En el sexo hay que innovar y para ello hay que atreverse a más. Es hora de sacar esa mujer intensa y divertida que llevas dentro, de dejar a un lado las típicas posturas y de vivir una nueva aventura sexual. Aquí te dejamos cinco de las posiciones más excitantes que harán encender el erotismo en tus encuentros más íntimos. ¡Toma nota!
La silla
A simple vista parece sencilla, pero requiere de mucha paciencia y coordinación. Si lo logras, tus paredes internas y clítoris tendrán un estupenda estimulación. Haz que él se siente sobre la cama. Sus codos y pies deben de estar recargados en el colchón, como si fuera una especie de silla. Tu te tienes que sentar encima de él, y colocar los tobillos en sus hombros. Soporta tus brazos en la cama.
Crea movimientos rítmicos y concentrados en tu pelvis.
De junco
Esta es una posición provocativa que permite una penetración profunda. Aunque sea un poco cansada, los llevará a conocer sensaciones inimaginables. Recuéstate boca arriba y levanta la pelvis. Apóyate en tu cabeza y en sus piernas. Él tiene que estar de rodillas frente a ti. Pídele que te sostenga el trasero con las manos y que te acaricie el pecho.
El trapecio
Excelente postura cuando ya se ha dado la penetración. Además es una de las preferidas por los hombres porque tienen una visión diferente de su mujer. Él se tiene que sentar con las piernas abiertas. Tu encima de él. Poco a poco vete echando para atrás, hasta quedar completamente recostada sobre sus piernas o entre sus piernas (depende del sitio).
Sujétate de sus antebrazos, y muévete de delante hacia a atrás.
El perrito manso
Sí, lo sabemos, tu buscas también el romance, pero con esta posición vale la pena sacrificar el contacto con tu pareja. Acuéstate boca abajo, saca las caderas (una almohada debajo del vientre te ayudará a no cansarte tan fácilmente), y abre las piernas para permitir que él entre. Él se recargará en ti, y apoyará sus brazos sobre la cama.
Definitivamente una de las más placenteras.
La somnolienta
Perfecta para las más flexibles. Aquí deberás de mover las piernas con facilidad. Recuéstate de lado, y qué él se acueste detrás de ti, viendo tu espalda. Coloca una pierna hacia atrás, a modo que rodees su cintura. Con la somnolienta, más allá de una penetración satisfactoria, tu clítoris y pechos disfrutarán de cálidas caricias con facilidad, sin olvidar los constantes besos en tu rostro y cuello. ¡Excitante, punto!
La silla
A simple vista parece sencilla, pero requiere de mucha paciencia y coordinación. Si lo logras, tus paredes internas y clítoris tendrán un estupenda estimulación. Haz que él se siente sobre la cama. Sus codos y pies deben de estar recargados en el colchón, como si fuera una especie de silla. Tu te tienes que sentar encima de él, y colocar los tobillos en sus hombros. Soporta tus brazos en la cama.
Crea movimientos rítmicos y concentrados en tu pelvis.
De junco
Esta es una posición provocativa que permite una penetración profunda. Aunque sea un poco cansada, los llevará a conocer sensaciones inimaginables. Recuéstate boca arriba y levanta la pelvis. Apóyate en tu cabeza y en sus piernas. Él tiene que estar de rodillas frente a ti. Pídele que te sostenga el trasero con las manos y que te acaricie el pecho.
El trapecio
Excelente postura cuando ya se ha dado la penetración. Además es una de las preferidas por los hombres porque tienen una visión diferente de su mujer. Él se tiene que sentar con las piernas abiertas. Tu encima de él. Poco a poco vete echando para atrás, hasta quedar completamente recostada sobre sus piernas o entre sus piernas (depende del sitio).
Sujétate de sus antebrazos, y muévete de delante hacia a atrás.
El perrito manso
Sí, lo sabemos, tu buscas también el romance, pero con esta posición vale la pena sacrificar el contacto con tu pareja. Acuéstate boca abajo, saca las caderas (una almohada debajo del vientre te ayudará a no cansarte tan fácilmente), y abre las piernas para permitir que él entre. Él se recargará en ti, y apoyará sus brazos sobre la cama.
Definitivamente una de las más placenteras.
La somnolienta
Perfecta para las más flexibles. Aquí deberás de mover las piernas con facilidad. Recuéstate de lado, y qué él se acueste detrás de ti, viendo tu espalda. Coloca una pierna hacia atrás, a modo que rodees su cintura. Con la somnolienta, más allá de una penetración satisfactoria, tu clítoris y pechos disfrutarán de cálidas caricias con facilidad, sin olvidar los constantes besos en tu rostro y cuello. ¡Excitante, punto!
2 comentarios - 5 posiciones sexuales que (tal vez) no te habías atrevido a