BUENO, PORINGUEROS/AS APROVECHE
QUE HOY ME QUEDE EN CASA Y ME MANDE
DOS POST AL HILO...
Erotismo femenino
¿Con qué fantasean las mujeres?
Las mujeres suelen tener un mundo muy amplio de fantasías sexuales. Han sido educadas con más limitaciones y represiones sexuales que los varones y buena parte de su "actividad" sexual se despliega en ese plano. Hasta hace unos años, el contenido de esas "escenas" era más bien romántico y poco trasgresor. Pero algunas cosas están cambiando. La psicóloga y sexóloga Andrea Gómez analiza el tema para Entremujeres.
Las fantasías, según Sigmund Freud, son, ante todo, sueños diurnos, escenas, episodios, novelas, ficciones que las personas forjan y se narran a sí mismas en estado de vigilia (despiertos). Son imágenes mentales que pueden contener una escena completa o sólo recortes o imágenes aisladas, y en general desarrollan y visualizan deseos no siempre insatisfechos. Y/o recrean situaciones estimulantes y placenteras que la persona no desearía realizar en la realidad: son fantasías y allí concentran todo su "poder".
Las fantasías son, tanto para los varones como para las mujeres, producciones del psiquismo, de la mente humana, que nos permiten jugar y explorar dentro de nuestras almas y entregarnos a placeres y deseos que en la realidad nos resultarían prohibidos y hasta bochornosos.
El sujeto que crea dicha fantasía siempre forma parte de la misma: ya sea como participante o como espectador. Las personas se permiten, a través de sus fantasías, imaginar, crear y participar de situaciones que probablemente jamás concretarían en la realidad, en general por culpa o vergüenza.
La actividad sexual propiamente dicha nace y se desarrolla en las fantasías. Las adolescentes tienen fantasías sexuales sobre la primera relación sexual, el primer beso, un encuentro deseado, escenas privadas y excitantes que van trazando el camino para el desarrollo de la identidad y de la actividad sexual futura.
Las mujeres suelen tener un mundo muy amplio de fantasías sexuales. Han sido educadas con más limitaciones y represiones sexuales que los varones. Su actividad sexual se desarrolla en gran parte en la fantasía y su contenido es más romántico que erótico-sexual. Los varones expresan sus impulsos y deseos sexuales con mayores libertades y permisos. Es más, socialmente se los invita a fantasear y desarrollar sus fantasías sexuales como garantía de machismo y hombría. Las mujeres, en cambio, son educadas para enamorarse y recién allí, en ese estado ideal, tendrán permiso para el sexo y/o para fantasear con el ser amado.
Pero en la fantasía vale todo y las mujeres se están animando a enriquecer su vida sexual. A medida que se despojan de prejuicios y mandatos sociales y culturales, se permiten explorar en su interior creando escenas y situaciones sumamente excitantes que enriquecen y amplían sus posibilidades de dar y recibir placer sexual. Cuando este camino está permitido, se facilita su desarrollo y se descubren muchas veces zonas desconocidas en la mente humana.
No hay que asustarse: son sólo fantasías. Pueden ser privadas o compartidas con la pareja. Y cabe aclarar que en lo que respecta a la sexualidad humana y adulta, todo está permitido, en tanto no exista coerción, ni abuso, ni maltrato a personas, tanto menores de edad como a otros adultos que no deseen compartir dicha práctica sexual o fantasía.
Algunas fantasías sexuales femeninas:
- Menage a trois. Relaciones sexuales en las que participan tres personas del mismo o diferente sexo.
- Relaciones sexuales con una mujer. Son muy frecuentes y no determinan que quien fantasea tenga una identidad sexual de tipo homosexual.
- Escenas de seducción en la que ella se siente observada y deseada por otros/as.
- Voyeurismo. Mirar, observar a otros/as manteniendo relaciones sexuales.
