FUENTE:http://www.laflecha.net/canales/curiosidades/200406151/
El primer museo del erotismo, cuyo centro de atracción es el pene del legendario monje Rasputín, abrió sus puertas en San Petersburgo, en una clínica de urología que espera con ello atender mejor a sus clientes. La exposición permanente está abierta al público, que puede admirar una impresionante colección de falos de cerámica y de imágenes libertinas, algunas de las cuales datan del siglo XIX.
Urólogo y sexólogo de 37 años de edad, Kniazkin sostiene que el ambiente del museo reconforta a sus pacientes y los hace ser "más optimistas y más serenos".
Solamente una parte de los cerca de 12.000 objetos eróticos que Kniazkin posee son expuestos en su clínica. "Guardo los objetos de valor en mi casa", reconoce.
Muchas de las piezas expuestas son regalos de pacientes, como una vieja fotografía en blanco y negro de una Venus Calipige contemplándose en un espejo, adquirida en Londres por un empresario ruso, o una pequeña escultura que representa un termómetro en el sexo de una mujer, obsequio del escultor Zurab Tseretelli.
En el museo, lo que acapara la atención del público es el pene de Grigori Rasputín. El sexo del monje, curandero y consejero del último zar de Rusia, cuyos excesos sexuales son legendarios, es conservado en una solución de alcohol.
Ante la vitrina dedicada a Rasputín, puede leerse: "Pene de Rasputín, asesinado en San Petersburgo la noche del 16 al 17 de diciembre de 1916. 28,5 cm".
"¿Es verdad lo que se dice, que mirarlo ayuda a combatir la impotencia?", pregunta un hombre, incrédulo, al doctor Kniazkin.
"Sin ninguna duda", responde sonriente el médico.
El primer museo del erotismo, cuyo centro de atracción es el pene del legendario monje Rasputín, abrió sus puertas en San Petersburgo, en una clínica de urología que espera con ello atender mejor a sus clientes. La exposición permanente está abierta al público, que puede admirar una impresionante colección de falos de cerámica y de imágenes libertinas, algunas de las cuales datan del siglo XIX.
Urólogo y sexólogo de 37 años de edad, Kniazkin sostiene que el ambiente del museo reconforta a sus pacientes y los hace ser "más optimistas y más serenos".
Solamente una parte de los cerca de 12.000 objetos eróticos que Kniazkin posee son expuestos en su clínica. "Guardo los objetos de valor en mi casa", reconoce.
Muchas de las piezas expuestas son regalos de pacientes, como una vieja fotografía en blanco y negro de una Venus Calipige contemplándose en un espejo, adquirida en Londres por un empresario ruso, o una pequeña escultura que representa un termómetro en el sexo de una mujer, obsequio del escultor Zurab Tseretelli.
En el museo, lo que acapara la atención del público es el pene de Grigori Rasputín. El sexo del monje, curandero y consejero del último zar de Rusia, cuyos excesos sexuales son legendarios, es conservado en una solución de alcohol.
Ante la vitrina dedicada a Rasputín, puede leerse: "Pene de Rasputín, asesinado en San Petersburgo la noche del 16 al 17 de diciembre de 1916. 28,5 cm".
"¿Es verdad lo que se dice, que mirarlo ayuda a combatir la impotencia?", pregunta un hombre, incrédulo, al doctor Kniazkin.
"Sin ninguna duda", responde sonriente el médico.
4 comentarios - La Poronga de Rasputin