Aprende cómo hacer que tu chico toque el cielo. Todos los trucos y consejos para hacerle una buena felación. Seguro que lo tendrás dominado por el placer. ¡Ponte manos y boca a la obra y disfruta tú también! Te damos todas las claves para que te recuerde toda la vida, a tí y a tu lengua... ¡Ya nos contareis!
Aprende mujer! Practica con un plátano o un pepino.
sábado, 03 de mayo de 2008 - Redaccion Ociomedia
No es fácil conocer el cuerpo del sexo contrario y qué prácticas le ponen a mil y, sobretodo, como llevarlas a cabo. Cómo hacer una buena felación es una de las cuestiones que más se hacen las mujeres. Y es que esta clase de práctica sexual es una de las más apreciadas por los hombres.
Practica una buena felación.
Te damos las pautas generales para hacer una buena felación:
1. La felación debe obedecer a las reglas generales de las caricias: siempre empezar por las más suaves antes de pronunciarla más y concentrarse en las zonas mas erógenas (en el pene, las zonas mas sensibles son la corona del glande y sobre todo el frenillo), leemos en telepolis.com.
2. La felación, que se practica con la boca, no debe excluir las manos (por lo menos una) que son un complemento de las caricias muy apreciado por la pareja.
3. Evitar el contacto de los dientes con el pene de su pareja (excepto si se lo pide).
Coge su pene como un cucurucho y con la lengua empieza por chupar y mojar con un poco de saliva toda el pene desde el tronco hasta la extremidad del glande (la cabeza).
Luego, coloca los labios alrededor del glande, y desliza suavemente la lengua hacia el tronco de la verga. Esos movimientos de vaivenes deben ser muy suaves antes de apretar un poco más los labios alrededor del miembro. Puedes deslizar la lengua alrededor del glande, con el prepucio bajado (la piel que rodea el miembro).
Buen sexo en pareja.
No olvides que la mano que sostiene el pene también puede desplazarse alrededor de él, y que tu mano libre puede pasearse en el cuerpo o las nalgas de tu pareja.
Después de chuparle algunos minutos suavemente, se deberá acentuar la presión de tus labios alrededor de su pene, aumentar el ritmo de los vaivenes, y deslizar los labios lo más posible hacia el tronco, como si aspiraras el sexo de tu pareja. Gira también la lengua alrededor del glande como si lo escultaras o pulieras con la lengua. También debes insistir en este momento de sensaciones intensas para tu pareja en pasar la lengua por el frenillo y la corona del glande que los puntos más erógenos para los hombres.
Luego, disminuye la presión con la boca la boca y sigue con caricias más suaves y leves, para disminuir la excitación de tu pareja y para que se prologue el placer. El orgasmo de tu pareja será más intenso cuanto más largo sea el periodo de excitación.
Alterna así el tiempo que quieras, las fases de excitación suaves y fuertes hasta que eyacule tu pareja, si deseas que ésta eyacule en tu boca, claro.
Importante!
Se tiene que evitar la felación si no conoces el estado de salud de tu pareja, o si tus encías son frágiles y sangran fácilmente ya que el contacto entre el esperma y tu sangre pueden contaminarte (sida, hepatitis, etc.) En este caso, píde a tu pareja que se ponga un preservativo, ya que una felación puede practicarse con preservativo (pueden ser de colores o sabores); claro, se debe excluir el contacto con los dientes que podrían desgarrarlo.
El doctor Juan Romeo, desde la web telepolis.com, nos describe la diferencia entre practicar la felación a Penes circuncidados, o bien sin ningún tipo de fimosis o Penes no circuncidados.
1. Penes circuncidados, o bien sin ningún tipo de fimosis:
El glande (la cabeza del pene) queda a sus anchas y descubierta cuando la piel del prepucio se retira. En estos penes la sensación provocada por los labios y la lengua es probablemente la mejor apreciada.
Es conveniente besar la cabeza del pene, lamerla, poner los labios en forma de O, y hacer un masaje arriba y abajo. Los labios deben recorrer el tronco del pene, y es prudente preguntar (para ello hay que sacar el pene un momento de la boca) cómo es mejor la caricia.
Habrá varones cuyos penes se solazarán mejor cargando las tintas en la parte superior, especialmente en la corona (parte donde se juntan el tronco y la cabeza), en tanto que otros serán más agradecidos con caricias que abarquen más espacio.
La lengua, traviesa, debe aletear por las zonas que el chico confiese preferentes.
2. Penes no circuncidados que quedan cubiertos por la piel del prepucio, incluso cuando están en erección. Estos penes son algo menos sensibles, en el sentido de que el contacto de la lengua y labios con la piel del glande es indirecto. Se hace a través del prepucio.
