Chupadoras peligrosas: la culpa es nuestra

Reconozcamos que, en parte, la culpa es nuestra.
Porque no nos alcanza con que una mina nos chupe la pija: queremos que también la adore.
Y a veces sucede que, efectivamente, la chupadora en cuestión se entusiasma y, cuando nosotros la vemos re-embalada, la aceleramos más todavía: "dale", "así, más rápido, "más adentro", "toda", "cométela toda", "Te gusta mi pija, ¿no?", "Tragátela", "Así putita, más fuerte", "Dale que te doy la lechita"... y otras linduras por el estilo.
Pero existen cierto tipo de chupadoras que se entusiasman más allá de lo que la cordura recomienda, y terminan llevando a la práctica casi literalmente eso de "comérsela toda". ¿A quién no le ha pasado? ¿Quién no padeció un mordisco traicionero o una retorcida de gobellins?
Por eso, inmediatamente después de haber gritado "¡Pará loca!!! y de haber puesto el nabo en remojo o en hielo, recuerden el proverbio árabe que advierte: "Cuidado con lo que deseas... Ta vez se convierta en realidad", y no se enojen demasiado con la chupadora en cuestión... ella sólo se dejó llevar.


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Saludos
El Sobrevivienteh
Solo lo mejor