Fantasías sexuales Erotismo real
Por Irma Pérez Varela
¿Qué son las fantasías? Ficciones creadas por nuestra mente en forma consciente. Llana y concreta, así es la definición de la fantasía, uno de los rasgos humanos más artificiosos y abstractos. La capacidad de emplear palabras, símbolos y recuerdos dirigidos a fomentar las fantasías surge en la infancia; y desde entonces, en menor o mayor medida según las fomentemos, las fantasías nos acompañarán el resto de nuestra vida.
La fantasía es el medio por el cual los niñ@s dominan al mundo, de la misma forma como los amantes tornan en erotismo una mera relación carnal. En las fantasías se pueden manipular, invertir, modificar o mejorar cualidades; se puede acceder a lo que no ocurriría en la vida real, lo cual las convierte en excelentes herramientas para lograr la plenitud sexual.
El origen de las fantasías sexuales
A partir de la niñez, la mayoría de la gente tiene fantasías sexuales que cumplen una variedad de funciones y que generan un amplio abanico de respuestas. Sin embargo, como generalmente l@s adult@s no pueden recordar sus preocupaciones infantiles respecto a la sexualidad, prefieren creer que l@s niñ@s son incapaces de tener de tales pensamientos. No obstante, es preciso recordar que somos seres sexuados aún antes del nacimiento y que, tanto el comportamiento como el pensamiento sexuales están implícitos en nuestros genes. Por ende, el negar o reprimir la respuesta sexual en los infantes, es fragmentarles la vida.
Al respecto, Sigmund Freud construyó una teoría bastante exitosa; él opinaba que el origen de las fantasías sexuales estaba fincado, entre otras cosas porque la sexualidad es una función muy frustrante, ya que los deseos sexuales aparecen en la niñez, pero su satisfacción llega hasta la adolescencia.
Independientemente de si esta teoría es acertada o no, o de los motivos por los cuales se origina esta práctica, es importante reconocer que el fantaseo sexual puede llegar a ser una fuente de placer por sí mismo. Una actividad auto erótica que vale la pena explorar.
Mitos y telarañas en torno al fantaseo sexual
Históricamente las fantasías eróticas han sido tachadas como síntomas de enfermedad mental, sobre todo aquellas que se apartan del acto heterosexual. Incluso en algunas religiones se han catalogado como actos pecaminosos (pues estos abarcan pensamiento, palabra, obra y omisión. O sea que no hay salida). No obstante, a pesar de ser consideradas conductas aberrantes, producto de insatisfacción, material sexualmente explícito y demás, el material mental erótico es una práctica vigente y muy socorrida por individu@s sanos, sexualmente satisfech@s y con gran capacidad creativa, principal requerimiento para esta actividad erótica.
Es común confundir a la fantasía con el deseo sexual, ya que ambos conceptos se circunscriben meramente al marco mental sobre el mismo contexto, la sexualidad, sin embargo mientras la primera se refiere a la evocación de una situación ficticia, el deseo es el anticipo de una situación real. Aunque también puede darse el caso de que el deseo tenga su origen en una fantasía, es importante dejar claro que no son lo mismo.
¿Cuál es la función de las fantasías sexuales?
"Las fantasías sexuales se producen en una gran variedad de marcos y circunstancias. A veces esos interludios imaginativos se provocan con toda intención para pasar el rato, para animar una situación tediosa o ponerle un poco de picante al acto amoroso. Otras veces la fantasía flota en nuestra conciencia de forma aparentemente accidental, tal vez desencadenada por ideas o sentimientos de los que apenas tenemos conocimiento."
(Masters y Johnson, 1982)
Fuente de excitación. Recurrir a una fantasía es uno de los trucos más utilizados si de generar excitación se trata. Ya sea como preámbulo para enzarzarse en el jugueteo sexual, o como detonador del orgasmo, es pues, un excelente auxiliar en amantes deseosos del non plus ultra del placer sexual.
Además de contrarrestar la monotonía, también en su papel de cirujano plástico sin bisturí, la evocación erótica nos provee de los atributos físicos que siempre hemos deseado, terminando así con los complejos y frustraciones.
Sexualidad sin peligro. Dejando de lado que por medio de la imaginación nadie ha contraído una Infección de Transmisión Sexual, podemos agregar que es un medio totalmente seguro para aquellos fanáticos de la fobofilia (placer en las situaciones de peligro o miedo).
