este relato esta dedicado para mi amigo marcossss y espero que lo disfruten todos
Ya estaba cansado del tiempo que habíamos estado follando. Sofía, sin embargo, seguía moviendo la mandíbula con la misma energía que al empezar. Tumbado en la cama esperaba el momento de mi corrida. De repente noté como ese momento había llegado. Agarré la cabeza de mi novia con fuerza metiéndole casi toda la polla en la boca, pero ella, con más fuerza, la retiró. No quise forzarla porque se enfadaría conmigo y me quedaría sin sexo una buena temporada. Sacándose la polla de la boca toda mi corrida le salpicó en la cara.
Te he dicho mil veces que me da asco en la boca. – Protestó.
Lo sé pero quiero que pruebes.
Ya sabes que como me fuerces a algo te quedarás sin follar mucho tiempo.
Se fue al baño a lavarse la cara y se tumbó conmigo a dormir.
Al día siguiente esperaba volver a intentarlo, pero Sofía me dijo que debía salir esa noche. Al coger el bolso se le cayó un papel. Lo miré y estaba escrita una hora y una dirección. Había visto más papelitos de estos registrando su cajón un día, pero no le había dado importancia. Ahora me parecía raro y decidí seguirla. Llegué a un hotel, o eso creía yo. Vi que entraba y se metía por un largo pasillo por la derecha. Hice lo mismo y vi una puerta cerrada con llave y otra dejada al libre paso. Entré y vi un montón de tios hablando. Me acerqué y hablé con uno de ellos.
Perdona, ¿me puedes explicar qué pasa aquí?
La chica de hoy, se hace llamar Perrita Caliente, dicen maravillas de ella. Yo ya estuve con ella en otro evento como este. Ha pasado ya por muchos sitios de la ciudad, incluso es reclamada en otras.
¿Pero qué hace exactamente? – Pregunté intrigado.
¿A ti qué te parece? ¿Para que te crees que estamos todos aquí?
Vi un cartel en una esquina. Me acerqué y leí:
"Perrita Caliente. Máximo 15 personas. Única restricción: Prohibido la eyaculación en la cavidad bucal."
La "única restricción" me aterrorizó y cuando empezaba a pensar en ella se oyó un sonido y se abrió la puerta. Me medio escondí detrás de una planta y vi salir a Sofía, totalmente desnuda, al encuentro de 11 hombres. Éstos se desnudaron y empezó la acción. No me atrevía a mirar. De vez en cuando echaba una miradita y veía a Sofía con un tio debajo metiéndola por el culo, otro de rodillas dándole fuerte, otro dándole por la boca y pajeando a dos tios, uno con cada mano. Los demás se la meneaban a su alrededor esperando el momento para entrar. Reflexioné y decidí vengarme. Me desvestí y me fui pajeando a su alrededor procurando que no me viera. Pasó un tiempo y empezaron a correrse. Su tripa y piernas ya estaban cubiertas y ahora le rociaban la cara. Sólo quedaban otros dos y yo, y yo estaba a punto pero procuré ser el último. El último que quedaba tio le agarraba del pelo con agresividad mientras le pegaba la polla a la mejilla. La visión de mi novia con todo el semen resbalando por su cara me ponía muy cachondo. El semen ya le caía a la altura de los labios y ella procuraba escupirlo y mantener los labios bien cerrados. Una de las cosas que más me molestaba era que ponía cara de satisfacción. Le gustaba toda esa guarrada. Era una guarra, una cerda… El otro tio pegó la punta de su polla en los labios de Sofía. Ella hizo fuerza en los labios y cerró los ojos fuertemente. El tio se corrió en sus labios y ella no los abrió ni un poco hasta que el semen había caído a su barbilla. En ese momento me dio pena, pero "ese momento" fue muy corto, porque en seguida recordé lo que me había costado que me dejara darle por el culo y lo que había gritado y todo, y ahora le caben casi 3 pollas ahí. Cuando levantó un poco la mirada para observar la cara de quien sería el último en descargar sobre ella, se puso casi pálida. Apenas abrió un poco la boca, mis huevos ya tocaron su barbilla. Le entró una media arcada pero yo continué metiéndola y sacándola con dureza. Ya se habían ido muchos de la sala, y los otros dos que quedaban hablaban mientras se vestían sin hacernos caso. Sofía abría muchos los ojos y apretaba los labios, cosa que me daba más placer. El golpeteo de mis huevos contra su barbilla era inmenso, cosa que no había conseguido nunca con ella. Se la metí entera y la aguanté ahí agarrándole la cabeza. Se empezó a poner roja y su cabeza temblaba. Entonces me corrí dentro. Vi su cara de asfixia y asco mientras notaba como mi semen inundaba su boca. Una vez había soltado todo, la dejé. Cayó al suelo respirando con fuerza e inmóvil. Su cabeza estaba apoyada en el suelo y de su boca caía semen al suelo constantemente, mientras un hilillo de mezcla entre baba y semen le colgaba del labio inferior.
