdujo en su raja bramando de placer, comenzó a cabalgarme gritando y arañando mi pecho con sus enorme uñas, sus monumentales pechos que subían y bajaban, rebotaban y su alborotada cabellara le cubría el rostro bañado en sudor, yo estaba en el nirvana del placer, cambiamos de posición, ella se puso a cuatro patas y yo la penetré por atrás apalancándome de su breve cintura de bailarina, luego me senté en una silla y ella trepándose y poniendo sus piernas en mis hombros se volvió a ensartar, luego la cargué y abrazada de mi cuello, clavándome sus uñas en los hombros con sus piernas alrededor de mi cintura follamos parados, recargándola en el borde de la cama, etc., yo aguantaba increíblemente sin eyacular, luego de mucho tiempo de fornicar, de muchísimos orgasmos de ella y de cambiar de posiciones más de 10 veces la aventé boca abajo, me embarré aceite en la verga y se la apunt!
é al ojo del culo, me dijo: "No por ahí nunca me la han metido", pero yo ya estaba muy caliente y borracho para detenerme y se la dejé ir despacio pero sin pausa, increíblemente no le causé ningún dolor y sí placeres nuevos y gritos de desesperación pero no desagradable. Su ano estaba tan apretado que apenas podía moverme en él, no tardé mucho en eyacular mi leche hirviendo dentro de ella, los dos berreamos de goce.
Terminamos bañados en sudor, pero aún sin satisfacer tantos meses de represión y abstinencia sexual, así que nos seguimos besando y ella me dijo: "Amor, te tengo una sorpresita, yo también te voy a cumplir tu fantasía". En el Chat yo le comenté que tenía muchas ganas de follar después de fumarme un churro de marihuana. Ella lo sacó de su bolsa, lo prendimos y comenzamos a fumárnoslo los dos; cuando el efecto de la cannabis hizo su función, comenzamos a embarrarnos el cuerpo con el aceite para masajes que yo llevaba, estábamos tan concentrados en la acción que no sé cuanto tiempo estuvimos frotándonos los dos entre un charco de aceite pues nos vaciamos toda la botella, yo sentía sus manos como olas del mar sobre mi ardiente piel y ella gemía cuando las mías recorrían toda su geografía corporal; de pronto me dijo: "Amor quiero ver como te masturbas, hazlo para mí, yo me puse de pié frente a ella y comencé a bajar y subir mi mano por mi polla firme de nuevo, despacito con la su!
avidad del aceite y ella comenzó a acariciar sus pechos y a meter sus dedos en su vagina sentada en la cama, luego se me aventó encima, me tumbó a la alfombra, me puso su concha en la cara para que se la lamiera, pero luego me la quitó y bajó su cara hasta mi miembro y antes de empezara lamerlo me dijo que me pusiera como perrito y ella tumbada en el suelo se la metió a la boca, al estarla chupando, tomó el último chorro de aceite de la botella y me lo embarró en mis nalgas y en mi culo, con su mano acariciaba mi ano y mientras se comía mi polla que creí que me iba a estallar pues la sentía enorme dentro de su garganta, ella introdujo todo su dedo lleno de aceite en mi ano y comenzó a meterlo y sacarlo hasta encontrar mi punto "G" masculino, yo gritaba de placer, pues jamás había sentido sensaciones tan intensas como esa, siguió mamando mi falo hasta que eyaculé como manguera dentro de su boca sin sacarme su dedo, ella sorbió cada chorro de mi semen tragándoselo todo y sacán!
dome hasta la última gota, yo sentía que se me iban a salir los ojos y que mi médula espinal también se vaciaría pues gracias al efecto de la hierba, sentía descargas eléctricas que me recorrían toda la espina dorsal, no sabía si me estaba muriendo o me estaban llevando a otra dimensión; sentí que ese momento fue muy muy largo y que eyaculé litros de semen, cuando terminamos se dejó caer encima de mí y así amanecimos, los dos abrazados, con una resaca deliciosa y un dolor de culo que no le deseo a nadie, sin embargo fue una de las experiencias más extremas de mi vida.
Nos hicimos amantes por más de un años hasta que regresé a México.
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