Evita riesgos. Si se tiene en cuenta que casi todas las fantasías sexuales presuponen personajes o situaciones "moralmente impropias o ilegales", en la vida real se pone de manifiesto la importancia del factor riesgo, afortunadamente sorteado por la imaginación.
Válvula de escape a sentimientos reprimidos. Una vía efectiva para descargar tensiones o necesidades internas. Todas las prohibiciones pueden ser sorteadas mediante la imaginación. Es precisamente en la ficción donde podemos llevar a cabo todas las prohibiciones de la vida real sin sufrir del escamio social.
¿Y qué fantasea la gente?
En gustos se rompe el género y las fantasías de cada individuo van en relación al marco vivencial de cada persona, sin embargo existen algunos tipos de fantasías sexuales comunes y entre ellos se encuentran:
1. La experimentación. Visualizar situaciones que nunca han sido probadas en la vida real. Formas absolutamente insólitas de actividad sexual: zoofilia, necrofilia, incesto, etc.
2. Dominio. Mantener bajo control a la pareja sexual ya sea a través de la coerción o por el influjo de las cualidades. Algunas variantes de esta modalidad son el sadismo y el masoquismo.
3. Cambio de pareja. Sin duda una de las fantasías más corrientes, pero también de la que más sentimientos de culpa desemboca, pues fantasear con una pareja distinta cuando se hace el amor con el cónyuge o con el compañero habitual causa mucho pesar. Lo mejor es desechar tales sentimientos, pues es muy probable que tu otra mitad haya tenido idénticos pensamientos.
4. Sexualidad en grupo. La visualización de orgías a la participación hetero y bisexual se contempla en esta fantasía. Un dato curioso es que muchos de los asiduos a esta evocación están dispuestos a llevarlas a la práctica.
5. Relaciones a primera vista. Esto tiene mucho que ver con el ideal del amor que siempre nos han manejado medios masivos, en donde todas las cualidades de las parejas perfectas, difícilmente recaen en un ser de carne y hueso, por ello resulta mucho más sencillo a manera de Frankenstein, construir un ideal aunque sea sólo imaginario.
6. Escoptofilia. Los mirones no están descartados en las fantasías sexuales más recurrentes. Casados, descasados, viudos, dejados, chicos y grandes la asumen como su preferida.
7. Violación. Sin duda una de las que más controversia causa, por aquello de que si lo evoca es que lo desea, pero esta interpretación es equivocada. De alguna manera esta fantasía confirma a la mujer su papel pasivo en la relación sexual.
Hombre heterosexual* Mujer heterosexual*
1. Sustitución de la pareja formal.
2. Relación sexual coercitiva con una mujer.
3. Observación de la actividad sexual.
4. Relaciones homo-sexuales.
5. Experiencias sexuales en grupo. 1. Sustitución de la pareja normal.
2. Relación sexual coercitiva con un hombre.
3. Observación de la actividad sexual.
4. Amores idílicos con hombres conocidos.
5. Relaciones lésbicas.
Hombre heterosexual* Mujer heterosexual*
1. Imágenes de la anatomía sexual masculina.
2. Relación coercitiva con un hombre homosexual, uno o varios.
3. Relación heterosexual con mujeres.
4. Amores idílicos con hombres desconocidos.
6. Situaciones sexuales en grupo. 1. Relaciones sexuales coercitivas.
2. Relaciones idílicas con la pareja formal.
3. Relaciones heterosexuales.
4. Evocación de lances sexuales anteriores.
5. Imágenes de sadismo.
Fantasía vs Realidad
El hecho de que una persona emplee una fantasía sexual no presume necesariamente que desee llevarla a la práctica. En gran número de ocasiones las fantasías se oponen a las creencias y escala de valores de quien las evoca pero como lo único que compromete es la imaginación se las acepta.
Hay casos de personas que las han llevado a la práctica, pero ya en terrenos reales tales acciones han perdido mucho de la magia que poseían en la mente. Paradójicamente una fantasía puede ser convertirse en una mala experiencia si se hace realidad. En el mismo renglón se encuentra el compartirla o no con la pareja, pues al tornarla de los demás, pierde ese toque de exclusividad. La opción de hacer realidad o compartir las fantasías queda al libre albedrío. Lo más importante de todo esto destacar a la fantasía como afrodisíaco y el único antídoto efectivo para contrarrestar la realidad.
"El primero de nuestros sentidos, que en ninguna circunstancia debe dejarse que enmohezca por desuso, es ese sexto sentido, la imaginación..."
