Después de algún tiempo vuelvo con este poema de mi autoría acompañado por algunas imágenes. Espero les guste.
Condenados a consumirnos en adobo de sudor, frenesí, lujuria y pasión.
Mi cabeza había de atormentarme, por un recuerdo recuerdo de la felicidad que era prohibida y provocada en otros interminable dolor.
Solos en las oscuridad, las sábanas cubrían funestas miradas que en nuestra moralidad revelan inmensa pesadumbre ajena.
Profundos nuestros gemidos, inundan la habitación.
Olor a sexo invade la atmósfera, cargada de infinita lascivia.
Luctuoso y sombrío lugar, pronto fue convertido a fuerza de miradas cómplices y persistentes movimientos, en el mismo infierno carniforme.
Preámbulos carnales, gestos de lujuria sumergen nuestros rostros, Tus manos limaban mi espalda hasta el apetecible sangrado.
Tus ojos desfigurados de delirio me permitían contemplar carnalmente aquel lugar, caverna encendida como un gran crematorio sexual.
Sus llamas no prestan luz y las tinieblas del cuarto ofrecen narcótica adrenalina para descubrir en mi interior un demonio dormido que ya no habrá de morir.
Amor clandestino, sexo abolido, erotismo vedado, infinitos sinónimos de que nuestro amor no puede morar jamás notoriamente.
Mientras tanto sigamos, en nuestra lúgubre habitación rentada, aquella donde no llega el juicio.
Allí donde no hay tormentos, sino un diluvio de pasión y fuego alimentado por azufre, que arde sin consumirse.
Espero les haya gustado. Babocha
Infierno Carnal
Condenados a consumirnos en adobo de sudor, frenesí, lujuria y pasión.
Mi cabeza había de atormentarme, por un recuerdo recuerdo de la felicidad que era prohibida y provocada en otros interminable dolor.
Solos en las oscuridad, las sábanas cubrían funestas miradas que en nuestra moralidad revelan inmensa pesadumbre ajena.
Profundos nuestros gemidos, inundan la habitación.
Olor a sexo invade la atmósfera, cargada de infinita lascivia.
Luctuoso y sombrío lugar, pronto fue convertido a fuerza de miradas cómplices y persistentes movimientos, en el mismo infierno carniforme.
Preámbulos carnales, gestos de lujuria sumergen nuestros rostros, Tus manos limaban mi espalda hasta el apetecible sangrado.
Tus ojos desfigurados de delirio me permitían contemplar carnalmente aquel lugar, caverna encendida como un gran crematorio sexual.
Sus llamas no prestan luz y las tinieblas del cuarto ofrecen narcótica adrenalina para descubrir en mi interior un demonio dormido que ya no habrá de morir.
Amor clandestino, sexo abolido, erotismo vedado, infinitos sinónimos de que nuestro amor no puede morar jamás notoriamente.
Mientras tanto sigamos, en nuestra lúgubre habitación rentada, aquella donde no llega el juicio.
Allí donde no hay tormentos, sino un diluvio de pasión y fuego alimentado por azufre, que arde sin consumirse.
Espero les haya gustado. Babocha
10 comentarios - Infierno carnal
Hermoso poema para un tremendo dilema....felicitaciones, mañana dejaré puntos
Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
Olor a sexo invade la atmósfera, cargada de infinita lascivia.
Sin esos gemidos, sin ese aroma, no vale la pena!
Maravilloso Post!