ACLARACION:
PARA QUE NADIE SE SIENTA ESTAFADO, ESTE ES UN RELATO EROTICO QUE LE ESCRIBI A LULY.
NO ES REAL. A ESTE RELATO LO ACOMPAÑO CON UNA SERIE DE IMAGENES DE ELLA PARA QUIENES GUSTEN.
NO ES REAL. A ESTE RELATO LO ACOMPAÑO CON UNA SERIE DE IMAGENES DE ELLA PARA QUIENES GUSTEN.
Hace unas semanas Luly se encontró con que su computadora no encendía. Llamo a Ale para contarle y ver que podía hacer. Le dijo que nada, que la iba a tener que llevar a algún lugar para que la arreglen. Inmediatamente le pregunto. –Tenes alguna de nuestras fotos en la compu?
–Sí, creo que sí, las ultimas, la de la semana pasada.
–Uh, que cagada. Pero, están bien guardadas? –Pregunto, sabiendo de todos modos que si un técnico de PC quiere encontrar las fotos, las encuentra.
–Sí, sí, están en una carpeta que se llama “Libros” dentro de otra que se llama “ABCasares”.
–Bueno, bueno. –Y para no preocuparla no insistió más con el tema.
Consiguió el número de un técnico que hacia reparaciones a domicilio y acordaron un día y horario que Ale pudiera estar, ya que lo tenían preocupado las fotos. Ese martes, diez minutos antes, ya estaba en su casa. Pasaron diez minutos, veinte, cincuenta y nada. Lo llamo y no contestaba, dos horas después, viendo que no llegaba, se fue, ya que tenia que seguir haciendo cosas.
Cinco minutos después llega el técnico. La idea era que Ale lo recibiera, como si fuera su computadora, y que ahí mismo la reparara o le dijera que era, para ver que hacía.
Luly lo atiende y baja para abrirle la puerta. Ella vive en el segundo piso de un edificio algo antiguo, de mediado de los 70, con pasillos largos y angostos y con un ascensor que hace meses que no funciona. Mientras se acercaba a la puerta, a través del vidrio podía ver que el técnico era bastante joven, de unos 20 años aproximadamente. Le abre y se presentan. Ella le dice que la siga, aclarándole que el ascensor no funcionaba y contándole algunos detalles triviales de por qué no funcionaba, aprovechando el tema para llenar el silencio inicial.
Mientras subían los dos pisos de escalera, ella adelante indicándole el camino, el técnico desde abajo, gracias al shortsito que llevaba puesto, podía ver el pequeño pliegue que genera el encuentro de la cola con las piernas.
Llegaron al departamento, ella le indico donde se encontraba la computadora y comenzó su trabajo. De un bolso saco un destornillador, la abrió y reviso que todo estuviera enchufado correctamente, y luego de una serie de movimientos y estudios determino que la tenía que llevar ya que no encontraba la falla.
Unas horas más tarde Luly llama a Ale para contarle que un rato después que se había ido llego el técnico y que como no pudo encontrar cual era el problema se llevó el CPU.
Unos días más tarde, mientras se encontraba con Ale en el parque, le llega un whats app de un número desconocido. “Hola Luly, soy Gabriel, la computadora ya está lista, igual tendríamos que resolver otro tema.” E inmediatamente le envía estas fotos con el siguiente texto:
“Así que te gusta sacarte fotos desnuda y subirlas a Poringa? Creo que podrías hacerme una atención especial.”
Los dos quedaron callados un momento, como pensando, pero un molesto silencio invadía sus cabezas evitando que pudieran pensar, solo repasaban la secuencia de lo ocurrido tratando de encontrar algún indicio que les dijera que eso no podía estar pasando. Pero nada, era real.
El sonido de un nuevo mensaje los saca del trance y si bien era el mismo sonido de todos los mensajes de whats app del mundo, ese sonó distinto, más largo, mucho más largo.
–Qué hacemos? Que vamos a hacer? – Pregunto Luly.
–No sé, veamos que quiere. Capaz quiere más guita, ya fue… A ver, que dice el mensaje?
WA: “Le mande ésta a mis amigos, no te molesta verdad? Llamame cuando puedas”
Para no complicar la situación, decidieron que por el momento, Ale no se metería. Luly marca el número y llama.
–Hola Gabriel?
–Sí, hola Luly, como estas?
–Como te parece que estoy? Que queres?
–Bueno, escucha, tengo todas tus fotos en un DVD. Te propongo lo siguiente: venite esta noche a mi local, a las 20:00 hs. con el topcito de tus fotos, me haces un favor y te las devuelvo, nada más.
–Ok. –Y corto enojada.