- Fantasía de sometimiento sexual. Esta fantasía confirma a la mujer en un rol pasivo tan fomentado por la cultura falo céntrica y no significa de ninguna manera que lo desee en la realidad. La fantasía está bajo su control y no es peligrosa. En cambio, un hecho real de estas características no tendría nada de placentero ni excitante, por el contario, sería absolutamente traumático, violento y degradante.
- El uso de lencería erótica, el cambio de roles en la pareja, jugar interpretando personajes reales o fantaseados, la estimulación de todos los sentidos a través de sabores, sonidos, olores, imágenes visuales y sensaciones corporales, la estimulación y descubrimiento de zonas erógenas en el cuerpo, desencadenan y enriquecen las fantasías sexuales y por lo tanto la vida sexual de las personas.
Fuente: Lic. Andrea Gómez, sexóloga y psicóloga
Las fantasías sexuales ya dejaron de ser un tabú
Se animaron a cumplirlas 6 de cada 10 argentinos. La mayoría lo hizo con su pareja y la edad no marca diferencias. La preferida es tener sexo con más de una persona. Según los especialistas, la gente siente ahora mayor libertad para expresar sus deseos.
Ese material que estimula los sentidos, se despliega en el cuerpo y condimenta la pareja dejó de ser un tabú. Hoy, la mayoría de los argentinos se permite desear y expresar libremente las fantasías sexuales que décadas atrás solían ocultar. Así lo demuestra una encuesta realizada en exclusiva para Clarín por la consultora D'Alessio Irol: dice que el 84% de los 450 encuestados tuvo alguna fantasía y que el 64% se animó a cumplirla, la gran mayoría (70%) con su propia pareja. ¿Cuáles son las fantasías que lideran el ranking? Ser más que dos: experimentar un "menage a trois", presente en el 36% de las respuestas, y tener sexo grupal, elegida por el 16%.
En este "ratoneo", la edad no es un impedimento: los resultados del sondeo muestran que se da tanto en los menores de 24 años como en los adultos y los mayores de 55.
"Esos deseos alejados y difíciles que mantenemos en un lugar fantasioso, en algún momento se pueden concretar. Y en los últimos tiempos, los argentinos lo están logrando cada vez más porque se puede hablar y mostrar la sexualidad, dejó de ser tan misteriosa y básicamente genitalizada", interpreta la psicóloga y sexóloga Adriana Arias, autora de "Locas y fuertes: relatos de mujeres".
Para el psiquiatra y sexólogo Enrique de Rosa, "entre las parejas está ganando terreno esto de asumir 'no estoy haciendo nada terrible' porque la idea de perversión ha quedado más acotada para otras cuestiones".
Como dicen los especialistas, ya dejó de ser "una chanchada" hablar de la posibilidad de formar un trío en la cama, usar disfraces o juguetes eróticos, intercambiar parejas o tener sexo con personas de otras razas o en lugares públicos. Y a pesar de que muchas veces la realización de las fantasías puede llevar a pensar en la infidelidad, la exploración de lo no rutinario se hace, en su gran mayoría, con la propia pareja. En el trabajo, los hombres mencionaron más que las mujeres el cumplimiento de estos deseos con una pareja ocasional, una persona que se conoció en un viaje o una desconocida. Y es muy baja (8%) la mención a relaciones con prostitutas.
¿Con quién se hablan y se comparten estas fantasías? Con la pareja: el 78% se animó a contárselas, aunque sólo el 23% fue completamente honesto, mientras que la mitad (el 55%) prefirió ocultar algunas. En la opinión de Arias, "quedan, en realidad, cobijadas en la imaginación porque son parte de la privacidad de la persona".
"Hay gente que confiesa el pecado políticamente correcto y otros no. Lo importante es que si en la pareja hay 'comunicación sexual', las fantasías pueden ser un arma para combatir la rutina", aporta De Rosa.
