Instrucciones para un cunnilingus exitoso
El cunnilingus puede ser la mejor experiencia de una mujer en la cama. Lamentablemente, no siempre se consigue el objetivo. Mientras ellos se quejan de que las chicas no saben hacer un buen fellatio, ellas también protestan. Y no les falta razón: hay hombres que no controlan la resistencia de su cuello, y acaban por frenar en el momento menos indicado. Ustedes dirán.
Cómo hacer un buen cunnilingus y no transformarse en:
1) El chico babas: no se te ocurra inundar la zona en cuestión innecesariamente, pero tampoco te vayas al extremo. Se estima que la boca está humedecida con 1 y 1.5 litros de saliva al día. No pretendas descargar ese torrente sobre tu amada. No, jamás. La saliva bien administrada es un poderoso lubricante, así que mídete de acuerdo al sentido común.
2) El puntero mentiroso: recuerda donde está el clítoris (elabora un mapa mental en segundos) y busca llegar allí con pericia, estilo y profesionalismo.
3) El chico ¿Ya?: no salgas con esa estúpida pregunta de sacar la cabeza a flote y preguntar: "¿Ya?". Una dama elegante y fina te dirá: "Sí, amor, ya llegué". Y por dentro te odiará, te maldecirá y le dirá a sus amigas (o a su almohada) que eres un fiasco.
Instrucciones:
Piensa bien (en segundos, tampoco dejes para mañana lo que puedes hacer hoy) la pose que más se acomode a TU CUELLO. Sí, seré egoísta, y bien macho: no pensaré en que pose hace más cómoda a la chica y me pondré en el cuello de sus atribuladas parejas. Opta por el 69, o por el clásico Misionero sin ejecutar el Misionero, sino bajando al área precisa. Si se te ocurre hacerlo de pie, te advierto que el riesgo de fracaso es casi inminente. Tu cintura no aguantará, tu espalda se ladeará y tu esfuerzo se concentrará en: "malditas cuclillas, a qué hora termina esta mujer". Claro, podrías sentarte sobre un cojín, en el piso. Pero igual te traicionará el cuello. Recuerda que las chicas para llegar al orgasmo necesitan algunos minutos más que los hombres (algunas lo consiguen en 20 minutos, otras en más), así que calcula bien la postura a adoptar. Tu comodidad será tu placer... y el de ella también.
Antes de sucumbir se recomienda tomar suficiente aire. Esta no es una sesión de buceo, pero se parece. Cuando uno bucea puedes sacar la cabeza o respirar por el snorkel (tubito). Aquí no. Aquí, te hundes y te hundes. Si sales tienes dos opciones: 1) retomar el proceso, a riesgo de que la chica ya no quiera o se enfríe y 2) retomar el proceso, a riesgo de que la primera inmersión te haya dejado sin el aire necesario.
Un buen truco para tomar aire mientras lo haces es iniciar el recorrido lamiendo las ingles, el monte de Venus, los labios -los inferiores tienen una especial sensibilidad-, y luego, bastante luego, te desplazas a clítoris y vagina /vagina o clítoris. No pretendas ir de largo.
Tu principal herramienta es la lengua. Hacer el amor con la lengua es todo un arte que requiere un instrumento experto, preciso, y travieso. Nada de meter y sacar la lengua como desesperado. Nada de sacar la puntita de la lengua, pero tampoco exageres. No presiones, pero tampoco llegues a pasar inadvertido. Se te demanda suavidad y fuerza, un ritmo o punto medio que difícilmente se logra entre las urgencias del orgasmo de ella, y las ganas de eyacular de él. Por eso, el cunnilingus es más difícil en comparación con el fellatio.
Recuerda que en este buceo tienes nariz y barbilla. Ambas pueden dificultar el placer: aféitate de preferencia, aunque hay mujeres que prefieren el escozor de la barba; y si tienes la nariz muy grande, plantéate la opción de usarla como herramienta (puede ser un masajeador de clítoris, mientras tu estás en su área más caliente) o intenta hacer el trabajo sin ella (la nariz), lo cual no siempre es fácil.
Y no se te ocurra resoplar. Sí, necesitas aire, pero nada más incómodo que esos soplidos allí abajo. Hazte al juguetón, y besa los puntos colindantes. Haz buceo con trampa. A algunas chicas les gusta la sopladita, pero NO los resoplidos.
Si están echados en la cama, pon tus manos sobre el lecho y ábrete camino. No se te ocurra apoyarte en sus piernas. Harías bien si, por lo menos, una de tus manos acaricia más arriba. Estirando los brazos llegarás a sus contundentes pechos, la dureza de sus pezones te indicará que está a mil.
Si su clítoris está erecto es el momento de afinar todo lo aprendido, de hacer esfuerzos sobrehumanos para no quitarte del centro por ninguna razón, así un calambre asome en tu pantorrilla, así el mundo se venga abajo.
Si tu compañera es habladora te guiará, incluso con sus manitas. A esas mujeres que saben guiar habría que aplaudirlas, pero a las muy habladoras y algo prepotentes habría que rogarles, please, que guarden silencio un poquito. "Después hablamos, amor", quizás. Y si es mudita, pues tienes la tarea bastante compleja. Te toca intuir más de lo que ya los has venido haciendo.
El sexo oral muchas veces se acompaña con una penetración con los dedos. Las mujeres suelen disfrutar lo que algunos llaman esta combinación bucodigital. Pero no hagas esto jamás.
5 comentarios - Como chupar una concha correctamente
y a mi me recalienta hacerlo...