La calle es una compañera infiel. Te da y te quita. Sí.
Un primo lejano, gran putañero, gran juerguista, por ejemplo, ya cuarentón, de vuelta de la vida, consiguió justamente una "vida" en la calle del centro. Una linda mujer en auto, un grito, una sonrisa de mi primo y chau, el guachin se la levanta (o quizás, ella a él). Diez años juntos. "Ojo, no quiere decir que yo no tenga algo por ahí de vez en cuando, pero 3 hijos maravillosos, vino y asado, una hermosa mina a los 35 qué más puedo pedir, la calle te da, boludo".
...
Ayer volvía a casa. En realidad, hacía bastante que estaba volviendo: laburo - copete de las 18 - cena con jazz - copetín de las 23. Todo me daba cada vez más ganas, y envión para volver.
Salí. Doblé por calle 7. Ráfagas de viento, frío. Sentí un fuerte aroma de azúcar quemada. Y la ví, con su uniforme. "Carla, a tus pies" me dice, "dejame sorprenderte, bombon", agregó.
Casi miro sobre mi hombro. Era a mí. Ahora la miré. La escruté. Tenés que ser arqueólogo, detective, a la una de la madrugada para saber qué hay bajo el maquillaje.
"Vení a beber de mi fuente amor" dice Carla.
Hay algo que me encanta. Me atrae.
Carla me mira con ojos negros, desde una altura impresionante, y en sus pies había zapatos que brillan, plateados como alas, como espadas. Sus piernas no tenían medias. Y eran largas y húmedas como anacondas. Su cabello azul ondulaba, hasta su cintura. Tenía un corset rojo con grampas de metal bruñido y en el cabello usaba una peineta de cortesana antigua. Algo de ella era muy, muy antiguo.
Me acerqué. Estuve mirándola atontado, hacia arriba. Mi boca quedó a la altura de sus tetas. Creo que se cayó mi maletín.
"No ves que sos un dulce", dijo. Y me tocó los ojos, y me sonrió.
Debo haber levitado. Abrí los ojos en un dormitorio de estilo. Ahora estaba vestido con un pijama a rayas, y ella con un tutú negro, medias de red y corpiño calado. Me sonreía, y me acurrucó. En pocos minutos me enseñó los placeres de su boca. No hay peor ignorante que el que ignora que lo es. Frente a un maestro el alumno se inclina. Estuve desnudo. Y ella tenía un látigo. Yo pedía y ella daba, yo recibía y ella entregaba. Yo aprendía y ella daba cátedra.
Sentí que mi cuerpo se derretía como cera entre sus carbones encendidos. Me reduje entre sus huecos. Ella develó sus pechos inmensos: yo salté, niño, en sus pezones, como en lechos elásticos. Me introduje en su garganta, y ella me devoró. Supe del misterio de su baba, y fui yo mismo un falo al que ella manejó como un muñeco, como un perro salvaje, a latigazos.
Carla dijo entonces: "ahora viene lo mejor". Se quitó el tutú y dejó ver un bosque increíble. Levanté la mano en ademán de niño explorador, y me introduje en los misterios de su selva. Fui tigre, y fui cazador. Y entonces, entonces... en lo más oscuro y profundo de esa maraña, abrí la boca y algo duro y grande se metió dentro de mí.
"Tendrás el maná, la leche y la miel que la Biblia promete a los elegidos" susurró Carla, y comencé, con una avidez, que no sabía que tenía dentro mío, a tomar y tomar, sientiendo el dulzor inconcebible que siente un lactante, deslizando ese líquido tórrido en oleadas dentro de mi garguero. Y fui una tierra reseca cuando cae el aguacero. Y tomé todo lo que ella me daba, y devoré su miel.
Ya lleno, me dio vuelta, y dibujó con el látigo sobre mi piel el mapa sangrante de mi corazón, mis suspiros, y mi placer, arqueando a cada impacto mi columna vertebral. Y me dijo, "un perro obedece a su ama". Yo en cuatro patas.
Sentí atrás mío un rumor creciente, como de una fiesta, como de gente que charlaba, ruidosa, festejando, comentando, opinando, qué bien o qué mal el ejemplar que conseguiste, Carla, cómo te obedeció, te parece que siempre fue así?, qué buen tamaño tiene, qué dócil no? puedo probar yo? mirá que hace tiempo que no la pongo, cómo no, dale nomás, no se va a quejar, muy al contrario...