Los que les comentaron sus fantasías a sus parejas dijeron que haberlas compartido les dio buen resultado, porque motivó que el otro también se sintiera cómodo para compartir sus fantasías e incluso concretarlas. "Es así -asiente Arias-, en el consultorio se ve cada vez más que cuando uno de los integrantes de la pareja cuenta sus 'ratoneos', la mayoría se termina enganchando". Sin embargo, la encuesta muestra que a mayor edad se suele tomar más a broma el tema. "Eso pasa con las personas más reprimidas: tomarlo a broma funciona como un atajo para correrse de un lugar que, equivocadamente, se cree perverso", acota Arias.
Inmersos en la búsqueda de un plus de excitación, los encuestados optaron por las películas triple X, en el caso de los hombres, en tanto ellas eligieron los juguetes eróticos. Los recursos menos excitantes resultaron la pornografía vía Internet y las revistas pornográficas. ¿Por qué? Arias explica que "las películas son el estímulo ideal de la intimidad de la pareja, en la tele, en la cama; y los juguetes son los estimuladores clitorianos preferidos de las mujeres. En cambio, la pornografía online y las revistas son clásicos del consumo unipersonal".
Recordemos cómo arrancó esta encuesta: que el 64% de los encuestados dijo que tuvo fantasías y que las concretó; y que el 70% lo hizo con su pareja. En el final, el sondeo les preguntó cómo definirían su sexualidad. Con esos antecedentes, el resultado era de esperar: el 41% respondió que es excitante.
En números
Un estímulo para la vida sexual
* El "menage a trois" es la principal fantasía erótica: 40% de las mujeres y 31% de los hombres. Le sigue el sexo grupal (17% y 15%). Si hay buena comunicación en la pareja, las fantasías pueden ser un arma para combatir la rutina.
* Utilizar disfraces o juguetes eróticos en la cama: 9% (12% de mujeres y 5% de hombres).
* Tener relaciones con alguien de raza negra u oriental: 9% (13% de hombres y 6% de mujeres).
* Intercambiar parejas: 7% (11% de hombres y 4% de mujeres).
* Sexo en lugares públicos: 7% de hombres y mujeres.
* Vivir una experiencia homosexual: 5% (5% de mujeres y 4% de hombres).
* Engañar a su pareja con su cuñado/a: 4% (6% de hombres y 1% de mujeres
Opinión
Las claves
Los expertos consultados por Clarín afirman que las fantasías son el condimento de la pareja. Y aportan algunas claves para dejarlo correr.
"Como en las comidas, si se condimenta demasiado se puede arruinar su gusto. El punto es que el estímulo, antes que la estimulación, sea lo prioritario, porque cuando la búsqueda se enfila a obtener sensaciones fuertes y nuevas todo el tiempo, la pareja se puede destruir", comenta Enrique de Rosa.
"Muchas fantasías son eróticas en la imaginación y no en los hechos. Por eso lo ideal es usar algunas como recurso en la cama y guardarse otras para el regodeo de un espacio sin censura: la imaginación", sugiere Adriana Arias.
Para De Rosa, "cumplir una fantasía une enormemente a la pareja porque logran compartir un área secreta. Se logran abrir barreras, vencer tabúes, miedos, prejuicios e ideas como 'si quiere estar con otra persona es porque yo no le alcanzo, no me quiere'".
Dice Arias: "Sin fantasías, el sexo queda en el plano genital. El erotismo es otra cosa: se transita en el cuerpo, pero el motor está en la imaginación".
comenten 😉
fuente:entremujeres.com
QUE HOY ME QUEDE EN CASA Y ME MANDE
DOS POST AL HILO...
Erotismo femenino
¿Con qué fantasean las mujeres?
