El suave masaje de mis dedos, el agua entrando y saliendo por mis poros y el olor de las sales de baño hacen que mi imaginación te invente al otro lado de la puerta espiando todos mis movimientos. Ha empezado a sonar una música en mi interior que me marca un ritmo suave y me incita en mi nueva aventura. Voy a conocerme delante de ti y a descubrirme para mí y para ti.
Mis manos han empezado a rozar los pezones y descubren una piel suave que esconde mil sensaciones cuando aprietan los jugosos pechos que los rodean. Los dedos, más juguetones que de costumbre, parecen tener vida propia y querer investigar todos aquellos rincones hasta ahora desconocidos. Siguiendo órdenes de mi subconsciente , se dejan llevar por todo mi cuerpo en una búsqueda de puntos mágicos y fantásticos, que al tocarlos parecen estar conectados a un botón que crece con cada descubrimiento.
En mi interior el calor se ha convertido en fuego. Mis pechos vuelven a reclamar atenciones que mis manos gustosas les dan. Intento rozar los pezones erectos con mi lengua y cuando lo consigo la sensación de humedad caliente me embarga toda. Mis piernas se han abierto automáticamente y mis instintos se han concentrado en la parte más interna de mis muslos. Como queriendo apagar su sed empujo el agua hacia mi interior, pero solo consigo más y más ansiedad. De las puntas de mis dedos gotas van cayendo sobre mi botón mágico y parece que mis orificios responden a ese goteo con un tímido pálpito.
Ha llegado el momento de saciar todos mis apetitos y cojo del cajón un vibrador que introduzco sin miramientos en la boca de mi coño, que lo succiona con todas sus fuerzas hasta el fondo. Un espasmo de placer me ha recorrido y sólo ha sido el comienzo. Ahora muevo mis caderas lentamente al ritmo de una música imaginaria que me lleva a notar todos mis rincones ocupados por este gigantesco forastero que acaricia mi vagina.
Las manos no se ponen de acuerdo y mientras una sigue insistiendo en separa mi pezón del reto del pecho de la forma más deliciosa imaginable, la otra toca, como si de un mensaje en morse fuera, el botón de mis secretos. Mensaje recibido. Estoy a punto para el desenlace. Mis caderas han aumentado el ritmo y el miembro que está en mi interior lo sigue sin perder el compás. Sí, sí, sí. Mi espalda se arquea, de mi boca sale un suspiro hondo y profundo y el orgasmo ha sido completo. Millones de espasmos recorren ahora todo mi cuerpo haciendo que el final se alargue unos segundos más. Cuando por fin me relajo, el agua caliente sobre mi piel me mece como en un sueño.
en fin nos bañamos juntos ???
Mis manos han empezado a rozar los pezones y descubren una piel suave que esconde mil sensaciones cuando aprietan los jugosos pechos que los rodean. Los dedos, más juguetones que de costumbre, parecen tener vida propia y querer investigar todos aquellos rincones hasta ahora desconocidos. Siguiendo órdenes de mi subconsciente , se dejan llevar por todo mi cuerpo en una búsqueda de puntos mágicos y fantásticos, que al tocarlos parecen estar conectados a un botón que crece con cada descubrimiento.
En mi interior el calor se ha convertido en fuego. Mis pechos vuelven a reclamar atenciones que mis manos gustosas les dan. Intento rozar los pezones erectos con mi lengua y cuando lo consigo la sensación de humedad caliente me embarga toda. Mis piernas se han abierto automáticamente y mis instintos se han concentrado en la parte más interna de mis muslos. Como queriendo apagar su sed empujo el agua hacia mi interior, pero solo consigo más y más ansiedad. De las puntas de mis dedos gotas van cayendo sobre mi botón mágico y parece que mis orificios responden a ese goteo con un tímido pálpito.
Ha llegado el momento de saciar todos mis apetitos y cojo del cajón un vibrador que introduzco sin miramientos en la boca de mi coño, que lo succiona con todas sus fuerzas hasta el fondo. Un espasmo de placer me ha recorrido y sólo ha sido el comienzo. Ahora muevo mis caderas lentamente al ritmo de una música imaginaria que me lleva a notar todos mis rincones ocupados por este gigantesco forastero que acaricia mi vagina.
Las manos no se ponen de acuerdo y mientras una sigue insistiendo en separa mi pezón del reto del pecho de la forma más deliciosa imaginable, la otra toca, como si de un mensaje en morse fuera, el botón de mis secretos. Mensaje recibido. Estoy a punto para el desenlace. Mis caderas han aumentado el ritmo y el miembro que está en mi interior lo sigue sin perder el compás. Sí, sí, sí. Mi espalda se arquea, de mi boca sale un suspiro hondo y profundo y el orgasmo ha sido completo. Millones de espasmos recorren ahora todo mi cuerpo haciendo que el final se alargue unos segundos más. Cuando por fin me relajo, el agua caliente sobre mi piel me mece como en un sueño.
en fin nos bañamos juntos ???
8 comentarios - nos bañamos juntos ???