ncillada, oculta, secreta, la masturbación siempre ha sido uno de los temas tabú al hablar de sexo. Rodeada de mitos y de una mala fama que no la abandona, esta práctica que es conocida por todos es, al mismo tiempo, negada por todos.
El puntapié inicial en este debate lo dio el diario español ABC que, en su versión digital, publicó una especie de guía con consejos para “salir del círculo vicioso” de la autosatisfacción.
Frases como “En muchos casos la masturbación es un indicador de insatisfacción con uno mismo” o “La baja autoestima te puede llevar a abandonarte a tus impulsos y perder el control” se destacan en una nota que concluye –palabras más, palabras menos- que masturbarse es una mala costumbre.
Como si esto fuera poco, el post indica que "En general el aburrimiento, la sensación de soledad, el miedo, el estrés y el cansancio son situaciones que pueden inducir a la masturbación y nos dan pistas para su prevención”.
Y la respuesta no se hizo esperar. De hecho, ese artículo sin firma fue el más viralizado del día en todas las redes sociales e, incluso, el tema repercutió en editoriales y columnas de los principales diarios ibéricos abriendo la cuestión al debate público.
El placer es mío, sólo mío
“La autosatisfacción es una actividad sexual sana y normal. Es una de las maneras en que empezamos a conocer nuestro cuerpo, nuestros genitales y su respuesta frente a los estímulos”, explica la licenciada Andrea Gómez. Y suma, contundente: “El sentimiento de culpa que despierta la actividad masturbatoria surge de la actitud que toman los adultos y de sus expresiones basadas en los valores sociales y culturales que han aprendido. Masturbarse no deforma los genitales, ni saca pelos en las manos, ni es un acto perverso. No hace daño”.
En pleno siglo XXI, cargar de prejuicios, tabúes y oscurantismo a una práctica tan sana y natural como la masturbación suena –al menos- extraño. ¿Vos qué pensás? Sumate al debate.
9 comentarios - ¿Hace bien o hace mal? El debate sobre la masturbación
pero compulsibamente se vuelve un poblema