Las mujeres suelen tener un mundo muy amplio de fantasías sexuales. Han sido educadas con más limitaciones y represiones sexuales que los varones y buena parte de su "actividad" sexual se despliega en ese plano. Hasta hace unos años, el contenido de esas "escenas" era más bien romántico y poco trasgresor. Pero algunas cosas están cambiando. La psicóloga y sexóloga Andrea Gómez analiza el tema para Entremujeres.
Las fantasías, según Sigmund Freud, son, ante todo, sueños diurnos, escenas, episodios, novelas, ficciones que las personas forjan y se narran a sí mismas en estado de vigilia (despiertos). Son imágenes mentales que pueden contener una escena completa o sólo recortes o imágenes aisladas, y en general desarrollan y visualizan deseos no siempre insatisfechos. Y/o recrean situaciones estimulantes y placenteras que la persona no desearía realizar en la realidad: son fantasías y allí concentran todo su "poder".
Las fantasías son, tanto para los varones como para las mujeres, producciones del psiquismo, de la mente humana, que nos permiten jugar y explorar dentro de nuestras almas y entregarnos a placeres y deseos que en la realidad nos resultarían prohibidos y hasta bochornosos.
El sujeto que crea dicha fantasía siempre forma parte de la misma: ya sea como participante o como espectador. Las personas se permiten, a través de sus fantasías, imaginar, crear y participar de situaciones que probablemente jamás concretarían en la realidad, en general por culpa o vergüenza.
La actividad sexual propiamente dicha nace y se desarrolla en las fantasías. Las adolescentes tienen fantasías sexuales sobre la primera relación sexual, el primer beso, un encuentro deseado, escenas privadas y excitantes que van trazando el camino para el desarrollo de la identidad y de la actividad sexual futura.
Las mujeres suelen tener un mundo muy amplio de fantasías sexuales. Han sido educadas con más limitaciones y represiones sexuales que los varones. Su actividad sexual se desarrolla en gran parte en la fantasía y su contenido es más romántico que erótico-sexual. Los varones expresan sus impulsos y deseos sexuales con mayores libertades y permisos. Es más, socialmente se los invita a fantasear y desarrollar sus fantasías sexuales como garantía de machismo y hombría. Las mujeres, en cambio, son educadas para enamorarse y recién allí, en ese estado ideal, tendrán permiso para el sexo y/o para fantasear con el ser amado.
Pero en la fantasía vale todo y las mujeres se están animando a enriquecer su vida sexual. A medida que se despojan de prejuicios y mandatos sociales y culturales, se permiten explorar en su interior creando escenas y situaciones sumamente excitantes que enriquecen y amplían sus posibilidades de dar y recibir placer sexual. Cuando este camino está permitido, se facilita su desarrollo y se descubren muchas veces zonas desconocidas en la mente humana.
No hay que asustarse: son sólo fantasías. Pueden ser privadas o compartidas con la pareja. Y cabe aclarar que en lo que respecta a la sexualidad humana y adulta, todo está permitido, en tanto no exista coerción, ni abuso, ni maltrato a personas, tanto menores de edad como a otros adultos que no deseen compartir dicha práctica sexual o fantasía.
Algunas fantasías sexuales femeninas:
- Menage a trois. Relaciones sexuales en las que participan tres personas del mismo o diferente sexo.
- Relaciones sexuales con una mujer. Son muy frecuentes y no determinan que quien fantasea tenga una identidad sexual de tipo homosexual.
- Escenas de seducción en la que ella se siente observada y deseada por otros/as.
- Voyeurismo. Mirar, observar a otros/as manteniendo relaciones sexuales.
- Fantasía de sometimiento sexual. Esta fantasía confirma a la mujer en un rol pasivo tan fomentado por la cultura falo céntrica y no significa de ninguna manera que lo desee en la realidad. La fantasía está bajo su control y no es peligrosa. En cambio, un hecho real de estas características no tendría nada de placentero ni excitante, por el contario, sería absolutamente traumático, violento y degradante.
