Mi hermana está embarazada, no se si de mi padre o mío

Mi hermana en condiciones normales parece una chica más, aunque a mi juicio es bonita, pero una más. Sin embargo, producida, y con "pitadas" de alguna mezcla verde o gris de flores y hojas secas resquebrajadas.
se enciende y brilla.

A pesar que hasta ese momento no había nada más que la relación familiar, la veía algo diferente, estaba más audaz y eso me tomó por sorpresa, ella exclamó ¡Si tan solo pudiera cambiar el hecho de que estamos relacionados! "Un nudo creció en mi garganta. .

¡De todos modos eso no impide ninguna cosa! Respondí, pero en el acto lo pensé mejor, "Ni continuar fumando y menos aún, jugar nuestros juegos",Aclaré pero.. No podía tragarme eso, el corazón golpeando en mi pecho exclamó ¿Qué ???? Dije ... Me sorprendió, aquí estaba con una de las mujeres más hermosas que tengo, una que he pensado en seducir tantas veces, pero siempre me lo quito de la cabeza porque ella es nada más y nada menos que, mi hermana ... .

Además, siempre cuando se me cruzaba por la cabeza tirarme un lance, y me ponía realmente "fastidioso", ella lo presentía y cancelaba toda presunta "onda", sin discusión alguna, pero sin dejarme en evidencia, me cortaba de forma simple e inteligente, cualquier "mambo". Ahora sin embargo, jugueteaba con su atuendo, bajándose la tanga, abandonando el "faso" y disponiendo un show o espectáculo privado

No se sentía avergonzada, comenzó a realizar una rutina tipo desnudista, yo no sabía como actuar, ni reaccionar. Al bailar se levantaba esa remera diminuta que llevaba puesta y producto de ser tan corta esa prenda, asomaban por debajo de la misma, sus pechos exuberantes. .

Me tomó de la mano y pasamos al cuarto de baño, en donde sin mediar palabra, se quitó la ropa y se metió dentro de la bañera o tina de baño, yo seguía sin comprender si aquello era un juego, si me estaba haciendo una cámara oculta, aunque "super zarpado" y/o que realizaba alguna otra actuación y/o estaba muy drogada.
Se enjabonó rápidamente su cuerpo, aunque la espuma no me impedía verla totalmente en cueros.

Yo absorto la observaba fijamente impávido y aturdido. Pero, como explicarlo, no era que estaba tomando un baño normal y natural, estaba exagerándolo, transformándolo en sugestivo, erótico, se masajeaba las tetas de manera exacerbada, como parodiando a alguna vedette, de aquellos viejos teatros de revista.

Y así como se metió a la bañera, salió de ella, estaba como proactiva, rápidamente se secó y comenzó una comedia de enredos con los cambios de ropas. Se ponía una blusa, luego se la sacaba y se ponía un top, pero no la convencía y amagaba a sacárselo y se arrepentía y se lo volvía a poner otra vez.

Al instante nuevamente producía otro cambio pero drástico y se vestía con lencería sexy. Todo acompañado con mordidas de labios, miradas sensuales, y poses, con ademanes sexuales, se apretaba los senos, brincaba para balancearlos delante mío.
Tanto hizo, que no me quedaron dudas que pedía a gritos, que yo actuara.
Lo primero a que atiné fue a abalanzarme sobre ella y agarrar sus "ubres", esas fabulosas "gomas".

Al hacerlo, se tranquilizó por un momento, ella no dijo nada, no emitió sonido, ninguna palabra, sólo sus ojos muy abiertos, dulces, y una mueca parecida a una sonrisa se instaló en su rostro, esos signos me indicaron que hice lo correcto, lo que ella esperaba.
Sin embargo, se retiró, se incorporó y se puso otra ropa interior.
Yo hablé, y en tono de broma exclamé ¡No se si todo lo que estás haciendo es para que vea que tenés mucha lencería o no entendí algo!

Ella, mi hermana, sin responder con palabras, se arrodilló frente a mi, desabotonó mi bragueta agarró mi poronga y la comenzó a chupar. Lo hizo como todo lo anterior, por un breve espacio de tiempo. Luego se detuvo y se retiro del cuarto.
De locos, todo lo que se había disparado en minutos.

