El punto G no existe, son los padres

Seguramente alguna vez en tu vida te has puesto en modo aventurero y has decidido emprender una expedición en busca del punto G. No hace falta ser vidente para saber cuál ha sido el resultado. La experiencia pudo ser de lo más placentera, pero el punto G no es el causante por una simple razón: no existe. Así lo explican las últimas investigaciones realizadas por las universidades de  L’Aquila y Tor Vergara (Roma) publicadas en la revista Nature.
El impacto que esta noticia puede causar, está a la altura de descubrir la verdad sobre los Reyes Magos o el Ratoncito Pérez, puede dejar secuelas y aturdirnos. Pero que no cunda el pánico en la cama, no todo es malo. Una de las conclusiones a las que ha llegado el estudio es la existencia de una amplia zona de nombre CUV, que comprende las zonas del clítoris, uretra y la pared vaginal. Te presentamos a tus nuevos aliados para conseguir un orgasmo de lo más intenso y placentero. No está todo perdido amigos. Según afirma el director del estudio Emmanuele A. Jannini estas tres zonas “estimuladas adecuadamente durante la penetración podrían inducir la respuesta orgásmica”. Para aquellos que aún tienen las manos sobre la cabeza, lo explicamos más sencillo. El orgasmo no se encuentra en un único punto erógeno, sino que se trata de una zona mucho más amplia.
Es normal que cueste creerlo cuando llevamos escuchando las palabras “Punto G” desde 1950, cuando el ginecólogo alemán Ernst Grafenberg informó de su existencia. Unos años más tarde se creó El Informe Hite, donde se decía que este podría situarse en el clítoris (ya que se trata de una de las zonas más sensibles de la mujer) y hasta hoy en día lo localizábamos en la parte interior de la vagina, a 5cm del orificio.
Para desmentirlo, Emmanuele A.Jannini expuso unas muestras gráficas con el uso de una especie de ecografías realizadas durante el acto sexual.