- El uso de lencería erótica, el cambio de roles en la pareja, jugar interpretando personajes reales o fantaseados, la estimulación de todos los sentidos a través de sabores, sonidos, olores, imágenes visuales y sensaciones corporales, la estimulación y descubrimiento de zonas erógenas en el cuerpo, desencadenan y enriquecen las fantasías sexuales y por lo tanto la vida sexual de las personas.
Fuente: Lic. Andrea Gómez, sexóloga y psicóloga
Las fantasías sexuales ya dejaron de ser un tabú
Se animaron a cumplirlas 6 de cada 10 argentinos. La mayoría lo hizo con su pareja y la edad no marca diferencias. La preferida es tener sexo con más de una persona. Según los especialistas, la gente siente ahora mayor libertad para expresar sus deseos.
Ese material que estimula los sentidos, se despliega en el cuerpo y condimenta la pareja dejó de ser un tabú. Hoy, la mayoría de los argentinos se permite desear y expresar libremente las fantasías sexuales que décadas atrás solían ocultar. Así lo demuestra una encuesta realizada en exclusiva para Clarín por la consultora D'Alessio Irol: dice que el 84% de los 450 encuestados tuvo alguna fantasía y que el 64% se animó a cumplirla, la gran mayoría (70%) con su propia pareja. ¿Cuáles son las fantasías que lideran el ranking? Ser más que dos: experimentar un "menage a trois", presente en el 36% de las respuestas, y tener sexo grupal, elegida por el 16%.
En este "ratoneo", la edad no es un impedimento: los resultados del sondeo muestran que se da tanto en los menores de 24 años como en los adultos y los mayores de 55.
"Esos deseos alejados y difíciles que mantenemos en un lugar fantasioso, en algún momento se pueden concretar. Y en los últimos tiempos, los argentinos lo están logrando cada vez más porque se puede hablar y mostrar la sexualidad, dejó de ser tan misteriosa y básicamente genitalizada", interpreta la psicóloga y sexóloga Adriana Arias, autora de "Locas y fuertes: relatos de mujeres".
Para el psiquiatra y sexólogo Enrique de Rosa, "entre las parejas está ganando terreno esto de asumir 'no estoy haciendo nada terrible' porque la idea de perversión ha quedado más acotada para otras cuestiones".
Como dicen los especialistas, ya dejó de ser "una chanchada" hablar de la posibilidad de formar un trío en la cama, usar disfraces o juguetes eróticos, intercambiar parejas o tener sexo con personas de otras razas o en lugares públicos. Y a pesar de que muchas veces la realización de las fantasías puede llevar a pensar en la infidelidad, la exploración de lo no rutinario se hace, en su gran mayoría, con la propia pareja. En el trabajo, los hombres mencionaron más que las mujeres el cumplimiento de estos deseos con una pareja ocasional, una persona que se conoció en un viaje o una desconocida. Y es muy baja (8%) la mención a relaciones con prostitutas.
¿Con quién se hablan y se comparten estas fantasías? Con la pareja: el 78% se animó a contárselas, aunque sólo el 23% fue completamente honesto, mientras que la mitad (el 55%) prefirió ocultar algunas. En la opinión de Arias, "quedan, en realidad, cobijadas en la imaginación porque son parte de la privacidad de la persona".
"Hay gente que confiesa el pecado políticamente correcto y otros no. Lo importante es que si en la pareja hay 'comunicación sexual', las fantasías pueden ser un arma para combatir la rutina", aporta De Rosa.
Los que les comentaron sus fantasías a sus parejas dijeron que haberlas compartido les dio buen resultado, porque motivó que el otro también se sintiera cómodo para compartir sus fantasías e incluso concretarlas. "Es así -asiente Arias-, en el consultorio se ve cada vez más que cuando uno de los integrantes de la pareja cuenta sus 'ratoneos', la mayoría se termina enganchando". Sin embargo, la encuesta muestra que a mayor edad se suele tomar más a broma el tema. "Eso pasa con las personas más reprimidas: tomarlo a broma funciona como un atajo para correrse de un lugar que, equivocadamente, se cree perverso", acota Arias.