Christopher Fry
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Por Irma Pérez Varela
¿Qué son las fantasías? Ficciones creadas por nuestra mente en forma consciente. Llana y concreta, así es la definición de la fantasía, uno de los rasgos humanos más artificiosos y abstractos. La capacidad de emplear palabras, símbolos y recuerdos dirigidos a fomentar las fantasías surge en la infancia; y desde entonces, en menor o mayor medida según las fomentemos, las fantasías nos acompañarán el resto de nuestra vida.
La fantasía es el medio por el cual los niñ@s dominan al mundo, de la misma forma como los amantes tornan en erotismo una mera relación carnal. En las fantasías se pueden manipular, invertir, modificar o mejorar cualidades; se puede acceder a lo que no ocurriría en la vida real, lo cual las convierte en excelentes herramientas para lograr la plenitud sexual.
El origen de las fantasías sexuales
A partir de la niñez, la mayoría de la gente tiene fantasías sexuales que cumplen una variedad de funciones y que generan un amplio abanico de respuestas. Sin embargo, como generalmente l@s adult@s no pueden recordar sus preocupaciones infantiles respecto a la sexualidad, prefieren creer que l@s niñ@s son incapaces de tener de tales pensamientos. No obstante, es preciso recordar que somos seres sexuados aún antes del nacimiento y que, tanto el comportamiento como el pensamiento sexuales están implícitos en nuestros genes. Por ende, el negar o reprimir la respuesta sexual en los infantes, es fragmentarles la vida.
Al respecto, Sigmund Freud construyó una teoría bastante exitosa; él opinaba que el origen de las fantasías sexuales estaba fincado, entre otras cosas porque la sexualidad es una función muy frustrante, ya que los deseos sexuales aparecen en la niñez, pero su satisfacción llega hasta la adolescencia.
Independientemente de si esta teoría es acertada o no, o de los motivos por los cuales se origina esta práctica, es importante reconocer que el fantaseo sexual puede llegar a ser una fuente de placer por sí mismo. Una actividad auto erótica que vale la pena explorar.
Mitos y telarañas en torno al fantaseo sexual
Históricamente las fantasías eróticas han sido tachadas como síntomas de enfermedad mental, sobre todo aquellas que se apartan del acto heterosexual. Incluso en algunas religiones se han catalogado como actos pecaminosos (pues estos abarcan pensamiento, palabra, obra y omisión. O sea que no hay salida). No obstante, a pesar de ser consideradas conductas aberrantes, producto de insatisfacción, material sexualmente explícito y demás, el material mental erótico es una práctica vigente y muy socorrida por individu@s sanos, sexualmente satisfech@s y con gran capacidad creativa, principal requerimiento para esta actividad erótica.
Es común confundir a la fantasía con el deseo sexual, ya que ambos conceptos se circunscriben meramente al marco mental sobre el mismo contexto, la sexualidad, sin embargo mientras la primera se refiere a la evocación de una situación ficticia, el deseo es el anticipo de una situación real. Aunque también puede darse el caso de que el deseo tenga su origen en una fantasía, es importante dejar claro que no son lo mismo.
¿Cuál es la función de las fantasías sexuales?
"Las fantasías sexuales se producen en una gran variedad de marcos y circunstancias. A veces esos interludios imaginativos se provocan con toda intención para pasar el rato, para animar una situación tediosa o ponerle un poco de picante al acto amoroso. Otras veces la fantasía flota en nuestra conciencia de forma aparentemente accidental, tal vez desencadenada por ideas o sentimientos de los que apenas tenemos conocimiento."
(Masters y Johnson, 1982)
Fuente de excitación. Recurrir a una fantasía es uno de los trucos más utilizados si de generar excitación se trata. Ya sea como preámbulo para enzarzarse en el jugueteo sexual, o como detonador del orgasmo, es pues, un excelente auxiliar en amantes deseosos del non plus ultra del placer sexual.
Además de contrarrestar la monotonía, también en su papel de cirujano plástico sin bisturí, la evocación erótica nos provee de los atributos físicos que siempre hemos deseado, terminando así con los complejos y frustraciones.
Sexualidad sin peligro. Dejando de lado que por medio de la imaginación nadie ha contraído una Infección de Transmisión Sexual, podemos agregar que es un medio totalmente seguro para aquellos fanáticos de la fobofilia (placer en las situaciones de peligro o miedo).
