Junto a una hermosa y diminuta tanga de encaje, le regalo este juguete sin demasiadas esperanzas de verla utilizarlo. Pero claro, yo no puedo dejar pasar la oportunidad de probarlo. Así que a escondidas lo sopapeo en el marco de la puerta, lo lubrico con ambas manos como pajeandolo y sin más preámbulos lo refrego en la entrada de mi ano, apoyo la punta y empujando lentamente lo dejo entrar. Hasta el fondo y aún con ansias de más, salto como una loca sintiendo como entra todo en mi interior.
5 comentarios - Gozando mi regalo