Felina mi hija contándole todo lo sucedido en las últimas semanas y específicamente con el último día, con la llegada de su tío Prados y su primo Hector, extrañando a su hermano y llamándolo a la colimba, Leo desesperado, planeando desertar para estar con ella.
Aunque se cuidó de no decirle a su hermano como ella (Felina)actuaba con su padre, conformándose y dejándose "dedear" por este, mi esposo, (la necesidad tiene cara de hereje) pensaba ella, aunque no claudicó ni se dejó penetrar por él, en un primer momento.
No le dijo nada de como yo, Angélica, también estaba sufriendo la ausencia de mi hijo Leo, ya en el servicio militar y enojado conmigo y con remordimientos por haber sido tan excesiva con la determinación adoptada para con Julio (el ex amigo de mi hijo Leo) en otras palabras en absoluta abstinencia sexo genital.
Como yo, Angélica, trastornada por la falta de actividad genésica, andaba deambulando por la casa con transparencias, organzas y atuendos traslúcidos para despertar el interés de aunque más no sea del padre de mis hijos (Bruno) mi marido.
De como mi marido Bruno, intentando convencer a nuestra hija para lograr la penetración, pero, hasta un momento sin éxito, aunque luego logrando sus objetivos.
Bruno, mi marido viene por mi, el plan B, funciona para ambos (un roto y una descosida)
Bruno, mi marido satisfaciendo sus bajos instintos y los míos también, el muerto de hambre junto a las ganas de comer, aunque vean que no estaba bien dura.
Mi marido, siendo hasta amoroso conmigo, hasta nos besamos.
"Dedeándome" porque se le bajó al pelotudo!!
Hizo por fin reaccionar a su inmenso miembro, muy buena pija, pero, no tengo piel con él.
Tampoco le dijo Felina a su hermano, que llamó también a sus primos, este es Jorge, el hijo menor de mi hermana Lidia, que vino a intentar aplacar el hambre sexual de mi hija.
No lo logró, Felina, luego del primo, "jugueteó" también con la hermana de este, es decir, con su prima Graciela.
Yo Angélica, cojiendo con mi marido mientras permanece dura, pero al forro, conmigo se le baja.
Reanimándole la erección al infeliz, miren que buena pija al pedo.
Otra vez con la verga "gomosa" como jugar al billar con una soga en vez de con un taco!!!
Otra vez, con la chota triste, sólo con los dedos es hábil el cornudo este
Mírenme, yo inundada de pasión y deseo, necesito un macho, un hombre que me coja sin intermitencias, necesito a Leo!!!
Felina, luego que sus primos se fueran, se tira a dormir la siesta, allí recibe la visita de Bruno, su padre, con ella, el hijo de puta funciona bien.
Felina, quiere rechazarlo, pero, le genera atracción, ella lo ve parecido a su hermano, bah, lo reconoce como familiar, de hecho es su padre, y eso la puede, es un morbo, pero además le da confianza, la certeza de un conocido, alguien que sabe la cuidará, se siente protegida, segura que nada malo le pasará con él. Además de notar, que a ella le gustan los hombres adultos, con experiencia, mucho más grandes, los viejos la calientan.
Y accede, según ella misma por última vez a que se la ponga, toda esa inmensa verga, re dura en su interior, casi desgarrándola de placer.
Y la "trolita" hasta le entrega el orto, porque le encanta que la cojan por atrás, llega al orgasmo por ahí más fácil.
Y acaba como una yegua, bah, una potra, acaba, termina y eyacula como los varones, explota con un guazcaso, pero, antes toma recaudo y se baja de la cama porque moja las sábanas el colchón "squirt" creo le dicen a esa propiedad que sólo algunas tienen, entonces lo hacen en el suelo.
Y al "gato" de mi marido le encanta y parece "Duracel" sigue al palo, y vuelve a encestarla en el culo, cosa que a él lo delira.
Yo mientras tanto, hago a entrar al sodero a que me desagote, porque no pude acabar con el impotente de mi esposo, el negro me coje bien, bah, por lo menos no se le baja, pero a mi no me gusta, termino, pero me siento vacía, no es sólo sexo lo que necesito es sentirme amada, apreciada, o tener piel, con este sólo cojí y acabé.
Felina, le chupa la pija a su padre mientras piensa en su hermano Leo.
Y rememora momentos con él, como en la cocina, un lugar habitual de encuentros sexuales.
Yo también, me concentro en él, mi hijo Leo, para llegar al orgasmo con el sodero.
