Hola de nuevo. Me gusto contar una de mis experiencias, por eso vuelvo a escribir otro momento que viví con mi amiga.
Lo que voy a contar pasó luego de un tiempo de "Nuestro primer beso". Creo que estábamos en el ante último o último año de la secundaria. Ambas ya éramos más grandes, nuestro cuerpo estaba más formado. Además las dos teníamos novios. Pero lo que pasó con "Nuestro primer beso" nos había dejado con ganas de algo más. Queríamos vivir algo parecido. (Aclaro que siempre me gustaron los hombres, pero tuve, en algunos momentos, cierta atracción por las mujeres. Algunos dirán que soy bisexual, puede ser. Es algo que todavía no tengo definido en mi vida).
Siguiendo con el relato, con mi amiga íbamos a la escuela a la mañana. Creo que fue un miércoles. Luego de la escuela, ella se quedo a comer en mi casa ya que teníamos que cosas de algunas materias. Luego de almorzar, mi mamá se fue a trabajar, por lo que nos quedamos solas en mi casa. Fuimos hasta mi pieza para estar más cómodas. Empezamos a leer lo que teníamos que hacer y a mí se me volvió a la mente la sensación de los besos que nos dimos. Entonces le dije a mi amiga: ¿te acordas de aquella vez que nos besamos?. Claro que me acuerdo, nunca volví a sentir algo igual, me dijo. Los libros los empezamos a dejar de lado y cada vez más nos acercamos una a la otra. Yo tenía ganas de hacer algo parecido, pero con más placer y adrenalina. Ella también tenía ganas. Ambas nos empezamos a tocar el pelo y la cara. Además de que nos reíamos. El hecho de saber que estábamos solas en la casa aumentaban nuestras ganas de hacer algo placentero. Nos dimos un par de besos, esta vez más cancheras que la última vez. Las dos nos sacamos las remeras, quedándonos en corpiño. Ella tenía uno de color negro y el mío era blanco. Ambas nos miramos, con mucha curiosidad, las tetas (ya no eran más tetitas como la última vez, sino tetas). Nos sacamos los corpiños y las dos, a la vez, nos tocamos. Mi amiga, algo más atrevida que yo, empezó a besarlas. La sensación era distinta a cuando mi novio lo hacía. No se si era mejor o peor, pero sí diferente. Yo también besé las de ellas. Nuestro pezones se pusieron bien duritos. Estábamos muy calientes y no podíamos quedarnos así. Por eso yo fui hasta la pieza de mi mamá y traje un consolador. Cuando mi amiga lo ve, se ríe y me dijo: que bueno y que grande es. A mi mamá le gustan así, le contesté. La primera en probarlo fui yo. Por eso me saque el jean y la bombacha. Me acosté en la cama, doble y abrí mis piernas, dejando ver mi concha. Mi amiga se colocó en frente de mi concha y empezó a metermelo. Tengo que admitir que estaba algo nerviosa de hacer algo así con mi amiga presente. Pero a medida que fue metiendolo, me fui relajando y disfrutando. Mis gemidos no tardaron en llegar. Mi amiga también se calentó, ya que se tocaba las tetas. Mi cuerpo subió de temperatura muy rápido. Mi amiga me lo metía con mucha delicadeza y suavidad. A mi me encantaba. Ella sabía como hacerlo, por eso yo lo disfruté desde el primer momento hasta el último. Cuando mis piernas se empezaron a aflojar, fue porque estaba por terminar. Me relajé tanto que por poco no me duermo. Pero mi amiga, que seguía caliente me dijo: che, no te duermas que me toca a mí. Yo me levanté de la cama y le dije: bueno, tranquila. Ella estaba encendida y yo algo relajada. Ella se sacó su pantalón y su bombacha. Se acostó en la cama y se colocó en la misma posición que yo. Y yo al lado de su piernas. Antes de comenzar, me dijo: primero despacio y luego un poco más rápido lo quiero. Yo sonriendole,le contesté: como usted diga. Empecé muy despacito, metiendole la cabeza. Luego se lo metí hasta el fondo pero lentamente. A medida que se lo fui metiendo, le dí mas velocidad. Ella le gustó muchísimo y gemía como loca(le gustaba gritar). Además le empecé a tocar sus tetas y eso a ella la encendió más. Y me decía con una voz suave: seguí. En ese momento, yo ya me había despertado. Tuve que cambiar de mano porque con la otra me había agarrado una especie de calambre. Ella seguía gimiendo y moviéndose para todos lados. Sus tetas estaban inquietas. Luego de varios minutos metiendole el consolador, ella tuvo su orgasmo. Lo disfruto tanto como yo. Ambas estábamos satisfechas. Antes de que llegara mi mamá o alguien, nos vestimos, limpiamos el consolador y lo guardamos en la pieza de mi mamá.