Sentí entonces, una serie de dolores intensos en mi parte trasera, como palos calientes y grandísimos que se metían dentro mío, repetidas veces, que eran placenteros al mismo tiempo y como garras de perro que se clavaban en mis hombros, que eran ahora peludos y mi lengua que era larga y colgaba jadeando, jadeando y jadeando... y no supe más.
Lo siguiente fue un fortísimo olor a azúcar quemada, abrí los ojos y estaba en calle siete, a metros de mi puerta. Y una ráfaga fría se colaba dentro de mi saco.
...
La calle te da y te quita. Yo, por un encuentro casual en la calle, perdí a mi mujer y mis tres hijos.
Coincidencias de la vida, mi ex mujer se casó con mi primo.
Un primo lejano, gran putañero, gran juerguista, por ejemplo, ya cuarentón, de vuelta de la vida, consiguió justamente una "vida" en la calle del centro. Una linda mujer en auto, un grito, una sonrisa de mi primo y chau, el guachin se la levanta (o quizás, ella a él). Diez años juntos. "Ojo, no quiere decir que yo no tenga algo por ahí de vez en cuando, pero 3 hijos maravillosos, vino y asado, una hermosa mina a los 35 qué más puedo pedir, la calle te da, boludo".
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Ayer volvía a casa. En realidad, hacía bastante que estaba volviendo: laburo - copete de las 18 - cena con jazz - copetín de las 23. Todo me daba cada vez más ganas, y envión para volver.
Salí. Doblé por calle 7. Ráfagas de viento, frío. Sentí un fuerte aroma de azúcar quemada. Y la ví, con su uniforme. "Carla, a tus pies" me dice, "dejame sorprenderte, bombon", agregó.
Casi miro sobre mi hombro. Era a mí. Ahora la miré. La escruté. Tenés que ser arqueólogo, detective, a la una de la madrugada para saber qué hay bajo el maquillaje.
"Vení a beber de mi fuente amor" dice Carla.
Hay algo que me encanta. Me atrae.
Carla me mira con ojos negros, desde una altura impresionante, y en sus pies había zapatos que brillan, plateados como alas, como espadas. Sus piernas no tenían medias. Y eran largas y húmedas como anacondas. Su cabello azul ondulaba, hasta su cintura. Tenía un corset rojo con grampas de metal bruñido y en el cabello usaba una peineta de cortesana antigua. Algo de ella era muy, muy antiguo.
Me acerqué. Estuve mirándola atontado, hacia arriba. Mi boca quedó a la altura de sus tetas. Creo que se cayó mi maletín.
"No ves que sos un dulce", dijo. Y me tocó los ojos, y me sonrió.
Debo haber levitado. Abrí los ojos en un dormitorio de estilo. Ahora estaba vestido con un pijama a rayas, y ella con un tutú negro, medias de red y corpiño calado. Me sonreía, y me acurrucó. En pocos minutos me enseñó los placeres de su boca. No hay peor ignorante que el que ignora que lo es. Frente a un maestro el alumno se inclina. Estuve desnudo. Y ella tenía un látigo. Yo pedía y ella daba, yo recibía y ella entregaba. Yo aprendía y ella daba cátedra.
Sentí que mi cuerpo se derretía como cera entre sus carbones encendidos. Me reduje entre sus huecos. Ella develó sus pechos inmensos: yo salté, niño, en sus pezones, como en lechos elásticos. Me introduje en su garganta, y ella me devoró. Supe del misterio de su baba, y fui yo mismo un falo al que ella manejó como un muñeco, como un perro salvaje, a latigazos.
Carla dijo entonces: "ahora viene lo mejor". Se quitó el tutú y dejó ver un bosque increíble. Levanté la mano en ademán de niño explorador, y me introduje en los misterios de su selva. Fui tigre, y fui cazador. Y entonces, entonces... en lo más oscuro y profundo de esa maraña, abrí la boca y algo duro y grande se metió dentro de mí.
