Evita las torpezas en la cama
Presta atención a lo que nunca debes hacer en la cama para que tu pareja no salga corriendo de ella.
Aunque hombres y mujeres no se diferencian tanto a la hora de mantener relaciones sexuales, sí que requieren matices que los diferencian. Por eso, quizás, sea más sensato enunciar los errores por sexos.
Son numerosas las torpezas que pueden ensombrecer una relación sexual con un hombre. Enumeraremos las más importantes en diferentes actividades sexuales.
En el sexo oral: Al hacérselo
No dudes en lamer el glande, como haces con un helado, pero no olvides estimular su frenillo, que es la parte más sensible. En caso contrario, puede que él se aburra y no encuentre en esa actividad demasiado placer.
No olvides que los cambios de temperaturas puede ser estimulante; razón por la que no estará de más que de vez en cuando, alejes tus labios del pene del chico para que se evapore la saliva y le dé al pene un toque de frescor que contraste con la calidez de tu lengua.
En el sexo oral: No descuides su lado más sensible
Si lo deseas, puedes simular el coito haciendo que tus labios se deslicen sobre el cuerpo del pene. Pero si descuidas el frenillo, no conseguirás nada. Por eso, no olvides hacer llegar tus labios a esa zona. Y si tu chico es de los que necesitan un estímulo más firme, extiende el canal de tus labios con la mano y alterna el sexo oral con la masturbación manual al hacer que su pene se deslice alternativamente por tus labios y sus manos.
Ten cuidado con tus dientes porque pueden herir. Ni se te ocurra soplar por el agujerito de la punta del glande: les provoca una sensación desagradable y puede ser origen de algún tipo de infecciones. Tampoco se te ocurra succionar el pene; la bomba de vacío que creas con la boca puede aumentar la afluencia de sangre al pene y ocasionar una erección más rígida..., y dolorosa.
En el sexo oral: Cuida la velocidad
No mantengas siempre el mismo ritmo, conviene que conforme él se excita, aumentes la velocidad para que sea posible que llegue al orgasmo.
No a todos los chicos les gusta que sigas lamiendo su glande tras el orgasmo. A algunos le resulta doloroso. Pregúntale y sigue sólo si él asiente
En el sexo oral: No todos los hombres llegan al orgasmo
No te disgustes. Si es así, lo más probable es que te haya avisado. Sencillamente, utiliza la mano como extensión del canal de tu boca para proporcionarle mayor estímulo o, acábale el trabajo con la mano.
Cuando vaya a eyacular y no desees que lo haga en tu boca, no te limites a apartarla para dejar salir el semen; continúa estimulándole con la mano para que su orgasmo sea completo. Imagínate que él deja de estimularte en medio de tu orgasmo. Él sentirá lo mismo.
Si recibes el semen en tu boca y no deseas tragártelo, no le dejes sólo para ir al baño a escupirlo; es desolador. Ten a mano una toallita, papel higiénico o un pañuelo para escupirlo allí, pero en su compañía. Le resultará menos frío y te lo agradecerá. Si lo has negociado antes de la relación, no habrá ningún problema.
No a todos los chicos les gusta que sigas lamiendo su glande tras el orgasmo. A algunos le resulta doloroso. Pregúntale y sigue sólo si él asiente.
En el sexo oral: Cuando él te lo hace a ti
No finjas. Tampoco le digas que lo hace mal. Simplemente, condúcele con suavidad hacia donde debe. Con las manos y con tu voz.
No olvides que si te has lavado ahí abajo, no hueles mal. Al chico no le importará encontrarse allí, por lo que no debes preocuparte por eso. De hacerlo, disfrutarás poco de su esfuerzo.
Durante la masturbación: Al hacérselo
Si no está circuncidado, no se te ocurra deslizar el prepucio hacia atrás para masturbarle. Su glande no está acostumbrado al roce directo de la mano y le dolerá. Si está circuncidado, humedece tus manos con su propia secreción o con saliva. "En seco" puedes dañarle.
No te esmeres en frotar el cuerpo del pene: ahí, los hombres no sienten nada. Procura que el anillo formado por tu dedo índice y pulgar frote su frenillo.
Utiliza un buen juego de muñeca, no agites todo tu brazo porque te cansarás inútilmente.
Durante la masturbación: No temas hacer presión con la mano
Aunque no se trata de estrujar el pene, los chicos suelen preferir que mantengas tu mano cerrada con fuerza sobre su pene a le te limites a hacerlo pasar por tu puño semiabierto.
Al principio, puedes realizar movimientos suaves, pero debes incrementar la energía aplicada al movimiento y mantenerla así hasta que llegue al orgasmo. No aligeres la presión ni la energía del movimiento salvo que desee "torturarle" para darle más placer. Pero, si te pasas, puede llegar a perder la erección.
Durante la masturbación: Mantén el ritmo
No dejes de mover tu mano mientras eyacula; lo dejarías a medias. Sólo cuando haya finalizado la emisión del pene, y adviertas su relajación, deberás dejar de estimularle. De lo contrario, le dolerá el glande. No te fíes de la erección. Hay chicos que la pierden tras el orgasmo y otros que la mantienen aún durante un rato.
No muestres repugnancia por su semen. Masturbarle lleva implícito saber que algo de semen manchará tus manos. Límpiatelas con una toallita higiénica y ya está.
Durante la masturbación: Al hacértelo no dejes las cosas al azar
Por mucha experiencia que tenga el chico, tú eres única. Dile cómo te gustaría que te lo hiciera. Nadie sabe como tú cómo hacértelo con eficacia. Y no temas que por eso el chico deduzca que te masturbas. Ya lo supone y no le importa. Le gustará y le aliviará que le guíes.
No dudes en colocar tu mano sobre la de él para mostrarle la presión y el tipo de caricia que prefieres. Recuerda que los chicos no nacen "sabidos". Y si te pide que lo hagas delante de él para aprender viéndolo (recuerda: los hombres son muy visuales), hazlo. Va en beneficio tuyo.
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