Me quedé en el fregadero con un vaso de agua, mirando por la ventana el letrero de neón de la licorería de 24 horas al otro lado de la calle. Parpadeó rítmicamente. Fue una agradable distracción luego del arrepentimiento que llenó mis pensamientos.
Mi hermana y yo estábamos en esa licorería más temprano en la noche. Habiendo sido abandonada, me buscó por consuelo. Recogimos nuestras bebidas, luego regresamos para acomodarnos en el sofá de su departamento.

Las horas pasaron Vimos algunas películas, escuchamos algo de música. Hablamos mucho. Ella se rió y lloró mucho. Entonces la besé. Fue rápido, y no un beso irregular entre hermano y hermana. Solo algo para consolarla cuando lo necesitaba. Pero comenzó algo.
En un momento de debilidad, borracha, algo fumada, nos lanzamos el uno al otro.

Con las manos a tientas y explorándose mutuamente y arrancándose la ropa mientras las bocas se apretaban, y las lenguas se enredaban.
Me cogí a mi hermana. Y no fue una cogida gentil. Eramos ruidosos y rudos. Garchamos salvajemente por todo su departamento durante casi (2) dos horas. Y cuando los dos estábamos completamente gastados, nos desmayamos en el sofá. Mi semen todavía goteaba de su cuerpo.

Desperté unas horas después. Todavía estaba oscuro y mi cabeza latía con fuerza. Al encontrar a mi hermana desnuda en mis brazos, una ola de vergüenza y culpa me invadió. Salí tan rápido como pude. Necesitaba un poco más de agua
Mientras estaba allí, todavía desnudo, mirando el letrero de neón parpadeante, escuché sus pasos detrás de mí. Mantuve mis ojos hacia adelante. No pude mirarla. Ella se acercó por detrás de mí y me abrazó. Se presionó contra mi espalda. Podía sentir sus pezones duros en mi piel.

Podía sentir que mi verga comenzaba a endurecerse nuevamente, a pesar de mí mismo.
"Gracias" susurró, descansando su cabeza sobre mi espalda. "Yo necesitaba esto."
"No debería haber sucedido ..." dije fríamente. Ella solo me abrazó más fuerte.
“Pero lo disfrutaste. Sé que lo hiciste. Puedo estar borracha, pero sé cómo se ve cuando un chico se está divirtiendo."
Mis dientes se apretaron.

La idea de que otros tipos se cojieran a mi hermana no era agradable. Pero ella tenía razón. Fue el mejor sexo de mi vida. Solo pensar en eso estaba haciendo que mi poronga creciera más y más.
Traté de mantener mi punto. "Eres mi hermana. No debería haber sucedido ". La sentí reír levemente. Su brazo alrededor de mi pecho se deslizó lentamente por mi cuerpo. Se acercó más y más, luego finalmente encontró mi pija. Sus dedos se envolvieron expertamente alrededor del eje, que ahora estaba completamente duro.
"Decime cuánto te gustó". Susurró mientras comenzaba a bombear mi poronga.
Dejé escapar un gemido silencioso.

Su mano se sintió increíble. Pero no dije nada. Ella se empujó firmemente contra mí. Sus senos estaban presionando contra mi espalda. Traté de ignorarlo, pero su mano se sintió increíble. "Decime ..." susurró de nuevo. “Decime cuánto ansiabas cojerme. Decime cuánto te encantó sentir la concha de tu hermana envuelta alrededor de esta hermosa chota ".

"Mierda ..." gemí. Estaba perdiendo mi determinación. "Me encantó", dije débilmente.
“Me encantó qué? Decime."
Suspiré "Hermanita ... sos una perra, ¿Lo sabés?"
Ella solo se rió mientras acariciaba mi choto más rápido. "Lo sé. Ahora decime."
"Me encantó.

"Me encantó cojerte. Me encantó garchar a mi hermana ”. Decir que era como quitarme un peso del hombro y al instante comencé a correrme, acabar. Gruñí cuando mi carga comenzó a disparar contra la puerta del armario frente a mí.
“Dios sí, dispará ese semen para tu hermana. Haz un desastre para mí ”. Ella gimió en mi oído cuando salía disparada de mí la guasca. Mientras las últimas gotas chorreaban de mi pija y bajaban por su mano, ella soltó mi choto. Me di la vuelta para mirarla.