"Tendrás el maná, la leche y la miel que la Biblia promete a los elegidos" susurró Carla, y comencé, con una avidez, que no sabía que tenía dentro mío, a tomar y tomar, sientiendo el dulzor inconcebible que siente un lactante, deslizando ese líquido tórrido en oleadas dentro de mi garguero. Y fui una tierra reseca cuando cae el aguacero. Y tomé todo lo que ella me daba, y devoré su miel.
Ya lleno, me dio vuelta, y dibujó con el látigo sobre mi piel el mapa sangrante de mi corazón, mis suspiros, y mi placer, arqueando a cada impacto mi columna vertebral. Y me dijo, "un perro obedece a su ama". Yo en cuatro patas.
Sentí atrás mío un rumor creciente, como de una fiesta, como de gente que charlaba, ruidosa, festejando, comentando, opinando, qué bien o qué mal el ejemplar que conseguiste, Carla, cómo te obedeció, te parece que siempre fue así?, qué buen tamaño tiene, qué dócil no? puedo probar yo? mirá que hace tiempo que no la pongo, cómo no, dale nomás, no se va a quejar, muy al contrario...
Sentí entonces, una serie de dolores intensos en mi parte trasera, como palos calientes y grandísimos que se metían dentro mío, repetidas veces, que eran placenteros al mismo tiempo y como garras de perro que se clavaban en mis hombros, que eran ahora peludos y mi lengua que era larga y colgaba jadeando, jadeando y jadeando... y no supe más.
Lo siguiente fue un fortísimo olor a azúcar quemada, abrí los ojos y estaba en calle siete, a metros de mi puerta. Y una ráfaga fría se colaba dentro de mi saco.
...
La calle te da y te quita. Yo, por un encuentro casual en la calle, perdí a mi mujer y mis tres hijos.
Coincidencias de la vida, mi ex mujer se casó con mi primo.
21 comentarios - La calle te da y te quita
Te agradezco la parte que me toca y de paso te desvirgo, van tus primeros diez puntos.
Aguante La Plata.
Ojo de que equipo sos, eh
F.
Bestifolk...
(y respecto a mi pasión: es azul y blanca, ojalá coincidamos, y si no, con todo respeto me inclino, como lo hice hace unos meses ante Carla!)
No me quedan muchas palabras para adornar semejante expresion...
Solo queda la promesa de intentar sacarte de la novatez, te lo mereces! 😉
Leí que necesito 50 puntos para salir de mi novatez. Faltan 40. Hay algún modo de dar a conocer más el post?
Solo dejo 5 puntines porque prometi a otro user mis puntos. Otra cosa. Espero que sigas escrbiendo, te felicito, yo no soy de leer relatos pero muy bueno.
A los otros poringueros les digo que le den unos puntos que ya falta poco!
Saludos.
Bienvenido newfull!!!!!
Acudo al llamado de Pablo. Te dejo los puntos, ya que según los comentarios tu pluma es muy buena.
Prometo leerte más tarde y comentar al respecto.
Bienvenido NFU!!!
😉
Como ya le dije a Pabloalmagro por mp, les agradezco a todos. La verdad que no imaginaba tal recibimiento. Recién veo que hay 70 puntos, y que eso me dio el estado de NFU.
Pero mucho más importante es el calor que se percibe a través de los comentarios.
Muchísimas gracias!
Un abrazo.
Besti
Llego algo tardeal pedido de pablo, Bievenido a NFU 😃 😃 😃
Rondamon not dead.
viste el mega grupo en el féis buk sobre rondamon?
Realmente me dio gusto leerte.
Esperamos leerte seguido, no te pierdas 😉
ESPECTACULAR..ME GUSTO, BIEN HECHO!!!
Aunque llegue tarde, te dejo mi reconocimiento
escrito y numérico.
Porque no es facil escribir asi!!!!
Es algo que fluye, que \"chorrean\" palabras,
y creo que sale cuando la mente excede en velocidad
a lo que nuestras manos escriben o nuestros dedos tipean.
Te felicito.
Bienvenido a NFU
Bruce.
BIENVENIDO GENIO
YO PASE POR TU POST!! VOS,,,PASASTE POR EL MIO???
Y la verdad que tenés una excelente poesía. Tuve que volver a leerlo varias veces para entrenar mi vista a tanta prosa.
Te felicito. Y espero la próxima!