Durante el embarazo existen muchas dudas sobre las relaciones sexuales. Quizás les preocupe a vos y tu pareja hacerle daño al bebé al hacer el amor o el tipo de posiciones que son adecuadas. O puede que tengan inquietudes sobre enfermedades de transmisión sexual, como la clamidia o el herpes genital, que puedes haber padecido anteriormente o aún padeces en la actualidad. A continuación tendrás la información que necesitas para que vos y tu pareja puedan seguir disfrutando de su intimidad en esta maravillosa etapa de sus vidas.
Las cargas hormonales convierten a la embarazada en ‘un volcán en erupción’, pero no es tiempo de probar las posiciones del ‘Kamasutra’.
Durante los tres primeros meses de la gestación pueden presentarse tres tipos de sensación en la mujer. Primero, complejo de culpa y rechazo sexual o inhibición; segundo, temor producto de los cambios físicos que se están generando, y tercero, el apetito sexual se mantiene a pesar de la carga hormonal.
Sin embargo, está comprobado que el sexo durante esta época es más usual de lo que se cree. Sobre todo en los primeros meses, por la irrigación sanguínea y la exaltación de los estrógenos. Además, la gestante está más desinhibida, porque durante la gestación no hay riesgo de volver a quedar embarazada.
“Después del tercer mes, se aleja un poco la intención sexual de la pareja por molestias como los mareos y las náuseas que perjudican la estética del mundo erótico.
Contraindicación
A pesar del proceso psicológico y físico por el que atraviesa la futura madre, el coito está contraindicado solamente si se presentan sangrados o molestias y si el ginecólogo determina que es un embarazo de alto riesgo.
No hay que olvidar que “la sexualidad es mucho más amplia, y en esta etapa de la vida, la masturbación y las caricias hacen parte fundamental del placer. “Incluso, hay mujeres que pueden tener relaciones sexuales hasta una semana antes de tener su hijo.
Esto no significa que las relaciones sexuales durante los nueve meses sean exactamente iguales que en la época preconcepcional. El sexo brusco puede generar molestias como coitalgias (dolor en la vagina), porque el útero y el vientre tienen mayor tamaño de lo normal. Para evitarlas, es importante la comunicación de la pareja. Así, ambos se ponen de acuerdo con el ritmo y la fuerza de la relación íntima.
¿Y el bebé?
Es importante entender que el líquido amniótico donde está el feto anidado es una almohada que funciona como amortiguador. “Un aborto podría ocurrir con el simple movimiento del bus cuando pasa por una superficie llena de huecos.
La vibración mecánica demuestra que se puede afectar el feto por factores externos sin que haya coito,. Justamente, para prevenir accidentes, hay algunas posiciones sexuales que permiten un acople del cuerpo sin necesidad de tocar el amortiguador natural del vientre.
Preparación
Para realizar el encuentro erótico, es conveniente estar en un lugar cómodo y con facilidad de movimiento. Se recomienda el uso de almohadas, para mantener los rincones del cuerpo apoyados y evitar molestias.
Las relaciones anales, en este caso, no son adecuadas, según lo plantean los especialistas, porque se necesita experiencia anterior para hacerlo y hay que controlar el nivel de higiene para prevenir infecciones, más que todo en esta época, porque la embarazada está propensa a padecerlas.
Las maratones sexuales tampoco son adecuadas, pues pueden causar orgasmos consecutivos en la embarazada, los cuales incrementan el riesgo de sufrir calambres uterinos por la contracción vaginal. Las posiciones del ‘Kamasutra’ practíquelas después de los 40 días del puerperio, cuando el cuerpo de la mujer comienza a recuperarse.
Tenga en cuenta
El movimiento brusco y la penetración profunda no son adecuados durante elembarazo. Además, la excitación que se produce en el tercio externo de la vagina, donde están todas las terminaciones nerviosas, es suficiente para lograr un orgasmo, porque es la parte más sensible del órgano femenino.
En cambio, la presión que se genere en el útero es negativa porque podría afectar albebé.
La fuerza en la penetración debe ocurrir en un momento preorgásmico. Los buenos amantes disfrutan más con el roce que con la profundidad.
