Mi amigo me pasa el mail de una chica que conoció en el boliche. La agrego empezamos a chatear, me cuenta su historia sus muy bien llevados 52 años y que me quería conocer para ver qué onda.
Una noche lluviosa quedamos en vernos en su dpto., no vive lejos del mío así que accedí con todo gusto. Llegue algo mojado y me estaba esperando con un vino blanco abierto. Tomamos algunas copas, fuimos a la cocina a buscar más hielo y ahí se produjo el primer acercamiento, con una timidez algo provocativa, me dijo que era demasiado chico. Yo con mis 24 años trate de hacerme el gil y no darle bola a lo que me decía diciendo que la edad era lo de menos, pero ella trato de apartarme no pudiendo ya que le saco una cabeza en alto y seguramente unos 20 kilos de peso. Nos besamos.
Así pasaron un par de botellas, mimos iban y venían de un lado al otro hasta que ella se me sentó en la falda, allí los mimos se pusieron cada vez más calientes y terminamos besándonos apasionadamente en el comedor, me invito a pasar a su pieza, acepte gusto ya sacándome la remera que llevaba y desabrochándole a ella la camisa. Allí note por primera vez el paso del tiempo en su cuerpo, aunque no muchas tiene algunas huellas.
Sus senos tienen la medida justa, su cintura es única y una cola nada despreciable, me desvistió todo y con la cara sonrojada me beso acostándome en su lecho para poder comerse todo mi miembro, saboreándolo como ninguna. Jugó un largo rato, hasta que decidió que era el momento indicado para que la penetrara, usándome como su instrumento ella comenzó a guiarme en todo lo que quería hacer, la deje que primero disfrutara ella hasta que llego mi turno y le llene toda su boquita de mis jugos.
Descansamos un rato y ella volvió a cargar sobre mi humanidad esta vez más salvaje, pero se olvidó que la juventud viene algo pervertida y cuando se quiso acordar tenia mis dos dedos abriéndole el ojete para penetrarla analmente, ella me paro y me trato de convencer que nunca lo había hecho por allí, mucho no le creí pero por las dudas busque algo con que lubricarla más y en el momento menos pensado le hice probar mi pija en su orto. Al principio renegó un poco, pero después le gustó la idea y se relajó. Se comió todo el pedazo y mi segunda acabada. Con el culo hecho un florero la deje ahí en la cama, me vestí y me vine a mi casa.
Cuando llegue en el teléfono había un msj que decía te espero para la próxima sesión.
Una noche lluviosa quedamos en vernos en su dpto., no vive lejos del mío así que accedí con todo gusto. Llegue algo mojado y me estaba esperando con un vino blanco abierto. Tomamos algunas copas, fuimos a la cocina a buscar más hielo y ahí se produjo el primer acercamiento, con una timidez algo provocativa, me dijo que era demasiado chico. Yo con mis 24 años trate de hacerme el gil y no darle bola a lo que me decía diciendo que la edad era lo de menos, pero ella trato de apartarme no pudiendo ya que le saco una cabeza en alto y seguramente unos 20 kilos de peso. Nos besamos.
Así pasaron un par de botellas, mimos iban y venían de un lado al otro hasta que ella se me sentó en la falda, allí los mimos se pusieron cada vez más calientes y terminamos besándonos apasionadamente en el comedor, me invito a pasar a su pieza, acepte gusto ya sacándome la remera que llevaba y desabrochándole a ella la camisa. Allí note por primera vez el paso del tiempo en su cuerpo, aunque no muchas tiene algunas huellas.
Sus senos tienen la medida justa, su cintura es única y una cola nada despreciable, me desvistió todo y con la cara sonrojada me beso acostándome en su lecho para poder comerse todo mi miembro, saboreándolo como ninguna. Jugó un largo rato, hasta que decidió que era el momento indicado para que la penetrara, usándome como su instrumento ella comenzó a guiarme en todo lo que quería hacer, la deje que primero disfrutara ella hasta que llego mi turno y le llene toda su boquita de mis jugos.
Descansamos un rato y ella volvió a cargar sobre mi humanidad esta vez más salvaje, pero se olvidó que la juventud viene algo pervertida y cuando se quiso acordar tenia mis dos dedos abriéndole el ojete para penetrarla analmente, ella me paro y me trato de convencer que nunca lo había hecho por allí, mucho no le creí pero por las dudas busque algo con que lubricarla más y en el momento menos pensado le hice probar mi pija en su orto. Al principio renegó un poco, pero después le gustó la idea y se relajó. Se comió todo el pedazo y mi segunda acabada. Con el culo hecho un florero la deje ahí en la cama, me vestí y me vine a mi casa.
Cuando llegue en el teléfono había un msj que decía te espero para la próxima sesión.
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