Estaba respirando pesadamente mientras la veía lamer sus dedos limpios, sonriéndome.
"Esto todavía está mal, ya sabes", le dije, no tan seguro de mis palabras como antes.
Ella me sonrió y se encogió de hombros. "Tal vez. Pero no quiero que pare ". Hizo una pausa, cruzó los brazos y me sonrió. "¿Vos si?"
Caminé hacia ella, la agarré y la besé.

¡No me he corrido a tanta velocidad y en cantidades tan grandes en años! Con mis piernas convirtiéndose en gelatina, me senté contra los muebles. Me sentí casi enfermo: una mezcla de repulsión por lo que había hecho, culpa y placer sucio y fabuloso. Miro mi poronga encogida, goteando semen sobre ella. Lo deslizo adentro para que ella se la absorba, toda aquella pegajosidad. El olor de mi sudor y esperma llenaba el desván.

Ella estaba jadeando suavemente, tratando de aferrarse a su hermano mientras él se inclinaba y ella sabía lo que vendría. Ella ya sabía cuándo lo llamó por primera vez.
"Eso es por tomar tanto tiempo para llegar aquí". Afirmé, mientras trataba de recuperarme.

"Oh, Dios, claramente eres un semental caliente". Aseguró ella. "Me hiciste gemir mientras me hacías saltar sobre tu pito, penetrándome profunda y duramente".
Ella no esperaba que la cita con su hermano resultara así, perfecta. Garchándola en el departamento de su ex amante?, Pero ¿Quién era ella para quejarse? Después de todo, ella era una futura madre soltera frustrada y la última vez que alguien la folló así fue cuando la impregnó ¿Preñándola?. Ella gimió sin vergüenza, sin preocuparse por las personas que definitivamente podían escuchar sus gemidos y gruñidos, lo único que le importaba era la gran verga venosa de su hermano dentro de ella en ese momento.

"Se ve delicioso". Dije mientras la veía caminar hacia la cocina, con una sonrisa en los labios cuando uno ve a la chica parada allí, su hermana haciéndole el desayuno en bragas y sus pezones desnudos. Ella se da vuelta, con un suave sonrojo cubre uno de sus pechos y el otro lo esconde tras una factura, una dona. Parecía tan inocente, con todo ese rostro hermoso, pestañas largas, oscuras y grandes ojos redondos, marrones.
Ella era su pequeña hermanita, como un pequeño ciervo y él era el depredador, viéndola como su presa. Sabía que ella estaba lejos de ser inocente después de anoche. La llenó de esperma caliente y pegajosa varias veces mientras estaba en su cama y no pudo detenerse mientras ¿Plantaba su semilla dentro de su útero?.
"Hola nena", dije, de pie entre sus piernas. Así le gustaban sus chicas: medio desnudas, piernas abiertas y/o en la cocina, listas para llenarse con su semilla. "¿Listo para otra ronda?"

Ella accedió mientras tomaba coraje para su confesión.
Un gruñido animal deja salir de sus labios tan pronto como siente que sus bolas se tensan una vez más, bombeando una carga caliente de esperma dentro de su dulce boca. "Mmm, buena chica".

Esto estuvo mal. Tan equivocado. Sin embargo, no pude mantenerme alejada de él por mucho tiempo. Ansiaba sus manos sobre mí, su toque acalorado, sus palabras sucias.
Así es como me había metido en esta posición. La otra mujer, su oscuro enlace. Estaba mal, pero la emoción de que nos atraparan solo aumentó la experiencia.
Comenzamos cuando le enseñé a chatear en las redes sociales y pronto se convirtió en algo más, algo palpable, un sentimiento de pertenencia a él. Yo quería ser suya. Lo necesitaba.
Ahora aquí estaba, inclinada sobre sus manos electrizantes mientras apretaban mi trasero. Mi concha me dolía, empapando mis bragas. Testimonió ella. Ante el desconcierto de su hermano

¡De qué estás hablando! Exclamé. Ella prosiguió
No podía creer que estaba haciendo esto. Un hombre casado, un alma inquieta, un hombre del que no podía mantenerme alejada.
Por favor no pienses mal de mí. Lo intenté. Juro que lo hice. Pero él era como un imán que me arrastró a su alcance y no me soltó. No quería dejarlo ir.
Su voz retumbó a través de mi cuerpo enviando una emoción por mi columna vertebral mientras tiraba de mi cabello y golpeaba mi trasero. Ronroneando, miré los exuberantes globos que alargaban mi erección dura, dándome vueltas al sentir lo emocionado que me hacía sentir.

