el renacer de un amor verdadero

hola a todos aquí estamos de nuevo después de muchos percancespero aqui estamos que es lo que importa

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Aquel era el lugar, desde hacía ya un año, fundía como sitio de encuentro. Por horario y tiempo la imaginación transformaba la mañana en noche y la piel, inclusive, se erizaba con el abrigo de los primeros rayos del sol y la briza mañanera, haciendo creer que estos elementos pertenecían a la noche.
Todo se transformaba día a día, ellos eran o aparentaban, perfectamente, una normalidad aburrida nadie podría imaginar que en sus mentes se hallaba un pervertido sexual y una psicópata bipolar en potencia, sin embargo no hacían daño a nadie ya que canalizaban los deseos más fuertes entre las sabanas.
Esto era lo que pensaba Isabel cuando caminaba por el rayado de aquella avenida olvidada. Pero, él solo podía oler y sentir en su imaginación y piel a aquella mujer que desde la infancia más traviesa lo acompaña, porque fue en sus brazos y piernas delgadas que vivió la pasión y el amor desmedido, porque fue a través de sus flujos que pudo probar el vino sagrado de los dioses, porque en cada posibilidad de penetración surgía el deseo con mayor intensidad. Sin embargo, él lo que más deseaba era un beso, un beso húmedo y apasionado, un beso que le devolviera la vida, el existir y la razón de ser. Todo esto lo pensaba Jonathan mientras iba en la camioneta sentado al lado de una señora de mediana edad.
Sí, era cierto que aquel hombre se sentía con temor y miedo; de todos modos a partir de ese momento todo iba a cambiar, todo.
Isabel terminó de cruzar la calle y Jonathan de llegar a aquel lugar de encuentro reconocible. Se reconocieron y en ambos brotó una sonrisa pícara y perversa que solo, ellos, solo ellos podían descifrar. Así ambos se enrumbaron a Don Nicolás, lugar que era el recinto de sus encuentros llenos de amor, lágrimas, risas, odios y deseos.
Sin esperar más tiempo, ambos suben las escaleras empinadas y llegan a la reja, ambos entran, él cancela y suben a la habitación 17. Solo basto entrar y ella en su pasión y amor arremete contra él y lo besa desesperadamente, lo acuesta en la cama y sin ningún aviso lo escupe en la cara, él desesperado y emocionado jadea intensamente y busca los labios de ella; ambos caen en un beso lleno de lujuria y deseo.
Con calma no te desesperes, siente mis manos en tu cuerpo, siente mi deseo incesante lleno de perturbación por tu cuerpo. No, puedo esperar no entiendes? Necesito tocarlo siquiera, déjame pasar por ellas el roce de mis manos. Ohh, dice él cuando siente que ella lo escupe en su boca, con el propósito de que le permita tocar aquellas uvas gigantes, que son sus preferidas. Las huele, y siente que su alma sale y entra de forma intempestiva, su pulso se estremece cuando llega hasta su gran objeto de deseo. Mientras que ella acaricia, besa y lame las bolas y el pene, él va tocando el ano de ella y con suaves movimientos circulares lo masajea, avanzan sus caricias hasta llegar al clítoris lo toca con suaves caricias y poco a poco introduce su dedo en el interior de la desesperada mujer. Mientras ella exasperada se encuentra absorbiendo y bebiendo de sus flujos más íntimos. Sus labios se agotan entre los besos insaciables que entre ambos se proporcionan, no hay duda ahí inicia la atracción del día.
Ella vuelve de forma paranoica y mama desesperadamente su pene, mientras ella busca su mirada le dice me encanta tu pene, adoro que me coja, su huevo es mi dueño y yo soy tu perra, quiero que me hagas de todo lo perverso que tu mente piense. Y él extasiado de deseo la subía a la cama y le mamaba el culo y la cuca, la penetraba con su lengua repetidas veces. Sube y la besa con humedad en sus labios, él la penetra y, pero ella toma el control y sube encima de él y va masajeando su pene entre su vagina, hasta que el desespero que el demuestra hace que ella se introduzca aquel pedazo de carne, grueso y lleno de mucho semen.
La mañana fue corta, para todo lo que se hizo, entre mamadas de culo por ambos, besos, saliva recorriendo ambos cuerpos y penetración anal el sadismo siempre estuvo desatado. Ambos probaron sus flujos, pero en esta ocasión ella escupió en su mano y el de allí bebió aquella saliva que tanto anhelaba, de igual forma él deja caer entre su boca de su saliva ambos de forma alocada lo disfrutan y lo gozan de forma intensa. Ellos saben que esa situación es excitante y estimulante, es genial todo.
Él sabe que sin aquella mujer que tan solo alcanza el metro y medio no puede vivir ella reconoce que la locura y el sexo que el le proporciona no puede existir. Ambos son uno ara otro, ambos pertenecen al otro. No hay nada ni nadie que pueda arrebatarle el infierno que para ellos es su paraíso; ambos se revuelcan entre sus propios flujos, ambos se llenan de ambos y su amor se eterniza. Ambos se aman.