Y Bruno, mi marido, el padre de Felina, vuelve a encontrar a su hija y ella a "jugar" con él.
Y ella recuerda a su hermano, con el pelo corto con estilo militar
Y se pone en posición de sumisión para entregarse otra vez a su progenitor "contra natura" cosa que a este le encanta y a ella también.
Y el "moncho" sodero, se pone mimoso y quiere seguir, yo no lo quiero despreciar ahora que me saqué las ganas, para que no se ofenda y si lo necesito otra vez, me sirva. Así, mientras que como un yogur, le solicito se de una ducha, olía mal el negro del orto, me hace caso, y yo termino con el postre y me tiro a la cama mientras me excito con los dedos, para poder hacerlo con éxito y llegar a "venirme" otra vez. Me caliento y voy a su búsqueda en el baño. Me pongo de espaldas a él sobre el "vanitori".
El negro me ve y viene por mi a los empellones me posee por detrás.
Lo veo a través del espejo, pero dejo de hacerlo para concentrarme en la tarea de acabar. Mientras tanto mi hija Felina juega un juego de roles con mi marido
La hizo vestir de colegiala, con su viejo uniforme de escuela privada, con los ojos vendados le quita las "pantys" la bombacha del colegio.
Con la bombacha a medio bajar, a medias piernas, le chupa el culo y le frota el clítoris, cosa que hace delirar a la pendeja ninfómana.
Aún con la bombacha gacha, sigue su padre, mi marido, con una mano frotando el clítoris y con la otra introduciéndole los dedos en el orto.
Hasta que la sodomiza nuevamente, poseyéndola por detrás.
Yo, voy en busca del tercer y último polvo, demasiado para el partenaire, no por él, que seguro rendía más, si no por mi, que cada vez me calentaba menos, lo llevo a mi habitación y lo monto.
Llego al tercero, una marca formidable, aunque mínima para mi, que no bajo de trece a dieciséis polvos con alguien que me gusta como con mi hijo o su amigo Julio. Pero lo disfruto.
Felina es como yo, tiene esa fiebre uterina que parece ser característica de la familia, ya que a pesar de que con mi marido, su padre, se excita hasta el paroxismo, necesita cambiar de monta y llama a los otros primos, que en ausencia de Leo aprovechan y vienen a cojerla, es el caso de los primos Carlos y Hector, este último es el de aquél evento (ver "El tio y el primo vienen por la cuñada y la prima 7º";) y se la cojen entre ambos a la vez.
Felina sale satisfecha, pero desalineada, con todas sus ropas desarregladas, hasta rotas, pero feliz.
Felina se dirige hacia el quincho, para completar la jornada con la chota de su padre, con su concha dilatada la sabe mejor.
Yo, lo visto al sodero y le mordisquéo el instrumento que luego de varios orgasmo aún está más duro que la pija de mi marido conmigo en el primero, me acuerdo de eso y sonrió.
También feliz y en paz conmigo misma, me pongo a regar el jardín.
Felina incansable, se pone en la posición que enloquece a su padre y lo mira perversamente ¡Vení por lo tuyo! Dice la joven
El hombre, fuera de si, la da vueltas y la ensarta como chorizo de croto, de una, y ella gime, le pone caritas, que lo extasían a él.
Y se saca, y le pone el ímpetu de un joven de la edad de sus hijos, a veces teme morir cojiéndola, pero sigue igual, pensando, que sea lo que tenga que ser.
Yo, conforme pasan los días de ausencia de mi hijo, me descoco, y traigo otros extraños a la casa, esta vez, son dos vendedores ambulantes que llegaron a la puerta de mi domicilio, ni se que era lo que ofrecían, creo seguridad privada y/o alarmas y me los cojo a los dos juntos, creo que estoy derrapando mal...
Encima de todo, para colmo de males, no me cuido y dejo llenarme la cajeta de guasca, y los tipos no piensan, y yo tampoco.
Este, es otro nuevo "novio" el productor de seguros del auto, hacía mucho que notaba que le gustaba, pero, desde que estoy sola, sin Leo, sin su ex amigo Julio, no se que me pasa, mucho más esta familia no aguantará el devenir de los acontecimientos, ruego que pase algo, que haga que se modifique esto.
Felina, a pesar de ella, le pasa algo similar a mi, sigue con su padre, haciendo boberías, estamos mal.
