Entre más pasa el tiempo me hago más adicto a una vagina bien húmeda y un par de tetas con sus pezones duros y parados, no importa si está la mujer rellenita, o flaquita, vieja o joven, lo que importa es lo caliente que sea la hembra, una mujer pervertida y que disfrute del sexo vale oro, no existe nada más delicioso que chupar esa vagina empapada, y cuando se chorrean es un verdadero manjar de dioses, soy adicto a ellas, a sus orgasmos, a sus gritos, a sus fluidos y a sus cuerpos
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