Una noche más , me había quedado dormida en la cama con mis
padres; a mi madre no le gustaba pero de vez en cuando lo conseguía. Esa noche
me desperté sintiendo la mano de mi padre acariciarme por debajo del pijama la
barriga, los pechos que ya me habían salido a mis trece años y acabó metiendo la
mano entre mis piernas.
Yo no sabía que hacer, él parecía dormido y a mi me estaba
gustando ese manoseo; él insistió entre mis piernas y me acariciaba mi vagina
con todo descaro por lo que abrí las piernas por intuición y me sentía toda
moljada. Al moverme para separarme un poco de mi madre que todavía seguía
durmiendo, con la mano rozé la polla de mi padre que la tenía fuera del pijama y
toda dura y con la excitación no pude evitar agarrársela con la mano. El seguía
con la mano en mi coño metiéndome prácticamente los dedos y yo moviendo su polla
en plena masturbación hasta que sentí un chorro caliente mojarme la mano casi al
mismo tiempo que creí tener mi primer orgasmo que tuve que acallar tapándome la
boca con la almohada para que mi madre no se despertara con mis gemidos de
placer. Mi padre se levantó al baño y yo me quedé allí sin atreverme ni a
moverme limpiando mi mano como podía con la sábana.
Pasaron dos días y como estaba un poco enferma, mi madre me
dejó dormir con ellos.
Una vez más, en cuanto mi madre se durmió volví a sentir la
mano de mi padre tocándome por todos los sitios y esta vez me bajó el pantalón
del pijama que llevaba y empezó a masturbarme y yo enseguida empezé a sentir
unos calores que no se si serían de fiebre o de la calentura que me estaba dando
y ya sin más disimulos, pero con mucho miedo de que mi madre se despertara y nos
pillara en esa situación, volví a llevar mi mano a su polla que me pareció más
grande que la otra noche de lo hinchada que estaba.
Al poco rato, él se puso encima de mi abriéndome las piernas
y se puso a frotarse con mi coño que parecía ya una caldera que quisiera
succionar esa cosa tan gorda que tenía mi padre y había momentos en que parecía
querer meterse dentro porque así la sentía yo, hasta que nuevamente sentí su
chorro caliente de semen caer esta vez sobre mi barrriga.. Esta vez tuve que
levantarme a limpiarme porque tenía miedo de que algo me hubiera caído en el
coño y pudiera embarazarme.
Esto se repitió varias noches más convirtiéndose para mi en
una gozosa pesadilla, porque cada vez disfrutaba más con ello y tenia mas miedo
de que mi madre se enterara, hasta que en una de estas ocasiones yo estaba sobre
mi padre y sentí su polla resbalar dentro de mi siendo la primera vez que me
penetraba totalmente, y una vez pasado el susto por lo inesperado sentí que
ardía por dentro y tenía el mayor placer que había sentido en mi vida y una vez
más acallaba mis gritos en la almohada mientras cada vez me sorprendía más de
que mi madre no se despertara con tanto trajín.
Pero todo empezó a tener una explicación para mi cuando una
noche me quedé dormida al lado de mi madre y mi padre empezó a pasar la mano por
encima del cuerpo de ella para acariciarme como siempre, pero esta vez mi madre
me agarró y me colocó en el medio de la cama al lado de mi padre, para que
supongo yo, dejáramos de molestarla y que pudiéramos hacer lo que quisiéramos.
Osea, que mi madre consentía todo aquello y yo tan preocupada con tantos
nervios. A partir de ese momento yo ya no acallaba mis gemidos de placer cuando
era follada por mi padre, pero mi madre seguía ahí al lado roncando como si
nada.
padres; a mi madre no le gustaba pero de vez en cuando lo conseguía. Esa noche
me desperté sintiendo la mano de mi padre acariciarme por debajo del pijama la
barriga, los pechos que ya me habían salido a mis trece años y acabó metiendo la
mano entre mis piernas.
