Es ley de vida que, llegada una cierta edad, nuestro círculo de amigos y demás conocidos empiecen a tener compromisos más allá de nuestras reuniones en el bar de la esquina. Hablamos concretamente de los noviazgos. El amor fluye a raudales alrededor tuyo mientras disfrutas de tu libertad como soltero. No es eso lo que te preocupa, si no que tus amigos puedan olvidarse de tu existencia.
Un momento incómodo en el que nos arrepentiremos de nuestra existencia son los planes de pareja. Nuestra presencia en ellos defendiendo el número impar nos servirá para darnos cuenta de que, seguramente, a partir de ahora las vacaciones de amigos tendrán nuevos invitados. No será como antes, pero eso no significa que vaya a ser peor. Deja a un lado tus ganas de quedarte en casa y apúntate a los planes. Quién sabe si las respectivas parejas se convertirán en tus amigos o te abrirán nuevas puertas para conocer gente interesante. Sino, en el peor de los casos, los podrás odiar por robarte a tus amigos y eso te alejará de ellos quedándote totalmente solo. Pero tranquilos, esto solo pasa en un caso de cada 2.
Otra de las escenas que debería pasar a la gran pantalla es el “momento sujetavelas”, “el violinista” o “el mirón”. Existen múltiples variaciones de un mismo término. Esto sucede cuando el plan lo formáis una pareja en sus amorosos inicios, llena de amor y cariño externalizado, y tú. Ese ente que no sabe hacia dónde dirigir la mirada, que se queda con la frase a medias al darse cuenta que su público tiene la boca demasiado ocupada como para seguir la conversación. En esos momentos de tensión, tienes que entender que no es su culpa, las poderosas armas del amor se han apoderado de ellos dejando sus sentidos de la vergüenza y del compañerismo anulados. Pobres, no saben lo que hacen, lo mejor es deslizarte lentamente hacia la puerta más cercana y una vez que veas la luz sal corriendo en la primera dirección apta para peatones.
Desde Guía Separados, recomendamos aprender ejercicios de respiración para mantener la calma y no soltar demasiadas perlas por la boca que nos alejen de nuestras queridas amistades. Se supone que somos personas maduras con la capacidad de comunicarnos y expresar nuestras opiniones. Démosle uso por una vez en la vida y pongamos las cartas sobre la mesa para que nuestros amigos se den cuenta que la amistad es igual o más importante que un novio caduco. Sí, es así, a lo largo de tu vida te presentarán a centenares de parejas que prometen ser las definitivas y la única persona que seguirá ahí para que se las presenten serás tú.
1 comentarios - Como sobrevivir al amor ajeno