Me vestí y me acerqué a ella. Respiraba con dificultad y tenía los ojos cerrados. Aún tenía la boca abierta y se podía ver bastante cantidad de semen dentro de ella. Cuando abrió los ojos intento incorporarse pero le cogí la cabeza. Hizo un amago de escupir el semen pero le cerré la boca.
Eres una zorra, Sofía. Y como zorra que eres, te vas a tragar toda esa corrida que tienes en la boca.
Produjo un sonido de negación y entonces le cerré la boca con más fuerza y le tapé la nariz con la otra mano. Puso cara de susto y al principio no hizo nada. Al ver que se quedaba sin aire puso cara de tremendo asco y se oyó un "glup".
Así me gusta. Y dada la cantidad de fotos que tengo de nuestros encuentros sexuales no creo que quieras contar esto a nadie, o podrías encontrártelas en cualquier sitio, incluso en Internet.
Aún tenía restos de semen por las comisuras de los labios. La dejé así y me fui a casa. Pensé que a pesar de llevarme una desilusión porque quería a Sofía, me había divertido mucho y nunca había experimentado nada igual.
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Ya estaba cansado del tiempo que habíamos estado follando. Sofía, sin embargo, seguía moviendo la mandíbula con la misma energía que al empezar. Tumbado en la cama esperaba el momento de mi corrida. De repente noté como ese momento había llegado. Agarré la cabeza de mi novia con fuerza metiéndole casi toda la polla en la boca, pero ella, con más fuerza, la retiró. No quise forzarla porque se enfadaría conmigo y me quedaría sin sexo una buena temporada. Sacándose la polla de la boca toda mi corrida le salpicó en la cara.
Te he dicho mil veces que me da asco en la boca. – Protestó.
Lo sé pero quiero que pruebes.
Ya sabes que como me fuerces a algo te quedarás sin follar mucho tiempo.
Se fue al baño a lavarse la cara y se tumbó conmigo a dormir.
Al día siguiente esperaba volver a intentarlo, pero Sofía me dijo que debía salir esa noche. Al coger el bolso se le cayó un papel. Lo miré y estaba escrita una hora y una dirección. Había visto más papelitos de estos registrando su cajón un día, pero no le había dado importancia. Ahora me parecía raro y decidí seguirla. Llegué a un hotel, o eso creía yo. Vi que entraba y se metía por un largo pasillo por la derecha. Hice lo mismo y vi una puerta cerrada con llave y otra dejada al libre paso. Entré y vi un montón de tios hablando. Me acerqué y hablé con uno de ellos.
Perdona, ¿me puedes explicar qué pasa aquí?
La chica de hoy, se hace llamar Perrita Caliente, dicen maravillas de ella. Yo ya estuve con ella en otro evento como este. Ha pasado ya por muchos sitios de la ciudad, incluso es reclamada en otras.
¿Pero qué hace exactamente? – Pregunté intrigado.
¿A ti qué te parece? ¿Para que te crees que estamos todos aquí?
Vi un cartel en una esquina. Me acerqué y leí:
"Perrita Caliente. Máximo 15 personas. Única restricción: Prohibido la eyaculación en la cavidad bucal."