No les quedaba otra opción, igualmente Ale la acompañaría hasta la puerta y se quedaría ahí hasta que saliera.
Como habían acordado, a las ocho en punto llego al pequeño local que tenía Gabriel por la calle Crespo, cerca de la terminal de ómnibus. Alejandro estaciono el auto a unos metros del frente del local, que quedaba cruzando la calle. Luly bajo del auto, con el top que había especificado Gabriel, un jean y unos zapatos con taco chino. Alejandro la seguía con la vista mientras cruzaba la calle, se veía muy sensual.
Llega a la puerta, que junto con la vidriera estaban ploteadas con un vinilo obscuro que no permitía ver el interior del local, gira la cabeza un momento y junto con una sonrisa de nerviosismo saluda con un gesto a Ale. Toca el timbre y unos segundos después escucha la chicharra del portero que le indicaba que debía empujar.
Al abrir la puerta se encuentra con Gabriel, que del otro lado del mostrador, un mostrador que dudosamente se encontraba impoluto, casi como parte de una escenografía, la esperaba con una sonrisa. En el pequeño local se podía sentir el perfume que llevaba Gabriel, tal vez algo excesivo, pero de buen gusto. Sale del mostrador para recibir a Luly, que hasta ese momento no se había sentido intimidada, pero ese primer acercamiento la hizo incomodar bastante, al punto acelerar su corazón, como si su vida corriera riesgo.
La saluda tímidamente con un beso, se notaba el nerviosismo de él también, el de un chico de 20 años intentando acercarse a una mujer de 27.
–Me das un segundo, tengo que bajar la persiana, por el horario. Viste? –Dice Gabriel, acercándose a las cadenas.
–Bueno, pero deja la puerta abierta, Ale me está esperando afuera.
–Sí, sí, no hay problema.
–Bueno, que queres? –Pregunta Luly algo impaciente.
Sin contestarle Gabriel la invita a pasar al taller, que se encontraba atravesando una pequeña puerta detrás del mostrador. Luly camina detrás de él, a paso lento y mirando todo el lugar. Al entrar al taller, se encuentra con cuatro personas más. Antes que Luly pueda preguntar quiénes eran y que hacían ahí, Gabriel se adelantó. –Luly, ellos son mis empleados, y me pareció justo que si ellos vieron las fotos también se quedaran. Los cuatro chicos no tenían más de 22 años. Se podía ver en sus caras que ellos estaban más nerviosos que Luly.
–Qué queres? –Repite Luly, que ya para ese momento se sentía más enojada por la extorción que por la situación.
–Queremos que nos hagas un streptease, que te saques la ropa como lo haces en tus fotos, nada más.
–Bueno. –Contesta Luly, que en realidad estaba dispuesta a mucho más por recuperar sus fotos.
Los flacos se acomodan, formando un semicírculo alrededor de ella. Deja su cartera sobre una mesa de trabajo, que se encontraba repleta de tornillos, placas y cables, algo desordenados. Y comienza a moverse sensualmente, estaba excitada, la volvía loca que tantos hombres la estuvieran viendo sacarse la ropa, tan atentos.
Desabrocho el botón del jean y bajo lentamente el cierre, coloco sus pulgares por dentro y comenzó a bajarlo lentamente, dando media vuelta para que pudieran ver su cola. Camino por delante de ellos una y otra vez con el pantalón algo bajo, dejando ver su cola, hasta que sintió la mano de uno de ellos tocándola, ese era el macho alfa, a quien dedicaría su espectáculo.
Con una de sus piernas abrió el paso entre las del invitado, para luego pararse entre ellas, y tomando su remera desde los costados se la quitó. Sentado y todo se notaba que era un tipo alto, tenía el cuerpo trabajado y un tatuaje grande a la altura de las costillas. Era más que claro que ese tipo no era técnico electrónico, o por lo menos no cumplía con el estereotipo de ellos. Giro media vuelta y camino nuevamente al centro de la ronda, entre algunos tímidos aplausos que no querían alterar el delicado momento.
Ya habían pasado unos 20 minutos desde que había entrado, Alejandro desde el auto comenzaba a impacientarse, y si bien la persiana estaba baja, la puerta de vidrio permanecía abierta, como había prometido Gabriel, y eso lo dejaba un poco más tranquilo.
Subió a un banco, para continuar quitándose la ropa, primero los zapatos y luego el jean, dándole otras perspectivas a sus captores. Volvió a caminar entre ellos, esta vez por atrás, tomo de los hombros a su elegido y bajando suavemente la mano por su torso llego hasta el pantalón, la erección se podía sentir bien definida a través del jean, comenzó a deslizar con cierta presión la uña del dedo índice sobre el bulto del pantalón. Gabriel, que se encontraba sentado a la izquierda del macho alfa de Luly comenzó a abrir las piernas, casi como un acto reflejo de lo que veía.
