Es todo un arte, y como tal no está de más leer algunos consejos. Nos los dan ‘Sexualidad 180‘:
1. Comienza suavemente. Las mujeres prefieren generalmente que al inicio, cuando no están tan excitadas, sean toques suaves los que predominen, y que aumenten junto con la excitación. Si estimulas los pezones en el momento equivocado, puedes causarle dolor.
12. Círculos lentos. El toque al pecho debe ser mediante un giro lento en espiral, tienes que dibujar círculos cada vez más pequeños hasta que llegues a los pezones. Si «giras» lentamente alrededor de éstos podrás llevarles la energía sexual.
3. Aplica besos. Rampolla afirma que la lengua está cargada de energía, por lo que una buena forma de excitar a tu pareja es lamer el pezón. Da vueltas alrededor, chúpalo y bésalo. La erección y el abultamiento del área es la señal de que lo haces de manera correcta.
4. Pruebas de «placer». Los gustos son diversos en cada mujer, a algunas les gusta que tiren con cierta energía de sus pezones, a otras que éstos se hundan en la aréola o incluso que les realicen un ligero pellizco. La idea es que pruebes todas y busques nuevas técnicas.
5. Cuidado con los dientes. La especialista aconseja que nunca muerdas. Una cosa son las caricias suaves con los dientes y otra que al morder causes dolor. Piensa que los pezones son tan sensibles como tus testículos, trátalos con cariño.
6. Tamaño no importa. Que el busto sea grande o pequeño no tiene nada que ver con la sensibilidad que posee, por ello no debes cometer el error de clasificarlos por esta razón y después acariciarlos de acuerdo con la talla.
Esta es la mejor manera de tocar unos pechos, según una experta en la materia
Se pueden excitar de un millón de maneras diferentes, pero si dejas de apretarlas como si no hubiese un mañana y sigues estos pasos, te asegurarás de que ella disfrute como nunca
Generalmente y aunque prácticamente imperceptible a simple vista, una es un poco más grande que la otra. Su tamaño puede variar según el momento del ciclo hormonal o en función del grado de excitación, momento en el cual se endurecen e hinchan, la areola crece y cambia de color tomando un tono más vivo y los pezones se ponen firmes pudiendo aumentar su longitud hasta en un centímetro. Es uno de los atributos femeninos por antonomasia cuyo papel durante la maternidad y la lactancia es obviamente fundamental. Sí: hablamos de las tetas.
La sexóloga Debby Herbenick, responsable de la sección Ask the sex professor anything! del rotativo 'Men's Health' en la que se da respuesta a algunas de las grandes incógnitas sexuales a través de instructivos vídeos, acaba de aclarar una de las más comunes: cómo se deben tocar los pechos de una mujer.
La cuestión es ¿qué demonios se supone que pretendéis hacer con ellos cuando los tocáis así?
Para ponernos en situación la experta enumera algunas de sus características básicas de los senos femeninos como que son blanditas, suaves y redondas, antes de entrar en materia. “Se pueden tocar de un millón de maneras diferentes, pero siguiendo estos pasos seguro que a ella le encantará”, proclama Herbenick a modo de reclamo antes de compartir la manera correcta y más placentera de masajear sexualmente las mamas. Y, pese a la sencillez y obviedad de la técnica, a más de uno le interesará tomar nota.
Deja de dar palos de ciego:
A ellos les encantan y son uno de los rasgos físicos que más les excitan del sexo opuesto. Postura ideal si tenemos en cuenta que la estimulación correcta de los pechos femeninos es una de las bases para que las mujeres disfruten mucho durante el sexo, llegando incluso a producir el conocido como orgasmo de pezón. Pero antes de aventurarnos a placeres recónditos no del todo sencillos de alcanzar, ¿qué tal si dejamos de estrujarlas como si fuesen esponjas?
Hay hombres que las aplastan, otros que optan por agarrarse a los pechos como si cabalgasen sobre una yegua desbocada, los que los giran como si de pomos de puerta se tratase y, probablemente los peores, quienes tiran de ellos hacia fuera: no, no son de quita y pon. Como bien se plantea Herbenick al recordar algunas de estas curiosas prácticas, la cuestión es ¿qué demonios se supone que pretendéis hacer con ellos cuando los tocáis así?
Déjate de presiones innecesarias que pueden resultar dolorosas y comienza a masajearlas suavemente por los costados, cubriendo con tus manos poco a poco desde la parte inferior del seno hacia los laterales y arriba. Como si los estuviesen sujetando pero si hacer fuerza.
Aléjate del centro:
La experta recomienda dejar lo mejor para el final. Por hacer un símil, si comenzamos a tocar los pechos por el pezón, es como si nos comemos los espaguetis antes de hervirlos: estarán duros pero su sabor distará mucho del que conseguirías si los hubieses calentado.
La claves está en acariciar, lamer, masajear o besar las glándulas mamarias antes de aproximarnos al punto central. Cuanto más nos acerquemos pero sin llegar a tocarlos se conseguirá un mayor grado de excitación. Eso sí, es importante tener en cuenta que muchas mujeres tienen cosquillas en la parte inferior de sus pechos, por lo que en lugar de acariciarlos muy levemente es recomendable hacer cierta presión con las yemas de los dedos para evitar que con las inevitables risas se descentre.
Debes prestar atención a los senos durante toda la sesión sexual y no meramente en los juegos previos
Por la boca vive el pezón:
Si las estás tocando bien notarás como aumentan ligeramente su tamaño y suben un poco en altura. La zona empieza a estar erecta y se acerca el momento de dar el paso definitivo. Prueba primero con uno para no aturullarte sujetando ambos pechos a la vez. Rodéalo con ambas manos dejando libre la zona del pezón y comienza a lamer y besar la areola. Una vez se 'enciendan las luces' procede a mordisquear suavemente el pezón intercalándolo.
Importante: no estamos hablando de un mero preliminar. Debes prestar atención a los senos durante toda la sesión sexual y no meramente en los juegos previos. Ya esté encima o debajo, utiliza tus manos para tocarlas –como venimos diciendo, siempre desde los laterales o desde abajo hacia arriba– o lamerlas aumentando ligeramente la presión a medida que suba el grado de excitación. Ten en cuenta que la sensibilidad de la zona puede cambiar en el transcurso de los acontecimientos, así que tampoco te agarres a ellas como si fuesen el salvavidas que conseguirá que ella llegue al orgasmo y trata de estimularlas correctamente, que ahora ya sabes.
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