La galesa Debbie Delamar tiene 34 años, es casada, trabajadora y madre de dos hijos, y lleva una vida que podría considerarse poco glamorosa. Sin embargo, ha ganado celebridad gracias a sus enormes pechos. “Me encanta que se vean tan artificiales”, asegura.
Esposa de un oficial del ejército del Reino Unido, Debbie vive junto a su familia en la localidad de Brecon, Gales. Hace seis años decidió que quería ser dueña de los senos más grandes del país, y al cabo de tres procedimientos quirúrgicos, lo logró. Actualmente usa sujetadores HH, que apenas contienen a sus senos de más de 30 centímetros de diámetro.
La primera intervención se la realizó en Chipre, en donde su marido había sido destacado por las fuerzas armadas.
Según consigna Daily Mail, Debbie se topó con dificultades el año pasado, cuando quiso someterse a su tercer y hasta ahora último incremento mamario. En sus declaraciones, cuenta que no daba con ningún cirujano dispuesto a cumplir con su pedido, hasta que una clínica privada de Higgate se avino a hacerlo.
Ella asegura que pretende hacer que sus senos crezcan más, aunque ya los médicos le han dicho que superó las posibilidades de colocarse implantes. La alternativa es entonces viajar a EE.UU., donde podrían inyectarle una solución salina que haría crecer sus senos todavía un poco más.
Actualmente, su voluminoso busto acumula casi tres litros de silicona, y el peso y volúmen del mismo resulta desproporcionado para su estatura, que apenas supera los 150 centímetros.
"La gente me mira donde quiera que vaya, pero lo disfruto. Me encanta el aspecto falso de mis pechos y quiero que sean lo más grandes posible. Sé que no soy la típica esposa de militar, ni una madre convencional, pero no le hago daño a nadie", asegura.
En realidad, podría decirse que sí hace daño a alguien, y es a sí misma. Debbie admite que el tamaño de sus senos le acarrea algunas dificultades. Por ejemplo, no le resulta sencillo aplaudir, ni realizar tareas que requieren colocar sus manos delante del pecho, y cuando usa tacos tiene problemas de equilibrio que no le sucedían cuando su busto era natural.
"En casa mi marido es quien plancha la ropa", explica a mujer, agregando que su compañero también se encarga de varias tareas que a ella le resultan difíciles por causa de sus senos.
Además, cuenta que en su trabajo en una fábrica de autopartes su asiento debió ser corrido bastante hacia atrás para que sus pechos no interfirieran en la línea de montaje.
Por otra parte, sus enormes senos no solo han satisfecho un deseo personal: también han comenzado a generar ganancias. Debbie tiene numerosos admiradores en las redes sociales, y cobra 35 libras (casi 1.400 pesos) por enviar una foto suya en topless.
Esposa de un oficial del ejército del Reino Unido, Debbie vive junto a su familia en la localidad de Brecon, Gales. Hace seis años decidió que quería ser dueña de los senos más grandes del país, y al cabo de tres procedimientos quirúrgicos, lo logró. Actualmente usa sujetadores HH, que apenas contienen a sus senos de más de 30 centímetros de diámetro.
La primera intervención se la realizó en Chipre, en donde su marido había sido destacado por las fuerzas armadas.
Según consigna Daily Mail, Debbie se topó con dificultades el año pasado, cuando quiso someterse a su tercer y hasta ahora último incremento mamario. En sus declaraciones, cuenta que no daba con ningún cirujano dispuesto a cumplir con su pedido, hasta que una clínica privada de Higgate se avino a hacerlo.
Ella asegura que pretende hacer que sus senos crezcan más, aunque ya los médicos le han dicho que superó las posibilidades de colocarse implantes. La alternativa es entonces viajar a EE.UU., donde podrían inyectarle una solución salina que haría crecer sus senos todavía un poco más.
Actualmente, su voluminoso busto acumula casi tres litros de silicona, y el peso y volúmen del mismo resulta desproporcionado para su estatura, que apenas supera los 150 centímetros.
"La gente me mira donde quiera que vaya, pero lo disfruto. Me encanta el aspecto falso de mis pechos y quiero que sean lo más grandes posible. Sé que no soy la típica esposa de militar, ni una madre convencional, pero no le hago daño a nadie", asegura.
En realidad, podría decirse que sí hace daño a alguien, y es a sí misma. Debbie admite que el tamaño de sus senos le acarrea algunas dificultades. Por ejemplo, no le resulta sencillo aplaudir, ni realizar tareas que requieren colocar sus manos delante del pecho, y cuando usa tacos tiene problemas de equilibrio que no le sucedían cuando su busto era natural.
"En casa mi marido es quien plancha la ropa", explica a mujer, agregando que su compañero también se encarga de varias tareas que a ella le resultan difíciles por causa de sus senos.
Además, cuenta que en su trabajo en una fábrica de autopartes su asiento debió ser corrido bastante hacia atrás para que sus pechos no interfirieran en la línea de montaje.
Por otra parte, sus enormes senos no solo han satisfecho un deseo personal: también han comenzado a generar ganancias. Debbie tiene numerosos admiradores en las redes sociales, y cobra 35 libras (casi 1.400 pesos) por enviar una foto suya en topless.
3 comentarios - Ebbie Delamar, la dueña de los senos más grandes del mundo