La eyaculación precoz es la más frecuente de las dificultades sexuales masculinas y aunque todos los hombres experimentan episodios ocasionales de eyaculación precoz, es importante atender esta situación si notas que repetidamente no logras durar el tiempo suficiente como para que tu pareja pueda alcanzar su propio orgasmo.
La técnica del “start-stop” (comenzar-parar) fue ideada por el urólogo norteamericano James Semans en 1956 para tratar la eyaculación precoz. Se basa en enseñar al hombre a volverse consciente de las sensaciones previas al orgasmo. La razón de esto es que sólo es posible tener control voluntario sobre la eyaculación antes de que llegues al “punto de no retorno”, es decir, antes del momento en que la eyaculación es inevitable. A partir de allí, cuando la eyaculación se desencadena, ésta pasa a estar bajo el control de mecanismos autónomos de tu cuerpo que no dependen de tu voluntad.
Aunque tu situación actual no sea problemática, siempre es valioso tener la capacidad para controlar tu eyaculación a voluntad. De esta manera podrás disfrutar de encuentros sexuales más prolongados con tu pareja, para mayor satisfacción de ambos.
Practica a diario esta técnica junto con los ejercicios Kegel que te ayudarán a fortalecer los músculos pélvicos que controlan la eyaculación. La mayoría de los hombres aprende a controlar su eyaculación. Sin embargo, si piensas que no estás progresando, consulta a tu médico, ya que en ocasiones será necesario además el tratamiento médico y psicológico.
Cómo realizar la técnica paso a paso
1. Busca un lugar tranquilo donde no seas interrumpido. Tiéndete sobre la cama o colócate en una posición cómoda, desde la que puedas sentir al máximo las sensaciones de excitación sexual en tu cuerpo.
2. Comienza a masturbarte con las manos mediante movimientos hacia arriba y abajo. Si necesitaras usar fantasías o imágenes para excitarte hazlo. Una vez excitado, deja de lado las fantasías e imágenes y concéntrate únicamente en tus sensaciones corporales.
3. Si notas que te distraes durante el ejercicio, vuelve tu atención hacia lo que estás haciendo y lo que está sintiendo tu cuerpo. Esta es la clave del ejercicio, mantenerte enfocado en tus sensaciones, y no en la idea de querer durar más o de tener que controlar la eyaculación.
4. Continúa masturbándote con las manos y presta especial atención a tus sensaciones corporales. Cuando sientas que la eyaculación esté a punto de ocurrir, detén completamente los movimientos. Darte cuenta de las sensaciones previas a la eyaculación y al orgasmo hará que sea más fácil detenerte a tiempo. Las principales sensaciones son: respiración más fuerte y profunda, aceleración de los latidos del corazón y sensación de cosquilleo en tu zona genital.
5. Cuando te hayas detenido, deja transcurrir un tiempo hasta que la excitación disminuya y la urgencia por eyacular haya desaparecido. Inspira y expira profunda y serenamente tomando contacto con tu cuerpo.
6. Comienza nuevamente la masturbación y continúa así hasta que te des cuenta que la eyaculación esté por venir. Detente. Inspira y expira con tranquilidad.
7. Mientras te encuentres aprendiendo la técnica realiza estos pasos unas tres veces: masturbarte, enfocarte en tus sensaciones, detener la masturbación cuando sientas que la eyaculación está a punto de ocurrir, inspirar y expirar hasta que la urgencia por eyacular haya desaparecido.
8. Durante la última estimulación no interrumpas la excitación y eyacula naturalmente.
9. Cuando hayas dominado un poco más el ejercicio prueba a estimularte cinco veces y sólo eyacula cuando llegues al sexto intento.
Consejos valiosos para recordar
Si llegaras a eyacular en el alguno de los pasos iniciales del ejercicio, no te preocupes y vuelve a iniciar el ejercicio en otro momento, o al día siguiente. Mantén pensamientos positivos sobre tu capacidad para lograr el control sobre tu eyaculación, y deja que se vayan aquéllos que te llenen de desánimo o falta de confianza en el éxito.
Al concentrarte sólo en tus sensaciones sexuales te desprendes más fácilmente de cualquier ansiedad sobre tu desempeño. Ello hará que sea más fácil lograr el control eyaculatorio.
Practica también a diario como complemento de la técnica “start-stop” tus ejercicios Kegel. Así aprenderás a distinguir cuáles son los músculos que te ayudan a detener voluntariamente la eyaculación. Cuando estos músculos se fortalecen con ejercicios es aún más fácil usarlos para controlar la eyaculación. Por otro lado, tienen otro importante beneficio que es intensificar tus erecciones y orgasmos.
Cuando sientas que tienes un mayor control sobre tu eyaculación puedes agregar el uso de lubricantes y, por último, practica la técnica con tu pareja. Primero, deja que ella te estimule el pene y, cuando hayas dominado esta fase, procede a realizar la técnica durante el coito.
A medida que practiques notarás señales de progreso. Aumentará el tiempo disponible para estimularte antes de detenerte para no eyacular. Por otro lado, disminuirá el tiempo que necesites para bajar los niveles de excitación, antes de volver a la estimulación.
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