La Chechu Bonelli sale a la cancha para poner la cuota de culo necesaria para romper el empate, y aclara que su apoyo a la selección es mucho más que una oportunidad de ser tapa de revista y salir con un jugador. “Nunca fui botinera” aclara la modelo y conductora, “a mí el fútbol me gusta en serio porque lo juego desde chiquita, en San Nicolás me anotaba en todos los campeonatos.” Y tras hacerse conocida con Súper M en 2003, consiguió trabajar en Fox Sports. “Guarda que no soy la clásica Cachito que habla al divino botón o la modelito que no entiende nada” se ataja la experta en fútbol, “no soy una improvisada, yo estudié periodismo con Niembro.” Y a juzgar por esa boquita, la nena practicó pete a varios miembros. Chechu, tocala y abrite!
Para la Chechu, el domingo ideal es “tirada en la cama con pizza, cerveza y fútbol”. Y un un rico pete con esa boquita!
La Chechu Bonelli hizo hace meses lo que la Selección Argentina más necesita: reforzar su delantera y salir a la cancha dispuesta a romperse el culo para lograr la victoria, frente a un rival que no se para bien. “En la cama a veces pasa que empezás muy bien pero después al pibe no le funciona” reflexiona la chica de San Nicolás, “y ahí tenés que agachar la cabeza y ponerte a trabajar.” Y con esa boquita la Chechu tiene resto para dar vuelta el partido, pero ella está convencida que gana de culo sino por su personalidad. “No soy de encarar de frente” dice la Chechu como Chechu Bonellidisculpándose por no mostrar las nuevas tetas en las fotos, “para ganar uso mi simpatía y todo mi intelectualismo, gano como la chica que le gusta el fútbol.” Y más allá del “intelectualismo”, la Chechu tiene la receta para un fin de semana perfecto. “Para mí el domingo ideal es tirarnos en la cama con pizza, cerveza y fútbol por TV, de ahí no me saca nadie.”
Y todos se la pondrían hasta dejarle el ojete tan embarradito como lo tiene en las fotos, pero por favor cuidá el lenguaje durante el festejo porque sino la Chechu te saca la roja. “En la cama no me gustan los comentarios groseros” dice en agudo contraste con su habitual personalidad machona, “me gusta que seas dulce y te portes chechu bonellicomo un caballero.” Y tampoco esperes que ella festeje los goles del flaco de polera, porque la Chechu es un barrabrava en la cancha pero una damisela en la cama. “En el sexo soy tranquila” dice con inusual calma, “lo único que yo grito a lo loco son los goles en la cancha.” Y bueno, tenés que desafiarla a un amistoso y en medio del partido gritarle “Chechu, tocala y abrite!” y clavarla en el césped. Y armate un equipito con unos amigos, porque la Chechu BonelliChechu tiene un equipo modelo. “Con Zaira Nara, Florencia Salvioni, Tanya Hartfield y otras modelos jugamos en La Rana, un torneo de fútbol de Pilar” explica Bonelli, “y ojo que jugamos bien, la movemos.” No tanto como vos y tus amigos se moverían a todo el equipo de modelitos, que con gusto se dejarían llenar la canasta.
“En la cancha soy recalentona, ahí entrego todo” dice la Chechu alimentando tu fantasía de embarrar su colita bostera, “me la banco en la cancha aunque termine con moretones y tenga un desfile más tarde. Para mí un fin de semana sin fútbol es como comer fideos sin salsa.” Que se coma el fideo con salsa blanca![/align]
Cecilia Bonelli pone el orto en el medio de la cancha, un lugar donde reconoce que se descontrola. “A la Bombonera voy camuflada para poder gritar a gusto porque me enloquezco” dice la bostera mientras muestra la cola embarrada en la mitad de cancha, “pero igual no me gustan para nada el típico Cacho que me reconoce y grita ‘vení Chechu que te parto al medio!’, eso no me cabe ni ahí.” Como es modelo (y no vedette), Bonelli siempre negó ser botinera alegando que los jugadores de fútbol no eran de su estilo, pero con el académico Claudio Yacob la pasión por el fútbol pasó de la cancha a la cama. “No me considero botinera porque hasta conocerlo a Claudio no había salido con ningún jugador” se justifica la chica de San Nicolás, “pero como dicen, nunca digas nunca.”
4 comentarios - Chechu Bonelli acabó con la cola embarrada