Probablemente habrá menos trabajo con la lengua, y más movimiento entrando y saliendo el pene de la boca, presionando fuerte los labios para frotar el glande con el prepucio.
Hay que vigilar qué hacemos con los dientes, pues pocos penes agradecen un mordisco fuera de tiempo. Otra cosa es un roce cariñoso, controlando la presión a la perfección. Cuidado con las prótesis correctoras de ortodoncia.
Una buena mamada obra milagros.
NOTA: es importante colocar la lengua sobre los dientes inferiores. De esta forma se consigue, junto con el masaje de vaivén, mayor placer.
Y algunos trucos:
Un caramelo en la boca con sabor intenso te ayudará si temes que el olor a pene te vaya a molestar. Conviene no usar caramelos de mentol o de eucalipto, pues pueden resultar un poco irritantes o producir una sensibilidad excesiva al frío, poco agradable para la mayor parte de los penes.
Una sensación muy agradable para el varón es la introducción del pene muy adentro de la boca, casi como si quisiéramos tragarlo. De hecho, el movimiento que debemos hacer es el mismo que para deglutir comida.
Hay que vigilar que el roce con la campanilla del paladar no excite una respuesta de espasmo que podría llevar a unas involuntarias náuseas.
El subsiguiente cierre de la mandíbula podría provocar un mordisco del todo improcedente, o una reacción de vómito que, con toda probabilidad, rompería el hechizo del momento. En según qué morbosas ocasiones, una náusea puede ser muy excitante, pero no se tiene que llegar más allá.
Algunos hombres (es decir, muchos, o sea, todos) gustan de ser acariciados en sus testículos mientras les chupan el pene, apunta el doctor Juan Romeo, lo que puede hacerse con las manos. Los hombres, contrariamente a las mujeres, gustan de introducir variaciones durante la fase en que están llegando al orgasmo.
No pasa nada si, por unos momentos, sacas el pene de tu boca y dedicas los mejores afanes a los testículos. No los muerdas, pues son sumamente sensibles y responden con dolor supremo a cualquier presión desacertada.
Los testículos deben ser chupados con mimo, introcuciéndolos y sacándolos de la boca, de uno en uno o los dos a la vez, depende de su tamaño.
Otra cosa que no hay que hacer, además de morder, es soplar por el pene. Aparte de que al varón le resulta desagradable, corres el riesgo de provocarle una herida por rasgadura (si se hincha) e incluso una infección.
Es importante prodigar gemidos, balbuceos y gorgoteos durante la faena. El varón, al escuchar tales murmullos, aumenta su excitación. Ni que decir tiene que la chica puede autoexcitarse al emitir los interesantes aullidos. Esta circunstancia puede prolongarse después del orgasmo masculino, declara el doctor Romeo.
¿Sabes practicar una buena felación?
¿El perineo, territorio inexplorado?
Es aconsejable, para aumentar el goce del acompañante, hacer alguna lingüística excursión por la zona perineal. Es esta zona que se extiende entre los testiculos y el ano. No pasa nada si la lengua se entretiene en el orificio anal, que, como es lógico, debe estar limpio. En caso contrario podría despertar repugnancias.
¿Y el ano?
Un ano limpio es un nido de placer, tanto para la lengua que le influye, como para la misma propietaria del lingual apéndice. El esfínter anal, este músculo redondo que configura el orificio, es extremadamente sensible y se pone muy contento cuando aprecia una buena lengua tentando sus capacidades.
Mientras se efectúa la felación es importante que la mujer, en tanto pueda hacerlo, mire directamente a los ojos de su compañero. De esta forma podrá mejor sincronizar sus movimientos dependiendo de las sensaciones que reciba, apunta el dr, Juan Romeo. Es aconsejable que la expresión del contanto visual transmita al varón la impresión de un goce supremo y del morbo más inconfesable que sea posible.
La punta de la lengua, en los momentos cercanos al espasmo del orgasmo, deberá centrar su trabajo en la zona del frenillo. Especialmente en los sujetos circuncidados, que tienen el glande mucho menos sensible.
Recibir el esperma en la boca, o tragarlo, es algo que depende solamente de ti. Nadie puede obligarte. El varón no tiene más placer porque tú te tragues el semen.
Eso sí, en el caso de retirarte, puedes acabar suavemente con la mano lo que empezaste con la boca.
NOTA: y para un plus de placer mutuo, dile a tu compañero de fatigas sexuales que si come mucho tomate, el semen sabrá mejor, pero en cambio sabrá fatal, se dice, si come muchos espárragos.