Las relaciones sexuales durante el embarazo probablemente no puedan ser acrobáticas y tal vez habremos de evitar algunas posturas que antes practicábamos con normalidad. Y es que en ningún momento la embarazada debe sufrir presión, dolor o incomodidad durante la práctica del sexo y además al final de la gestación puede perder flexibilidad debido a sus nuevas curvas.
En estos momentos, el diálogo y la comprensión entre la pareja son fundamentales: comunicándose abiertamente se llegará a un acuerdo para coincidir en la mejor forma de manener relaciones sexuales placenteras. Además, habremos de tener en cuenta los cambios en el modo de vivir la sexualidad durante cada etapa del embarazo.
Las posturas más aconsejables son las que no produzcan presión abdominal en la futura mamá. Hay que procurar en todo momento estar cómoda, para lo cual se pueden utilizar almohadones para apoyarse.
Éstas son las posiciones más recomendadas para mantener relaciones sexuales sin daño para la embarazada o el bebé:
De lado: ambos tumbados de costado con la espalda de la mujer pegada al pecho del hombre. Esta postura suele señalarse como la mejor durante el embarazo, ya que impide que se ejerza presión sobre el abdomen y los pechos de la mujer.
La misma posición a lo largo, pero dándose la cara, formando cierto ángulo entre los torsos para no apretar el vientre de la mujer, aunque en este caso la penetración es poco profunda.
La mujer sentada sobre el hombre (éste permanecerá tumbado, sentado o recostado), lo que le permitirá a ella un mayor control sobre los movimientos, el ritmo y la penetración.
La mujer se puede poner con brazos y rodillas apoyadas (“a gatas”) y el hombre detrás, de rodillas o de pie si ella se sitúa al borde de un lugar elevado (cama, sofá...). De esta manera no existe ninguna presión y el vientre no pesa.
La mujer tumbada de lado con las piernas dobladas en L y el hombre apoyado en sus rodillas penetrando desde atrás.
El coito de pie, con la mujer recta o inclinada hacia delante, con un buen apoyo, y el hombre detrás controlando la penetración también podría funcionar.
La postura del misionero no se recomienda una vez esté avanzado el embarazo, ya que la mujer no debería reposar sobre su espalda demasiado tiempo ni aguantar el peso de su pareja sobre el vientre. Si la pareja se sitúa encima, habrá de sostener su propio peso con las manos para no presionar la barriga de la madre.
Recordemos que si por algún motivo el médico desaconseja que se practique sexo con penetración, habrá que consultarle la posibilidad de mantener otras relaciones íntimas.
Las cargas hormonales convierten a la embarazada en ‘un volcán en erupción’, pero no es tiempo de probar las posiciones del ‘Kamasutra’.
Durante los tres primeros meses de la gestación pueden presentarse tres tipos de sensación en la mujer. Primero, complejo de culpa y rechazo sexual o inhibición; segundo, temor producto de los cambios físicos que se están generando, y tercero, el apetito sexual se mantiene a pesar de la carga hormonal.
Sin embargo, está comprobado que el sexo durante esta época es más usual de lo que se cree. Sobre todo en los primeros meses, por la irrigación sanguínea y la exaltación de los estrógenos. Además, la gestante está más desinhibida, porque durante la gestación no hay riesgo de volver a quedar embarazada.
“Después del tercer mes, se aleja un poco la intención sexual de la pareja por molestias como los mareos y las náuseas que perjudican la estética del mundo erótico.
Contraindicación
A pesar del proceso psicológico y físico por el que atraviesa la futura madre, el coito está contraindicado solamente si se presentan sangrados o molestias y si el ginecólogo determina que es un embarazo de alto riesgo.
No hay que olvidar que “la sexualidad es mucho más amplia, y en esta etapa de la vida, la masturbación y las caricias hacen parte fundamental del placer. “Incluso, hay mujeres que pueden tener relaciones sexuales hasta una semana antes de tener su hijo.
Esto no significa que las relaciones sexuales durante los nueve meses sean exactamente iguales que en la época preconcepcional. El sexo brusco puede generar molestias como coitalgias (dolor en la vagina), porque el útero y el vientre tienen mayor tamaño de lo normal. Para evitarlas, es importante la comunicación de la pareja. Así, ambos se ponen de acuerdo con el ritmo y la fuerza de la relación íntima.
¿Y el bebé?
Es importante entender que el líquido amniótico donde está el feto anidado es una almohada que funciona como amortiguador. “Un aborto podría ocurrir con el simple movimiento del bus cuando pasa por una superficie llena de huecos.
