Eliana una mujer de 32 años, amiga desde la infancia de mi madre, quien tiene 34, llega a mi casa un día, por motivos, según escucho, de salud.
Mi padre muy correcto, ofreció la casa a la amiga de su señora, para que no entrara en gastos mayores mientras estuviese en la ciudad, por esos motivos de salud.
Quien pagará, por los inconvenientes de dormir mal, yo que tengo 14 años y debo dejar mi dormitorio para la recién llegada. Menos mal que estoy de vacaciones.
Claro que ella es bonita y de un cuerpo maravilloso, cuando se sienta a conversar con papá en el living, trato de mirar algo a través de su falda que al sentarse se levantó un poco sobre su rodilla, ella me pilló y me sonrió. Luego cuando paso a mi lado me dijo ¿que me observabas tanto? Y abrazándome me dijo eres muy joven todavía, esperaré a que crezca…, luego se va a conversar con mamá
Nuestra casa es pequeña apenas tiene dos dormitorios, uno ocupan mis padres, el living es súper chico y la cocina incluye al comedor, por lo que debo dormir en el pasillo que une al living y al baño. No hay problemas en la noche, al amanecer papá me molesta al ingresar al baño, después mi madre que se ducha y arregla para ir al trabajo. Cuando ellos se marchan y estaba nuevamente tratando de dormirme, pasa la invitada y para no enredarse conmigo, se levanta su camisa de dormir, al pasar, alcanzo a divisar las posaderas de ella, unos hermosos muslos, que me hacen abrir mis ojos inmediatamente incitándome a pensamientos intrigantes. Cuando vuelve del baño, me muevo al pasar tratando de ver más, lo que la hace perder su equilibrio y termina sentada sobre mi pecho mostrándome sus piernas y el nacimiento de su espeso y enmarañado vello sexual. ¡Guau!, digo, al mirar ese par de hermosas piernas, desnudas. Oye… mira para otro lado, me dice, esto es mío. Y casi inconciente estiro una mano para tocar un refulgente muslo, que me decía tócame…, acaricio su muslo desde la rodilla hasta la entrada de su sexo, oye…dice, veo que es primera vez que ves piernas desnudas de una mujer y ríe, ¿te gusto? Me pregunta… Luego se gira y me dice, ten cuidado hace más de tres meses que mi marido anda embarcado…
Quiero ver más, contesto, sin darme cuenta.
Fresco, dice. Trata de levantarse y al hacerlo muestra su sexo completo, me imagino los ojos que puse pues rió diciéndome, lastima que eres jovencito o sino te hago un strip tease completo y se levanta, pero para pasar debe abrirse de piernas y yo estoy en el suelo mirando hacia arriba, se tapa lo mejor que puede.
No se de donde saque valor para decir: tienes un lindo trasero y una hermosa entrepierna, ella se detiene y me mira,… oye, oye, me dice, eres el hijo de mi mejor amiga, cuidado que no soy de goma, soy de carne excitada, huesos insaciables y ansiosos, así que cálmate… escuchaste calmándose. Recuerda estoy sin sexo desde hace tiempo.
Estiré una mano y la pasaba por su entrepierna, sigo al no oponerse, sus nalgas, mas arriba los pelos de su vagina, por su culo…. Ella no se retiró de mi lado, sino que suspiro, refunfuño, pregunto…, que haces, pero se quedo parada inmóvil mientras mi mano la recorría lentamente, tiré de su camisa de dormir y cayó arrodillada en mi almohada…, déjame dijo, corres peligro, pero no se retira…, pasaba una de mis manos por sus pechos, la otra sobaba sus muslos, movía su culo deliciosamente en un es tuyo es mío, metí mis dedos en su sexo, como lo había visto hacer una vez a mi padre con mi madre, cuando los espiaba en su dormitorio, lo tocaba y ella respondió contorneándose, estaba totalmente enajenada, gemía…,déjame. Te puedo hacer daño …, déjame.