Evita riesgos. Si se tiene en cuenta que casi todas las fantasías sexuales presuponen personajes o situaciones "moralmente impropias o ilegales", en la vida real se pone de manifiesto la importancia del factor riesgo, afortunadamente sorteado por la imaginación.
Válvula de escape a sentimientos reprimidos. Una vía efectiva para descargar tensiones o necesidades internas. Todas las prohibiciones pueden ser sorteadas mediante la imaginación. Es precisamente en la ficción donde podemos llevar a cabo todas las prohibiciones de la vida real sin sufrir del escamio social.
¿Y qué fantasea la gente?
En gustos se rompe el género y las fantasías de cada individuo van en relación al marco vivencial de cada persona, sin embargo existen algunos tipos de fantasías sexuales comunes y entre ellos se encuentran:
1. La experimentación. Visualizar situaciones que nunca han sido probadas en la vida real. Formas absolutamente insólitas de actividad sexual: zoofilia, necrofilia, incesto, etc.
2. Dominio. Mantener bajo control a la pareja sexual ya sea a través de la coerción o por el influjo de las cualidades. Algunas variantes de esta modalidad son el sadismo y el masoquismo.
3. Cambio de pareja. Sin duda una de las fantasías más corrientes, pero también de la que más sentimientos de culpa desemboca, pues fantasear con una pareja distinta cuando se hace el amor con el cónyuge o con el compañero habitual causa mucho pesar. Lo mejor es desechar tales sentimientos, pues es muy probable que tu otra mitad haya tenido idénticos pensamientos.
4. Sexualidad en grupo. La visualización de orgías a la participación hetero y bisexual se contempla en esta fantasía. Un dato curioso es que muchos de los asiduos a esta evocación están dispuestos a llevarlas a la práctica.
5. Relaciones a primera vista. Esto tiene mucho que ver con el ideal del amor que siempre nos han manejado medios masivos, en donde todas las cualidades de las parejas perfectas, difícilmente recaen en un ser de carne y hueso, por ello resulta mucho más sencillo a manera de Frankenstein, construir un ideal aunque sea sólo imaginario.
6. Escoptofilia. Los mirones no están descartados en las fantasías sexuales más recurrentes. Casados, descasados, viudos, dejados, chicos y grandes la asumen como su preferida.
7. Violación. Sin duda una de las que más controversia causa, por aquello de que si lo evoca es que lo desea, pero esta interpretación es equivocada. De alguna manera esta fantasía confirma a la mujer su papel pasivo en la relación sexual.
Hombre heterosexual* Mujer heterosexual*
1. Sustitución de la pareja formal.
2. Relación sexual coercitiva con una mujer.
3. Observación de la actividad sexual.
4. Relaciones homo-sexuales.
5. Experiencias sexuales en grupo. 1. Sustitución de la pareja normal.
2. Relación sexual coercitiva con un hombre.
3. Observación de la actividad sexual.
4. Amores idílicos con hombres conocidos.
5. Relaciones lésbicas.
Hombre heterosexual* Mujer heterosexual*
1. Imágenes de la anatomía sexual masculina.
2. Relación coercitiva con un hombre homosexual, uno o varios.
3. Relación heterosexual con mujeres.
4. Amores idílicos con hombres desconocidos.
6. Situaciones sexuales en grupo. 1. Relaciones sexuales coercitivas.
2. Relaciones idílicas con la pareja formal.
3. Relaciones heterosexuales.
4. Evocación de lances sexuales anteriores.
5. Imágenes de sadismo.
Fantasía vs Realidad
El hecho de que una persona emplee una fantasía sexual no presume necesariamente que desee llevarla a la práctica. En gran número de ocasiones las fantasías se oponen a las creencias y escala de valores de quien las evoca pero como lo único que compromete es la imaginación se las acepta.
Hay casos de personas que las han llevado a la práctica, pero ya en terrenos reales tales acciones han perdido mucho de la magia que poseían en la mente. Paradójicamente una fantasía puede ser convertirse en una mala experiencia si se hace realidad. En el mismo renglón se encuentra el compartirla o no con la pareja, pues al tornarla de los demás, pierde ese toque de exclusividad. La opción de hacer realidad o compartir las fantasías queda al libre albedrío. Lo más importante de todo esto destacar a la fantasía como afrodisíaco y el único antídoto efectivo para contrarrestar la realidad.
"El primero de nuestros sentidos, que en ninguna circunstancia debe dejarse que enmohezca por desuso, es ese sexto sentido, la imaginación..."
Christopher Fry
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