Desabrocho su pantalón.
–Te animas? –Le dijo Luly al oído. Y corriendo su mano, el mismo desabrocho su jean, Luly camino nuevamente hasta el centro de la ronda, se arrodillo y ato su pelo con una colita. El macho se paró, camino unos pasos hasta pararse frente a ella y bajo sus pantalones. Luly comenzó a besarle los testículos, mientras el con las manos en la cintura dejaba que ella hiciera todo el trabajo. Tenía el pene más grande que hubiera visto, 20 cm seguro, marcados por unas texturadas venas que hacían verlo más viril aun.
La tomo del cabello e hizo que colocara la boca sobre la punta de su pene y suavemente comenzó a jugar con sus labios en él. Dio un paso hacia atrás y le dijo que apoyara sus manos en el piso y mirara el suelo. Ella inexplicablemente obedeció, parecía que solo tenía que elegir al hombre que la guiara en su aventura. Solo veía un piso de mosaico algo antiguo y pudo escuchar un no, no generalizado, así y todo no levanto la cabeza, solo obedeció.
Escucha un golpe fuerte, parecía el de un cajón, solo se aferró con fuerzas al piso, nuevamente ve los pies descalzos de su hombre que se paran frente a ella, no se mueve. Sobre el piso, frene a su cara deja un DVD, que decía escrito con fibron rojo, “Fotos Luly” y unos preservativos. –Elegí uno. –Dice, con un tono firme. Luly abre un poco sus piernas y reclinándose hacia adelante toma con la boca los preservativos del suelo y los deja caer sobre las manos de su hombre.
Camina junto a ella tocándole la espalda con la punta de sus dedos y al llegar a su cola le da una palmada fuerte que provoco que emitiera un suave pero profundo gemido. Se arrodilla detrás de ella y suavemente baja su tanguita. No la toca, se toma su tiempo para colocarse el preservativo, una vez listo, apoya todos sus dedos sobre su espalda, a la altura de los omoplatos, y comienza a deslizarlos hacia su cintura haciendo que esta se arquee hacia abajo.
Nuevamente corta el contacto y tomando su pene una de sus manos lo dirige a la conchita de Luly. Todo el contacto se resumía en ese punto de presión, la excitación de Luly era tan grande que prácticamente con dos envestidas la penetro. No había ningún contacto físico, el cuerpo de Luly comenzó a temblar hasta que sintió nuevamente el contacto de su mano en la cintura, nuevamente se sintió contenida, con la otra mano la agarro del pelo y tirando hacia atrás hizo que levantara su cabeza haciéndola ver a sus amigos que seguían sentados en sus sillas. Soltó su cabello y ella continuo firme, en la posición que el la había dejado, con la vista al frente, mirando la cara de los amigos mientras él le daba unas nalgadas que podían escucharse desde la vereda.
Cada una de las envestidas la volvía mas loca, sus testículos al pendular golpeaban suavemente sus labios lo que hacían que se excitara más y más. Comenzó a sentir como se hinchaba el pene y en pocos segundos el golpe del semen dentro de ella. El rápidamente se paró y fue al baño, mientras ella arrodillada aun recuperaba su aliento. Agarro el DVD, lo puso en su cartera y se cambió. Al salir del baño, su macho la acompaño hasta la puerta, para abrirle la persiana y ayudarla con el CPU, salieron a la vereda y Ale encendió el auto.
–Ese es tu novio. –Pregunto él.
–Sí. –Bueno, te llevo el CPU al auto. –Y comienza a caminar hacia él. Ella se adelanta para abrir la puerta de atrás. Lo apoya en el asiento y la saluda con un beso, junto a un suave chilito que la hace sonrojar. Antes de volver, Ale le pregunta al flaco. –Que tenía la computadora?
–La fuente estaba quemada
66 comentarios - Mi novia Luly fue extorcionada
Buen post
Es una diosa Luly, esas piernas son interminables 🤤
Muy buena historia nos hace volar la imaginaron , excelentes fotos
Van puntos
Pásate por nuestros post 😉
ay nena que ricura por dios te doy por los dos lados mami
Mica y javi
gran relato, gracias por compartir
Bellezaaaaa!!! tu manzanita nos dejó locos Hermosa 🤤 🤤
..................
Las fotos están muy bien, aunque yo prefiero las fotos a color.
Van 5 puntos para la petera
Me la ha puesto dura!
🤤
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