Lo que voy a contar pasó luego de un tiempo de "Nuestro primer beso". Creo que estábamos en el ante último o último año de la secundaria. Ambas ya éramos más grandes, nuestro cuerpo estaba más formado. Además las dos teníamos novios. Pero lo que pasó con "Nuestro primer beso" nos había dejado con ganas de algo más. Queríamos vivir algo parecido. (Aclaro que siempre me gustaron los hombres, pero tuve, en algunos momentos, cierta atracción por las mujeres. Algunos dirán que soy bisexual, puede ser. Es algo que todavía no tengo definido en mi vida).
Siguiendo con el relato, con mi amiga íbamos a la escuela a la mañana. Creo que fue un miércoles. Luego de la escuela, ella se quedo a comer en mi casa ya que teníamos que cosas de algunas materias. Luego de almorzar, mi mamá se fue a trabajar, por lo que nos quedamos solas en mi casa. Fuimos hasta mi pieza para estar más cómodas. Empezamos a leer lo que teníamos que hacer y a mí se me volvió a la mente la sensación de los besos que nos dimos. Entonces le dije a mi amiga: ¿te acordas de aquella vez que nos besamos?. Claro que me acuerdo, nunca volví a sentir algo igual, me dijo. Los libros los empezamos a dejar de lado y cada vez más nos acercamos una a la otra. Yo tenía ganas de hacer algo parecido, pero con más placer y adrenalina. Ella también tenía ganas. Ambas nos empezamos a tocar el pelo y la cara. Además de que nos reíamos. El hecho de saber que estábamos solas en la casa aumentaban nuestras ganas de hacer algo placentero. Nos dimos un par de besos, esta vez más cancheras que la última vez. Las dos nos sacamos las remeras, quedándonos en corpiño. Ella tenía uno de color negro y el mío era blanco. Ambas nos miramos, con mucha curiosidad, las tetas (ya no eran más tetitas como la última vez, sino tetas). Nos sacamos los corpiños y las dos, a la vez, nos tocamos. Mi amiga, algo más atrevida que yo, empezó a besarlas. La sensación era distinta a cuando mi novio lo hacía. No se si era mejor o peor, pero sí diferente. Yo también besé las de ellas. Nuestro pezones se pusieron bien duritos. Estábamos muy calientes y no podíamos quedarnos así. Por eso yo fui hasta la pieza de mi mamá y traje un consolador. Cuando mi amiga lo ve, se ríe y me dijo: que bueno y que grande es. A mi mamá le gustan así, le contesté. La primera en probarlo fui yo. Por eso me saque el jean y la bombacha. Me acosté en la cama, doble y abrí mis piernas, dejando ver mi concha. Mi amiga se colocó en frente de mi concha y empezó a metermelo. Tengo que admitir que estaba algo nerviosa de hacer algo así con mi amiga presente. Pero a medida que fue metiendolo, me fui relajando y disfrutando. Mis gemidos no tardaron en llegar. Mi amiga también se calentó, ya que se tocaba las tetas. Mi cuerpo subió de temperatura muy rápido. Mi amiga me lo metía con mucha delicadeza y suavidad. A mi me encantaba. Ella sabía como hacerlo, por eso yo lo disfruté desde el primer momento hasta el último. Cuando mis piernas se empezaron a aflojar, fue porque estaba por terminar. Me relajé tanto que por poco no me duermo. Pero mi amiga, que seguía caliente me dijo: che, no te duermas que me toca a mí. Yo me levanté de la cama y le dije: bueno, tranquila. Ella estaba encendida y yo algo relajada. Ella se sacó su pantalón y su bombacha. Se acostó en la cama y se colocó en la misma posición que yo. Y yo al lado de su piernas. Antes de comenzar, me dijo: primero despacio y luego un poco más rápido lo quiero. Yo sonriendole,le contesté: como usted diga. Empecé muy despacito, metiendole la cabeza. Luego se lo metí hasta el fondo pero lentamente. A medida que se lo fui metiendo, le dí mas velocidad. Ella le gustó muchísimo y gemía como loca(le gustaba gritar). Además le empecé a tocar sus tetas y eso a ella la encendió más. Y me decía con una voz suave: seguí. En ese momento, yo ya me había despertado. Tuve que cambiar de mano porque con la otra me había agarrado una especie de calambre. Ella seguía gimiendo y moviéndose para todos lados. Sus tetas estaban inquietas. Luego de varios minutos metiendole el consolador, ella tuvo su orgasmo. Lo disfruto tanto como yo. Ambas estábamos satisfechas. Antes de que llegara mi mamá o alguien, nos vestimos, limpiamos el consolador y lo guardamos en la pieza de mi mamá.
7 comentarios - Ya no fueron solo besos.
dejo puntines y a esperar por alguna que otra anécdota... habran???
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Julia Y Fernando