Lo último que observé es que en el barrio se murmura del accionar de la casa, esto ya es extramuros, y a nadie parece molestar, a nadie de la familia, ya pasó más de un mes que se fue Leo, no sabemos nada de él. Tuve que llamar a Prados, el tío que tanto odia Leo, para que averigüe (el es gendarme retirado) siempre tienen contactos. Cuando Felina lo recibió y abrió la puerta de entrada, el tío Prados estaba con su hijo, el primo Hector, este a la vista de todos, sin disimulo, le acarició la vulva a mi hija, no da, que haga eso, no?
Su padre Prados hizo lo mismo conmigo, me tomó de atrás, delante de mi hija y su hijo, me llevó a un sillón en el living de mi hogar y me manoseó toda, sacándome los senos por fuera de mis ropas y apretujándolos y con la otra mano corrió mi tanga y frotó mi clítoris, está mal.
Pero esto no terminó allí, sino que le bajó el pantalón y las bragas a mi hija, su sobrina, le desabotonó la camisa y ella no tenía puesto sujetador, y quedó expuesta a ellos y el tío comenzó a tocarla, acariciarle la vulva, metió sus dedos en la vagina mientras me ordenaba que me desvistiera y avanzara a su hijo, mi sobrino. Yo no sabía que hacer, así que le hice caso, aún contra de mi voluntad, tuve que arrodillarme y acariciarle el pene a Hector, yo su tía.
Luego, continuó él, mi cuñado, él es esposo de mi hermana Lola, me llevó al cuarto, a mi dormitorio y mientras se desvestía, me enterró los dedos en la vagina, era insoportable.
Mientras tanto mi sobrino, continuó con mi hija, su prima a manosearla para tener relaciones incestuosas con ella.
Yo meditaba, mientras todo esto sucedía, en como se habían subvertido todos los valores éticos, morales, familiares. Luego de cojer con él marido de mi hermana me solicitó que preparara la bañera que quería tomar un baño antes de ponernos hablar sobre lo que lo había mandado a llamar.
Mientras lo hacía apareció en el cuarto de baño mi sobrino, y me enterró un dedo en la concha, mientras yo estaba inclinada sobre la bañera para cotejar la temperatura del agua.
En esos momentos, Prados había ido a la carga con su sobrina, mi hija Felina, para manosearla contra su voluntad.
De todos modos, ustedes saben como somos, así que tal vez, esta última parte del relato, no sea exactamente tal cual sucedieron las cosas, las imágenes hablan mejor de ellas. Tal vez, demostramos otra cosa y ellos creyeron que aceptábamos las cosas, que estábamos de acuerdo, e interpretaron que accedíamos a tener sexo por gestos como este, el de mi hija a su tío, que sólo era, que lo llamaba a que se traslade a otra habitación, y no que lo invitaba a cojer. Pero, como saben todo es cuestión de la interpretación que se le quieran dar a los hechos, los abogados dicen habitualmente que media biblioteca, los libros dicen una cosa y la otra mitad exactamente lo contrario, todo es cuestión del cristal con que se mire.
O mi sobrino, que haya interpretado mi quietud, mi parsimonia, mi no acción, en dejar hacer, cuando claramente yo tenía una respuesta corporal,que indicaba claramente que no quería.
O el hecho de que mi hija Felina, le diera un besito amistoso al slip de su tío, como a veces lo hacía con su propio padre, no implica que ella quería que este le acabara en la cara, como lo hizo minutos después.
El guascazo en el rostro estuvo de más.
Que su primo la haya poseído en la cocina, también estuvo fuera de lugar.
Qué ambos, padre e hijo, mi cuñado y mi sobrino me hayan enfiestado convengamos que no fue apropiado. ¡Pero que iba hacer, enojarme, hacerlos pasar un mal momento, cuando yo los había llamado y todavía no les había pedido lo que quería!
Pero lo que colmó mi paciencia, fue que me cojiera por el culo mi cuñado Prados, ustedes saben como no me gusta, tal vez sólo un poquito si me la hace mi hijo Leo.
Que la pobre Felina se tuviera que autosatisfacer mientras le propinaba una felattio a su primo tampoco es de caballeros, pobrecita la nena.
Pero bueno, lo único que me hizo no considerar el mal momento que pasamos ambas fue el cunilinguis que me dio mi sobrino, ah, pero igual me enojé y no les pedí nada, que tanto.
Más aún, con lo bruto que fue el tío Prados con su sobrina Felina, mi hija, que aunque a ella le encanta que la cojan por el orto, tampoco con tanta brusquedad. Por eso, no se, si hizo bien, de contarle a su hermano las cosas, según nuestra óptica.
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