Ella es Pelu. La conocí en la casa de un colega. Pasaba lasnoches con él en el barrio de Belgrano, CABA. Envidiaba a mi amigo que se comíaa esta piba a cambio de dejarle lugar en su casa, ya que ella era de unaprovincia de Cuyo. Había venido a probar suerte a BsAs y se enrollaba con todoaquel que le diera algo que ella necesitara. En esos momentos era amante de unreconocido periodista político, que aún hoy es muy, muy reconocido.
Después de indagarme si tenía novia o esposa y en dondevivía, nos cruzamos los celulares. En menos de una semana quedó en que iba avisitarme. Así fue. Llegó ella con un bolso enorme. No hacía falta darse cuentaque me había elegido para pasar unos días en mi casa a cambio de sexo. Así desimple.
En esos tiempos yo tenía varias chicas que compartían lacama conmigo. Por un lado me preocupaba que con ella en casa se me acabarían lasdemás historias, pero por otro lado un par de semanas con Pelu, no eran paradespreciar.
Así vivimos aquellos días. Cogiendo cada noche ypreguntándonos qué había hecho cada uno en su día. A los pocos días conoció unfotógrafo y ella se fue con él a cambio de unas fotos. Hasta que el fotógrafose cansó y la mandó otra vez a mi casa. Ella comenzó a volver cada vez másalcoholizada y así y todo siempre cumplía con el pacto de:
una noche por unpolvo.
El interés fue disminuyendo y comencé a rogar que novolviera la próxima noche. Y al cabo de unos días, así sucedió. Pelu se fue a vivir a casa de una amiga ynueva amante. Eran dos bellezas tremendas. Nunca pude meterme en la cama conlas dos.
Después de algunas semanas, yo me fui de esa casa y comotenía contrato de alquiler por un año y medio más, le ofrecí si quería irse avivir ahí. Comenzó pagando el alquilerpor tres meses más y después…adivinen qué….no lo pagó más y sin embargo siguióviviendo hasta el final del contrato. El dueño estaba super agradecido por elcambio de “inquilino”. Años después lo encontré y me contó la estadía de Peluen su departamento. Me alegré que ambosse hayan divertido tanto…En fin…hoy Pelu es una señora seria y que vive en unpaís escandinavo.
Después de indagarme si tenía novia o esposa y en dondevivía, nos cruzamos los celulares. En menos de una semana quedó en que iba avisitarme. Así fue. Llegó ella con un bolso enorme. No hacía falta darse cuentaque me había elegido para pasar unos días en mi casa a cambio de sexo. Así desimple.
En esos tiempos yo tenía varias chicas que compartían lacama conmigo. Por un lado me preocupaba que con ella en casa se me acabarían lasdemás historias, pero por otro lado un par de semanas con Pelu, no eran paradespreciar.
Así vivimos aquellos días. Cogiendo cada noche ypreguntándonos qué había hecho cada uno en su día. A los pocos días conoció unfotógrafo y ella se fue con él a cambio de unas fotos. Hasta que el fotógrafose cansó y la mandó otra vez a mi casa. Ella comenzó a volver cada vez másalcoholizada y así y todo siempre cumplía con el pacto de:
una noche por unpolvo.
El interés fue disminuyendo y comencé a rogar que novolviera la próxima noche. Y al cabo de unos días, así sucedió. Pelu se fue a vivir a casa de una amiga ynueva amante. Eran dos bellezas tremendas. Nunca pude meterme en la cama conlas dos.
Después de algunas semanas, yo me fui de esa casa y comotenía contrato de alquiler por un año y medio más, le ofrecí si quería irse avivir ahí. Comenzó pagando el alquilerpor tres meses más y después…adivinen qué….no lo pagó más y sin embargo siguióviviendo hasta el final del contrato. El dueño estaba super agradecido por elcambio de “inquilino”. Años después lo encontré y me contó la estadía de Peluen su departamento. Me alegré que ambosse hayan divertido tanto…En fin…hoy Pelu es una señora seria y que vive en unpaís escandinavo.
1 comentarios - La historia real de estas fotos: Pelu en Paternal, año 2008