Me excitaba y por eso metí mi cabeza entre sus senos besándolos, ella se ahogaba y excitada gritaba, ¿Qué me estas haciendo?, mi mano no la soltaba de su sexo y ella comenzó entonces a moverse hacia atrás, hacia delante de una manera incontrolada, desenfrenada, y gritaba como loca, cuando con mis dedos acaricié sin saber su clítoris, veía que se excitaba igual que mi madre con mi padre y recordé que mi padre después de excitarla así la penetraba con su pene, entonces la empuje hacia atrás y obligándola a recostarse, me ubique entre sus piernas, le trate de meter mi verga en su vulva, no tenía la maestría necesaria y no pude ingresarla, a la segunda arremetida… me resulto, estaba ella en medio de un orgasmo, lo que desencadenó unos desquiciados y desenfrenados movimientos, prácticamente no necesitaba moverme, ella estaba descompuesta mientras gritaba…,
Dios es exquisito, Dios es un niño…, pero que rico lo hace…, luego me abraza y acelera su ritmo hasta casi arrancarme mi miembro luego empieza con un tira y suelta que hace crecer mi pene hasta hacerme doler, con esos movimientos logra sacarme de mi pene todo el semen que había acumulado en mis testículos…. Y con una aullido de placer que se escapa de mis labios, agotado, sin fuerza me relajo en mi cama.
Ella se recuesta a mi lado… me mira y me dice…, tú dices algo de esto, lo negaré y te dejaré de mentiroso.
Se levanta va a la ducha y yo quedo analizando lo acontecido y pienso, lo hice ya soy todo un macho igual que papá.
Luego se viste y sale al hospital, no vuelve hasta pasado el medio día, acompañando a mamá que viene a almorzar y luego vuelve al trabajo.
En la tarde quedamos solo y le pregunto por que fue al médico, me contesta con una sonrisa al tiempo que se me acerca acariciándome mi cabellera, pensaba que estaba enferma por que no excitaba en la cama, a pesar de estar tanto tiempo sin macho, pensaba que algo me pasaba, pero tú me demostraste esta mañana que el que está mal, es mi mente, ya que no me excita, ni me acariciaba para satisfacerme…, tú si sabes excitarme, sabes hacerlo muy bien, me dice…, la engancho por su cintura y le propongo.., no quieres ser excitada nuevamente, mientras meto una de mis manos por su espalda, disfrutaba de su cuerpo, era delgada, pero de buenos y atractivos pechos, acariciarla bajo su ropa era sensacional, ella solo cerró sus ojos y comentó, me gusta sentir tus manos sobre mí…, me apeteces y estoy dispuesto a dártelo siempre que guardes un prometido silencio…, metí mis manos bajo su falda tocándole su culo, disfrutaba de esos momentos y por supuesto ella susurraba que fuera despacio pues no estaba mojada aún y podía hacerle daño.
Cerraba sus ojos imaginando que era el pene de su marido el que sentiría en su interior, ya que llevaba más de tres meses sin hacerlo con su esposo.
La tomé de la mano y la lleve a mi dormitorio, la acomodé en mi cama y comencé con mis manos acariciar sus muslos mientras levantaba su falda hasta la cintura, ahí se la deje como cinturón…. Mi lengua recorría su nuca y orejas y mis manos acariciaban su vientre y su vello púbico, aquello la excitó muchísimo y más aún cuando comencé a acariciar sus pechos de una forma que la hacía derretir y estos se ponían duros.
La apreté un poco más y comencé a sentir como mi paquete se hinchaba contra su cuerpo. Sin poder evitarlo me puse rojo como un tomate mientras ella permanecía retándome con su mirada. Era una situación increíble y tremendamente excitante. Mi mano sentía su entrepierna cada vez más mojada y no me atrevía a hacer ningún movimiento, luego un intenso hormigueo recorre su cuerpo, al acariciarle su ingle y se estremece, gritando y musitando palabras que no logro entender.
Nuevamente me acomodé entre sus piernas, saqué mi pene y comencé a penetrarla, una vez dentro me detuve unos momentos para que su vagina se acostumbrase, después comencé a hundir y sacar mi pene, sentía como entraba y salía produciéndole sensaciones casi enloquecedoras, gemía mordiéndose sus labios, mientras yo la penetraba y lo sacaba. Estaba tan excitada que no necesitaba moverme, se movía sola, de pronto se tensó y se satisfizo en la cama, abrazándome cuando un par de chorros de semen escapaban de mí pene vaciándose en su sexo, ella disfrutaba en esos momentos con la llegada de un sensacional orgasmo, sintiendo mis chorros golpeándole su matriz.
Me circundaba con sus piernas por mi cintura para que la penetrara más profundamente, mientras vibraba, gritaba y se sacudía con su orgasmo. Satisfecha como mujer golosa, me mira, diciéndome eres exquisito, cuando seas mayor serás un campeón del sexo.
Arreglemos el dormitorio que llegará tu mamá y yo tengo que irme a tomar el bus y a casa, dice. La acompaño hasta el bus. Vuelvo a casa y creo estar en nebulosas he realizado la unión sexual con una mujer y dos veces en el día, no lo puedo creer y feliz vuelvo a casa.