Yo no sabía que hacer, él parecía dormido y a mi me estaba
gustando ese manoseo; él insistió entre mis piernas y me acariciaba mi vagina
con todo descaro por lo que abrí las piernas por intuición y me sentía toda
moljada. Al moverme para separarme un poco de mi madre que todavía seguía
durmiendo, con la mano rozé la polla de mi padre que la tenía fuera del pijama y
toda dura y con la excitación no pude evitar agarrársela con la mano. El seguía
con la mano en mi coño metiéndome prácticamente los dedos y yo moviendo su polla
en plena masturbación hasta que sentí un chorro caliente mojarme la mano casi al
mismo tiempo que creí tener mi primer orgasmo que tuve que acallar tapándome la
boca con la almohada para que mi madre no se despertara con mis gemidos de
placer. Mi padre se levantó al baño y yo me quedé allí sin atreverme ni a
moverme limpiando mi mano como podía con la sábana.
Pasaron dos días y como estaba un poco enferma, mi madre me
dejó dormir con ellos.
Una vez más, en cuanto mi madre se durmió volví a sentir la
mano de mi padre tocándome por todos los sitios y esta vez me bajó el pantalón
del pijama que llevaba y empezó a masturbarme y yo enseguida empezé a sentir
unos calores que no se si serían de fiebre o de la calentura que me estaba dando
y ya sin más disimulos, pero con mucho miedo de que mi madre se despertara y nos
pillara en esa situación, volví a llevar mi mano a su polla que me pareció más
grande que la otra noche de lo hinchada que estaba.
Al poco rato, él se puso encima de mi abriéndome las piernas
y se puso a frotarse con mi coño que parecía ya una caldera que quisiera
succionar esa cosa tan gorda que tenía mi padre y había momentos en que parecía
querer meterse dentro porque así la sentía yo, hasta que nuevamente sentí su
chorro caliente de semen caer esta vez sobre mi barrriga.. Esta vez tuve que
levantarme a limpiarme porque tenía miedo de que algo me hubiera caído en el
coño y pudiera embarazarme.
Esto se repitió varias noches más convirtiéndose para mi en
una gozosa pesadilla, porque cada vez disfrutaba más con ello y tenia mas miedo
de que mi madre se enterara, hasta que en una de estas ocasiones yo estaba sobre
mi padre y sentí su polla resbalar dentro de mi siendo la primera vez que me
penetraba totalmente, y una vez pasado el susto por lo inesperado sentí que
ardía por dentro y tenía el mayor placer que había sentido en mi vida y una vez
más acallaba mis gritos en la almohada mientras cada vez me sorprendía más de
que mi madre no se despertara con tanto trajín.
Pero todo empezó a tener una explicación para mi cuando una
noche me quedé dormida al lado de mi madre y mi padre empezó a pasar la mano por
encima del cuerpo de ella para acariciarme como siempre, pero esta vez mi madre
me agarró y me colocó en el medio de la cama al lado de mi padre, para que
supongo yo, dejáramos de molestarla y que pudiéramos hacer lo que quisiéramos.
Osea, que mi madre consentía todo aquello y yo tan preocupada con tantos
nervios. A partir de ese momento yo ya no acallaba mis gemidos de placer cuando
era follada por mi padre, pero mi madre seguía ahí al lado roncando como si
nada.
5 comentarios - Mi Mama consentia
http://www.macizorras.com/relatos-eroticos/amor-filial/Mi-mama-consentia.php
TODO BIEN... NO TENGO
DRAMA CON NINGUNA FANTASIA
PERO LAS RELACIONES PADRES E HIJOS
QUE DE HECHO EXISTEN NO ME CAUSAN NINGUNA GRACIA
YO NO POSTEARIA ESO, ME DA COMO QUE ESTOY
APROBANDO EL HECHO
OJO ES UNA APRECIACION ABSOLUTAMENTE PERSONAL 😉
idem