Dios, su pija. Cómo la ansiaba, la anhelaba, la imaginaba hundiéndose en mí, noche tras noche. Bajándome como pensaba en él, en nuestro pecado. Y ahora era mío. Ahora iba a obtener lo que más quería.
"Inclínate sobre mi, niña, papá quiere su regalo".
"Ohhh, sí", respiré y me arqueé hacia él cuando me mordió la garganta. Él se rió y mi concha se estremeció.
"¿Necesitas a papá?"
"UH Huh."
Sus manos ahuecaron mis pechos, apretándolos y acariciándolos mientras continuaba hablando conmigo, excitándome con sus palabras.
“Papi también te quiere, pequeña. Él quiere tanto a su pequeña hija. Declaró ella

Me quejé cuando él apretó las puntas de mis pezones, haciéndome estremecer contra él. Estirándolos, tiró de las puntas haciendo que mi cuerpo se sacudiera por el placer y el dolor.
Él tarareó en aprobación cuando grité su nombre.
Lamió y mordisqueó mi clavícula mientras rápidamente guiaba los tirantes de mi vestido por mis hombros. Mordiendo mi carne mientras iba. Desnudándome tan lentamente que quería gritar por la frustración sexual. Pero al mismo tiempo no quería que se detuviera.
Nunca antes me habían adorado y me encantó cada segundo mientras me derretía en sus manos.
Tiró de la cremallera de mi vestido muy lentamente, iluminando cada celda de mi cuerpo. Tiró ligeramente del material hasta que el vestido se agrupó en mis pies. Mis generosas tetas expuestas y mi trasero desnudo, solo por y para sus ojos. Para él sólo.
"Qué hermoso", susurró y dejó que su lengua se arrastrara por el costado de mi cuello hasta que estaba chupando el lóbulo de mi oreja, mientras otra mano recorría mi vientre.

"¿Mi pequeña está mojada por papá?"
"Sí, papá", mis manos aterrizaron en sus muslos, apretando el material de las piernas de sus pantalones mientras sus dedos se deslizaban por mi raja húmeda.
“Carajo, muy húmedo para mí. Mi pequeña calentona Tan suave, como terciopelo mojado para papá. Papi va a destruir este dulce culito, pequeña. Voy a hacerte rogar. Voy a hacerte mía ".
"Nnngh", gemí cuando él acarició mi clítoris. Su dedo bordeó mi entrada, haciéndome temblar en sus brazos.
"Apuesto a que esta vagina necesita una poronga", su dedo medio rodeó mi clítoris y yo maullé desesperadamente en sus brazos.
"Dime, ¿De quién quieres una pija?"
"De vos", susurré. Las palabras apenas me dejaron los labios cuando su mano se alzó, golpeando mi vulva. El aguijón me hizo inclinarme hacia atrás, abriendo más mis muslos para él.
"¿De quién?" Gruñó mordiendo el lóbulo de mi oreja.
"De Papi", le susurré una y otra vez, me dio una palmada en el culo.
"Una vez más", se enfundó contra mi cuello.
"¡Papá!"

"¡Más fuerte!" Su azote hizo que mis piernas cedieran, así que se sentó en su silla de cuero y me arrastró con él. Estaba mirando hacia adelante en su regazo, su pecho desnudo, su verga fuera de los confines de sus pantalones, mi vulva mojada deslizándose a lo largo de su grosor, las venas latiendo, el eje temblando mientras giraba mis caderas deslizando mi miel por todas partes, mientras sus dedos seguían sacudiendo mi clítoris y azotándolo.
"¡Dilo otra vez! Dime, ¿A quién pertenece este cuerpo?
"¡Oh! ¡Si! Papi ¡Te pertenezco! ”Grité cuando sus dedos comenzaron un ritmo frenético e incesante en mi clítoris y mis caderas saltaron hacia adelante mientras la sensación exquisita me hizo arquearme hacia atrás. Mis piernas se levantaron, mis dedos de los pies se curvaron y un grito de éxtasis se escapó de mis labios cuando papá me desvirgó y llevó a mi primer orgasmo.