Mi padre muy correcto, ofreció la casa a la amiga de su señora, para que no entrara en gastos mayores mientras estuviese en la ciudad, por esos motivos de salud.
Quien pagará, por los inconvenientes de dormir mal, yo que tengo 14 años y debo dejar mi dormitorio para la recién llegada. Menos mal que estoy de vacaciones.
Claro que ella es bonita y de un cuerpo maravilloso, cuando se sienta a conversar con papá en el living, trato de mirar algo a través de su falda que al sentarse se levantó un poco sobre su rodilla, ella me pilló y me sonrió. Luego cuando paso a mi lado me dijo ¿que me observabas tanto? Y abrazándome me dijo eres muy joven todavía, esperaré a que crezca…, luego se va a conversar con mamá
Nuestra casa es pequeña apenas tiene dos dormitorios, uno ocupan mis padres, el living es súper chico y la cocina incluye al comedor, por lo que debo dormir en el pasillo que une al living y al baño. No hay problemas en la noche, al amanecer papá me molesta al ingresar al baño, después mi madre que se ducha y arregla para ir al trabajo. Cuando ellos se marchan y estaba nuevamente tratando de dormirme, pasa la invitada y para no enredarse conmigo, se levanta su camisa de dormir, al pasar, alcanzo a divisar las posaderas de ella, unos hermosos muslos, que me hacen abrir mis ojos inmediatamente incitándome a pensamientos intrigantes. Cuando vuelve del baño, me muevo al pasar tratando de ver más, lo que la hace perder su equilibrio y termina sentada sobre mi pecho mostrándome sus piernas y el nacimiento de su espeso y enmarañado vello sexual. ¡Guau!, digo, al mirar ese par de hermosas piernas, desnudas. Oye… mira para otro lado, me dice, esto es mío. Y casi inconciente estiro una mano para tocar un refulgente muslo, que me decía tócame…, acaricio su muslo desde la rodilla hasta la entrada de su sexo, oye…dice, veo que es primera vez que ves piernas desnudas de una mujer y ríe, ¿te gusto? Me pregunta… Luego se gira y me dice, ten cuidado hace más de tres meses que mi marido anda embarcado…
Quiero ver más, contesto, sin darme cuenta.
Fresco, dice. Trata de levantarse y al hacerlo muestra su sexo completo, me imagino los ojos que puse pues rió diciéndome, lastima que eres jovencito o sino te hago un strip tease completo y se levanta, pero para pasar debe abrirse de piernas y yo estoy en el suelo mirando hacia arriba, se tapa lo mejor que puede.
No se de donde saque valor para decir: tienes un lindo trasero y una hermosa entrepierna, ella se detiene y me mira,… oye, oye, me dice, eres el hijo de mi mejor amiga, cuidado que no soy de goma, soy de carne excitada, huesos insaciables y ansiosos, así que cálmate… escuchaste calmándose. Recuerda estoy sin sexo desde hace tiempo.
Estiré una mano y la pasaba por su entrepierna, sigo al no oponerse, sus nalgas, mas arriba los pelos de su vagina, por su culo…. Ella no se retiró de mi lado, sino que suspiro, refunfuño, pregunto…, que haces, pero se quedo parada inmóvil mientras mi mano la recorría lentamente, tiré de su camisa de dormir y cayó arrodillada en mi almohada…, déjame dijo, corres peligro, pero no se retira…, pasaba una de mis manos por sus pechos, la otra sobaba sus muslos, movía su culo deliciosamente en un es tuyo es mío, metí mis dedos en su sexo, como lo había visto hacer una vez a mi padre con mi madre, cuando los espiaba en su dormitorio, lo tocaba y ella respondió contorneándose, estaba totalmente enajenada, gemía…,déjame. Te puedo hacer daño …, déjame.
Me excitaba y por eso metí mi cabeza entre sus senos besándolos, ella se ahogaba y excitada gritaba, ¿Qué me estas haciendo?, mi mano no la soltaba de su sexo y ella comenzó entonces a moverse hacia atrás, hacia delante de una manera incontrolada, desenfrenada, y gritaba como loca, cuando con mis dedos acaricié sin saber su clítoris, veía que se excitaba igual que mi madre con mi padre y recordé que mi padre después de excitarla así la penetraba con su pene, entonces la empuje hacia atrás y obligándola a recostarse, me ubique entre sus piernas, le trate de meter mi verga en su vulva, no tenía la maestría necesaria y no pude ingresarla, a la segunda arremetida… me resulto, estaba ella en medio de un orgasmo, lo que desencadenó unos desquiciados y desenfrenados movimientos, prácticamente no necesitaba moverme, ella estaba descompuesta mientras gritaba…,
Dios es exquisito, Dios es un niño…, pero que rico lo hace…, luego me abraza y acelera su ritmo hasta casi arrancarme mi miembro luego empieza con un tira y suelta que hace crecer mi pene hasta hacerme doler, con esos movimientos logra sacarme de mi pene todo el semen que había acumulado en mis testículos…. Y con una aullido de placer que se escapa de mis labios, agotado, sin fuerza me relajo en mi cama.