Inmersos en la búsqueda de un plus de excitación, los encuestados optaron por las películas triple X, en el caso de los hombres, en tanto ellas eligieron los juguetes eróticos. Los recursos menos excitantes resultaron la pornografía vía Internet y las revistas pornográficas. ¿Por qué? Arias explica que "las películas son el estímulo ideal de la intimidad de la pareja, en la tele, en la cama; y los juguetes son los estimuladores clitorianos preferidos de las mujeres. En cambio, la pornografía online y las revistas son clásicos del consumo unipersonal".
Recordemos cómo arrancó esta encuesta: que el 64% de los encuestados dijo que tuvo fantasías y que las concretó; y que el 70% lo hizo con su pareja. En el final, el sondeo les preguntó cómo definirían su sexualidad. Con esos antecedentes, el resultado era de esperar: el 41% respondió que es excitante.
En números
Un estímulo para la vida sexual
* El "menage a trois" es la principal fantasía erótica: 40% de las mujeres y 31% de los hombres. Le sigue el sexo grupal (17% y 15%). Si hay buena comunicación en la pareja, las fantasías pueden ser un arma para combatir la rutina.
* Utilizar disfraces o juguetes eróticos en la cama: 9% (12% de mujeres y 5% de hombres).
* Tener relaciones con alguien de raza negra u oriental: 9% (13% de hombres y 6% de mujeres).
* Intercambiar parejas: 7% (11% de hombres y 4% de mujeres).
* Sexo en lugares públicos: 7% de hombres y mujeres.
* Vivir una experiencia homosexual: 5% (5% de mujeres y 4% de hombres).
* Engañar a su pareja con su cuñado/a: 4% (6% de hombres y 1% de mujeres
Opinión
Las claves
Los expertos consultados por Clarín afirman que las fantasías son el condimento de la pareja. Y aportan algunas claves para dejarlo correr.
"Como en las comidas, si se condimenta demasiado se puede arruinar su gusto. El punto es que el estímulo, antes que la estimulación, sea lo prioritario, porque cuando la búsqueda se enfila a obtener sensaciones fuertes y nuevas todo el tiempo, la pareja se puede destruir", comenta Enrique de Rosa.
"Muchas fantasías son eróticas en la imaginación y no en los hechos. Por eso lo ideal es usar algunas como recurso en la cama y guardarse otras para el regodeo de un espacio sin censura: la imaginación", sugiere Adriana Arias.
Para De Rosa, "cumplir una fantasía une enormemente a la pareja porque logran compartir un área secreta. Se logran abrir barreras, vencer tabúes, miedos, prejuicios e ideas como 'si quiere estar con otra persona es porque yo no le alcanzo, no me quiere'".
Dice Arias: "Sin fantasías, el sexo queda en el plano genital. El erotismo es otra cosa: se transita en el cuerpo, pero el motor está en la imaginación".
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fuente:entremujeres.com
26 comentarios - ¿Con qué fantasean las mujeres?
tengo las sogas y las esposas para cuando quieras 😉
si? bueno jaja 😛 gracias por comentar..
😉
que bueno, te felicito 😉
de nada panchito
guau! 😃
sii me re claientan los videos de casadas cn maniceros qeu cojen cn mas de 2 negros pijudos a la vex enfrente de el y lo hacen que le rompan el culo y lo obligan a chuparle lsa pijas negras y bolas gr andes y se le vburlan por el chizito y dsp se toma la leche de la concha de lamujer
increibl! 😃
😀
Gracias por compartir...
Ya te visite, ahora tu pasate por mis post, se que te gustaran...
Vamos Vampiresa yo te dare todo lo que te gusta y que tu ex nunca te dio, asi como se debe tratar a una linda putita...