Pende divina y una reflexion

Nada hay más frustrante para una joven en plena efervescencia sexual que quedarse con un polvo a medias. Y es que eso es lo que les pasa muchas veces cuando van a coger con algún noviete de su edad. Como con 18 años son pocos los que tienen un sitio en el que tener sexo de forma cómoda y tranquila, muchas parejas tienen que esperar a que los padres de uno de ellos salgan un rato de casa, o a que les dejen el coche, para poder echar un polvo. Y cuántos coitos se interrumpirán cada día en el mundo por culpa de una madre que llega antes de tiempo a casa, o por un mirón que no deja de dar golpecitos en los cristales del automóvil...

Por eso las teens de hoy en día, que han nacido aprendidas, buscan la buena posición social y económica de un hombre mayor, con piso y deportivo propios, y que además de dedicarles todo el tiempo y dedicación que sus adolescentes zonas erógenas necesitan, les pueden hacer regalitos, sacar a cenar a sitios caros e invitar a copas con mucha más generosidad de la que tendría uno de 20.

Ya, estaran pensado que un viejo no tiene el miembro tan duro como uno de 20, y que la teen acabará cansándose pronto de acostarse con un pitopáusico. Por fortuna, los hobbys de un hombre maduro y adinerado ayudan a paliar esta pena. Cuando el miembro y el Viagra le fallen, siempre le quedarán los palos de golf para usarlos como dildos haciendo hoyo en uno.