Que bueno estaría que nos lo hiciera Jessica 🤤 😀
Fuente:
http://www.nosotras.com/noticias.asp?nt=27485&ct=228
Aprende mujer! Practica con un plátano o un pepino.
sábado, 03 de mayo de 2008 - Redaccion Ociomedia
No es fácil conocer el cuerpo del sexo contrario y qué prácticas le ponen a mil y, sobretodo, como llevarlas a cabo. Cómo hacer una buena felación es una de las cuestiones que más se hacen las mujeres. Y es que esta clase de práctica sexual es una de las más apreciadas por los hombres.
Practica una buena felación.
Te damos las pautas generales para hacer una buena felación:
1. La felación debe obedecer a las reglas generales de las caricias: siempre empezar por las más suaves antes de pronunciarla más y concentrarse en las zonas mas erógenas (en el pene, las zonas mas sensibles son la corona del glande y sobre todo el frenillo), leemos en telepolis.com.
2. La felación, que se practica con la boca, no debe excluir las manos (por lo menos una) que son un complemento de las caricias muy apreciado por la pareja.
3. Evitar el contacto de los dientes con el pene de su pareja (excepto si se lo pide).
Coge su pene como un cucurucho y con la lengua empieza por chupar y mojar con un poco de saliva toda el pene desde el tronco hasta la extremidad del glande (la cabeza).
Luego, coloca los labios alrededor del glande, y desliza suavemente la lengua hacia el tronco de la verga. Esos movimientos de vaivenes deben ser muy suaves antes de apretar un poco más los labios alrededor del miembro. Puedes deslizar la lengua alrededor del glande, con el prepucio bajado (la piel que rodea el miembro).
Buen sexo en pareja.
No olvides que la mano que sostiene el pene también puede desplazarse alrededor de él, y que tu mano libre puede pasearse en el cuerpo o las nalgas de tu pareja.
Después de chuparle algunos minutos suavemente, se deberá acentuar la presión de tus labios alrededor de su pene, aumentar el ritmo de los vaivenes, y deslizar los labios lo más posible hacia el tronco, como si aspiraras el sexo de tu pareja. Gira también la lengua alrededor del glande como si lo escultaras o pulieras con la lengua. También debes insistir en este momento de sensaciones intensas para tu pareja en pasar la lengua por el frenillo y la corona del glande que los puntos más erógenos para los hombres.
Luego, disminuye la presión con la boca la boca y sigue con caricias más suaves y leves, para disminuir la excitación de tu pareja y para que se prologue el placer. El orgasmo de tu pareja será más intenso cuanto más largo sea el periodo de excitación.
Alterna así el tiempo que quieras, las fases de excitación suaves y fuertes hasta que eyacule tu pareja, si deseas que ésta eyacule en tu boca, claro.
Importante!
Se tiene que evitar la felación si no conoces el estado de salud de tu pareja, o si tus encías son frágiles y sangran fácilmente ya que el contacto entre el esperma y tu sangre pueden contaminarte (sida, hepatitis, etc.) En este caso, píde a tu pareja que se ponga un preservativo, ya que una felación puede practicarse con preservativo (pueden ser de colores o sabores); claro, se debe excluir el contacto con los dientes que podrían desgarrarlo.
El doctor Juan Romeo, desde la web telepolis.com, nos describe la diferencia entre practicar la felación a Penes circuncidados, o bien sin ningún tipo de fimosis o Penes no circuncidados.
1. Penes circuncidados, o bien sin ningún tipo de fimosis:
El glande (la cabeza del pene) queda a sus anchas y descubierta cuando la piel del prepucio se retira. En estos penes la sensación provocada por los labios y la lengua es probablemente la mejor apreciada.
Es conveniente besar la cabeza del pene, lamerla, poner los labios en forma de O, y hacer un masaje arriba y abajo. Los labios deben recorrer el tronco del pene, y es prudente preguntar (para ello hay que sacar el pene un momento de la boca) cómo es mejor la caricia.
Habrá varones cuyos penes se solazarán mejor cargando las tintas en la parte superior, especialmente en la corona (parte donde se juntan el tronco y la cabeza), en tanto que otros serán más agradecidos con caricias que abarquen más espacio.
La lengua, traviesa, debe aletear por las zonas que el chico confiese preferentes.
2. Penes no circuncidados que quedan cubiertos por la piel del prepucio, incluso cuando están en erección. Estos penes son algo menos sensibles, en el sentido de que el contacto de la lengua y labios con la piel del glande es indirecto. Se hace a través del prepucio.
Probablemente habrá menos trabajo con la lengua, y más movimiento entrando y saliendo el pene de la boca, presionando fuerte los labios para frotar el glande con el prepucio.