La vibración mecánica demuestra que se puede afectar el feto por factores externos sin que haya coito,. Justamente, para prevenir accidentes, hay algunas posiciones sexuales que permiten un acople del cuerpo sin necesidad de tocar el amortiguador natural del vientre.
Preparación
Para realizar el encuentro erótico, es conveniente estar en un lugar cómodo y con facilidad de movimiento. Se recomienda el uso de almohadas, para mantener los rincones del cuerpo apoyados y evitar molestias.
Las relaciones anales, en este caso, no son adecuadas, según lo plantean los especialistas, porque se necesita experiencia anterior para hacerlo y hay que controlar el nivel de higiene para prevenir infecciones, más que todo en esta época, porque la embarazada está propensa a padecerlas.
Las maratones sexuales tampoco son adecuadas, pues pueden causar orgasmos consecutivos en la embarazada, los cuales incrementan el riesgo de sufrir calambres uterinos por la contracción vaginal. Las posiciones del ‘Kamasutra’ practíquelas después de los 40 días del puerperio, cuando el cuerpo de la mujer comienza a recuperarse.
Tenga en cuenta
El movimiento brusco y la penetración profunda no son adecuados durante elembarazo. Además, la excitación que se produce en el tercio externo de la vagina, donde están todas las terminaciones nerviosas, es suficiente para lograr un orgasmo, porque es la parte más sensible del órgano femenino.
En cambio, la presión que se genere en el útero es negativa porque podría afectar albebé.
La fuerza en la penetración debe ocurrir en un momento preorgásmico. Los buenos amantes disfrutan más con el roce que con la profundidad.
Las relaciones sexuales durante el embarazo probablemente no puedan ser acrobáticas y tal vez habremos de evitar algunas posturas que antes practicábamos con normalidad. Y es que en ningún momento la embarazada debe sufrir presión, dolor o incomodidad durante la práctica del sexo y además al final de la gestación puede perder flexibilidad debido a sus nuevas curvas.
En estos momentos, el diálogo y la comprensión entre la pareja son fundamentales: comunicándose abiertamente se llegará a un acuerdo para coincidir en la mejor forma de manener relaciones sexuales placenteras. Además, habremos de tener en cuenta los cambios en el modo de vivir la sexualidad durante cada etapa del embarazo.
Las posturas más aconsejables son las que no produzcan presión abdominal en la futura mamá. Hay que procurar en todo momento estar cómoda, para lo cual se pueden utilizar almohadones para apoyarse.
Éstas son las posiciones más recomendadas para mantener relaciones sexuales sin daño para la embarazada o el bebé:
De lado: ambos tumbados de costado con la espalda de la mujer pegada al pecho del hombre. Esta postura suele señalarse como la mejor durante el embarazo, ya que impide que se ejerza presión sobre el abdomen y los pechos de la mujer.
La misma posición a lo largo, pero dándose la cara, formando cierto ángulo entre los torsos para no apretar el vientre de la mujer, aunque en este caso la penetración es poco profunda.
La mujer sentada sobre el hombre (éste permanecerá tumbado, sentado o recostado), lo que le permitirá a ella un mayor control sobre los movimientos, el ritmo y la penetración.
La mujer se puede poner con brazos y rodillas apoyadas (“a gatas”) y el hombre detrás, de rodillas o de pie si ella se sitúa al borde de un lugar elevado (cama, sofá...). De esta manera no existe ninguna presión y el vientre no pesa.
La mujer tumbada de lado con las piernas dobladas en L y el hombre apoyado en sus rodillas penetrando desde atrás.
El coito de pie, con la mujer recta o inclinada hacia delante, con un buen apoyo, y el hombre detrás controlando la penetración también podría funcionar.
La postura del misionero no se recomienda una vez esté avanzado el embarazo, ya que la mujer no debería reposar sobre su espalda demasiado tiempo ni aguantar el peso de su pareja sobre el vientre. Si la pareja se sitúa encima, habrá de sostener su propio peso con las manos para no presionar la barriga de la madre.
Recordemos que si por algún motivo el médico desaconseja que se practique sexo con penetración, habrá que consultarle la posibilidad de mantener otras relaciones íntimas.
1 comentarios - El sexo durante el embarazo
Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!