La "única restricción" me aterrorizó y cuando empezaba a pensar en ella se oyó un sonido y se abrió la puerta. Me medio escondí detrás de una planta y vi salir a Sofía, totalmente desnuda, al encuentro de 11 hombres. Éstos se desnudaron y empezó la acción. No me atrevía a mirar. De vez en cuando echaba una miradita y veía a Sofía con un tio debajo metiéndola por el culo, otro de rodillas dándole fuerte, otro dándole por la boca y pajeando a dos tios, uno con cada mano. Los demás se la meneaban a su alrededor esperando el momento para entrar. Reflexioné y decidí vengarme. Me desvestí y me fui pajeando a su alrededor procurando que no me viera. Pasó un tiempo y empezaron a correrse. Su tripa y piernas ya estaban cubiertas y ahora le rociaban la cara. Sólo quedaban otros dos y yo, y yo estaba a punto pero procuré ser el último. El último que quedaba tio le agarraba del pelo con agresividad mientras le pegaba la polla a la mejilla. La visión de mi novia con todo el semen resbalando por su cara me ponía muy cachondo. El semen ya le caía a la altura de los labios y ella procuraba escupirlo y mantener los labios bien cerrados. Una de las cosas que más me molestaba era que ponía cara de satisfacción. Le gustaba toda esa guarrada. Era una guarra, una cerda… El otro tio pegó la punta de su polla en los labios de Sofía. Ella hizo fuerza en los labios y cerró los ojos fuertemente. El tio se corrió en sus labios y ella no los abrió ni un poco hasta que el semen había caído a su barbilla. En ese momento me dio pena, pero "ese momento" fue muy corto, porque en seguida recordé lo que me había costado que me dejara darle por el culo y lo que había gritado y todo, y ahora le caben casi 3 pollas ahí. Cuando levantó un poco la mirada para observar la cara de quien sería el último en descargar sobre ella, se puso casi pálida. Apenas abrió un poco la boca, mis huevos ya tocaron su barbilla. Le entró una media arcada pero yo continué metiéndola y sacándola con dureza. Ya se habían ido muchos de la sala, y los otros dos que quedaban hablaban mientras se vestían sin hacernos caso. Sofía abría muchos los ojos y apretaba los labios, cosa que me daba más placer. El golpeteo de mis huevos contra su barbilla era inmenso, cosa que no había conseguido nunca con ella. Se la metí entera y la aguanté ahí agarrándole la cabeza. Se empezó a poner roja y su cabeza temblaba. Entonces me corrí dentro. Vi su cara de asfixia y asco mientras notaba como mi semen inundaba su boca. Una vez había soltado todo, la dejé. Cayó al suelo respirando con fuerza e inmóvil. Su cabeza estaba apoyada en el suelo y de su boca caía semen al suelo constantemente, mientras un hilillo de mezcla entre baba y semen le colgaba del labio inferior.
Me vestí y me acerqué a ella. Respiraba con dificultad y tenía los ojos cerrados. Aún tenía la boca abierta y se podía ver bastante cantidad de semen dentro de ella. Cuando abrió los ojos intento incorporarse pero le cogí la cabeza. Hizo un amago de escupir el semen pero le cerré la boca.
Eres una zorra, Sofía. Y como zorra que eres, te vas a tragar toda esa corrida que tienes en la boca.
Produjo un sonido de negación y entonces le cerré la boca con más fuerza y le tapé la nariz con la otra mano. Puso cara de susto y al principio no hizo nada. Al ver que se quedaba sin aire puso cara de tremendo asco y se oyó un "glup".
Así me gusta. Y dada la cantidad de fotos que tengo de nuestros encuentros sexuales no creo que quieras contar esto a nadie, o podrías encontrártelas en cualquier sitio, incluso en Internet.
Aún tenía restos de semen por las comisuras de los labios. La dejé así y me fui a casa. Pensé que a pesar de llevarme una desilusión porque quería a Sofía, me había divertido mucho y nunca había experimentado nada igual.
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5 comentarios - mi novia es perra caliente
EXELENTE LOBO..
GRACIAS POR COMPARTIRLO..--
Ya lo había leído desde la fuente misma
http://www.todorelatos.com/relato/62955/
SALUDOS