Ella se recuesta a mi lado… me mira y me dice…, tú dices algo de esto, lo negaré y te dejaré de mentiroso.
Se levanta va a la ducha y yo quedo analizando lo acontecido y pienso, lo hice ya soy todo un macho igual que papá.
Luego se viste y sale al hospital, no vuelve hasta pasado el medio día, acompañando a mamá que viene a almorzar y luego vuelve al trabajo.
En la tarde quedamos solo y le pregunto por que fue al médico, me contesta con una sonrisa al tiempo que se me acerca acariciándome mi cabellera, pensaba que estaba enferma por que no excitaba en la cama, a pesar de estar tanto tiempo sin macho, pensaba que algo me pasaba, pero tú me demostraste esta mañana que el que está mal, es mi mente, ya que no me excita, ni me acariciaba para satisfacerme…, tú si sabes excitarme, sabes hacerlo muy bien, me dice…, la engancho por su cintura y le propongo.., no quieres ser excitada nuevamente, mientras meto una de mis manos por su espalda, disfrutaba de su cuerpo, era delgada, pero de buenos y atractivos pechos, acariciarla bajo su ropa era sensacional, ella solo cerró sus ojos y comentó, me gusta sentir tus manos sobre mí…, me apeteces y estoy dispuesto a dártelo siempre que guardes un prometido silencio…, metí mis manos bajo su falda tocándole su culo, disfrutaba de esos momentos y por supuesto ella susurraba que fuera despacio pues no estaba mojada aún y podía hacerle daño.
Cerraba sus ojos imaginando que era el pene de su marido el que sentiría en su interior, ya que llevaba más de tres meses sin hacerlo con su esposo.
La tomé de la mano y la lleve a mi dormitorio, la acomodé en mi cama y comencé con mis manos acariciar sus muslos mientras levantaba su falda hasta la cintura, ahí se la deje como cinturón…. Mi lengua recorría su nuca y orejas y mis manos acariciaban su vientre y su vello púbico, aquello la excitó muchísimo y más aún cuando comencé a acariciar sus pechos de una forma que la hacía derretir y estos se ponían duros.
La apreté un poco más y comencé a sentir como mi paquete se hinchaba contra su cuerpo. Sin poder evitarlo me puse rojo como un tomate mientras ella permanecía retándome con su mirada. Era una situación increíble y tremendamente excitante. Mi mano sentía su entrepierna cada vez más mojada y no me atrevía a hacer ningún movimiento, luego un intenso hormigueo recorre su cuerpo, al acariciarle su ingle y se estremece, gritando y musitando palabras que no logro entender.
Nuevamente me acomodé entre sus piernas, saqué mi pene y comencé a penetrarla, una vez dentro me detuve unos momentos para que su vagina se acostumbrase, después comencé a hundir y sacar mi pene, sentía como entraba y salía produciéndole sensaciones casi enloquecedoras, gemía mordiéndose sus labios, mientras yo la penetraba y lo sacaba. Estaba tan excitada que no necesitaba moverme, se movía sola, de pronto se tensó y se satisfizo en la cama, abrazándome cuando un par de chorros de semen escapaban de mí pene vaciándose en su sexo, ella disfrutaba en esos momentos con la llegada de un sensacional orgasmo, sintiendo mis chorros golpeándole su matriz.
Me circundaba con sus piernas por mi cintura para que la penetrara más profundamente, mientras vibraba, gritaba y se sacudía con su orgasmo. Satisfecha como mujer golosa, me mira, diciéndome eres exquisito, cuando seas mayor serás un campeón del sexo.
Arreglemos el dormitorio que llegará tu mamá y yo tengo que irme a tomar el bus y a casa, dice. La acompaño hasta el bus. Vuelvo a casa y creo estar en nebulosas he realizado la unión sexual con una mujer y dos veces en el día, no lo puedo creer y feliz vuelvo a casa.
8 comentarios - Eliana la amiga intima de mamá
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