Hay que vigilar qué hacemos con los dientes, pues pocos penes agradecen un mordisco fuera de tiempo. Otra cosa es un roce cariñoso, controlando la presión a la perfección. Cuidado con las prótesis correctoras de ortodoncia.
Una buena mamada obra milagros.
NOTA: es importante colocar la lengua sobre los dientes inferiores. De esta forma se consigue, junto con el masaje de vaivén, mayor placer.
Y algunos trucos:
Un caramelo en la boca con sabor intenso te ayudará si temes que el olor a pene te vaya a molestar. Conviene no usar caramelos de mentol o de eucalipto, pues pueden resultar un poco irritantes o producir una sensibilidad excesiva al frío, poco agradable para la mayor parte de los penes.
Una sensación muy agradable para el varón es la introducción del pene muy adentro de la boca, casi como si quisiéramos tragarlo. De hecho, el movimiento que debemos hacer es el mismo que para deglutir comida.
Hay que vigilar que el roce con la campanilla del paladar no excite una respuesta de espasmo que podría llevar a unas involuntarias náuseas.
El subsiguiente cierre de la mandíbula podría provocar un mordisco del todo improcedente, o una reacción de vómito que, con toda probabilidad, rompería el hechizo del momento. En según qué morbosas ocasiones, una náusea puede ser muy excitante, pero no se tiene que llegar más allá.
Algunos hombres (es decir, muchos, o sea, todos) gustan de ser acariciados en sus testículos mientras les chupan el pene, apunta el doctor Juan Romeo, lo que puede hacerse con las manos. Los hombres, contrariamente a las mujeres, gustan de introducir variaciones durante la fase en que están llegando al orgasmo.
No pasa nada si, por unos momentos, sacas el pene de tu boca y dedicas los mejores afanes a los testículos. No los muerdas, pues son sumamente sensibles y responden con dolor supremo a cualquier presión desacertada.
Los testículos deben ser chupados con mimo, introcuciéndolos y sacándolos de la boca, de uno en uno o los dos a la vez, depende de su tamaño.
Otra cosa que no hay que hacer, además de morder, es soplar por el pene. Aparte de que al varón le resulta desagradable, corres el riesgo de provocarle una herida por rasgadura (si se hincha) e incluso una infección.
Es importante prodigar gemidos, balbuceos y gorgoteos durante la faena. El varón, al escuchar tales murmullos, aumenta su excitación. Ni que decir tiene que la chica puede autoexcitarse al emitir los interesantes aullidos. Esta circunstancia puede prolongarse después del orgasmo masculino, declara el doctor Romeo.
¿Sabes practicar una buena felación?
¿El perineo, territorio inexplorado?
Es aconsejable, para aumentar el goce del acompañante, hacer alguna lingüística excursión por la zona perineal. Es esta zona que se extiende entre los testiculos y el ano. No pasa nada si la lengua se entretiene en el orificio anal, que, como es lógico, debe estar limpio. En caso contrario podría despertar repugnancias.
¿Y el ano?
Un ano limpio es un nido de placer, tanto para la lengua que le influye, como para la misma propietaria del lingual apéndice. El esfínter anal, este músculo redondo que configura el orificio, es extremadamente sensible y se pone muy contento cuando aprecia una buena lengua tentando sus capacidades.
Mientras se efectúa la felación es importante que la mujer, en tanto pueda hacerlo, mire directamente a los ojos de su compañero. De esta forma podrá mejor sincronizar sus movimientos dependiendo de las sensaciones que reciba, apunta el dr, Juan Romeo. Es aconsejable que la expresión del contanto visual transmita al varón la impresión de un goce supremo y del morbo más inconfesable que sea posible.
La punta de la lengua, en los momentos cercanos al espasmo del orgasmo, deberá centrar su trabajo en la zona del frenillo. Especialmente en los sujetos circuncidados, que tienen el glande mucho menos sensible.
Recibir el esperma en la boca, o tragarlo, es algo que depende solamente de ti. Nadie puede obligarte. El varón no tiene más placer porque tú te tragues el semen.
Eso sí, en el caso de retirarte, puedes acabar suavemente con la mano lo que empezaste con la boca.
NOTA: y para un plus de placer mutuo, dile a tu compañero de fatigas sexuales que si come mucho tomate, el semen sabrá mejor, pero en cambio sabrá fatal, se dice, si come muchos espárragos.
Que bueno estaría que nos lo hiciera Jessica 🤤 😀
Fuente:
http://www.nosotras.com/noticias.asp?nt=27485&ct=228
1 comentarios - La felación: aprende cómo hacerla.